Conseguí al chico de mis sueños
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
ADVERTENCIA: Es una historia algo larga.
Todo comenzó hace algunos años cuando entré al bachillerato, tuve la suerte de entrar a un grupo con algunos chicos que llamaron mi atención, sin embargo había uno muy particular que a pesar de no ser el más guapo, había algo en él que me encantaba, su nombre era Mauro, a simple vista, él era un chico que traía a las tipas locas por él y tenia perfecto conocimiento de eso, de hecho a veces le sacaba algo de provecho.
Debido a que siempre he sido muy reservado traté de investigarlo un poco, chequear sus redes,ver su comportamiento en clase, sus amistades, su forma de relacionarse, en fin, quería tener detalle de cómo era él para entrar poco a poco en su vida, contrario a lo que imaginé resultó caerme bien así que todo sería más sencillo, comenzamos a platicar, primero como simples compañeros hasta que con el tiempo nació una amistad.
A decir verdad no estaba conforme con eso, y me estaba en cierta forma desesperando.
Por motivos del destino perdimos contacto aproximadamente un año, luego del cual nos reencontramos teniendo una amistad más estrecha.
Ya lo conocía bien, poco a poco me había contado muchas cosas de él y sabía que actuando como un chico fácil no llegaría a nada, que debía haber un punto medio, no ser un caliente pero tampoco llegar a ser soso, así que fui ideando un plan, lo dejé entrar en mi vida, le conté de mí, de mis otros amigos, de lo que me gustaba, lo que no, siempre pretendiendo ser un chico inocente, no le contaría de mis aventuras en el ciber ni nada por el estilo, quería que se sintiera de alguna manera dominante.
Durante un tiempo no hubo ningún avance, empezaba a resignarme, hasta que un día le deje ver de manera despistada que me gustaba (todo planeado obviamente) y fingí que no me había enterado, fue ahí donde empezó todo, inicialmente eran bromas de doble sentido que fingía no pillar de vez en cuando, de alguna manera eso le causaba ternura, alguna insinuación y preguntas "por curiosidad", todo quedó así algunos meses hasta que decidí que era hora de subir de tono, le solté algunos cumplidos y respondía a sus bromas en doble sentido, pasaba gran parte del día con él consintiéndolo como le gustaba, dejándolo decidir lo que quería hacer, comportándome como lo que para él era "la chica de sus sueños", llegamos a un nivel de confianza tal que ya no le importaba andar con poca ropa frente a mí, con eso supe que no tardaría en caer.
Los días posteriores se veía algo tenso, como si quisera decirme algo, pero no se atreviera.
Aproximadamente una semana después decidió visitarme:
M: Oye Daniel, quiero preguntarte algo, pero quiero que seas completamente honesto conmigo
Yo: Sí, adelante, pregunta lo que sea.
M: ¿Te parezco guapo?
Yo: Pues sí, eres apuesto, pero ¿porqué la pregunta? ¿Vas a ir a ver a alguna chica?
M: No me refiero a eso, quiero decir, ¿qué piensas tú de mí?
Yo: Pues eres genial, mi mejor amigo en el mundo.
M: Sí, pero además de eso, dime ¿te parezco atractivo a ti en particular?
Yo: Pues.
M: ¿Pues qué? Mira, mejor iré al punto ¿te gusto?
Yo: ¿Para qué quieres saber eso?
M: Sólo responde.
Yo: Este.
Pues.
Un poco (en un tono de voz casi imperceptible)
M: No te escuché.
Yo: Sí (de nuevo no se escuchó)
M: Habla más fuerte.
Yo: ¡Sí, sí me gustas! (Dije en voz alta y con los ojos cerrados)
M: Tranquilo, no tienes porque estar nervioso, no es nada del otro mundo, es algo que tú sientes y está bien.
Yo: Es que no puedo evitarlo, me siento muy nervioso diciéndote algo así.
Desaparecí por algunos días por motivos personales y noté que en cierta manera que eso le desesperó, recibía llamadas por la mañana y mensajes pidiéndome que viniera, yo le contestaba con algo de retraso debido al poco tiempo del que disponía.
Unos días después decidí ir a visitarlo por la tarde, al tocar el timbre salió e inmediatamente me recibió con una sonrisa, me dijo lo alegre que estaba de verme, me invitó a pasar y ésta vez era él quien me preguntaba cómo estaba, se veía algo preocupado, no perdía ni el más mínimo detalle de lo que le decía, yo lo estaba disfrutando, era un extraño cambio de papeles que no esperaba, sin embargo le di un giro a las cosas, fui a la cocina y preparé algo de té, con una voz tímida lo llamé a la cocina, le sonreí y le dije que me contara sobre su día mientras el agua se calentaba, la plática siguió su curso y esta vez yo comencé a coquetear sutilmente con él, al principio pensé que se incomodaría, mas sin embargo el respondió a los coqueteos, pero ambos sabíamos que no seria tan fácil, bebimos el té y comenzamos a ver televisión, no había nada interesante claro y entonces me dijo que tomaría un baño, dijo que no iba a demorar.
Durante esos minutos no pude evitar fantasear con él, el tiempo transcurrió muy rápido y salió de la tina, escuché la puerta y lo vi, únicamente llevaba una toalla en la cintura, olía delicioso, y no pude evitar sonrojarme, lo que dio pie a más coqueteos, el jugaba a que abría su toalla en algunas ocasiones y yo cubría mis ojos, era un juego que sin duda él disfrutaba, después de eso se vistió, únicamente se puso un pantalón y así se quedó, en ese instante supe que era ahora o nunca, me acerqué a él de a poco y comencé a tocar su espalda con la excusa de hacerle un masaje, a diferencia de otras veces no se negó, por el contrario, lo estaba disfrutando, con un tono de voz más delicado casi como de chica le hice un comentario sobre lo bien que olía, tal parece que di en el clavo, pues volteó a verme con una sonrisa que nunca había visto en él, tal parece que la tensión estaba aumentando, y esta vez fue él quien dio el siguiente paso, se levantó del sofá en donde se encontraba y estando ambos cara a cara me dijo:
M: Ya no aguanto más
Yo: ¿A qué te refieres?
M: Siento que me has hecho tanta falta estos días.
Yo: No es para tanto, aquí estoy contigo.
M: Quiero algo mejor que un masaje (Dijo en un tono bastante pervertido)
Yo: Bueno, si se te ocurre algo mejor.
(Mientras miraba directamente su bulto)
M: Tú y yo sabemos perfectamente qué podría ser mejor.
Luego de decir esto me tomó por la cintura, me acercó a él y me besó, yo seguía sin creerlo, el chico de mis sueños era mío y estaba completamente loco por mí.
Después de algunos minutos comenzó, se sacó los pantalones quedando sólo en ropa interior, simplemente hizo un gesto indicándome que debía hincarme y lo hice de inmediato.
Ahí estaba yo a menos de 15 centímetros de su entrepierna, entonces decidí bajar su ropa interior de a poco, hasta que me topé con esa maravilla, larga, gruesa, con vellos, después descubrí que medía 19 centímetros, al bajarla por completo, su pene saltó golpeando ligeramente mi barbilla, se le escapó una risa pícara, lo tomé con mis manos y comencé a jugar con él, lo olía, lo ponía a lo largo de mi cara para sentir lo caliente y duro que estaba, empecé a mover mis manos de arriba a abajo mientras lamía sus testículos, él sólo soltaba ligeros gemidos, pasé mi lengua hasta llegar a la punta y empecé a moverla en círculos, en ese momento la introduje en mi boca, el placer era indescriptible, entonces él tomó mi cabeza y me fue dirigiendo lentamente, estaba llevando el ritmo, yo quería introducirla más y él la sacaba de mi boca.
M: ¿La quieres?
Yo: Sí
M: ¿Qué tanto?
Yo: Muchísimo.
Intente meterla nuevamente a mi boca y él no me dejo, me detuvo poniendo su mano en mi frente y comenzó a abofetearme con su pene, yo estaba en ese momento en el cielo.
Nuevamente lo introdujo en mi boca, lo excitante de la situación había logrado que entrara casi entera, fue ahí donde aumentó el ritmo, él sujetaba mi cabeza mientras se movía rápidamente de arriba a abajo, yo sólo sentía como entraba y salía, lo disfrutaba tanto que ni siquiera me dieron arcadas, sólo escuchar cómo decía mi nombre entre sus gemidos era música para mis oídos, continuamos así y me pidió que lo mirara a los ojos, yo sólo quería complacerlo, me dejó llevar el ritmo un momento, así que aumenté la velocidad, él estaba encantado, miraba hacia el techo mientras se movía ligeramente haciendo que entrara aún más profundo en mi boca, nuevamente tomó mi cabeza y me apartó.
M: Lo haces increíble.
Yo: ¿Enserio te gusta?
M: Me fascina.
Luego de decir esto se llevó las manos a la nuca y empezó a moverse rápido atrás y adelante, soltó un gemido en el que pensé que iba a terminar en mi boca, pero sorpresivamente no fue así, me tomó de la cabeza y aumentó aún más la velocidad, literalmente me estaba cogiendo por la boca a una velocidad bestial, luego de algunos minutos paró y me dijo:
M: Ya es hora.
Ahora me toca a mí consentirte.
Me levanté y me llevó a su habitación, me tiró en la cama y empezó a desvestirme de manera frenética, casi arrancándome la ropa, se puso sobre mí y comenzamos a besarnos, luego de ello me dio la vuelta y sin previo aviso introdujo un dedo en mi ano, cabe destacar que tiene unas manos grandes con dedos largos, al principio me dolió pero luego sentí un placer inmenso, introdujo un segundo dedo y repitió el proceso unos minutos moviéndolos dentro lentamente, entrando y saliendo, de manera circular, al entrar el tercer dedo comenzó a hacerlo aún mas rápido haciendo que se me escaparan varios gemidos, no podía evitar pensar en todo el placer que me estaba dando únicamente con sus dedos, él sabía que lo disfrutaba y a veces los sacaba sólo para que yo le pidiera más, le gustaba que le suplicara, después de todo él llevaba el control, me tenia completamente rendido gimiendo sin parar y fue cuando entonces sacó sus dedos y me dijo que me iba a penetrar, sentía como se acercaba lentamente y luego colocó la punta en la entrada, hizo que entrara poco a poco, con la punta dentro, el resto entró más fácil, la dejó dentro algunos minutos y se dejo caer sobre mí hablándome completamente excitado al oído, me decía que le gustaba como apretaba, me besaba el cuello y me decía que hace tiempo que deseaba que pasara algo entre nosotros, era un balance perfecto entre romance y placer.
Finalmente se incorporó y comenzó con un ritmo lento, haciendo que entrara y saliera casi por completo, yo sólo gemía y suspiraba, me encantaba la forma en que lo estaba haciendo, el dolor había desaparecido por completo y únicamente estaba disfrutando, era lo mejor del mundo, mantuvo ese ritmo cerca de 5 minutos hasta que comenzó a aumentar la velocidad de a poco, ambos estábamos disfrutando, era todo perfecto, siguió progresivamente el aumento en la velocidad de sus embestidas hasta que de un momento para otro me tenia completamente sometido gimiendo sin poder si quiera articular una palabra, únicamente apretaba las sábanas de su cama mientras mi cuerpo y el suyo se arqueaban involuntariamente por el placer, cría que no podría ir más rápido y estaba tan equivocado, se dejo caer sobre mí y me abrazó con fuerza, entonces supe que estaba con un verdadero macho, lo hacía tremendamente rápido, estaba completamente fuera de sí, sólo podía escuchar el sonido de sus embestidas, y de vez en cuando me preguntaba cómo lo estaba pasando, aunque yo no le podía responder, entonces se detuvo un momento, lo sacó de mi ano y me dio la vuelta.
M: Veo que te está encantando, no puedes ni hablar.
Yo: Eres increíble.
M: ¿Quieres más?
Yo: ¡Sí, dame más!
M: No pareces muy convencido
Yo: Por favor, dame más, te lo pido.
M: Así me gusta.
Me jaló hacia él, levantó mis piernas y la introdujo completa a la primera, esta vez ni siquiera se molesto en empezar lento, de nuevo me se dejo caer sobre mí, me abrazó con fuerza y retomó la velocidad de sus embestidas, cambiaba el ritmo de vez en cuando sacándola por completo y luego metiéndola de golpe, así lo hizo varias veces y entonces decidió tomar un ritmo normal, los dos estábamos sudando bastante sin embargo no estábamos cansados, por el contrario el vernos en ese estado nos daba más energía, prácticamente estábamos insaciables.
Justo en ese momento él recibió una llamada, era su hermano, por un momento creí que se detendría para responder pero no, sólo puso el altavoz, colocó el teléfono en la mesa cerca de su cama y me penetro a una velocidad normal tapando mi boca.
H: Hola, ¿ya terminaste tu proyecto?
M: Para nada, no estoy ni a la mitad
H: Suenas agitado ¿está todo bien?
M: ¡Eh! Sí, no te preocupes, salí corriendo a la tienda es todo
Al escuchar eso no sé que pasó pero la metió de una manera que los dos no pudimos evitar gemir.
H: ¿Qué fue eso?
M: Son unos niños afuera que están jugando cualquier tontería.
H: Jajaja seguro que quieren joder a algún amigo con gemidos como nosotros cuando niños
M: Si, jaja puede ser eso
Detuvo las embestidas, pero yo empecé a moverme adelante y atrás, la idea de que su hermano nos escuchara tener sexo era tan excitante y él lo sabía, casi de inmediato entendió y comenzó a embestirme a mayor velocidad.
H: Bueno, te dejo que sigas con tu proyecto.
M: ¿No quieres seguir hablando? No tengo inconveniente en hablar contigo.
H: Bueno, si quieres, supongo que podemos hablar unos minutos.
La llamada continuaba mientras nosotros nos aguantábamos los gemidos de manera increíble, nuevamente le hice sexo oral a gran velocidad, ambos queríamos gemir, necesitábamos que nos descubrieran, la sensación de peligro que teníamos era intrigante, no dejaba de preguntarme qué pasaría si su hermano nos descubriera, teníamos miedo de averiguarlo pero a la vez queríamos hacerlo, justo cuando estábamos a punto de gemir descaradamente el teléfono se quedó sin batería y terminó la llamada.
En ese momento nos detuvimos.
M: ¿Te das cuenta?
Yo: ¿Qué pasa?
M: De no ser por la batería habríamos dejado que mi hermano nos escuchara tener sexo
Yo: ¿Y no querías que escuchara? (Le dije mientras me acercaba lentamente a él)
M: Sí, pero es tan extraño a la vez.
Yo: Bueno, deberíamos olvidarlo y seguir con lo nuestro, ¿no?
Nuevamente siguió embistiéndome algunos minutos hasta que entre gemidos mientras ninguno de los dos tenía control de sí me dijo que iba a terminar, entonces sentí como varios chorros de semen caliente me llenaban por completo, ambos caímos agotados en la cama y nos quedamos profundamente dormidos, al despertar al día siguiente y verlo a mi lado me llevé un susto enorme, eran casi las 10 de la mañana y tenia un montón de llamadas pérdidas de mi papá, no podía creer que no había ido a dormir, sin embargo al ver a Mauro a mi lado el miedo desapareció y decidí despertarlo con un oral, así volvimos a pasar el día juntos pero ya no como amigos, ahora éramos novios.
A pesar de llevarme el regaño de mi vida no me arrepiento, porque desde ese día hace ya casi dos años Mauro está conmigo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!