Con Mi Primo Javier a los 13 -PARTE UNO-

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Eh vivido en una colonia modesta desde siempre, sin lujos, pero sin carencias totales, se puede decir que eh llevado una vida “normal” en cuanto a lo económico y cultural se refiere.

Mi padre trabaja en otra ciudad, se dedica a los negocios y radica fuera de aquí.
Cuando yo tenía 13 años fui unas vacaciones de verano con él, ya que mi madre se opuso por que definitivamente no quería viajar.
Mi padre decidió que nos quedáramos esos días en la casa de una tía, ya que en esa semana saldría más de un par de ocasiones para serrar sus últimos tratos y tener un buen monto de dinero para ir a gastarlo y disfrutar mucho en la playa.
Mi tía (madre soltera) tenía un hijo (mi primo), más bien lo tiene aun, es un año menor que yo., la relación con el nunca había sido tan buena como ese verano, ya que nos habíamos visto 2 o 3 ocasiones en nuestra vidas. Cuando Javier (mi primo) se entero que yo me quedaría con ello esas vacaciones no le incomodo ni en lo mas mínimo, pero tampoco lo lleno de alegría, por decirlo así, le resulto indiferente.

Ese mismo día que llegamos mi tía me recibió como todas las tías que no ves a diario, con abrazos y muchos piropos, ya saben: has crecido mucho, te pareces a tu padre, etc., etc., etc.
Para mi sorpresa mi tía ya había platicado con mi padre que yo podía compartir el cuarto de Javier, en la habitación de mi primo hay 2 camas, una individual (donde duerme el) y otra matrimonial, que mas que cama parecía mercado, tenía todo regado en esa cama que nunca ocupaban, ropa, libros de su escuela, mochilas, balones, etc. Y bueno, me toco acomodar todo el reguero de Javier, sin decir más, ya que era una visita y no quería incomodar en lo más mínimo.

Ese día de mi llegada estaba muy cansado por el viaje, 6 horas en el bus y llegar a nivel de playa me tenían agotado, así es que llegue a acomodar la cama donde dormiría, a bañarme y a dormir, sin dirigir palabra alguna con Javier.
A la mañana siguiente, cuando desperté vi a Javier masturbándose en su cama, debajo de las sabanas, con los ojos serrados y su cara de placer que aun no se me olvida, el aun acostado gozaba de ese acto, que yo también lo hacía a mis 13 pero no con mucha frecuencia, me sorprendió mucho ya que no había visto a nadie más hacer lo que yo hacía algunas veces por las noches. En ese instante (me imagino) el sintió mí mirada y rápidamente me voltio a ver y me dijo que si me acababa de despertar, yo para no sentirme avergonzado y para que el no pensara que yo era un marica porque tal vez lo estaba viendo, le dije rápidamente que sí, que me acababa de despertar, preguntándole: y ¿tú?, el un poco tímido y avergonzado me dijo, también.

Ese día pasamos jugando play station y haciendo los mandados de mi tía, ir a comprar, etc. Ya por la noche, con más confianza, en su cuarto comenzamos a platicar de tonterías de chicos de nuestra edad, entrando tanto en confianza que se me ocurrió decirle: Te vi por la mañana que te la estabas jalando y empecé a reír, en ese mismo instante que estaba riendo pensé que ya había cometido el error de decírselo, sentí una especie de miedo por haber hecho mi comentario y mi risa se termino por completo, pero Javier empezó a reír mas y me dijo: ¿apoco tu no lo haces?, cuando me dijo eso mi corazón empezó a latir muy fuertemente y sin más le dije que sí, pero que no con mucha frecuencia, esa noche nos dormimos muy tarde platicando de la masturbación, que quien me había enseñado, que cuando fue tu primera chaqueta, que si ya teníamos pelos, etc., todo en platica, sin mirarnos ni tocarnos aun.
Cuál fue nuestra sorpresa que mis tios (incluyendo la madre de Javier y mi padre) saldrían a ponerse una borrachera con el pretexto de que no habían platicado como familia desde hace mucho. Javier y yo, teníamos la misma intención al quedarnos, seguir platicando de los temas que dejamos inconclusos por la noche.

Cuando todos se habían ido y que estábamos seguros que no volverían hasta muy noche, retomamos nuevamente la plática de la famosa masturbación, cuando me di cuenta Javier ya estaba teniendo una erección, su bóxer lo decía todo, se metió la mano en su bóxer de muñequitos y se empezó a masturbar, diciéndome: ¿y tú no lo vas a hacer?, rápidamente y sin pensarlo saque mi pene erecto total y se lo mostré, el estaba en el sillón de enfrente a si es que solo lo miro y también saco el suyo, no lo tenía tan pequeño, la punta estaba rosadita y todo su pene blanco con ese liquido transparente (que después supe que era el liquido pre-seminal), cuando lo vi..pff sentí una sensación rara en mí, me dieron ganas de tocárselo y de masturbarlo pero no, solo nos mirábamos., recuerdo que él se paro del sillón, se puso frente a mí y me digo: a ver quién la tiene más grande, esa pregunta era lógica, a mí ya me estaban saliendo pelos, muchos pelos y mi pene era más grande que el suyo, entonces me pare y nos juntamos para medirlo, nuestros penes se tocaron, fue algo demasiado excitante en ese momento, su pene estaba calientito, llegaba a la base de la cabeza del mío el por pocos segundos me lo toco e intento mastúrbame, pero después los 2 nos arrepentimos y decidimos ya no seguir con ese “juego” esa mañana. Aclaro que no eyaculamos, solo guardamos nuestros penes y nos fuimos a cambiar a la recamara. Al estar ahí nos mirábamos de una manera extraña, nuestras miradas no querían chocar, tal vez por vergüenza o por los nervios de esa primera experiencia.

Se llego la hora de la comida y todo estaba volviendo a la normalidad, los dos solos en su casa, echábamos chistes, vimos tv, jugamos play, como si nada hubiese pasado, entonces sucedió algo, estábamos en el comedor comiendo algunos pedazos de pizza cuando de pronto sentí la mano Javier tratándose de meter entre mi short, inmediatamente accedí, mi pene se paro al instante, su mano estaba un poco fría, el trataba de agarrarme el pene con toda su mano, hasta que hice la silla para atrás y abrí un poco mis piernas lo logro, me masturbo tan rico que eyacule como nunca, era la primera vez que me salía mucho semen, Javier me pregunto que si me había gustado, yo le dije que si, pero, inocentemente, le dije: no le dirás a nadie de esto verdad?, el dijo riendo: claro que no, no estoy loco, imagínate si alguien se entera. Esa tarde fue muy caliente, cuando el me veía parado por cualquier lugar de su casa, acercaba su pene por atrás y lo ponía en mis nalgas al mismo tiempo que metía su mano en mi short y me toqueteaba, eran jueguitos que nos empezaron a gustar, yo al mas mínimo acercamiento tocaba también su pene por encima de su ropa, le metía la mano y tocaba sus nalgas, esa experiencia estaba reventando mis hormonas, jamás la había tenido y nunca, hasta ese momento, pensé en sentir algo así con otro niño. Esa noche todo subió de tono, nadie llegaba, nos bañamos y al llegar la hora de “dormir”, Javier me dijo: y si te duermes aquí (el ya estaba acostado en su cama), me acosté con él y sin más ni más, empezaron las caricias, se metió entre las sabanas y me empezó a chupar el pene, me bajaba todo el glande con sus labios, sus dientes lastimaban un poco la cabecita pero eso ya no importaba, todo era gozo y un poco de dolor, después se me antojo hacer lo mismo, le dije que me dejara mamárselo, su pene estaba saladito, con un liquido pre-seminal muy baboso, pero rico, le pelaba todo su miembro, después hicimos un 69, yo acostado y el encima de mí, los dos estábamos chupándonos nuestro penes, eso duro 2 horas, hasta que el me dijo: cógeme. Se quito de encima de mí y se sentó en mi pene y a la quita sentada, yo ya había eyaculado, después el me volteo e hiso lo mismo, a mi no me dolió tanto porque su pene era pequeño aun pero me gusto mucho.

Mis primeros 2 días de vacaciones en ese verano fueron lo máximo, eso se repitió toda la semana, teníamos nuestras precauciones que nuestra tía no nos viera, cuando estaba en casa, pero esa adrenalina de la primera experiencia era formidable.

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El anterior relato tiene D. R.
Pronto lo verán publicado en un muy buen libro de mi autoria.
F. C. H.