Con mi tío por años 3 (al fin lo tengo dentro)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por olimpo.
Recordar que soy un profesor de historia del sur de Chile y que todo lo que he contado y contaré es real (aunque parezca ficticio).
Hoy tengo 25 años, pero los eventos que se contarán a continuación sucedieron hace ya 12 años cuando a mis 13 mi tío Claudio, hermano de mi madre y mi primer hombre quien me inició en el sexo cuando sólo tenía 6 años (historia contada en el primer relato), me hizo suyo sin miedo.
En resumen de todo lo contado anteriormente, mis experiencias sexuales con mi tío Claudio comenzaron a los 6 años cuando él en varias ocasiones"se aprovechó de mi inocencia", haciéndome tocar su pene como un juego en el camarote de su yate.
Luego de mucho tiempo sin nada, como lo conté en el relato anterior, a mis 12 años mi querido tío Claudio cumplió mis deseos y por más de 1 año y medio me dejó chupar su pene y los dos acabamos casi todos los días, el entre mis pierna y yo por las pajas que me daba.
No hubo penetración de su parte porque no quería hacerme daño con su pene de 21 o 22 cm erecto.
Para Claudio, en ese entonces yo era muy chico y no aguantaría semejante pedazo de carne en mi hoyo, ya que él creía que yo aún era virgen por detrás, lo que él no sabía era que mis dos vecinos, que eran hermanos, me penetraban cada vez que podían hace ya un tiempo.
Sinceramente, a mí igual me daba un poco de miedo dejar que su pene entrara en mí, además me gustaba la idea de que él siguiera pensando que yo era un "niño inocente" y que era sólo suyo.
Ya a mis 13 años había alcanzado una altura que se igualaba a la de mi papá y mi tío.
Mi cuerpo estaba algo tonificado porque corría harto, practicaba Volleyball y un poco de fútbol, pero eran mis nalgas las que más se habían desarrollado.
Tanto mis amigas como mis familiares más cercanos me "molestaban" diciendo que tenía culo de mina (nalgas de mujer).
Eso a Claudio le encantaba y las tocaba descaradamente cada vez que podía, en público como juego, pero sobretodo en privado durante nuestros encuentros sexuales.
Cada vez que las tocaba me decía: "lo único que quiero es que seas mayor para acabar dentro de tu culito".
De igual modo, mi pene iba creciendo cada vez más alzando unos 17 cm erecto, con harto vello púbico (demasiado, me lo cortaba cada dos semanas) y lanzaba unos chorros de semen que llegaban hasta mi cara.
A esas alturas mi otro tío, Carlos, se había mudado a la casa de su novia y estaban esperando la llegada de su primera y única hija.
Por lo tanto, el yate era completamente para Claudio, quien sorpresivamente para mí tenía novia y utilizaba el yate como su motel personal.
Por lo tanto (con mis 13 años), yo era una especie de amante de mi tío, que le sacaba la leche casi todos los días y disfrutaba de meterse su pene en la boca hasta donde podía.
Recuerdo que a Claudio le encantaba que se lo mamara, siempre decía que tenía una boca bendita y lo que más le gustaba era cómo jugaba su glande y sus huevos.
El tiempo iba pasando y los encuentros sexuales con Claudio eran aún muy excitantes, no sé porqué, pero ese hombre me ponía a mil (quizás era el morbo de nuestra relación sanguínea, el hecho de que lo hacíamos en mi cama mientras mis padres trabajaban o la esperanza de que me penetraría en poco tiempo).
Sin embargo, mis deseos iban creciendo, y lo único que quería era poder sentarme sobre el pene gigante de mi tío (que superaba con creces los dos penes de mis vecinos) y cabalgarlo hasta sacarle toda la leche.
Este glorioso día que esperaba no llegaba y me estaba impacientando.
Una noche de celebración en mi casa (cumpleaños de mi madre) gran parte de mi familia asistió y la gran mayoría de los hombres adultos presentes bebió hasta que todo el alcohol se acabó jaja.
Cuando ya todos se retiraron (casi a las 4 am) todos nos retiramos a dormir.
Claudio quería irse a su yate, pero gracias a la insistencia de mi mamá aceptó quedarse a dormir en la casa.
Eso me puso muy feliz y caliente, ya que sabía que si se quedaba debía dormir en mi habitación y yo podría abusar de su estado para tocarlo o mamársela mientras dormía.
No sé por qué, pero hasta el día de hoy me excita demasiado poder tocar a alguien mientras duerme.
(Cabe destacar que en ese entonces mi dormitorio tenía dos camas, pero por el tamaño del lugar ambas quedaban muy cerca la una de la otra).
Una vez que todos nos acostamos y las luces se apagaron, esperé unos minutos y procedí.
Comencé tocando sus piernas lentamente con el corazón a mil, pese a que sabía que si despertaba asentiría a lo que estaba pasando.
Cuando llegué hasta su paquete, sorpresivamente, éste estaba semi-erecto, así que con seguridad continué tocándolo mientras se ponía más y más duro.
Estuve así por unos minutos pensando que se despertaría, pero su borrachera era tanta que seguía dormido y roncando como oso, así que lo destapé y saqué su herramienta de los slips que estaban a punto de reventar y me lo metí a la boca.
Se lo mamé como siempre, disfruté de esos 21 cm pasándole le lengua, succionando su glande y chupando sus huevos gigantes y peludos.
Me entretuve varios minutos haciéndole sexo oral a mi dormido y ebrio tío, mientras me masturbaba y tratando de no hacer mucho ruido, ya que esta vez no estábamos solos.
Cuando estaba a punto de acabar, siento que la mano de mi tío se posa sobre mi cabeza y comienza a empujarme suavemente, seguido de un pequeño dialogo:
Claudio: Qué rico que te despierten así mmmmmmmm.
Chúpala como tú sabes sobrinito.
Yo: (sacándome el pene de la boca) Al fin despertaste, ya estaba a punto de acabar Clau
Claudio: Estaba despierto hace rato jaja, pero quería ver qué hacías jajaja
Yo: jajaja mira tú ah, pensé que estabas totalmente dormido.
Ya ahora cállate que no estamos solos ahora.
Continué mamando su pene, mientras él continuaba acariciándome y gimiendo en voz baja.
Luego de un momento me tomó del brazo e hizo que me acostara en su cama bajo las frazadas.
Claudio: Ven aquí sobrinito, hace frío y no quiero que te enfermes.
Me acosté a su lado sin soltar su pene y de pronto me besa en la boca, dejándome sin respiración.
Hasta el momento él nunca me había besado, así que eso me calentó aún más, ni siquiera me importó que su aliento tuviera alcohol.
Fue un beso largo, me tocó por todas partes en un vaivén que recorría mi espalda hasta llegar a mi culo, me quitó el bóxer sin dejar de besarme, luego se separó de mí para quitarme la polera y volver a besarme (él quedó con su polera puesta, nunca se la quitaba, no sé porque si tenía un cuerpo hermoso).
Yo estaba a mil de caliente, mi pene estaba más duro de lo normal y sentía que mis huevos iban a explotar.
Era tanta la calentura de ambos que comenzamos a hacer mucho ruido y de pronto sentimos como la puerta de mis la habitación de mis papás se abría.
Nos quedamos inmóviles pensando lo peor, pero afortunadamente era mi papá (quien estaba más ebrio que Claudio) y se dirigía al baño.
Esperamos un momento, sin papar de besarnos, con menos ruido esta vez, hasta que mi papá volvió a su cama.
Luego de unos minutos, continuamos con nuestro encuentro apasionado (a esas alturas mis labios ya estaban hinchados porque nunca había besado a alguien por tanto rato).
Continuamos con las caricias hasta que decidí volver a meterme su pene a la boca.
Por lo caliente que estaba sin pensarlo me lo metí hasta la garganta haciendo que todos sus 21 cm entraran en mi boca de adolecente, y provocando un gemido por parte de Claudio seguido de un “wooooowwwwww, cada vez lo chupas mejor”.
Repetí eso varias veces hasta que me decidí y subiendo hasta su oído le dije:
Yo: No aguanto más, quiero que me lo metas toda en el culo, por favor (sentado sobre su pene y moviéndome)
Claudio: No sé Ricky, eres muy chico aún, me da miedo hacerte daño.
¿Qué pasa si te rompo el hoyo? Tus papas podrían cachar (darse cuenta) si ven sangre en tus sábanas o bóxer.
Yo: No te preocupes ponemos una toalla debajo y si se mancha la boto mañana, lo mismo haré si se mancha mi bóxer, pero quiero tenerte dentro de mí ahora (continuo moviéndome sobre su pene)
Claudio: Mejor no weon, además vas a gritar y tus papás están al lado….
Ufff no sé qué hacer, estás tan rico pendejo (mientras aprieta mis nalgas con una mano y juega con mi hoyo con la otra).
Yo: Ya, sabes qué más shhh silencio, no digas nada más.
Paso siguiente a eso, me escupo la mano, retiro su mano de mi hoyo y lo mojo.
Lentamente me voy sentando sobre ese enorme pedazo de carne que palpitaba como si tuviera vida propia.
Poco a poco comienza a entrar, pero con dificultad.
Vuelvo a escupir mi mano y mojo su pene para volver a intentar.
Yo: Viste, ya está entrando.
Oh qué ricooooo¡¡¡ hace tanto tiempo que quería esto, te lo juro.
Hasta he soñado con este momento.
Claudio: (masturbando mi pene con una mano y tocando mi nalga derecha con la otra) Siiii cosito rico, yo igual, lo único que quería era que crecieras un poco más para poder metértelo, pero parece que ya estás listo.
Yo: Sí, estoy listo para que me lo metas completo y acabes adentro¡¡
Poco a poco su pene me iba entrando.
Como dije antes, ya mis vecinos me habían penetrado, pero ninguno de los dos tenía el pene tan grande.
Luego de unos dos minutos metiéndolo despacio, Claudio mueve su pelvis hacia arriba y me mete la mitad de su verga.
Yo: (tapándome la boca) Auchhh, despacio weon, hay que hacerlo despacio.
Claudio: Perdón, perdón… sácalo mejor.
Yo: Ni se te ocurra sacarlo.
Ya está adentro y se siente esquicito.
No te muevas, yo lo voy a ir metiendo lentamente.
Me sentía completamente excitado y en un éxtasis enorme, (1) porque al fin mi tío me hacía suyo completamente, y (2) porque yo maneja la situación.
Cuando el dolor se fue, comencé a subir y bajar lentamente con la mitad de su pene dentro, era una sensación inexplicable.
Poco a poco su herramienta siguió entrando por el movimiento, mientras por debajo de su polera tocaba su abdomen apretado y sus pectorales.
Nuestros cuerpos transpirados tiritaban de excitación y nuestras respiraciones se transformaban en gemidos ahogados.
Claudio: (tocándome el culo con las dos manos) Qué wea (cosa) más rica.
Tienes un culito súper apretado y rico sobrinito.
Mira lo que nos estábamos perdiendo Ricky¡¡
Yo: (sin dejar de subir y bajar, acercándome a su oído) Sí tío, me estás haciendo tuyo, me estás rompiendo el culo y es lo mejor del mundo.
Desde ahora en adelante quiero que todos los días me lo metas, por favor.
Claudio: Obvio, desde ahora en adelante serás mi putita todos los días.
Yo: (dejé de moverme y tomé su cabeza) No me digas así, no soy mujer… Seré tu amante, pero no tu puta.
Que me guste el pico (pene) no significa que sea mujer, ¿entendido?
Claudio: Ya, está bien mi Ricky, disculpa, me dejé llevar por la calentura, es que esto está delicioso de verdad.
Yo: Bueno, nunca más (volví a moverme/cabalgar su pene)
Entre subir y bajar por unos 5 minutos no me di ni cuenta cuando entró todo su pene en mi hoyo.
De pronto, me vi completamente sentado sobre mi tío y sentía el calor de sus huevos en mis nalgas.
Yo: (tacándome el hoyo) Está completo adentro, me lo comí todo tío mira pon tu mano (tomando su mano y llevándola hacia mi hoyo)
Claudio: WOOOWWW¡¡ de verdad te la estás comiendo completita¡¡ sólo mis cocos (huevos) estás afuera.
Dale despacio si para no hacer tanto ruido y para que no acabe tan pronto, estoy tan excitado por todo lo que me la chupaste y tu culo está tan apretado que siento que voy a reventar en cualquier momento.
Yo: Ya cálmate.
Ni se te ocurra acabar todavía, he esperado tanto este momento que quiero que dures harto.
La verdad era que no sentía dolor alguno y quería que esos 21 cm estuvieran todo lo que quedaba de noche ahí dentro.
Sentir todo su pene rompiéndome el culo me hacía sentir en las nubes, sentía que llegaba hasta lo más profundo de mi cuerpo, que tocaba el lugar preciso con su pene.
Sinceramente, me hacía sentir en el cielo, mis vecinos (aunque uno de ellos lo hacía muy rico) nunca habían logrado tal excitación en mí.
Quizás sería su experiencia, el porte de su pene o hasta el morbo de pensar que no estábamos solos en la casa y que mis papás nos podrían descubrir, realmente no sé, pero era el mejor momento de mi vida.
Quería aumentar la velocidad y gritar de placer, pero sabía que nos podían escuchar así que tapaba mi boca con mis manos y mantenía un ritmo moderado.
Claudio también se movía un poco, como podía.
A veces, para no gritar, tomaba las manos de Claudio y le chupaba los dedos que tenían un poco de sabor a mi culo, eso era demasiado rico.
Yo: (sin dejar de moverme y hablándole al oído) Quiero cambiar de pose, pero no sé cómo podríamos ponernos para no hacer tanto ruido.
Claudio: Acuéstate sobre la cama boca abajo y te la meto.
Yo: (deteniendo el movimiento y sacando despacio su pene de mi culo) Ya, pero hazlo despacio sin mucho ruido.
Claudio: Sí, tranquilo no te preocupes.
Cuando saqué todo su pene de mi culo, se sentía raro.
Era como un ardor que aumentaba cuando contraía mi ano.
Me tumbé sobre la cama tal como él me dijo, abrí un poco las piernas y él se arrodilló entre medio de ellas.
Tomó mis nalgas con ambas manos, las apretó, las abrió y de pronto siento como me escupe el hoyo.
Luego se tiró sobre mí con todo su peso.
Eso no me molestó, ya que hace bastante tiempo Claudio me embestía, pero por delante como expliqué antes.
Claudio: (acercando su pene a mi hoyo) Ahora si Ricky, te lo voy a meter toda otra vez.
No te preocupes, lo haré suave.
Yo: Dale nomas, mi culo te está esperando.
Comenzó a meterlo de nuevo.
Al comienzo me ardió mucho, pero sabía que sólo sería por un momento.
Cuando estuvo todo adentro nuevamente, empezó con el movimiento pélvico.
Ufff era magnífico, no sé cómo me había estado perdiendo algo tan delicioso.
Ese hombre era un experto, sus movimiento de embestida me volvían loco.
Abría mis piernas cada vez más con las suyas y yo, como podía, tocaba sus nalgas grandes que se ponían durísimas cada vez que me lo metía.
Mientras me hacía el amor, me besaba el cuello, me chupaba el lóbulo de la oreja (ese es mi punto G, y no lo sabía hasta ese entonces) y con sus manos separaba mis nalgas para que su pene entrara cada vez más.
Claudio: (Sin dejar de moverse y separando mis nalgas con sus manos) Tienes el medio culo Ricky, tengo que agarrar tus cachetes (nalgas) y separarlos para que entre mi pico entero.
Yo: (tomando mis nalgas con ambas manos) Espera, te ayudo, yo las abro, tú sólo dedícate a romperme el culo.
Abrí mis nalgas para que su pene entrara completo y él aumentó un poco la velocidad.
Mientras me embestía, ponía un dedo de su mano en mi boca para que lo chupara y con su otra me tomaba suavemente del cuello (Claudio nunca fue brusco conmigo, siempre me trató con cuidado).
En un momento, se detiene y por primera vez en año y medio de estar jugueteando se quita la polera.
Ahí podía sentir el contacto completo de nuestros cuerpos.
Nuestra transpiración se mezclaba e incluso hacía un ruido como cuando dos cosas pegajosas se juntan y separan.
Este era el mejor momento de mi vida.
Claudio me había besado por primera vez, se quitó la polera por primera vez, y lo mejor me estaba metiendo sus deliciosos 21 cm.
Claudio: (acelerando aún más el movimiento) Ya no aguanto más Ricky, mi pico está que revienta, necesito acabar.
Yo: (sacándome su dedo de la boca) Está bien, acaba dentro de mí eso sí.
No desperdicies eso tan rico.
Lléname con tu leche rica, métemela hasta el fondo y acaba por favor.
En cuento dije eso, Claudio me dio dos embestidas fuertes y comenzó a tiritar como con espasmo.
Me tomó fuerte de los hombros y metió su cabeza en la almohada para ahogar sus gritos.
Yo sentía como me llenaba el culo con sus chorros de leche caliente.
Creo que ese día acabó como nunca, quizás me tiró unos 6 o 7 chorros grades.
Realmente podía sentir como su pene se apretaba y para sacarle todo el jugo yo contraía mi ano, me rellenó completamente.
Luego de unos minutos así, yo solté mis nalgas y tomé su cabeza, lo besé en la cara y le dije:
Yo: Gracias tío, eres un hombre esquicito, puedes tener mi culito cuando quieras de ahora en adelante.
Claudio: (volviendo en sí, y acariciándome el pelo) Gracias a ti Ricky.
Te juro que este fue uno de los momentos más ricos de mi vida.
Quiero volver a metértelo todos los días.
Ahora tienes que acabar tú si sobrinito, te lo mereces.
Después de que dijo eso, Claudio me tomó de las caderas y, sin sacar su pene aún erecto de mi culo, volteó nuestros cuerpos de tal manera que quedé sentado sobre él mirando al techo.
Luego, tomó mi pene y comenzó a masturbarlo rápido dando pequeños movimientos pélvicos.
En otras palabras, continuaba penetrándome mientras me corría una paja (masturbaba).
Ese fue el broche de oro, ese hombre aún seguía con el pene duro como roca y sus movimientos pélvicos junto con su mano de hombre tomando mi pene hicieron que acabara como nunca antes lo había hecho.
La verdad es que mis chorros de semen siempre han sido largos, pero esa vez fue algo fenomenal.
Tiré unos 5 chorros de leche tan largos que empaparon mi cara y la mano izquierda de Claudio que cubría mi boca para ahogar mis gritos (menos mal lo hizo, porque el orgasmo que me provocó fue muy grande).
Cuando ya acabé completamente, Claudio soltó mi pene y sacó el suyo (lentamente) de mi culo.
Sin decir una palabra nos tumbamos ambos en la cama uno al lado del otro agotados por el sexo y yo empapado con mi semen desde la cara hasta la pelvis.
Estuvimos como 5 minutos así, en silencio, por el cansancio comencé a quedarme dormido, cuando siento que Claudio se levanta y prende la luz para buscar algo con qué limpiarse las manos (llenas de mi semen) y su pene (con restos de su leche).
Finalmente lo veía completamente desnudo, con su pene dormido que colgaba, pero que aun así era imponente.
Se veía sublime, aún con transpiración en el cuerpo y completamente despeinado, limpiándose con unos pañuelos desechables que tenía en mi velador.
Yo por mi parte, no podía moverme, sentía que el cuerpo no me respondía.
Así cuando Claudio notó eso sonrió y me dijo:
Claudio: (sonriendo, sentado en la cama y limpiando con unos pañuelos desechables los restos de mi semen sobre mi cara y abdomen) casi te mate Ricky jaja.
Hay que hacerlo cuando estemos solos.
Yo: (sin moverme y como drogado) sí, estoy muerto.
Creo que dormiré como bebé jaja.
Obvio que lo haremos cuando estemos solos.
Claudio: (terminando de limpiarme y guardando los pañuelos sucios en un sus zapatillas para botarlos cuando despertara) Ya ahora pásate a tu cama a ver si dormimos un poco.
Mierda, ya está amaneciendo.
Efectivamente, no sé cómo pero el tiempo pasó sin darnos cuenta y ya estaba saliendo el sol.
Así que me cambié a mi cama sin decir una palabra y dormí.
Cuando desperté (como a las 2 pm) Claudio ya no estaba, y sus zapatillas con los pañuelos con semen habían desaparecido.
Él dejó la ventana abierta para que se fuera el olor a sexo jajaja, y tiró un poco de perfume al ambiente.
Yo aún no podía creer lo que había pasado.
Mi deseo se había cumplido, era como si el cumpleaños hubiese sido mío, porque recibí el mejor regalo de todos, el más grande jeje.
El culo me ardía, debo reconocerlo, pero me importaba bien poco.
Cuando me levanté mis papas y Claudio estaban en la cocina tomando desayudo, y todo era normal, como si nada hubiera pasado, aunque la cara de Claudio me decía otra cosa.
Me vio, se sonrió y me guiñó un ojo diciendo:
Claudio: Buenas tardes flojo.
Hasta que al fin despertaste, pensamos que pasarías de largo hasta la noche.
Papás: Holaaaaa, despertaste¡¡
Yo: (mirando a la nada, pero sonriente) Sí es que anoche nos acostamos tarde y me constó quedarme dormido.
Claudio: ufff, a puesto que ronqué mucho anoche.
Disculpa si no te deje dormir anoche sobrinito (mirándome con cara de picardía)
Yo: Nah, ni siquiera sentí tus ronquidos.
Claudio: Ah bueno, menos mal.
Mamá: Come algo para que vayamos a ver a tu abuela (ella está de cumpleaños al día siguiente que mi mamá).
Los días continuaron normales.
Sin embargo, por distintos motivos Claudio y yo no lográbamos quedarnos solos en la casa.
Mi mamá estaba había pedido sus vacaciones así que estaría dos semanas completas en la casa.
Eso me traía de malas la verdad, pero igual aprovechábamos cualquier momento para tocarnos los penes por sobre la ropa, y a veces él hasta metía su mano por debajo de mi bóxer para tocarme el culo, luego sacaba su mano y la olía con cara de excitación.
Eso me calentaba demasiado.
Eran tantas las ganas que teníamos ambos de hacerlo de nuevo que dos veces se la mamé en el baño de mi casa mientras mi mamá iba al mini mercado (que queda como a dos cuadras de mi casa) a comprar.
Esas dos veces acabó en mi cara.
Finalmente, llegó el gran día en que mi mamá volvió a trabajar y la casa quedaría para Claudio y yo.
Ese día me fui al colegio sabiendo que eso pasaría.
Estuve con el pene duro casi todo el día, hasta pensé en masturbarme en el baño, pero me daba miedo a que me pillaran y además quería guardar toda mi calentura para mi hombre.
En cuanto terminaron las clases ese día, corrí a mi casa y cuando llegué estaba Claudio esperándome.
Claudio: (Sentado en el sofá y tocándose el paquete) ufff al fin llegaste Ricky, te he estado esperando todo el día, mira como me tienes (agarrando su enorme pene por sobre el pantalón).
Yo: (tocándome el paquete igual) yo he estado todo el día en las mismas, pero ya estoy acá.
¿Qué dices? ¿Le damos?
Claudio: Obvio, espérame en tu pieza (dormitorio) voy a mirar que nadie venga y voy.
No te saques el uniforme si, que me calienta más verte así.
Yo: Vale.
Te espero… o mejor dicho mi culo te espera (dándome la vuelta y apretando mis nalgas)
Continuara….
Espero les haya gustado este relato.
Reitero que esto es 100% real, si no lo creen es cosa suya, pero nada de acá es inventado.
Saludos, espero sus comentario.
PD: Prometo no demorar tanto con el otro relato.
Ahí contaré más sobre mis experiencias sexuales con mi tío hasta que estas llegaron a su fin.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!