Confesión #1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JLF.
Esto pasó el último año de clases.
A diferencia de mis compañeros yo ya había tenido mucha experiencia sexual, especialmente gay, ya que comencé como a los nueve años.
Pero en cuarto medio, el último año en Chile, no pasaba mucho con nadie.
Un día una de mis compañeras decidió hacer una tremenda fiesta de despedida.
Había mucho rock, vino en caja, cervezas, etc.
Yo había ido con mi amigo Hugo, que de todos era el más nerd de todos, pero era alto y fornido.
Nos emborrachamos todos mis compañeros y compañeras, pero en una de esas mi amigo me pide que lo acompañe al baño.
Pensé que quería vomitar, pero no fue así, solo quería mear conmigo ahí.
Se sacudió y luego hice yo.
La verdad es que yo estaba caliente y la tenía parada, él nunca había estado con un hombre, o una mujer, así que simplemente quedo asustado al verla.
—No pasa nada—dije—ya vamos a buscar una chela.
Él medio aturdido, y torpe, asintió.
Pero antes de salir rozó mi pene con su mano.
Sentí como su dedo gordo de la mano acarició la cabeza de mi miembro.
Cuando terminó el festejo, nos fuimos caminando todos los hombres juntos.
Hasta que lentamente cada uno se quedó en su dirección.
Hugo y yo nos miramos y dijimos, vamos al parque.
Yo ya conocía ese parque, por entonces encontrabas muchas parejas culeando entre las sombras.
Quería que él lo viera, que se excitara.
Corrimos por el parque como niños, caminamos abrazados, y así mismo caímos abrazados.
Sentí su pene crecer en el pantalón cuando lo rozaba con mi pierna.
Él me sacó la pierna, pero seguíamos abrazados.
Entonces fui más agresivo y tomé su pene por sobre el pantalón.
Él quitó mi mano dos veces, pero la tercera él me agarró el mío y me dio un gran beso.
Nos besamos mucho rato, como si no fuese a ver un mañana.
Luego abrí su pantalón y saqué su pico, lo puse en mi boca y comencé a mamar para hacerlo crecer.
Le se estiró en el pasto, gozando.
Toque sus testículos y el agujero de su culo.
Se estremeció como un pequeño motor.
Quité una de las piernas de su pantalón y mamé su culito, que se dilataba mucho, como si hubiese sido penetrado antes, cosa que sigue siendo un misterio para mi.
Hice lo mismo y dejé que nuestros penes chocaran, nos masturbé juntos.
Comenzó a chuparme un poco, pero no lo hacía muy bien, así que volví yo al ataque.
Puse la cabeza de mi pico en su culito.
—Métemelo ahora o nunca—dijo.
Lo hice se lo metí suavemente, pero no hizo gestos de dolor, ni se masturbaba mientras lo hacía, solo resistía mientras yo lo tomaba por las caderas.
Puse sus piernas en mi hombro y seguimos un rato.
.
—Quiero saber que se siente metérselo a alguien—dijo.
Yo sabía que le iba a costar, así que se lo mamé otra vez hasta que se paró.
Hice que su pene se pusiera como un hasta banderas.
Entonces me senté sobre él y lo guíe dentro mío.
No era un pene grande, pero sentí más placer que con muchos otros.
Ahí estuve hasta que yo terminé, él no había podido hacerlo aún.
Así que metí su pene en mi boca y le dije que me culiara así.
Lo hizo y terminó después de dos movimientos.
Después nos miramos confundidos, un poco él más que yo.
Caminamos abrazados hasta su casa.
—Nunca más va a pasar—dijo.
—Okay.
—A mi me gustan las mujeres—continuó.
Me encogí de hombros.
No era la primera vez que un hombre me hacía sentir mal por haber tenido sexo con él.
Nos alejamos.
No volvió a pasar, pero en mi línea de recuerdos estuvo bien.
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