Con mis dos sobrinos, de 7 y 9 años, en el arroyo
Un verano caluroso, un tío perverso y dos sobrinitos complacientes….
Hola a todos. En esta ocasión les traigo un relato de lo que me ocurrió en un arroyo cercano a mi pueblo un verano de hace muchos años cuándo invité a dos sobrinos Jesús de 7 años y Alberto de 9 a bañarnos.
Tenía dos 2 años morboseando con ellos. El menor, Jesús era un experto chupándome el pene y le encantaba beberse mi semen. Lo que más disfrutaba era montarse sobre mí para mamar mi pene mientras yo hacía lo mismo y mi comía su anito.
Alberto por lo contrario era más tímido y jamás quiso probar mi semen o chupar mi pene por más que le insistí él únicamente me prestaba sus nalguitas para frotar en ella mi pene hasta correrme y dejar su espalda, sus nalguitas y su anito cerradito llenos de mis jugos.
Los dos hermosísimos, güeritos de ojitos verdes, un poema de niños!!! Yo moreno, con pene de 18 cm, hacía rico contraste de colores con sus pieles…
En esa ocasión recuerdo que llegué por la tarde a la casa de ellos a platicar un rato con mi hermano le comenté que tenía mucho calor y le pedí le diera permiso al menor de sus hijos, a Jesús, de acompañarme al Arroyo a bañarnos pero Alberto también pidió acompañarnos y acepté, imaginando lo que podríamos hacer los tres.
Así que nos dirigimos caminando hacia el arroyo al cual llegamos después de un corto tiempo pues estaba bastante cerca. Busqué un pequeño charco para bañarnos los tres juntos lejos de miradas indiscretas en el recodo del arroyo para poder ver si alguien venía por el. Al encontrar el sitio ideal, me despojé de mi short y playera y me arroje al agua y me senté en una parte que me tapaba, me quité las truzas y las puse a secar en una piedra. Ellos sacaron un visor para ponerse a buscar camarones en el arroyo mientras yo me bañaba.
Pasado un rato, llamé a Chuyito.
–Jesús, Jesús, ven…aquí hay un camarón bien grande, ven para que lo agarres…
–Cual, tío? No veo nada…
–Préstame tu mano, mira…
Y tomé su mano y la llevé a mi pene erecto…
–Ya lo agarraste? Verdad que está grande?
–Si, tío, muy grande y gordo.
Luego, le quité sus calzoncillos infantiles y lo puse de espaldas a mí, sentado entre mis piernas, para frotar entre sus nalguitas mi pene
–Uy!… Abusado, Chuy, porque anda buscando una cuevita para meterse en ella.
Y así jugueteamos un buen rato mientras Alberto fingía no darse cuenta de nada… luego, le dije a Jesús:
Ponte a buscar camaroncitos en la orilla, anda.
—Beto, ven, a ver si tú puedes sacar este camarón, depero quítate tu trucita, anda, y ponla a secar.
Él hizo cuanto le indiqué y fue a agarrar el “camarón”, luego, lo senté entre mis piernas para frotar por su rajitas mi pene.
Llamé luego a Chuyito y le pedí ponerse entre las piernas de su hermano, pero Alberto no quiso jugar así, dijo que le daba pena con su hermanito.
Yo creo más bien era vergüenza, pues tenía su penecito más pequeño que su hermano menor, apenas como de 6 cm erecto mientras que el de Jesús medía ya casi los 10 cm. Eso me encantaba de él! Además de que era más complaciente y juguetón.
Le dije a Chuy:
–Tú si te animas a que juguemos los tres? Se la mamarías a tu hermano y te dejarías “coger” (penetrar) por él?
—Sí, tío, yo sí, pero, qué es coger?
–Ah, coger es dejar que te metan el “pito”(pene) por ahí, por detrás, por tu culito, por donde haces popó…Qué dices? Te dejas coger por Alberto?
— Pero no duele?
–No creo, y vas a sentir bien rico, mejor que cuando de meto o paso la lengua por ahí…
–Entonces sí…pero si me duele lo sacas, hermano…
Pero Alberto seguía negándose a dejar que Chuy se lo mamara o a cogérselo
Entonces le dije a Chuy:
–Tú hermano no quiere, ni modo…me la mamas a mí?
–Sí, tío
–Y que nos vea él, si? A lo mejor así se anima a mamármela también
–Sí, tío, por mí está bien, que nos vea…
–Pero te vas a beber toda mi leche, verdad?
–Sí, ya sabe que hasta se la lamo y exprimo para que no se desperdicie nada, tío…
Pero Alberto tampoco estuvo de acuerdo en vernos, así que me llevé a Jesús atrás de unos arbustos y ahí lo abracé y acaricié hasta saciarme, chupé su penecito y testículos, lo hice ponerse a gatas para deleitarme con sus nalguitas y anito virginal y finalmente lo puse a chuparla. Era todo un experto y aunque no le cabía toda, si se comía poco más de la mitad de mis 18 cm. Me encantaba cuando con su lengüita recorría alrededor de mi glande y como besaba y chupaba mis testículos…finalmente, me corrí de manera abundante en su boquita y él todo mi semen se pasó, apretaba mi pene hasta que no saliera gota alguna y lo lamía por entero hasta que lo separaba de él.
Le di las gracias y un besito, lo abracé y despedí y le pedí me enviara a su hermano para jugar ahora con él.
Así lo hizo y al llegar Alberto, de 9 años, igual lo abracé y acaricié largo rato frotando y besando su pequeño pene para metérmelo con todo y testículos en mi boca. Luego, le hice darme la espalda y agacharse un poco para que su anito quedará expuesto y deleitarme con él, me puse atrás de él y comencé a pasar de arriba abajo mi pene por su rajitas, haciendo un poco de presión en su ano.
—Beto, amor, me dejas cogerte?
–No, tío, no podemos, acuérdese…
Y es que hacía casi un año, en las vacaciones de verano, lo había convencido de dejarse coger. Pero como estaba muy cerradito él y muy inexperto yo, y por más que él se había puesto como yo le decía y me llenó el pene de crema y yo a él su culito, no había logrado penetrarlo. A raíz de eso, me había desalentado y no lo habíamos vuelto a intentar.
–Es cierto, amorcito, pero ya pasó un año, ya creciste, yo creo que ya puedo meterte mi pito, anda, lo intentamos? Aunque sea la cabecita, si?
–Bueno, pero si me duele me lo saca?
–Claro, tú relájate, no tengas miedo, no te va a doler, si acaso poquito
–Esta bien, tío, pero poquito…si?
–Sí, como tú digas, mira me está saliendo mucho presenten y esa babita va a servir para que mi pito se deslice mejor en tu hoyito y no te duela pero ocupo que te hinques en el suelo y pares tu colita para entrar mejor, y apoya tus bracitos y codo en la arena, así, anda, eso es…
Y cuando se puso como le dije, me coloqué atrás de él, pasé de nuevo mi pene de arriba abajo para relajarlo un poco, luego, lo puse en la entrada de su cuevita, empujé un poco y…qué rica sensación es sentir que nuestro miembro se abre paso y el cómo sus esfínteres lo aprisionan y parecen no querer dejarlo salir!
Él soltó un pequeño gritito al sentir invadido su recto por mi glande y ello me hizo parar…
–Duele, Beto? Quieres que pare?
–Duele pero poquito, tío, ahora sí entró, verdad?
–Poquito, sólo la cabecita, tócalo…
Llevó una de sus manitas atrás para tocarse en su anito y sentir mi pene.
–Es cierto, tío! Yo creí que ya había entrado todo…
–No, aún no, estás siendo muy valiente…quieres que empujé un poquito más? Hasta la mitad, va?
–No sé, tío…me va a doler mucho?
–Poquito más que ahorita, te duele aún?
–Ya no, tío, sólo me arde un poco…
–Ves? Tu culito sí me la aguanta, anda, déjate querer, déjame meter sólo un poco más.
— Mmmhhh…no sé…bueno, está bien tío…
–Asi que empujé un poco más, hasta ver desaparecer cerca de la mitad de mi pene en su apretadito e infantil anillito…
–Ay, ay, me duele, tío! Hasta ahí, ya no más, sáquemela por favor, siento que voy a hacer popó!!!
–Asi se siente, pero no pasa nada, tranquilo, ssshhh, ssshhh, –y acariciaba su pelo para calmarlo un poco…–Ves? Ya no duele tanto, verdad? Sí ya no quieres, hasta ahí te la voy a meter, está bien?
–Sí, tío, hasta ahí, por favor, a ver, déjeme ver cuánto entró—y llevó de nuevo su mano hacia atrás y recorrió desde su base hasta su ano…– Como la mitad, tío?
–Sí, amorcito, como la mitad, y ahora sí voy a cogerte rico, vos a sacar un poco mi pito y luego lo voy a meter de nuevo, y así muchas veces. Vas a ver lo rico qué vas a sentir!
Y así comencé a hacerlo, de manera suave, una vez pasado el susto, él comenzó a gemir un pocoy a morderse los labios cada vez que entraba en él.
–Te gusta, verdad? Sientes rico?
–Sssiii, tío, ya casi no me duele y se siente bien cómo entra y sale su pito…me va a echar ahí su lechita o afuera?
—Donde tú me digas, mi rey…dónde la vas a querer?
–Aquí, adentro tío…
Y continúe un poco más sin entrar más de la mitad en el. Por lo estrecho de su anito y lo excitante que era ver cómo desaparecía parte de mi miembro devorado por su culito, no aguanté mucho y exploté en varios chorros que salieron disparados con potencia y humedecieron su intestino. Cuando mi pene perdió firmeza, salí de él, y él se levantó con dificultad y temblando un poco. Lo cargué en mis brazos y lo llevé al charco para limpiarlo y bañarlo con mucho cuidado. Lo frío del agua ayudó a que cerrara su hoyito.
Jesús, curioso, se acercó y preguntó porque su hermano estaba así. Éste, con una pequeña sonrisa, le dijo:
–Porque mi tío me cogió…
CONTINUARÁ
como sigue
Gracias! Pronto la continuación…
sigue contando mas amigo buen relato saludos…..:) 😉 🙂 😉
Pronto! Gracias por tu comentario…
Qué rica experiencia. Si hubo más acción espero podamos conocerla pronto.
Claro que sí! Con gusto…
Excelente relato!! Ojala sigas contando tus aventuras! Date una vuelta por mis relatos!! Te gustarán!
el profe Estebita…buena saga! me pone a mil!
¿Cómo los busco?
que rico relato, esperando la continuacion!
que rico hubiera sentir a mi tio a esa edad! que me llenara de leche!
uff buena historia