Conociendo (más) a Tavito
Después de lo qué pasó en mi habitación no sabía que sucedería conmigo y Tavito.
Después de esa tarde en mi habitación junto a Tavito mi vida cambió. No podía sacar de mi cabeza la imagen del niño estrujando mi pene mientras yo disfrutaba metiendo la punta de mi dedo por su ano, lo caliente de su piel y el olor de su culo que se quedó impregnado en mis manos. Cada vez que me la quería jalar era con el pensamiento de mí y Tavito tocandonos, y pensamientos de mi cogiéndolo o poniéndolo a mamar mi verga.
Ya habían pasado unos 5 días desde esa ocasión, y desde entonces no había visto al niño ni por la calle jugando con los demás niños del barrio ni en la tienda donde jugaban maquinitas. Tampoco es como que lo buscara, pero me pareció raro no volver a verlo, lo que hizo que comenzara a pensar que tal vez había contado lo que habíamos hecho y entonces lo hubieran castigado o se hubieran cambiado de casa. Tenía muchas ideas en la cabeza, y si me llamaban violador de niños? Y si se enteraba mi mamá? Y si le habían pegado a Tavito por mi culpa? Y si en realidad a él no le había gustado y tenía miedo de verme otra vez y por eso me evitaba? Eran muchas cosas que pensar, pero aún así el recuerdo de su cuerpo en mis manos era más fuerte y me daba unas buenas jaladas de verga pensando en volver a estar a solas con él, con su verguita, sus huevitos y su culo a mi merced.
Ese día estábamos todos en casa, era fin de semana y mi mamá había podido estar incluso para hacernos algo de comer, algo que no pasaba muy a menudo. Yo solo hacía mis cosas como de costumbre y a ratitos me asomaba a la calle por si podía ver a Tavito a lo lejos, pero no sucedió.
– Joel! – me gritó mi mamá
– Qué?!- respondí desde mi cuarto
– Ya está la comida, pero ocupo que vayas por tortillas- me contestó. Bajé con lentitud, pues era un día caluroso y no tenía ganas de salir al sol y caminar.
– Porqué no va Mario por ellas- le dije a mi mamá
– El se está arreglando para ir al cine con tus primos, acuérdate- me dijo, mientras servía los alimentos en la mesa, entonces voltea seria, – Ocupo que te apures porque tengo poco tiempo para comer. Me pidieron que cubra a un compañero y debo dejar a tu hermano antes- Tomé el dinero y salí con camino a la tienda. Todo estaba normal como de costumbre en mi aburrido barrio, y para mí suerte no había mucha gente para las tortillas, compré lo mío y estaba a punto de volver a casa cuando decidí fijarme en la parte de las maquinitas y oh sorpresa, mi rostro se iluminó cuando pude ver a Tavito ahí solo, jugando videojuegos. Me acerqué ansioso a él,
– Hey, aquí estás- El no despegaba la mirada del juego
– Hola, sí, aquí estoy- Me di cuenta que jugaba un juego diferente y no el de peleas que le gustaba
– Porqué juegas eso?- Le pregunté
– Es que los otros niños ya no quieren jugar peleas conmigo porque dicen que siempre les gano. Por eso ya casi no vengo a jugar- Me dijo, con un poco de tristeza en sus palabras
– Te tienen envidia- Le dije tratando de animarlo.
– Si, es que yo sé mover mejor la palanca que ellos, verdad?- Me dice, despegando por un instante la mirada de la pantalla para buscar mi entre pierna. Éste niño no dejaba de sorprenderme.
– Claro que sí- Respondí, mientras le pasaba la mirada por ese culito que me había hecho reventar de calentura.
– Oye, puedo ir a practicar a tu casa otra vez? Es que mi mamá trabajó de noche otra vez y tengo chance de escaparme- Me dijo, sin quitar ni un momento la vista de la pantalla. Gracias! Fué lo único en lo que pensé en ese momento, con la esperanza de que tal vez se repitiera la historia.
– Obvio que sí, pero más tarde- le dije, a lo que él volteo y se rió conmigo.
– Sale- me contestó.
Mi fijé a todos lados que nadie nos viera y entonces le dí una nalgada, que más que nalgada fué un apretón de culo, y me di la vuelta.
– Te espero en la casa- le dije mientras me iba.
– Si- respondió.
En casa comimos juntos, yo solo esperaba que Tavito no llegara antes, porque podrían complicarse las cosas, pero afortunadamente mi mamá comió muy rápido y en 20 minutos ella y mi hermano habían partido. Llamé a casa de mi tía solo para asegurarme que mi hermano estaba ahí y no volvería a casa. De mi mamá yo sabía que no tenía problema.
Eran aproximadamente las 4:30 cuando tocan a mi puerta, salgo casi corriendo de mi cuarto y me fijo por la ventana, era Tavo, le abro rápido la puerta fijándome que nadie más nos viera, pero la calle estaba desierta como de costumbre.
Dentro de casa le ofresco un refresco al niño, lo cual acepta y empieza a contarme sobre los otros niños y como no juegan ya tanto con él por recentimiento, pero yo solo puedo pensar en lo mucho que me calienta lo que le hago en mi mente. Está vez Tavo usa un conjunto típico para niño, dónde la parte baja es un short de color en tela de algodón y la parte alta una playera sin mangas con un personaje impreso, un Spiderman en su caso y la tela en azúl.
– Vamos a jugar pues- me dice Tavito, haciendo que se reviente mi burbuja
– Vamos pues- le contesto y subimos a mi habitación.
Teníamos unos 30 minutos cuando Tavito me pide que le enseñe cómo hacer algunos combos. Yo tomo su mano y lo guío en como debe hacer los movimientos en la palanca y los botones que hay que usar. Mientras él intenta lo que le digo. Disimuladamente pongo mi mano en su pierna y la acaricio lento, lo corto de su pantaloncillo ayuda a sentir su piel suave. Él está perdido en la pantalla, trata y trata pero no logra hacer correctamente los movimientos la mayor parte del tiempo,
– Casi no me Sale- Dice
– Es que no mueves la palanca lo suficientemente rápido- Le contesto. Para esta parte yo ya le había subido un poco su short con mis caricias y tenía los dedos en el pliegue de su ingle sintiendo su calorcito, y claro, ya con la verga formando una carpa en mi pantaloncillo.
– Si ya sé, ocupo practicar más moviendo la palanca- Me dice viéndome a la cara.
– Pues inténtalo- le digo yo, apuntando a la palanca del tablero.
– Mejor con esta- Me dice, en un acto rápido y para mí extrema sorpresa Tavito toma el borde de mi Short y con todo y boxer me lo levanta y mete su mano de la misma forma en que yo lo invité la vez anterior, pero esta vez siendo él quien toma la iniciativa. Mueve mi verga con su mano por dentro de la ropa, como si hiciera con la palanca de juego una y otra vez, y yo alucino,
– Mejor vamos a la cama para que puedas mover mejor mi palanca- Le digo, y nos levantamos de las sillas para pasar a la cama. Me quitó toda la ropa baja y me acuesto en la cama con mi garrote apuntando hacia el techo. Tavito se acomoda a un lado de mi y me agarra la verga comenzando a moverla igual como hacía hace un momento por uno par de minutos más para después pasar directamente a hacer el clásico movimiento de arriba a abajo convirtiendo la cosa en una paja. Tavito ya se había acomodado recostado en mi panza mientras me manoseaba la verga y los huevos y miraba fijamente como se movía mi piel al compás de sus dedos sobre mi tronco. Tenía yo lo ojos cerrados solo disfrutando la ordeñada del niño cuando siento una humedad y calor en la cabeza de mi verga. Abro los ojos y veo que Tavo está chupando la cabeza de me verga y con la otra mano libre juega con mis huevos. Ahhh, suspiro fuerte, entonces él voltea a verme.
– Que rico- Le digo.
– Tu me chupaste el otro día mi piquito, y quería saber a qué sabía el tuyo. Está rico- Me dice. De nuevo trataba de entender en mi mente lo afortunado que era. Tenía a un niño pequeño chupando mi verga echado en mi cama y además decía que le gustaba.
– Yo también quiero chupar el tuyo- Le añado
– Cómo?- Pregunta
– Déjame quitarte la ropa- Le digo, él asiente con la cabeza y yo comienzo quitando su playerita, sus pensoncitos son del mismo color moreno/rosadito de sus huevitos, lo cual me da ternura y le pasó la lengua a uno de ellos, él suspira, y bajo un poco besando su pancita, bajo un poco más y beso su cadera, en el borde del resorte de su short, eso hace que suelte una risita que yo contesto sonriendo. Tavito ya tenía bien dura su verguita también, se le marcaba en su pantaloncillo, así que yo la muerdo quedito por encima de la ropa babeando un poco su short, lo hago un par de veces más y entonces comienzo a bajar su short. Parece que le da algo de vergüenza porque voltea a ver a la pared, pero yo ya tengo sus pantaloncillos en mis manos y a él lo único que lo cubre es una trucita de Bob esponja lo cual levanta mi morbo aún más. Acaricio su verguita por sobre su ropa interior y él voltea a verme, en su cara se ve lo caliente que también él está y como su respiración está agitada. Bajo su trusa y la arrojo a un lado, teniendo otra vez ante mi su verguita y sus huevitos hermosos a centímetros de la cara. Tomo la punta de su piquito y le doy un tremendo chupetón que le arranca un gemido que jamás olvidaré, y bajo ahora a sus huevitos para chuparlos. Tavito solamente me mira excitado mientras yo me como sus cositas.
– Volteate junto a mi y nos chupamos los dos al mismo tiempo- le digo, y le indico como debe hacerlo. Entonces comienza un momento que jamás olvidaré, yo ahí en mi cama con Tavito a un lado haciendo un 69 delicioso. Le explico como chupar, mostrándole como hago yo con él y en un momento ya está él como corderito chupando la cabeza de mi verga y por momentos bajando a mis huevos, se mete uno a la boca y lo succiona delicioso haciendo que yo de gemidos de placer. Yo por mi parte no dejo que mamar con ansias ese piquito y por ratos bajando a sus huevos o metiéndome ambas partes a la boca y jugando con mi lengua con ellas dentro. Me saco su verguita de la boca toda ya escurriendo de saliva y la observo, viendo que tiene aún una parte de piel pegada al glande. Entonces comienzo a hacerle una paja con mis dedos.
En su lado Tavito está encantado con mi verga, no deja de chuparla aún cuando solo la cabeza le cabe pero no la suelta para nada más que para lamer mis huevos a ratitos. Estoy disfrutando tanto que no me dí cuenta que estaba dándole muy duro a su verguita y me descargo manchando de leche la cara de Tavito y sin querer le doy un tirón muy fuerte a su prepucio que hace que despegue la parte de piel que aún cubría su capullo, cosa que hace que Tavito de un pequeño grito de dolor.
– Auhhhh- Se queja. Yo me recupero de la descarga que acabo de darle y veo a su piquito, está rojo pero no hay sangre, lo cual agradezco, pero que aún así temo porque esto haga que pierda su confianza en mí y ya no quiera más estar conmigo.
– Perdóname! Perdóname! Perdóname!- Le digo
– Si me dolió- me dice, sobándose
– Te duele mucho?- le pregunto súper nervioso
– No- dice, – Me arde poquito nada más- Y se lleva la mano a su cara, – Me llenaste la cara de leche a parte- Me dice.
– Limpiate con mi playera- Le digo, y le paso mi playera, – Perdón si te lastimé, a mí me gusta mucho tu verguita y no quiero lastimarte- Le explico. El ya se había terminado de limpiar la leche de la cara cuando responde.
– A mi también me gusta tu verga- Los temores bajan un poco, ahora no hay duda, a éste niño le encanta mi verga.
– En serio?- Le pregunto sólo para confirmar
– Si- dice, se da la vuelta quedando frente a mí acostado y viéndome con una sonrisa
– Y a mí la tuya- le vuelvo a repetir.
– No es cierto, a tí te gusta más mi culo- responde, y yo por enésima vez no me la puedo creer
– Porqué dices eso?- pregunto
– Porque el otra vez me dejaste la verga para agárrarme el culo y picarmelo- Dice. Yo no sabía si estaba reclamando o porqué decía esas cosas así que le respondo,
– Si no te gusta ya no lo vuelvo a hacer.
– No- Me interrumpe, -Si me gustó cuando lo hacías- Esa respuesta forma una sonrisa en mi cara.
– Me dejas hacértelo ahorita?- Le pregunto. El contesta con la cabeza,-Date la vuelta- Le digo, y él se acomoda boca abajo. Por primera vez veía el culito de Tavo sin ropa, durante todo el tiempo que estuvimos mamandonos las vergas mutuamente nunca le agarré el culo ni nada para no espantarlo, pero ahora lo tenía en frente y a mi disposición.
– Que rico culo tienes, Tavito- le digo súper caliente. Tavito solo suelta la risa. Comienzo con mi movimiento, agarrando sus nalgas con cada mano y las masajeo, igual de suaves y terzas como las recordaba de la vez anterior, solo que ahora además las podía ver lo cual aumentaba la excitación. Bajo mi cara hacia sus cachetes y pasó la lengua desde abajo hasta arriba de su raja lo cual lo hace reír. Sigo lamiendo su raja, me paso a la nalga derecha y luego a la izquierda, las lamo, las beso, las muerdo lento. Separo más sus piernas y abro sus nalgas de par en par descubriendo su ano, es perfecto, precioso, un ano del mismo color que su huevos, cerradito, limpio, no tenía ni un rastro de caquita, pero además algo que llamó mi atención es que su ano se miraba más como el de un adulto que el de un niño, grandecito, algo que no había percibido la vez anterior solo con mis dedos. Con los dedos de mi mano izquierda mantengo abiertas sus nalgas y con la otra mano comienzo a tocar su ano sintiendo los pliegues de su piel. Estaba seco igual que la otra vez, nada más un poquito húmedo por el sudor. Tavito suspiraba, movía la cabeza a un lado y al otro al ritmo de mis dedos. Ya no lo resistía más, así que metí mi cara entre esos cachetes y comencé a lamer y chupar su culo. Masajeaba sus nalgas con una mano, lamía su ano con ferbor y me pajeaba con la mano que tenía libre. Era la mejor jalada que me había dado en mi vida. Me llevo los dedos a la boca y empiezo a meter mi dedo índice como la vez anterior, solo que está es después de la chupada de culo que le estaba dando a Tavo era más fácil la entrada en su recto. Mi dedo entraba de forma fluida, lo sacaba y lo metía entrando milímetro a milímetro hasta que siento que ya tenía medio dedo dentro y Tavito bufaba. Estaba que reventaba, con mis cachetes mojados de mi propia saliva mientras seguía dedeando a Tavito y mordia sus nalgas cuando decidí ver cómo reacciona a dos dedos. Coloco mi otro dedo en su entradita y suavemente entran la punta. Tavito da un pequeño quejido pero después se relaja y yo comienzo a mover nuevamente mis dedos dentro y fuera de su ano caliente y apretado. No estaba tan profundo que cuando solo usaba un dedo, pero ya podía mover dos de forma igual de fluida. Mi verga botaba y botaba liquido, cuando cambio de plan. Me subo sobre Tavito y separo sus nalgas con las manos y acomodo la punta de mi verga en su oyito. El voltea a cómo puede al sentir parte de mi peso encima y dejo ir un poco mi cadera para tocar directamente su ano con la punta de mi verga babosa. Hago un poco de presión, no entra nada de mi pene pero el solo tacto de mi palo tieso con su culito calientito y húmedo es suficiente para llenarme de placer. Comienzo un va y ven delicioso haciendo sonidos con mi liquido haciendo roce con su ano y sus nalgas. Sus nalgas pegan en mi pelvis y yo grabo en mi mente esa sensación de su cola esponjosa haciendo tacto con mi cuerpo. Yo jadeaba, sudaba, besaba el cuello de Tavito y acariciaba su cabeza.
– Te gusta?- Le digo al oído
– Siii…- Responde. En su voz siento lo caliente que está y sus gemidos confirman mis sospechas. Me muevo un poco más rápido, me pareciera sentir que entré en su culo, aunque se que no es así, pero la calentura me hacía disfrutar más de la cuenta. Le pego una vez más la cabeza de mi verga en su ano y empiezo a botar toda mi leche en su entradita. No puedo aún superar los espasmos cuando pienso en la hora. Veo el reloj de la pared que ya es algo más de las 5:30. Hubiera querido tener más tiempo para asimilar el momento, pero debo levantarme rápido para evitar problemas tanto para mí como para Tavito. Saco mi verga de entre sus nalgas ya un poco menos dura y llena de mi leche, mi saliva y el sudor de culo de Tavito, entonces me acuesto a su lado y le sonrió, cosa que el contesta igual con una sonrisa.
– Si te gustó?- Le digo viendo fijamente
– Si, me gustó mucho- Dice con una cara brillante -Pero ahora tengo todo sucio el culo-
– Vamos a enjuagarnos rápido porque ya es un poco tarde, no te regañan?- le digo mientras recojo nuestras ropas.
– No, me meto por un escondite que yo sé y no se dan cuenta- Me contesta calmando mi preocupación. Le indico por dónde está el baño y entramos juntos a la ducha. Me hubiera encantado otra vez meterle mano por todas partes y volverme a vaciar, pero no había tiempo más que para dejar que el agua limpiará un poco nuestros cuerpos, pero aún así no perdí la oportunidad de pasarle las manos una vez al menos por todos lados, y salimos rápido para ponernos otra vez la ropa y secarnos lo mejor posible la cabeza.
Bajamos a la puerta de la casa,
– Quieres que te acompañe?- le pregunto
– Si, sirve para que veas dónde vivo- me contesta. Yo tenía idea de más o menos dónde vivía, pero no estaba seguro. Salimos a la calle y comenzamos a andar. Yo bien nervioso volteo a todos lados por si algún vecino se daba cuenta, pero lo único que habían eran niños. Pasamos con cuidado que no nos vean ni siquiera los niños, mientras menos llamaramos la atención mejor. Pasamos unas calles y Tavito entra en un terreno vacío a medio construir. Yo volteaba muy nervioso a los lados por si alguien nos notaba, pero no había nadie, al parecer Tavito sabía muy bien que hacía. Lo sigo por el solar vacío y el ya estaba sobre un árbol.
– Aquí vivo yo- me dice hablando bajito mientras apuntaba con su dedo a la casa de atrás hasta dónde entraba la rama más grande del árbol. Me asustó un poco que pudiera caerse y lastimarse, pero parecía que Tavito había hecho eso mil veces antes. Se sube a la rama grande y se cruza la barda, mientras yo solo veía atónito.
– Aquí hay unas escalerita- Me dice, bajando mi preocupación y baja perdiéndose de mi vista. Espero unos segundos y vuelve a asomar la cabeza, – Mi mamá se está bañando, me preguntó si dónde estaba y le dije que me dormí en mi cuarto y mi abuela está dormida. No se dieron cuenta dice riendo.
– Que bueno- Le digo
– Me voy a meter ya, y si me gustó mucho- Dice
– A mi más- Le contesto.
– Bueno, nos vemos después, sale?
– Si, cuando tú quieras- Le digo, y entonces mueve su manita y desaparece de nuevo de mi vista.
De regreso a casa me siento glorioso, espléndido, satisfecho. Llego a la tienda a comprar algo por si ya había alguien en casa tener un pretexto, una muy buena idea porque mi hermano ya estaba ahí pero pocas preguntas me hizo al respecto, así que entré a mi habitación y me acosté en mi cama para comenzar a recrear en mi mente la deliciosa tarde que me regaló Tavito.
wow!!! Muy ricos tus relatos, felicidades! sigue asi
Todos queremos un tavito. buen relato
Buen relato amigo voy ahora a la 3ra 😍😍
Bien por ambos. Que rico poder gozarse de esa manera.Voy por la 3era parte mañana.AHora tengo sueño 5 estrellas