Con mi sobrinito Gabo, de 8 añitos Parte 2

Continúan los jueguitos con Gabo, ahora Pitote juega con su colita.
Con mi sobrinito Gabo, de 8 añitos Parte 2

Traigo a Ustedes la segunda parte de esta rica historia que le ocurrió a un buen amigo..

Cuando a mi sobrinito Gabo ya le gustaba mucho jugar al truco de rascarme mi pene con su boquita, labios y lengua y se bebía mi semen sin problema alguno, comencé a jugarle la colita.

Una ocasión, en el baño, al bañarnos juntos, le dije;

–Gabo, oye…¿Quieres que te lave la colita?

–Sí, tío…—Y froté su culito con mi pene- Mmmmh, tío, ¿Me la estás limpiando con tu pitote, verdad?

–Sí, ¿No te gusta?

–Sí tío, se siente calientito, jijijiji…

Ese día se la froté bien rico, un buen rato, pero sin venirme.

Después del baño me lo llevé a la cama y ahí me dió una rica mamadita, hasta acabar en su boca. Él, como mencioné, ya le había agarrado gusto a mi leche y la devoraba gustoso sin desperdiciar nada. A mí me gustaba de a madres verlo mamármela , y es que ¡Se veía taaaan lindo al hacerlo y me causaba un placer enorme sentir sus labios aprisionando mi glande y su lengüita recorrer todo mi tronco!

El día que me lo cogí fue por que me dí cuenta que mi sobrino el más grande lo había penetrado, me di cuenta por que ese día no estuve en ningún momento en la casa porque había mucho trabajo en mi taller automotriz.

Esa noche, llegué como a las 7 y vi que en la casa estaban mi sobrino, Antonio, el más grande y mi cuñada, lo cual estaba bien por que le pedí que me preparara la comida.

Así que cené, me dí un buen baño, se fueron mi cuñada y su hijo y me quede solo con él.
Me fui al mueble así en truza, y Gabo llegó y se me recostó en el brazo.

Y como él también estaba en trucita, yo pues le metí la mano para acariciar sus nalguitas pero sentí como sudadita su rayita.
Pasaron como dos minutos y con la mano abrí poquito sus nalguitas para tocar su huequito
y lo sentí babosito y calientito.
Y le digo:
–Chaparrito andas como rarito de aquí, deja te reviso…
Y pasé de nuevo mi dedo por su huequito y al olerlo sentí olor a verga pero muy suavecito como tipo olor a colita pero con orines Y eso confirmó mis sospechas. Pensé “ este cabrón de Antonio estuvo jugando con su primito de seguro”

Gabo no quería quitarse la trucita, pues sabía lo que había hecho y creyó que lo iba a regañar o castigar.
–A ver, Gabo, dime la verdad…¿Qué pasó?
–Es que quiero ir al baño, tío…
–Mmmmh, no…a ver, deja te checo primero tu colita.
–Bueno, está bien, tío…

Se quitó la trucita lo puse como tipo de perrito al lado mío y lo revisé. Ví que tenía bien rosadito su huequito, un poco irritado, no lastimado pero sí abiertito.
Y le digo:
–¿Hiciste algo, verdad?
–Nooo, tío
–Es que te huele curioso la colita…¿Seguro ?
–No tío, no hice nada, de verdad…

Y así abiertito le dije:
–Mmmmh…¡A su mecha, Gabo! Aquí se ve que algo hiciste, como que algo se metió o te metieron aquí, en tu culito…
–Mmmmh, tío es que si te digo me vas a pegar…–me dijo, temblando su voz y a punto de llorar.
–No, chaparrito, pero dime qué paso
Y medio asustado me dijo:
–Es que Toñito me jugó mi colita con su pitito, tío…
–Mmmmh, así que ése cabroncito fue …
–Sí, pero no le digas, tío.
–Mmmmh, ¿Te metió el pitito aquí, verdad? –y me chupé un dedo y se lo metí poquito.
Y que para la colita y me dice:
–Ay! Sí, tío , ahí, ayyyy!
–Sí, ya veo que te dejo abiertito tu huequito, mmmh…
–Tío, siento rara mi colita como hormiguitas—y es que mi sobrino Toño, de tanta metidita de pito que le dio se la dejó entumida, seguramente.
Y pues si se la dejo rosadita.

–Ay sobrino, pobrecito, deja te la humedezco…
–Sí, tío, por favor…me duele poquito tío…
Yo, tiernamente le dije:
–¡Pobre colita, ese niño malo te lastimó tu pocito! Te voy a dar unos besitos para que te sientas mejor, colita linda…
¡Y que le beso, lamo y mamo su huequito!
–Aaayy tío…mmmmh tío !!!
–¿Te sientes mejor de tu colita?
–Siiii, siiii…tío, ayyy, mmmmh…
–¿Que sientes, mijito?
–Aayy tiíto, se siente bien bonito, me da cosquilla tu barba…jijijiji…
Y pues yo encantado chupé esa colita como 10 minutos y él bien relajado, gimiendo rico y mordiendo sus labios.
–Deja te curo el huequito, m’ijo.

Y que me quito la trusa y le digo: –Mira, ¿ves como está bien babosita de la punta mi cabecita? Pues esto es bueno para refrescar y aliviar la irritación de las colitas. Deja te la unto directo, ¿Sí?
–Siiii, siiii, tío…
— Pero ponte como los perritos para bien la colita, para que pueda untarte mejor la babita.

Lo posicioné y le froté la cabeza bien lubricada, en su huequito.
Y él más paraba la colita al sentirme.
–¿Tío y sí es bueno eso para la colita?
–Claro sobrino, ayuda a desinflamar y previene irritaciones en la colita…
¿Verdad que ya te sientes mejor, chaparrín? ¿O no sientes alivio en tu colita?
–Mmmmh sí tío, se siente bien calientito…
–Claro, chaparrito,el calorcito de la cabeza ayuda a relajar el área afectada–yo trataba de verme como si fuera doctor…

–¿Sabes qué? Es bueno que de vez en cuando te haga este tratamiento, para que tu colita se sienta mejor.

Y el entrecerraba sus ojitos y suspiraba suavecito. Yo andaba caliente y no pudiendo contenerme, le puse la cabeza de mi verga en el mero ojito de su colita y presioné un poco…

¡¡¡ Y qué se hunde la cabeza un poco como tipo casi entrando!!!

Y mi sobrino respingó, paró su colita y grito:

–¡¡Ayyy, tío, ayyy!! ¡¡Mmmh, ayyyy tioo!!

–¿Mmmmh te dolió, chaparrito?

–Siiiii, tiooo…poquito. Sentí que entraba en mi colita como el pito de mi primo Toño…

–Chaparrito, debes ser valiente y aguantar un poco. Para que la cremita que da mi pitote funcione mejor, debo untarte la cremita por dentro de tu colita.

–Pero es que no va a entrar, tío…¡lo tiene muy grandotote, me va a doler!

–Sólo la cabecita, para que mi pitote deje su cremita por dentro…anda, poquito nomás…¿Siii?

–Bueno, está bien, pero poquito, ¿eh tío?

–Sí, chaparrito, anda, para bien tu colita para que entre más fácil mi cabecita y no te duela tanto…

–Sí, tío, pero nomás poquito…

Y lo tomé de su caderita con una mano, con la otra puse de nuevo la punta de mi pene en su ojito, empujé y…¡Fue maravilloso ver cómo su huequito y sus nalguitas se abrían para recibir mi cabezota y un poquito más!

–¡¡¡Ayyyyy, tío, ayyyyy!!! ¡Me duele, me duele mi colita! ¡Sáquelo,, ayyyyy, ayyyyy!

Y unas lágrimas brotaron de sus lindos ojitos. Yo lo sujeté con las dos manos para no permitir que fuera a moverse y sacarse lo aún poco que de mi verga había entrado ya y le hablé con mucha tranquilidad y cariño y de manera suave para calmarlo un poco:

–Sssssh, ssssh, no llores, chaparrín, no llores…mira, ya entró la cabecita, ya no voy a meterlo más, tranquilo, ssssh, ssssh, ya, ya, es necesario para curarte de la colita, sssh, sssh…

Él, poco a poco se fue tranquilizando y dejó de llorar.

–¿Chaparrito, te sigue doliendo mucho?

–Ya casi no, tío, pero siento muy abierta mi colita y ganas de hacer popó…

–Así se siente, chaparrito, ahorita te va a dejar de doler y vas a sentir alivio en tu colita.

–¿De veras, tío?

–Sí, sobrinito lindo. Mira, ahora voy a sacar poquito la cabecita Y después voy a meterla de nuevo en tu colita, para que talle muy bien tu huequito por dentro y te eche su cremita, ¿Sí me dejas, sí dejas a mi pitote que haga eso para curarte?

–Siiii, tío, pero despacito…

Así que empecé a follar ese culito apretadito con mucho cuidado, suave y lentamente, hasta que me desleché en él con una de mis más abundantes corridas…

Saqué mi cabecita de su huequito, y besé y lamí sus nalguitas y culito para relajarlo…

–Ya te sientes mejor, verdad, chaparrito?

–Siiii, tío, ya casi no me duele mi huequito.

–¿Te gustó?

–Sí, tío…

Y así, abrazados, nos dormimos desnudos ambos y con una sonrisa en nuestros labios. Yo bien satisfecho por la experiencia maravillosa de abrir su culito y pensando lo rico que sería cuando pudiera penetrarlo por entero.

CO N T I N U A R Á…