Con mi tío por años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por olimpo.
Mi nombre es Ricardo.
Hace un tiempo conté como por cosas del alcohol y fiestas tuve sexo con el amigo de mi mejor amigo, quien era mi fantasía del colegio.
Yo soy del sur de Chile y profesionalmente me despeño como profesor de Historia y Geografía.
Desde pequeño me sentí atraído por hombres, aunque tuve novias, pero todo este deseo por el sexo masculino comenzó muchos años atrás.
Bueno esta vez contaré mis inicios en el sexo (como a los 6 años), los cuales fueron protagonizados por mi tío Claudio, hermano de mi madre.
Para comenzar, daré una descripción rápida de ambos.
Primeramente, Claudio (a mi tío siempre lo he llamado por su nombre debido a la cercanía que tenemos) es alto, casi tan moreno como yo, guapo, delgado pero con nalgas y piernas bien definidas debido a que siempre ha sido un amante del futbol.
Él actualmente tiene 39 años de edad, pero cuando todo comenzó tenía entre 23 y 24 años, y se conserva muy bien, de hecho su cuerpo no ha cambiado en nada y su cara tampoco.
Yo, por mi parte, soy, hijo único, más alto que él, más maceteado y casi tan moreno como él.
Mis nalgas son más grandes debido al ejercicio y mis facciones son más finas que las de Claudio.
Actualmente, como dije antes, ejerzo como profesor, lejos de mi hogar y tengo 23 años.
Bueno Claudio es el hermano varón menor de mi mamá, y en cuanto mis papás se casaron, por razones de trabajo, él y el hermano mayor de mi mamá, Carlos, se mudaron con nosotros.
Ésto debido a que toda la familia de mi mamá era del campo, entonces poco a poco todos vinieron a vivir a la ciudad para buscar mejores oportunidades.
Desde que nací fui los ojos de todos (as) mis tíos (as).
Todos ellos me mimaban y cuidaban mucho.
Cuando mis papás y yo nos mudamos de casa por problemas de arriendo, mis dos tíos varones se vinieron con nosotros.
Aunque comían y pasaban la mayor parte del tiempo en nuestra casa, en la noche ellos dormían en un yate que se habían comprado (vivimos muy cerca del mar y mis tíos se dedican al turismo).
Entonces cada vez que llegaba la noche ellos se iban a descansar a su yate.
cuando tenía como 6 años a mi me encantaba ir temprano en la mañana a despertar a mis tíos, y como nunca tuve problemas para remar mis papás no me lo impedían.
A mi tío mayor le emputecía que yo hiciera eso.
Sin embargo, Claudio era más parental conmigo (o eso me hacía creer).
Cada vez que llegaba yo temprano al yate y mi tío Carlos me regañaba, Claudio se molestaba con él y me decía que pasara y me acostara a su lado.
Al acostarme el me tapaba y abrazaba con cuidado y nos dormíamos juntos por unos minutos.
Luego nos despertábamos y juntos los tres salíamos a comer a la casa.
Para mí todo era normal, mi tío me quería mucho y por eso me trataba bien.
En ese tiempo sólo mi papá trabaja y mi mamá se quedaba en la casa.
Yo tenía clases en las tardes, por lo que tenía toda la libertad de ir en las mañanas al yate de mis tíos.
Un día, como cualquier otro, fui a despertarlos al yate, pero mi tío Carlos no estaba, sólo dormía Claudio en su camarote con un poco de olor a alcohol.
Aunque tenía 6 años sabía lo que los adultos hacían y sabía que Claudio había estado de fiesta la noche antes.
Como él no despertó cuando entré a donde dormía, me acomodé y acosté como siempre a su lado.
En eso él se voltea y me abraza como siempre, pero algo raro había.
Inmediatamente sentí algo duro que punzaba debajo de mis nalgas, yo estaba con pantalón, pero podía sentir claramente esa dureza que casi se metía entre mis piernas debajo de mis nalgas.
Un poco asustado, me di la media vuelta y quedé frente a frente a Claudio.
Él estaba con los ojos abiertos y me dice: "Hola Ricky.
¿Qué pasa? (todos mis tíos me llamaban Ricky).
Yo un poco asustado, pero a la vez intrigado por eso que había sentido le contesté: "Nada Clau, es sólo que sentí algo duro que me punzaba.
¿Fue tu rodilla cierto? Él se sonríe y me dice: "No Ricky, eso es algo que los hombres tenemos y que en la mañana amanece duro.
Tú igual lo tienes, pero eres muy chico para que se te ponga duro como el mío.
" Yo con mi inocencia le contesté: "Entonces eso era tu pene.
" Claudio se vuelve a sonreír y me contesta "Sí" mientras con su mano izquierda comienza a tocar mi cintura bajando hasta mis nalgas.
En ese momento sólo había silencio.
Claudio tocaba mis nalgas con los ojos cerrados y respiración temblorosa.
Yo confundido con lo que pasaba, recordando que mi madre siempre decía que nadie debía tocarme, comencé a incomodarme y le dije: "Clau, mejor nos levantamos mi mamá debe tener el desayudo listo, y quería saber si ustedes estaban acá.
Por cierto ¿Dónde está mi tío Carlos? Él contesta: " Hey, no te preocupes ya nos levantaremos, y Carlos se quedó donde su polola (novia).
Quedémonos un ratito más acá, y acércate que estás temblando de frío".
Yo si estaba temblando, y el igual, aunque no de frío.
En cuanto me acerco, él me toma y me aprieta fuerte contra su cuerpo y sigue tocándome todo desde mi cintura hasta mis nalgas.
Después de unos dos minutos así yo dejé de sentirme incómodo, se sentía rico, calentito.
En eso bajé la mano para rascarme la pierna y debido a lo cerca que estábamos tocé la suya.
Ahí me di cuenta que Claudio estaba sólo en calzoncillos (slips).
Cuando me di cuenta que lo rocé, por los nervios subí mi mano hasta mi cara, y él me dice: "Pon tu mano ahí abajo, está súper fría".
Yo, ya con más confianza, bajo mi mano hasta donde estaba antes y toco su pierna, cuando siento ésto la vuelvo a retirar, y él me dice: "No seas tontito, no me molesta que toques mi pierna.
De hecho con lo fría que esta tu mano, ponla entre mis dos piernas, así se te calienta".
Con la respiración entre cortada de ambos, hago lo que él me dice y claro estaba muy rico y calentito.
Sin embargo, para él mi mano estaba muy abajo, así que la tomó y la subió tanto que con mi pulgar y parte del lado de mi mano pequeña podía tocar sus bolas y me dice con un suspiro: "Ahí está bien.
" La verdad a esas alturas yo ya no estaba nervioso y sentía rico ese calor en mi mano, y lo suave que se sentía su paquete por encima del calzoncillo.
Pasamos varios minutos así, mientras tenía mi mano ahí el seguía tocándome, aunque ahora sólo se quedaba en mis nalgas.
A mí me gustaba todo lo que estaba pasando, pero por la posición mi mano comenzó a dormirse, así que decidí sacarla y le digo: "Clau, puedo poner la otra mano para que se caliente.
" Él, inmediata mente me contesta que si, y yo, sin ayuda esta vez, dirijo mi mano hasta donde había estado la otra antes.
Esta vez mi mano derecha había quedado en una posición media doblada que hacia que toda mi palma tocara sus bolas.
La posición era incomoda, pero a mí me gustaba, y por suspiros y mordidas de labio sabía que a Claudio también.
Aunque él estaba con los ojos cerrados, yo tenía los míos abiertos, y por alguna razón comencé a verlo con otros ojos.
Para mí, mi tío ahora era muy bello y más encima me mantenía calentito.
Por cosas que en ese momento desconocía, comienzo a mover mis dedos, los cuales comienzan a masajear las bolas de mi tío.
Él no sabía más que suspirar y decir: "mmm, qué rico, no dejes de mover tus deditos Ricky.
" Yo seguí masajeando sus bolas y comencé a sacar mi mano de donde estaba despacio.
En eso, mientras subo, empiezo a notar algo duro más arriba de sus bolas, algo que palpitaba y se sentía gigante y caliente.
La verdad a mis cortos 6 años el único pene que había tocado había sido el mío y, según lo que recordaba, se sentía mucho más chico que ese monstruo que estaba palpitando guardado en esos calzoncillos suaves.
A esas alturas ya sabía que lo que estaba haciendo estaba mal a ojos de mis padres, pero eso mismo me hacía no querer parar, así que seguí tocando el pene duro, grande y caliente de Claudio despacio.
En eso le pregunto con voz temblorosa: "¿Era esto de lo que me hablabas antes Clau? ¿ es esto tu pene que se pone dura en las mañanas?" Él con suspiros de excitación que olían un poco a alcohol, y ahora con los ojos abiertos mirándome, me contesta: "Sí Ricky, esto era lo que te punzaba denante en el culito (nalgas).
¿Se siente rico cierto? Calentito.
" La verdad yo quería seguir tocándoselo y sentía muy rico haciéndolo y le contesto: "Sí está rico y grande.
Tienes un pene muy grande y duro.
Yo igual lo tengo pero no es así.
" Cuando digo eso él mueve su mano y la lleva a mi pene diciendo: "Sí es verdad, mi pene esta duro y grande donde lo estás tocando.
Este es el tuyo.
No te preocupes el tuyo ya crecerá y se pondrá tan duro como el mío.
" En cuando me tocó el pene yo sentí algo rico como una corriente que recorrió todo mi cuerpo.
Luego Claudio dirigió su mano hasta el botón de mi pantalón.
Lo desabrochó y bajó mi pantalón levemente.
Puso su mano dentro de mi pantalón y toco mi pene por sobre mi calzoncillo y dice: "Qué rico se siente tu pene, está calentito igual y mira, lo ves igual lo tienes duro.
" Era verdad, sin darme cuenta mi pene estaba erecto.
Aunque antes ya me había pasado, yo no sabía qué era, pero ahora gracias a mi tío sabía que era algo normal y que sentía muy rico cuando te lo tocaban.
Estuvimos por casi media hora tocándonos por sobre nuestros respectivos calzoncillos, hasta que Claudio decide dar el siguiente paso.
Poco a poco sube su mano y comienza a meterla dentro de mi calzoncillo.
Yo medio asustado me muevo tratando de impedir que me toque adentro y él mirándome con ojos de caliente (ahora me doy cuenta) me dice: "Tranquilito, no pasa nada, te va a gustar aún más.
Además, si quieres yo pongo mi mano ahí dentro y tú haces lo mismo conmigo.
Así yo toco tu pene y tú tocas el mío.
" Al final, cuando dijo que yo podía meter mi mano dentro de su calzoncillo, accedí.
La verdad quería saber como se sentía tocar ese pene tan grande y duro.
Quería sentirlo palpitar en mi mano.
Así que me volví a acercar a Claudio y él metió su mano y tocó mi pene.
Claudio tenía razón, era súper rico sentir su mano tocando mi pene que seguía erecto.
Por consiguiente, yo metí mi mano en su calzoncillo y lo primero que sentí fue ese monte de pelos en los que mis dedos se enredaban.
Yo antes por coincidencia había visto el pene de mi papá y vi que tenía pelos, pero nunca pregunté porque yo no tenía, por vergüenza más que todo.
Así cuando toqué los pelos de mi tío le dije: "Tienes pelos ahí, como mi papá.
¿por qué yo no tengo? el se vuelve a sonreír y me dice: "porque eres chico aún.
Cuando tengas unos 12 o 13 años te saldrán.
" Luego de esa aclaración yo seguí mi aventura con mi mano dentro de los calzoncillos de mi tío.
La verdad por alguna razón eso me gustaba mucho e incluso hoy me excita recordar esa escena cuando toqué por primera vez el pene de mi tío.
Seguí bajando más mi mano hasta que llegué a mi premio.
Ahí estaba ese pedazo de carne, ese pene gigante, caliente, duro y palpitante.
Era tan grande que no podía rodearlo con mi mano.
Se sentía mojado, eso me intrigó, pensé que era orina, pero continué.
Lo apretaba como podía y sentía como Claudio suspiraba de placer y decía: "Sí, así, mmmmmm qué rico, aprieta mi pico (pene) Ricky, aprieta la cabecita.
" Para mi era raro, pero rico a la vez tocar ese pene que tenía una punta gruesa y un tronco aún más grueso.
No pasó mucho del toqueteo que ambos nos estábamos dando cuando le digo: "Clau puedo ver tu pene.
" Él me dice.
"Está bien lo puedes ver:" Dice eso, saca mi mano y baja su calzoncillo.
Era hermoso su pene, aún lo recuerdo, me le quedé mirando, admirando ese trozo de carne rico, era enorme y de un color menos moreno que su cuerpo y una cabeza roja, mojada con liquido presiminal.
Él hacía que su pene se moviera y parecía que tenía vida propia.
Luego lo toma con su mano izquierda, me mira y me dice: "Mira acá esta lo que estabas tocando y lo que te punzó el culito (nalgas) antes.
¿Quieres tocarlo tú?" Yo con la cabeza accedí y dirigí mi mano hasta su pene otra vez, pero esta vez lo veía, veía lo que tocaba y me encantaba.
Claudio sólo suspiraba y gemía de placer, me repetía que estaba muy rico y que porqué no habíamos hecho eso antes.
Yo hipnotizado, seguía tocando esa ricura, lo apretaba, le tocaba la cabeza, no sabía muy bien que hacer.
En eso el toma mi mano, hace que agarre su pene desde el tronco y con la ayuda de su mano comienza a hacer que yo suba y baje la mía sin soltar su pene.
Sin saberlo lo estaba masturbando y el gozaba de placer.
Yo no retiraría mi mano de ahí por nada del mundo, me gustaba mucho lo que estaba pasando, y en un momento Claudio retira su mano y me dice: "Continúa tú sólo, tal cual como lo estaba haciendo yo.
" Yo continué, en ese momento me hice experto en masturbar aunque era mi primera vez.
Claudio estaba a mil, sus gemidos no paraban y la cabeza de su pene se mojaba más y más.
Cuando vi que su pene estaba mojado, paré, e inmediatamente Claudio me dice: "¿Por qué paraste Ricky?" A lo que yo contesto: "Nada, es que tu pene está mojado, ¿quieres hacer pipi (orinar) Clau?" Él se ríe y me dice: "No tonto, ese liquido es algo que nos sale a los hombres.
A ti igual te saldrá como a la misma edad que te aparezcan los pelitos ahí abajo en tu pene.
" Sin darme cuenta, mi tío me estaba dando la mejor clase de sexualidad masculina y con práctica incluida.
Cuando terminó de explicarme, tomó mi mano otra vez y me dice: "Ya ahora sigue jugando con tu manito que estaba muy rico, y estoy a punto de acabar.
" "Acabar" pensé, no sabía a qué se refería con eso, pero no pregunté más y seguí mastubandolo.
Así estuve, sube y baja el cuero de su pene y viendo como Claudio disfrutaba de la paja que le estaba proporcionando su sobrino de 6 años.
Luego de masturbarlo por casi 15 minutos y con la mano un poco cansada, comienzo a sentir que Claudio se pone tenso y acelera la respiración.
Sin detenerme le pregunto si le pasa algo a lo que el contesta: "No Ricky, no pasa nada, está muy rico lo que haces y estoy a punto de acabar.
" Aún no entendía que quería decir con acabar, pero no me detuve y seguí por unos 2 minutos más cuando de la nada Claudio da un grito ahogado y veo como sale un líquido blanco como leche de la punta de su pene y dice: "Sí, eso dale mmmmm que wea (cosa) más rica, dale.
Oh qué rico lo haces.
" Yo me asusté e intenté parar, pero él tomó mi mano y dijo: "No pares, no pares.
Deja que salga toda la leche.
" Yo seguí hasta que el último chorro de 5 salió.
Yo tenía la mano empapada de esa leche que le había salido a mi tío, y lo otro había saltado a su pelvis y abdomen ensuciando su polera (camiseta).
Cuando terminó de salir toda la leche, Claudio quedó como muerto por unos 2 minutos.
Luego me miró, sonrió y me preguntó: ¿Qué tal Ricky, te gustó lo que hicimos?" yo respondí.
"Sí me gustó, pero pensé que te dolía porque cuando te salió esa leche gritaste.
" El dice: "No no me dolió, al contrario, fue algo muy bueno y esa leche es normal que salga, igual te saldrá a ti algún día cuando seas grande y verás lo rico que es.
" Luego de eso se sentó en el camarote y abrochó mi pantalón.
Se levantó, sacó completamente su calzoncillo para limpiar mi mano y su abdomen con éste.
Como le había salido tanta leche, sacó un calcetín y con él terminó de limpiarse completo.
Todo eso lo hizo en silencio y yo no quise decir una palabra.
Después sacó un calzoncillo nuevo y por primera vez vi su culo (nalgas).
Eran hermosas, redondas y peludas, seguidas de unas piernas tonificadas.
Cuando se terminó de vestir se sienta a mi lado en el camarote te toca la cabeza y me dice: "Es mejor que ésto quede entre nosotros, si tus papás o alguien lo sabe no podrás venir nunca más al yate y no nos podremos divertir como hoy.
¿Te gustaría que eso pase?" La verdad a mi me encantaba ir al yate de mis tíos todos los días, y ahora me gustaría más después de lo que había pasado y contesté: "No diré nada Clau, será un secreto, yo quiero seguir haciendo lo que hicimos.
" Dicho eso él me besa en la frente y me dice: "Muy bien entonces.
Ahora vamos a tu casa que tu mamá nos interrogará por tanto que nos demoramos.
Cuando llegamos mis papás estaban los dos en la casa por ser fin de semana tomando desayuno y Claudio les dice: "Menos mal que Ricky me fue a despertar, anoche la fiesta estuvo muy buena y no quería despertar.
" Mis papás sonrieron sin sospechar nada y mi madre pregunta por mi tío Carlos, a lo que Claudio responde que se había quedado con su polola (novia).
El desayuno estuvo lleno de risas entre mis papás y Claudio, con historias de lo que había pasado en la fiesta.
Entre tanto yo miraba a Claudio, pero el se comportaba como que nada había pasado.
Los días siguientes a lo sucedido estuvieron llenos de los mismos encuentros en el yate de mis tíos.
Así estuvimos como por un año.
Cuando estaba mi tío Carlos en el yate, sólo nos tocábamos sin hacer mucho ruido (y ahora que lo pienso, Claudio debió haber quedado muy caliente esas veces que no podía acabar).
Mientras que cuando mi tío Carlos se quedaba donde su polola (novia), yo ya sabía que hacer así que llegaba directo a agarrar el pene de Claudio y lo despertaba con una buena paja.
Como dije con anterioridad, así estuvimos por más de un año, pero de repente luego cuando cumplí 7 años empecé a tener clases en las mañanas y los fines de semana el sueño me ganaba.
Por lo tanto, nuestros juegos se acabaron, pero sólo por unos años.
Continuará.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!