Confesiones 1- Encuentros furtivos
Si bien no considero haber sido «abusado» también creo a esa edad no se puede tomar una desicion sobre el tema; aun así, recordar y escribir mis experiencias pasadas hacen qué mi verga palpite de excitacion y entiendo lo afortunado qué fui al ser iniciado de esa forma.
El día marchaba de lo más aburrido mientras golpeaba el balón contra la cancha improvisada frente a mí, y por más que lo intentaba, no podía atinar un gol, eso sin tomar en cuenta que nadie cuidaba la portería. Eso decía mucho de mi talento en el futbol.
De pronto una pelota diminuta comenzó a saltar por todo mi patio, corrí y corrí tras ella hasta atraparla entre mis pequeñas manos. Lanzándome una pequeña pelota de hule era la forma en la que mi vecino me anunciaba su llegada.
Con suficiente destreza salte la barda que dividía nuestros patios traseros. Y ahí estaba el: Freddy; mostrando con descaro el bulto que se formaba en su entrepierna. Su miembro inclinado hacia la derecha dentro de su short deportivo. Corría, en dirección a mi amante, sabiendo que ambos habíamos estado esperando este momento, la erección de Freddy era prueba de ello.
Freddy, parado bajo el marco de la puerta presionaba su miembro aun cubierto por la tela, incitándome a darle placer como lo había hecho en anteriores ocasiones. El cuerpo de Freddy brillaba, muestra de que había estado sudando recientemente, su torso desnudo sin imperfecciones, los pelos de su ombligo bajaban hasta esconderse en el resorte de sus boxers.
— Creí que no llegarías nunca — le dije al llegar a él y rodearlo con mis pequeños brazos, quedando mi cara a la altura de su cintura. Comencé a palpar la dureza de mi amante con una mano, queriendo sacarlo de su escondite.
— No pierdas el tiempo, nene — respondió Freddy al momento que alborotaba mis cabellos; ansioso estiró hacia abajo su short y boxer juntos, sosteniendo su miembro desde la base.
Yo estaba más que encantado al tener frente a mí la verga de Freddy. Sus huevos colgados y ese trozo de carne, duro, firme y brillante eran solo para mí, su glande descubierto a medias por esa capucha de piel que lo guarda. Lentamente me acerco, presionando mi cuello, hacia ese miembro palpitante, la urgencia de Freddy por meter su verga en mi pequeña boca aumentaba, y yo no podía hacerlo esperar.
Obediente, abrí mi boquita para engullir esa cabeza hinchada, ya me había acostumbrado a su grosor que, si bien no era exagerado, lo era a mis 7 años. Finalmente, al sentir la calidez y humedad en la punta de su verga, freddy suspiró aliviado. Mientras continuaba con mi labor, utilizaba mi lengua para saborear todo el contorno de esa verga, comenzó el vaivén con su cabeza mientras entraba más y más de esa verga en mi boca, lo envolvía con mi lengua y lamia todo el tronco e iba hasta el glande, y succionaba con esmero, haciendo que a Freddy se le ablandaran las piernas de placer. Se sentía tan bien, la piel caliente de su verga contra mis labios y rozando mi lengua, succionaba queriendo saborear los fluidos que expulsaba dentro de mi boca.
Con cuidado, freddy enredaba sus manos en mis cabellos, me sostenía con firmeza sin hacer presión de más; entonces, cuando me tenía bien sostenido, comenzaba su movimiento de cadera, empujaba su verga hasta chocar en el borde de mi garganta, aguantaba a mi joven macho con tal de hacerlo feliz. Freddy comenzaba con movimientos lentos, muy lentos, disfrutaba la invasión de su miembro en mi boca; poco a poco su calentura aumentaba y con ello la intensidad con la que metía y sacaba su miembro dentro de mí.
Como pudo, Freddy se liberó de su ropa, quedando ahora completamente desnudo.
Las estocadas se hicieron tan profundas que sentía el golpe de su verga en mi garganta, tenía que aguantar las arcadas para no vomitar y la fuerza de empuje dolía en mi garganta, pero mi cabeza no se movía por el agarre firme de Freddy. Sentía mi carita recubierta en mis propias babas, chorreaba el líquido entre mi boca y su verga dominándome, los pelos de freddy hacían cosquillas en mis labios y nariz, estos también estaban completamente mojados.
Estar tan cerca del miembro de Freddy me ponía tan caliente, la mezcla de olor a jabón y sudor de su verga me embriagaba. Me dejaba embestir con intensidad. Sentirme dominado por el de esa forma hacia que mi piel se enchinara de placer; mi cuerpo no podía entender esa sensación, pero mi diminuto pito completamente duro me decía que estaba bien. Entonces me dejaba usar.
Mi mandíbula ya dolía, quería parar, quería agarrar una gran bocanada de aire, las ganas de vomitar eran cada vez más fuerte y más saliva se juntaba en mi boca. puse sus manitas contra los muslos de freddy, tensos por el movimiento, y comencé a empujar, queriendo sacar esa verga de mi boca, pero a Freddy poco le importó que me estuviera haciendo falta el aire y su agarre no perdió fuerza; podría decir que incluso eso lo excitaba aún más; el siguió con la misma intensidad — aguanta bebe, aguanta — a Freddy le parecía divertido al estar usándome a su antojo, lo sentía vigoroso. Los gemidos que escuchaba eran música para mi
Aun así, por más que quería complacerlo, mi cuerpo me pedía un alto. Quería toser, quería vomitar, quería tomar aire. Un fuerte sonido gutular se abrió paso desde mi garganta, haciendo que Freddy se detuviera de golpe, soltando mi cabeza, su verga quedo bamboleando frente a mi rostro sonrojado con hilos de saliva goteando entre mi cara y su verga. Caí sentado hacia atrás mientras aprovechaba para respirar
—estaba a punto de acabar en tu boquita —se quejó Freddy mientras trataba de recomponerme —abre la boca — ordenó — un poquito más, anda — mientras lo decía meneaba sus caderas golpeando mis mejillas con su verga mojada.
— No — alcance a decir antes de dar otra bocanada de aire — casi vomitaba y no me soltaste — mis ojos de estaban llenos de lágrimas y escurrían mocos de mi nariz.
Poco le importó a Freddy verme así que, de un manotazo, me tomó de la cabeza y me pegó a la pared. Sentí el golpe seco de mi cabeza contra la pared y las lágrimas se acumularon e n mis ojos. Quería llorar de dolor. Lleve mis manos a mi cabeza y freddy las tomo en una de sus manos, sosteniéndolas sobre mi — aguanta, cabron — dijo apretando los dientes — ya casi acabo — apretaba mis manos con fuerza, me estaba lastimando, yo no forcejeaba, quería que se detuviera, pero no opuse resistencia, sabia que pronto terminaría.
El dolor en la parte trasera de mi cabeza era fuerte, pero tenía la verga de Freddy tan dentro de mi garganta que no podía emitir ningún sonido. Acaricio por un momento mi cabeza y agradecí el gesto de querer aliviar mi dolor; por otro lado, empujaba mas su cintura contra mi rostro obligándome a tragar su miembro entero. Sus bolas rasuradas chocaban contra mi barbilla.
Trate de mover mi cabeza a los lados, querido librarme, pero esta vez me sujeto del cabello con fuerza, manteniéndome en mi lugar. Su verga entraba hasta mi garganta y al salir dejaba apenas la cabeza dentro, para luego arremeterme con fuerza una vez más. Una y otra y otra vez.
La garganta me dolía, pero quería hacerlo terminar, deseaba tanto que terminara, deseaba sentir como Freddy me preñaba por la boca. Quería sentir las palpitaciones de su verga caliente dentro de mi boca y el líquido viscoso escurriendo por mi lengua y llegar hasta mi garganta.
Freddy gemía como loco y poco le importaba la forma en la que me estaba usando. La intensidad de sus embestidas finalmente logró su cometido: el cuerpo de Freddy se tensó aún más, sus piernas se endurecieron y sus dedos se enterraron con fuerza entre mis cabellos mientras suspiraba y gemía con fuerza. Los espasmos de su cuerpo anunciaron que estaba por descargarse dentro de mí. Detuvo su vaivén, dejando su miembro entero lo más dentro que nuestros cuerpos lo permitían, asegurándose de vaciarse en lo más profundo de mi garganta.
Con mis ojos húmedos y apretados abrí la boca lo más que pude, para tomar algo de aire, y lo único que conseguí fue que freddy apretara más su verga dentro de mí, entonces el néctar que expulsaba la verga de Freddy comenzó a derramarse dentro de mí. Apretaba esa verga invasora contra mi paladar, sentía esa abundancia de leche recién exprimida inundar mi boca por completo. Tosi y gran parte de semen y saliva escurrieron de mi boca
—No la desperdicies, bebé, que la leche de hombre te hace más fuerte — Freddy me miraba desde arriba, me sentía completamente a su merced. La hinchazón de la verga Freddy perdía fuerza, y poco después la dureza de su miembro iba disminuyendo.
Con su verga un poco más blanda limpio mis mejillas — trágatelo todo — ofreció su verga flácida para que siguiera mamandola
Obediente, como siempre, limpie su verga que iba perdiendo tamaño. Freddy no decía nada, solo me miraba directo a los ojos mientras limpiaba su verga con mi lengua. Su expresión era seria. pocas veces se ponía así de salvaje y no lo quería hacer enojar. No otra vez.
Así que, en lugar de reprenderlo por el golpe contra la pared, me limité a limpiar mi rostro con mi propia playera de Pokémon
Tenía aun la respiración agitada, y me se sentía orgulloso de aguantar sus embestidas hasta hacerlo terminar, pero sentía un dolor en mi cabeza y por inercia me apreté con la mano
Aun en el suelo, y con las manos en mi cabeza mire a freddy; quien me sostuvo la mirada — No chilles, cabron, no estuvo tan fuerte — pero mi cabeza aun dolía mucho.
Freddy quiso restarle importancia a ese golpe, sé que no lo hizo con intención de hacerme daño, pero le molestaba el hecho de sentirse culpable. Pensé que debí aguantar su verga desde el principio y dejarlo terminar, de esa forma no habría recibido ese golpe.
Él no era culpable de nada.
Después de todo, no era el primer golpe que recibía a manos de Freddy, y aún seguía buscándolo para darle placer, esos encuentros se habían vuelto tan frecuentes que, a mi corta edad, tenía experiencia en ello
— oye Sebas — levante la mirada, jugaba con la pequeña pelota entre mis manos. Freddy se acomodaba su ropa — creo que ya deberías irte a casa, tu madre llegara pronto — acomodaba su verga dentro de su short. Asentí con la cabeza. A veces simplemente quería jugar a la pelota después de eso, pero freddy no siempre quería jugar conmigo, simplemente me usaba cuando estaba caliente
A final de cuentas, sé que Freddy estaba seguro que sin importar como me tratara, yo siempre estaría ahí cuando él quisiera usarme. Y quizá Freddy tenía razón
Interesante relato. Aunque creo que hubiera estado mejor si contaras primero cómo empezó todo.
Pronto contaré esa parte, saludos 😁
Y la edad del otro protagonista?
Cierto, ese detalle lo omití sin querer, pero en el siguiente especifique su edad… Trato de no dejar datos al aire pero ese sencillamente se me pasó