Con nene de 6 en comunidad rural Parte 2
Continúan mis juegos con Martincito, ahora despierto él y lo disfruto más .
¿Qué tal, lectores de sst? Traigo a Ustedes la segunda parte de mis aventuras con Martincito, un niño de 6 años al cual conocí y disfruté en una comunidad rural. ¡Espero sea de su agrado y se deslechen rico!
Como recordarán, Martincito me acompañaba a dormir algunas noches y cuando él dormía yo lo acariciaba y tallaba mi pene en su rajita hasta correrme, ésto lo repetí varios fines de semana al quedarme solo mientras mis compañeros de trabajo salían a divertirse o a visitar a sus familias.
En cierta ocasión, un viernes por la noche me invitaron a una fiesta en la comunidad y a ella asistieron también Martincito, sus hermanos y algunos tíos. Cuando me iba a retirar, ya avanzada la noche, le pedí permiso a una de sus tías de llevarlo a dormir conmigo y ella aceptó.
A duras penas contenía por el camino mis ganas de acariciarlo, lo cargué en mis brazos y sobre mis hombros algunas partes del trayecto hasta llegar a la casa que nos prestaban a mis compañeros y a mí para quedarnos.
Me cepillo los dientes y puse un bermudas cómodo para irme a la cama Martín cito ya estaba acostado en ella, vestido, como era su costumbre y solamente se había quitado su suéter.
Platicamos y vimos tv un rato hasta que él comenzó a bostezar. De repente me preguntó:
–Don Javier, ¿Con qué me talla mis nalguitas cuando duermo y me escupe en ellas?
Yo me sorprendí por su pregunta pues creía que él siempre estaba dormido cuando yo lo tocaba y deslechaba en su anito , pero me repuse y le contesté:
–No sé de qué me hablas, Martincito, lo habrás soñado…
–No, las últimas noches que he venido a dormir con Usted, me he despertado cuando me baja el pantalón y truzas y me pone de lado para tallarme con algo caliente y mojado entre mis nalgas, en mi colita, y luego me escupe algo calientito y después me limpia y viste…
¡Y yo que pensaba que él estaba dormido al gozarlo!
— Mmmmhhh….¿de veras quieres saberlo? Te lo puedo mostrar, pero antes dime: ¿Te gusta lo que te hago dormidito?
— Sí, don Javier, siento como cosquillitas aquí, en mi colita…
–Bueno, pues si quieres saberlo, me tendrás que dejar jugar con tus nalguitas…¿Estás de acuerdo?
–Si, don Javier…
–Ah, y no debes decirle a nadie de nuestros juegos, será nuestro secreto…¿Me lo prometes?
–Sí, don Javier, está bien…
— Bueno, entonces tú sólito bajate tu pantaloncito y tu calzoncito y acomódate de espaldas a mí…
Y él, docilmente, hizo todo cuanto lo pedí. Entonces, le acaricie sus nalguitas y pasé mis dedos, ensalivados un poco, por su rajita, haciendo presión en su anito y pasándolo alrededor de su cerrado botoncito…él se reía un poco.
Luego, puse mi erecto pene en su rajita y lo froté de arriba abajo en ella…y le dije:
–Esto es con lo que te tallo, agárralo con tu manita, anda…
Con un poco de temor, lo hizo, entonces le pedí darse la vuelta sin soltar mi pene, para que viera lo que era…¡jamás olvidaré su cara de sorpresa mezclada con un poco de temor al ver mi pene lleno de vello, con sus 17 cm, duro como roca y lleno de presemen!
Lo soltó, asustado, y limpió sus manos en las sábanas…
–¡Es su pito, don Javier!
–Así es, Martincito…¿te asustaste?
–¡Sí! ¡Es que está bien grande y grueso y tiene muchos pelos!
–Sí, todos los hombres grandes lo tenemos así, el tuyo también crecerá con el tiempo y se pondrá asi..así…
–¿Pero por qué le sale esa babita y está duro, don Javier?
–Así se pone cuando algo lo hace feliz, como tus nalguitas y colita…pero tócalo, anda, no te va a hacer nada…y tomando sus manos, las llevé a mi pene y coloqué alrededor de mi tronco. Lo hice subirlas y bajarlas por él para que me masturbarnos un poco… él, entre curioso y asustado, hacía cuanto le pedía.
–Martincito…¿Me vas a dejar jugar con tu colita?
–¿Con su pito, don Javier?
–Siiiiiii…
–Bueno…
–Pero ahora, quiero que te quites toda la ropa, yo también lo haré, anda…es más yo te voy a ayudar a encuerarte…¿Sí? Así vamos a sentir más rico y te va a gustar más…
–Bueno…está bien.
Así que lo desnudé por entero e hice lo propio conmigo, él, avergonzado, se cubría su penecito, pero yo aparté sus manitas de ahí y comencé a acariciarlo hasta lograr se parara, lo masturbé un poco y sin avisarle, le di besos en sus genitales, los lamí y metí pir entero en mi boca para chuparlos a placer. Él se reía y gemía un poco.
Luego, le pedí ponerse como perrito sobre la cama y abrirse sus nalguitas para enseñarme su hoyitos virginal…uffff!!! La vista era maravillosa!!! Dirigí a su hoyitos mi boca y lengua, que pasé de manera circular alrededor de él y metí un poco en su hoyito rico con sabor a niño… Él reía abiertamente y gemía ante esas nuevas sensaciones.
Finalmente, dirigí a su anillito mi pene y comencé a frotarlo durante buen rato hasta correrme como nunca. Llené su hoyitos, nalguitas y espaldas con mi semen. Algunos chorros salieron disparados con tanta fuerza, dada mi excitacion qué llegaron hasta su pelo ¡¡!y algunos incluso se estrellaron en la pared!!!
Me asusté un poco, creí no iba a parar nunca y además no sabía cuál sería su reacción. Cuando terminé, él se rió con nervios y me preguntó qué era lo que había salido de mi pene y lo había llenado, así que mientras lo limpiaba, le expliqué lo que era y le pregunté si me volvería a acompañar a dormir o ya no.
–Mmmh, no sé…¿y vamos a jugar así de nuevo?
— Si tú quieres y te gustó sí…
— Sí, si me gustó…
Lo abracé y así, desnudos y abrazados nos dormimos profundamente.
Hasta aquí mi segunda parte. Espero les guste. ¡Saludos!
«Piano, piano, se arriva lontano»…, no hay prisa para comerte ese bomboncito.
Así es, la idea es que ellos también disfruten…
Qué rico que lo hayas hecho disfrutar de esa manera. Excelente forma de comenzar