Con razón eres marica con una verga así no puedes ser otra cosa sino marica.
Un chico que se queda a vivir en casa de su tío, al conseguir ropa femenina de las novias del tío se las pone y es descubierto por el tío, quien se lo coge y se burla de su pequeño pene..
Con razón eres marica con una verga así no puedes ser otra cosa sino marica.
Cuando mi tío me acogió en su casa, mientras terminaba mis estudios en la universidad, jamás pensé en que terminaría siendo feminizado y sodomizado por él y varias de sus amistades.
Ya llevaba par de meses en su casa, sin que nada raro pasara, pero un día entre al cuarto de baño, para darme una ducha, y encontré sobre la ropa sucia unos pantis que seguramente eran de alguna de sus amigas.
No sé qué me paso, pero quizás por curiosidad o quien sabe por qué, sin pensarlo los agarré y me los lleve a mi nariz para olerlos, la cosa es que a medida que los fui oliendo comencé a masturbarme, hasta que me vine.
Desde ese día cada vez que me iba a bañar, continúe haciendo eso, pero a los pocos días no me conformaba con tan solo olerlos, sino que comencé a ponérmelos, al tiempo que me miraba en el espejo del baño, al mismo tiempo que me volvía a masturbar.
Como mi tío tiene su negocio, en raras ocasiones estaba durante el día en su casa, por lo que yo la veía únicamente los fines de semana.
Cosa que me llevó a que me confiara y no me conformara con usar oler y usar los pantis y sostenes que sus amigas dejaban en el baño, sino que sabiendo que él no regresaría hasta bien tarde en la noche, comencé a tomar prestadas algunas de sus prendas íntimas de mujer que encontré en el cuarto de huspedes, las que disfrutaba poniéndomelas.
Tiempo en el que también fui desarrollando el gusto, por ir introduciéndome algún que otro objeto por mi apretado culito.
Pero un día en que me encontraba de lo más feliz usando algunas de esas prendas íntimas, soñando despierto que era una chica, y hasta llegándome a poner uno que otro vestido que había encontrado.
Cuando del susto, al verlo frente a mí casi me desmallo, y cuando mi tío me pregunto sumamente molesto que era lo que yo estaba haciendo con ese vestido puesto.
En ese momento me encontraba, viéndome en el espejo, modelando el vestido que tenía puesto, cuando al dar la vuelta me lo encuentro observándome de pies a cabeza, por lo que
sin poder responderle, me puse a llorar.
Eso como que lo enfureció más, y en ese instante me amenazo con llamar a mis padres y contarles todo.
Sin dejar de llorar y tartamudeando, me arrodillé frente a él y comencé a pedirle por lo que más quisiera que no les dijera nada a mis padres.
En medio de mi desespero, le dije que iba hacer lo que quisiera que, si quería que me fuera de su casa, lo haría de inmediato, aunque la verdad es que ni idea tenía a donde me podía ir, en ese momento.
Mi tío en ese mismo instante me ha sonado con una fuerte cachetada, diciéndome. “A donde te vas a ir marica, te vas a quedar aquí, pero de ahora en adelante vas a hacer solamente lo que yo te ordene, entiendes.”
Yo sobándome el cachete, solamente atine a decirle un casi inaudible sí, casi de inmediato mi tía, sin el menor pudor, se ha sacado su verga diciéndome. “Quiero que me lo mames, mariquita.”
Y tras decirme eso tomo asiento en su cama separó las piernas y agarrándome por el pelo llevó mi cara hasta su parada verga, por lo que aun sin saber cómo hacerlo, no me quedó de otra que ponerme a chupar su verga.
A medida que yo seguía chupa que chupa el tallo y la cabeza de su verga, así como su clítoris, mi tío fue restregando mi cara contra su cuerpo, su olor y sabor me tenían mareado.
Hasta que finalmente él disfruto de una tremenda eyaculación que mojó toda mi cara, en ese momento pensé que, y que se daría por satisfecho, pero me equivoqué.
Una vez que retire mi cara de su verga, me ordenó que me parase frente a él, y lentamente comenzara a quitarme toda la ropa.
Tímidamente fui obedeciendo lo que me fue ordenando, hasta que después de que me quité el sostén que tenía relleno con un par de medias, me ordenó que me quitase los pantis.
Una vez que me los quité, con mis manos traté de ocultar mi pene, pero mi tío al ver como trataba de ocultarlo de su vista, me ordenó que retirase mis manos.
Una vez que estuve completamente desnudo ante él, mi tío se comenzó a reír de manera burlona, pero con lo asustado que yo estaba, no lograba entender cuál era el motivo de su risa.
Hasta que señalando mi pequeño miembro me dijo. «Con razón eres marica, con una verga así no puedes ser otra cosa.”
Hasta ese momento, yo nunca me había cuestionado el tamaño de mi verga, aunque sabía que era algo pequeña, pero al él sin dejar de reírse, y levantando su dedo pulgar me dijo. “Es más pequeño que mi dedo.”
Al escuchar sus palabras, no me quedó la menor duda de que mi verga era realmente pequeña, y en ese momento, aun llorando me moría de la vergüenza.
En ese instante mi tío, me ordenó que tal y como me encontraba, me recostase en sobre el borde de su cama, y que me quedase así hasta que me dijera que hacer.
Por lo que sumamente asustado le obedecí, sin atreverme a decir una sola palabra por miedo a que se molestase más conmigo.
Al poco rato sentí que se encontraba tras de mí, colocó sus manos sobre mis nalgas, y con sus dedos me embadurnó la parte interna de mis nalgas con algo como aceite, fue cuando instintivamente le pregunté que me estaba haciendo.
Su respuesta tras darme una ardiente nalgada fue. “Querías vestirte como una mujer, y sentirte como una, ahora voy a cumplir tu deseo marica.”
De inmediato comencé a sentir como sus dedos me penetraban por el culo, al poco rato luego me comenzó a penetrar con esa cosa dura el hueco de mi culo, y casi de inmediato me dijo. “Relájate marica, o te va a doler bastante, y de todas maneras te lo voy a meter.”
No podía creer que mi tío me estuviera penetrando, las lágrimas se me salían, al tiempo que no dejaba de quejarme y llorar lastimeramente a medida que ella me seguía enterrando toda esa cosa larga y gruesa por el culo.
No fue hasta que sentí su cuerpo contra el mío, que ella dejó de seguir presionando esa cosa contra mi cuerpo.
Por un rato se quedó quieto, pero en esos momentos me sucedió algo bien raro, ya que, de manera lenta al principio, y creo que hasta de forma involuntaria, comencé a mover mis caderas, a pesar de seguir llorando, y quejándome.
A medida que yo seguía moviendo mis nalgas, mi tío comenzó a meter y sacar aquella enorme cosa larga y gruesa de mi culo.
Al poco rato, era yo quien le pedía a mi tío que me diera más y más duro, moviendo mis caderas cual si fuera una verdadera loca.
Yo no sé cómo paso, pero sin llegar a tocar mi pequeño pene, me vine, al tiempo que mi tío disfrutaba de otra fuerte eyaculación, ya que esa cosa que me estaba empujando por el culo, la tenía por completo dentro de mi.
Cuando separó su cuerpo del mío, no fue hasta que me dio una ardiente nalgada que me lo sacó, diciéndome. “Ahora mariquita, ve y date un buen baño, que vamos a salir de compras.”
Yo ni idea tenía de que hablaba él, pero sumisamente hice todo aquello que me ordenó, sin atreverme a llevarle la contraria.
Cuando salí de la ducha ella me estaba esperando en su cuarto, con todo un sin número de prendas de vestir, las que me fue probando y eligiendo sin que yo llegase abrir la boca.
Luego como pudo me maquilló discretamente, me puso una peluca la peinó, y hasta me puso uno collares y zarcillos, cuando me vi en el espejo de su peinadora, no podía creer que fuera yo.
Al terminar de vestirme y maquillarme mi tío cambio de manera de actuar, y de manera cariñosa me hizo que me sentase a su lado, diciéndome. “No te sientas mal por eso, es que de seguro saliste a la familia de tu madre, porque tu padre, al igual que yo tiene una verga inmensa.”
Y tal como me lo dijo salimos de compra, pero advirtiéndome que no dijera una sola palabra, que me limitase únicamente a probarme lo que él me escogiera.
Yo sigo estudiando en la universidad, pero apenas llegó a su casa, me debo cambiar de ropa, y atenderlo, y alguno de sus invitados he invitadas cual, si fuera su esclava.
Además de tomar las pastillas anticonceptivas que mi tío me da diariamente, y no son precisamente para no salir embarazado, sino que de esa manera recibo mi dosis diaria de hormonas femeninas de estrógeno.
Por lo que de un tiempo a esta fecha mis pechos se han ido convirtiendo en unas pequeñas tetitas, mi cabello ha crecido, y se me ha puesto bien sedoso, y hasta el tono de mi voz ha cambiado.
Y como siempre mi pequeño pene es siempre el centro de las burlas del, y de sus invitados he invitadas, que en más de una ocasión me han puesto a mamar sus vergas o sus coños, o me dan por el culo.
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