Con Rafita de 9, Parte 2
Espero les guste!.
Continúo con esta entrega. Gracias por sus comentarios!
Espero disfruten esta segunda entrega!
–Don Javier, don Javier…
–Dime, mi niño…
–Le faltó preguntarme algo.
–¿Qué cosa, amorcito?
–Si su pito me gustaba para algo más…
Dijo, con una mirada cargada de picardía Rafaelito, después de recostarlo en la cama.
–¿Acaso te gustaría ser mío por entero? ¿Me dejarías poseerte? ¿Meter mi verga en tu culito y llenarte con mi leche? ¿Eso es lo que quieres, en serio?
–Siiii, don Javi…
–No quiero mentirte, amorcito, dolerá y mucho…¿No te importa?
–Sé que me va a doler, pero deseo me haga suyo, así que aguantaré. Sólo le pido lo haga con cuidado, pues está muy grande y gruesa su verga…
Lo comencé a acariciar y besar con mucho cariño ante lo que me dijo, bajé con mis labios por su pechito, besando y mordiendo delicadamente su cuello y sus tetillas hasta llegar a sus genitales que besé, lamí y metí por completo a mi boca para juguetear con ellos, ante suspiros, risitas y gemidos de él.
Luego, levanté sus piernas un poco, le pedí sostenerlas arriba y flexionar un poco y lo acomodé cerca del borde de la cama para exponer y descubrir su botoncito rosa y cerradito a mi vista.
Acerqué mi nariz a él para aspirar su olor embriagante de niño y luego lo besé repetidamente.
Acerqué mi lengua a su hoyito y comencé a lamerlo una y otra vez sin parar para dilatarlo un poco.
Introduje un dedo que su anito recibió gustoso, luegos dos y aunque se quejó un poco, se dejó hacer.
Finalmente, puse una cantidad generosa de lubricante en mi mástil palpitante y en su culito para frotar con él ese hoyito que sería mío en breve…puse mi glande en su entrada…
–¿Ahí, Rafita? ¿Estás seguro de lo que deseas?
–Mmmmh, mmmmh, siiiii, don Javier, ahí…siiiii, deseo ser suyo, quiero que me lo meta y pertenecerle.
–Amorcito, no sabes lo feliz que me haces, siempre soñé con este momento desde el primer momento que te conocí…¡te amo!
–Y yo a usted…
Empujé un poco mi glande y él apretó sus labios al sentir cómo mi glande se abría pasó en su interior y un tenue quejido y ayer de dolor se escaparon de sus labios temblorosos al recibir poco más de la mitad de mi hombría en él.
–¿Duele, amorcito? ¿Quieres que pare?
–Siiii, don Javi, por favor—y puso sus manitas en mi abdomen bajo para detener mi avance, mientras unas pequeñas lágrimas asomaban a sus dulces ojos.
Yo detuve mi penetración unos momentos para permitir que su recto se acostumbrara a la sensación de sentirse invadido por mi pene.
Luego, él retiró sus manos y me pidió seguir.
–¿Seguro, amorcito? ¿Puedo seguir? Ya falta poco…
—Siiiii, siiiiga, siiiii….mmmghhh.
Y de una, dejé caer mi cuerpo y empujé mi pelvis hasta sentir mis testículos chocar en su entrada.
¡Era mío, por fin, totalmente mío! La suavidad, la estrechez y lo calentito de su interior eran algo único.
Él pegó un grito fuerte mientras prorrumpía en llanto. Tapé su boca unos instantes y traté de consolarlo susurrando palabras cargadas de amor en su oído mientras le besaba.
Poco a poco dejó de llorar, quité mi mano de su boca y una dulce sonrisa asomó entre su dolor.
–¡Gracias por entregarme tu botoncito, amor! ¡No sabes lo feliz que me haces y lo rico que se siente estar dentro de ti! ¡Te amo, te amo, te amo!
Le decía, mientras con mis labios enjugaba sus lágrimas…
Luego, empecé un delicado vaivén y él acusaba un poco de dolor y se quejaba más fiel a su palabra aguantó ser follado por mí.
Al ser empalado por mí hasta el fondo, se tocaba su pancita y sonreía un poco al sentir la dureza de mi glande y comenzó a gemir mientras su penecito permanecía erecto.
Lo masturbé mientras lo hacía mío y finalmente exploté llenando su interior con mi semen con un embate final mientras gruñía de satisfacción.
Me recosté en su pechito dejando que mi pene perdiera su dureza para retirarlo suavemente mientras se escuchaba un ruido similar al descorche de una botella.
Lo cargué y llevé al inodoro para que expulsara entre gases una mezcla de semen, popó y un poco de sangre.
Le lavé con agua fría para ayudar a cerrar su anito y le ayudé a vestirse.
Eliminé toda huella o rastro de lo que había ocurrido y lo subí a mi auto. Le compré ropita, unos buenos tenis y algo de frituras y soda para agradecerle lo feliz que me había hecho.
Antes de llegar a su casa, nos detuvimos y lo llevé atrás de unos arbustos para reiterarle mi amor, agradecerle su entrega y la felicidad tan grande que me había dado.
Nos besamos y acariciamos un poco, le hice prometer que ese sería nuestro secreto y que a nadie debía contarlo.
–Y dime, ¿Te gustó lo que hicimos, mi amorcito?
–Siiii, don Javi, me dolió un poco, pero me gustó…
–¿En serio? ¿Te gustaría que lo volviéramos a hacer?
–¿Ahorita? No, me duele mucho mi colita…pero si quieres, se lo puedo chupar, me gustó mucho su lechita, don Javier.
–Está bien, amorcito, no te preocupes, después de unos días dejará de dolerte. Te voy a dejar esta cremita para que te la untes ahí por la mañana y noche y te ayude con el dolor.
Y sin más, dirigió sus manitas a mí pantalón, lo desabrochó y bajó hasta las rodillas junto con mi bóxer para deleitarme con sus labios, lengua y boquita hasta hacerme llenarlo con mi semen que tragó con deleite.
Para corresponder, yo hice lo propio con él. Su erecto penecito medía cerca de 11 cm, muy bueno para su edad y era para mí todo un placer besarlo, lamerlo y chuparlo hasta hacerle tener un orgasmo seco que le hizo casi desfallecer en mis brazos.
Volvimos al auto, y conduje hasta su hogar donde su madre y hermanitos le esperaban.
Alegre, les contó lo bien que la había pasado y les mostró los regalos que para él y ellos había comprado.
Todos me dieron las gracias y abrazaron y después de charlar un poco, me acompañó hasta mi auto.
Nos abrazamos y yo me agaché para quedar a su altura y besarle en sus labios, sin saber que su mamá nos observaba…y es que el amor no se puede ocultar.
C O N T I N U A R Á…
Aviso: Ya recuperé mi tg anterior @EduRu64.
Espero sus mensajes!
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!