Con un "lanza" en el ejercito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por FernandoMurcia.
Hola, como están. Este es mi primer (y espero que no el ultimo relato), soy de Bogotá Colombia, tengo 28 años, acuerpado, blanco, ojos verdes, un man normal, ni papacito ni feo.
Esto ocurrió cuando estaba prestando servicio militar, en aquel entonces yo tenía 19 años, y aunque siempre me han gustado los hombres, no fué la razón de enlistarme, solo quería demostrarme a mí mismo de lo que era capaz de hacer, como decimos en mi país "probar berraquera".
Así que entre en el año 2005, y fue duro sobre todo los primeros meses en los que uno es recluta, pero con todo ese "volteo" (acondicionamiento físico) había tenido un cuerpo que nunca pensé tener, además que tenía la opción de ver a mis 91 compañeros desnudos todos los días, obviamente con mucha discreción, porque si me dejaba en evidencia, la vida en el batallón iba a ser un martirio.
De mis 91 compañeros (algunos de los cuales estaban como se les daba la gana), traigo a colación a GUTIERREZ (Rafael), él era blanco con esa sombra de barba que me enloquece en un hombre, cuerpo levemente marcado y un poco velludo que me pone a 1000, carita redonda, voz potente, acuerpado, y una nalgas de envidia. Pero así mismo era un líder innato, un completo arrogante, que se nota que había obtenido lo que se le había dado la gana y las mujeres que quisiera con esa cara o ese habladito sensual que tenía. La verdad lo detestaba, porque sabía que era el típico chico popular que todos y todas querían, y con esa seguridad exagerada, que lo hace ser un poco fantoche-sobrado. Y aunque recuerdo haberle visto el torso (que por ser velludo lo tengo presente) no recuerdo haberlo visto desnudo, o no me había fijado por el fastidio que le profesaba.
En el batallón no faltaron los comentarios de "ud es como marica" o cosas así, pero nunca di de que hablar, hacía todo con dedicación y sin meterme en problemas, el caso fue que ya llevábamos casi de un año y a unos meses de salir a patrullar, fuera del batallón, nos dejaron en funciones en el batallón y la vida era un poco más "relajada", sin embargo, a veces el tedio de formar y de que todos los comandantes estuvieran por ahí dando vueltas, era agotador.
Un día estaba intentando dormir 1/2 hora antes de la formación del medio día cuando llegaron todos los demás con toda la bulla y el ruido característico de los soldados (riendo, puteando, gritando etc.) igual seguí intentado dormir y me acosté bocabajo cuando el soldado GUTIERREZ, se me sentó en la cama me empezó a tocar la espalda y dijo
-oiga Murcia, deje la puta dormidera – Yo lo ignoré, pero él siguió, ahora yo sabía que todos nos veían, porque estaban muertos de la risa, digamos que habían encontrado a quien molestar
-ábrase, huevón – le dije yo
-hay, déjese consentir – contestó este con todos los demás riendo- no sea así
-DEJE DORMIR MARICÓN!!! -le grité
-si ve Murcita no se deja consentir – y dicho esto se acostó a mi derecha bocabajo también, y su mano izquierda la puso sobre mi nalga, los demás ya se destornillaban de la risa, pero ya no quedaba mucho para la formación así que cada uno se fue hacia su catre a alistarse sin embargo GUTIERREZ se quedó ahí, a mí me molestó, había dormido a lo mucho 4 horas en toda la noche intentaba reponer energía y le dije:
-Marica no sea así, déjeme descansar
-pero déjese consentir jajaja
-le gustaría que le hiciera lo mismo? no sea así.
-pues hágale a ver- dijo retándome
Como estábamos acostados bocabajo deslice mi mano derecha por debajo de su puerto y le agarré el paquete. al principio lo hice de rabia y por el reto, pero dos segundos después me percaté de lo que estaba haciendo, tenía en mi mano la verga de semejante semental de hombre, y no solo esa, sino que a pesar de la sorpresa que debí causarle (no creo que él pensara que de verdad lo iba a hacer) su pene se erecto casi de inmediato, y de repente en mi mano quedé con un pedazo de carne descomunal, y dura como la piedra ( y debe ser normal teniendo en cuenta que no salíamos hace como 3 meses, por tanto lo más que hacíamos seria pajaearnos).
Sin embargo pesé a la sorpresa, el miedo y la tensión, ninguno de los dos quitó la mano, al contrario el masajeó suavemente mis nalgas para que no fuera obvio, porque todos seguían ahí, aunque cada uno en su cuento. Yo ante esto empecé a acariciarle esa verga (y sobra decir que la mía se puso igual de dura en un instante) un poco más duro, se la apretaba para sentirla palpitar, porque apretar una buena verga y sentir como palpita-salta eso es gloria; y la suya se retorcía y me tenía muy excitado. Además me percaté que si no aprovechaba esa oportunidad talvez nunca la tendría nuevamente, así que busqué su bragueta
-TODOS A FORMAR!!!! -gritó un sargento y eso me sacó de la hipnosis.
Él se levantó como si nada hubiera pasado se acomodó el paquete, la bragueta y salió, yo salí un poco aturdido, pero igual pensaba que si él se ponía a abrir la boca quedaría peor que yo, todos vieron cuando él empezó el juego y total si se las daba de chistoso, podía estar buenísimo pero le rompía la cara, aunque saldríamos reventados ambos. Y eso me hizo sentir más tranquilo, así que me calme, para bajar la erección y seguí el día como si nada.
En la noche a la hora de la recogida (dormir) yo me acosté en mi camarote en la parte de abajo y él llegó al de él que estaba junto al mío, pero el de él era el de la parte de arriba, pero en vez de acostarse se acostó descaradamente en el mío, lo hacía para que todos lo vieran y pareciera nuevamente parte de la recocha (chiste), obviamente algunos rieron pero igual cada uno se acostó y se apagaron las luces.
Cuando esto pasó el cogió mi mano y la llevó a su paquete, yo ofrecí un poquito de resistencia para no parecer ansioso, pero después de estar junto a uno de los manes más cachondos que he visto imponiéndome cogerle el pene uno no lo piensa mucho así que si se lo cogí y no solo eso le abrí la bragueta y terminé lo que empecé en la tarde, se lo cogí sobre los bóxer que los tenía mojados ya por el precum, el solo se bajó los bóxer y (por alguna razón que no entiendo del todo) me cogió mi pene, obvio eso me puso a volar; pues yo entendía que GUTIERREZ era hetero, que lo que estaba era caliente, y que por necesidad más que por deseo se estaba dejando hacer, pero que además el me cogiera el mío eso era alucinante, seguí sin decir nada ( yo siento que hablar hubiera roto ese estado en el que estábamos).
Pero igual lo masturbe con ganas, igual si en algo era experto era en hacer retorcer a un hombre, le cogía el cabezón y con el mismo precum le deslizaba mis dedos eso lo hacía retorcerse y eso me ponía más caliente, entonces me escupí la mano y seguí, eso le gusto bastante por la cara de placer que hizo, luego soltó mi pene cerro los ojos y se dedicó a disfrutar, la verdad con ese machote yo prefería que fuera así. Él reprimía sus gemidos y suspiraba, eso me estaba enloqueciendo, quería chuparlo, pero él empezó lentamente a girar mi cuerpo (quería penetrarme) y la verdad aunque yo he estado con varios hombres la penetración nunca se me dió y no porque yo no quisiera o no lo intentara, de hecho lo había hecho una vez a los 14 y no solo no lo disfruté sino que no me pude sentar en 2 días. Desde entonces cada vez que lo intentaba era un fracaso. Por ello me dio miedo y empecé rápidamente a masturbarlo.
Yo sé que él quería todo el paquete completo, pero después de esa abstinencia y ese calentón en el que estaba, no pudo reprimirlo. Empezó a tensarse y a retorcerse previo al orgasmo, cuando:
-aaaahhhhhgggggggggahhhhhhhh – gemía lo mas en silencio que podía mientras me echaba leche en mi cuerpo y en mis sabanas como si nunca se hubiera venido en su vida, no paraba, y eso me calentó peor. Y cometí el error de hablar (aun cuando yo sabía que si hablaba, eso se cagaría el momento de calentura) y le dije:
-se lo chupo?
-sabe, que dejemos así- dijo en un tono que parecía arrepentido, asustado consiente de lo que estaba haciendo y donde lo estaba haciendo. Se levantó rápido se acomodó y se trepó a su cama y me dio la espalda
Yo quede aburrido, solo había sentido su orgasmo y su semen pero no lo había visto, ni siquiera había podido ver (solo sentir) la forma de su verga, además había quedado calientísimo. Limpié el semen de mis sabanas un poco con la camisa, un poco con la lengua, lo cual me calentó peor, y di el asunto como acabado y un poco frustrado, igual él como hetero había saciado sus ganas de desocupar sus bolas, y yo había quedado con el olor de su semen nada más.
Sin embargo al siguiente día se me empezó a arreglar al caminado con GUTIERREZ, no pensé que pasara pero pasó, pero lo cuento en la segunda parte.
Gracias por su tiempo
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!