Convertí a mi hermanito en mi putita
Cuando desperté lo primero que vi fue a mi hermanito Alejandro, de espalda, quitándose la ropa. hacia días que no me lo cogía, supuse que estaba aguantado y me quería chupar la verga mientras yo dormía. no sería la primera vez. .
Cuando desperté lo primero que vi fue a mi hermanito Alejandro, de espalda, quitándose la ropa. hacia días que no me lo cogía, supuse que estaba aguantado y me quería chupar la verga mientras yo dormía. no sería la primera vez.
Se quitó el short de la pijama y pude admirar su culito blanco, redondo, aguantador. mi entrepierna empezó a reaccionar asi que me levanté dirigiéndome hacia él, Aleja dió media vuelta, cruzamos miradas mientras yo comenzaba a acariciar sus suaves y carnosas nalgas.
«H-hoy no, tengo clase» dijo tímidamente.
«Aun es temprano,» respondí. puse una de sus manos sobre mi dura verga a la vez que hacia movimientos circulares con los dedos sobre su apretado ano. «tenemos tiempo».
«B-bueno,» dijo, acariciándome la verga. «pero rápido» agregó tomando el lubricante de la mesa de noche con su otra mano.
Me quitaba la ropa mientras él lubricada su hoyito. Cuando me desnudé del todo Aleja ya se metía tres dedos sin problema en su orificio. él, como siempre, ignoraba su pene, que gracias a mi media menos de 3 centímetro. en el sexo él era solo un hueco apretado donde su macho se deslechaba y él lo sabía.
«Que putito tan caliente me saliste» le dije al oido. lo puse contra la pared intentando metérsela. entró poco mas de la mitad. regué mas lubricante sobre mi verga y la empecé a sacar y meter lentamente dejando que su cuerpo se acostumbrara.
Aleja se relajó, escuchaba su respiración profunda. mi verga ya entraba con facilidad en su pequeño agujero.
«Apúrate que se van a levantar mis papas» dijo, separando sus nalgas y arqueando su espalda facilitando que se la metiera toda.
«¿Mas duro?, ¿eso quieres?» dije agarrándolo de su pelo largo.
Aleja ahogaba sus gemidos con el dorso de su mano. esos gemidos de perrita en celo me calentaban a mas no poder. lo tomé de la cadera para estabilizarlo y le empecé a dar con fuerza. el choque de nuestros cuerpos sonaba como aplausos en el cuarto. me iba a venir pronto.
Sin previo aviso Aleja se movió separando nuestros cuerpos. «¡Para!» se quejó entre gemidos su respiración aún agitada «haces mucho ruido».
Me molestó su actitud. él antes nunca se negaba, nunca quería parar. siempre estaba dispuesto. pensé en tirarlo contra su cama y meterselo- me detuve al notar como se relamía los labios, sus ojos hambrientos fijos en mi erección. Me calmé, lo tomé de la mano.
«Entonces, mejor házlo tu» dije sentándome en la cama. Aleja entendió de inmediato y se sentó sobre mi. sentía su delgado cuerpo lampiño descender sobre el mio grueso y velludo. admiraba su carita de angel llena de lujuria mientras devoraba mi mástil con su culito sin el menor problema.
Apoyó sus codos sobre mis hombros y, cabalgando suavemente, comenzó a besarme desesperadamente. se movía cada vez mas rápido saltando sobre mi verga. su respiración acelerada en mi cuello. me abrazó mientras su cuerpo temblaba. probablemente se habia venido. era mi turno.
Lo levanté sin salir de su interior cargándolo como bebé, su cuerpo aun debil y tembloroso. lo embestía cada vez con mas fuerza. él gemía mientras apretaba su culito. me quería hacer venir y le iba a dar su recompensa. al cabo de unos minutos exploté en su interior con varios chorros de leche caliente.
*****
Habían pasado un par de días y de nuevo Aleja parecía evitar que estuviéramos juntos. pensaba cogerlo al llegar del trabajo asi estuviese dormido o quiza esperar a que se levantará en la madrugada para ir al colegio.
Era fin de semana. hablaba con mi papá en la cocina cuando llegaron Aleja y su madre. ella muy emocionada de inmediato nos contó como habia visto juntos a Aleja y a su «noviecita».
«¡Que no es mi novia!» protestó el niño y se fue directo a nuestro cuarto.
«¿Novia?,» mi papá rió. «¿con lo mariconcito que es?».
Me fui al cuarto tras Aleja. la mujer se quedó reclamándole a mi papá.
«No te burles, dejame solo» dijo Aleja entre lágrimas cuando entre al cuarto. se veia muy lindo con sus mejillas rojas y los ojos llorosos.
«Prometo que no me burlo» dije sentándome a su lado en su cama «¿que paso?».
«Mi mamá me vió jugando con una amiga y ahora no deja de molestarme» su voz llena de frustración.
«¿Y esa niña te gusta?» pregunté. Aleja volteo la mirada. insistí «o sea que si te gusta».
«No se,» respondió unos segundos después. «creo que si.»
¿Era esa la razón por la que evitaba que lo cogiera?, ¿que pretendia hacer? con ese minúsculo pene jamás iba a satisfacer a nadie. llevaba mas de un año dandole bloqueadores de testosterona en secreto para mantenerlo sin vello y evitar que le creciera el pene. pensaba esperar hasta que cumpliera los once años antes de comenzar a darle estrógeno pero no me quedaba de otra, no iba a permitir que arruinara mis planes. cuando mi padre se casó con la madre de Aleja él consiguió su puta. bueno, yo estaba creando la mia.
*****
Decidí no presionar. el tiempo se me hacía eterno, ya llevaba dandole hormonas en secreto mas de 3 meses y los resultados eran tan obvios que en mas de una ocasión caché a mi padre disfrutando de la nueva figura de Aleja. de esas esbeltas piernas y ese culo respingado ahora mas notorio gracias a que su cadera empezaba a ensancharse. incluso cuando usaba camisas ajustadas se le marcaban los pezones.
Finalmente un dia llegué a casa y encontré a Aleja llorando en el cuarto. me contó como la niña que le gustaba le habia contado que tenia novio.
«El novio es bien alto y yo soy chiquito. ya tiene la voz gruesa y todo» dijo entre sollozos.
«Aleja, te voy a ser sincero» le respondí «ella probablemente te ve como otra de sus amigas, solo mírate. ella no quiere una mujercita, quiere un hombre de verdad y tu no eres uno y lo sabes. pero hay gente que te quiere tal cual como eres» me miró directo a los ojos «para mi tu eres perfecto y no te cambiaria nada».
Acerqué mi rostro al suyo. él me correspondió. Nos besamos como nunca, eran besos profundos llenos de entrega. nos arrancamos la ropa como pudimos.
Nos paramos cara a cara para acabar de desvestirnos. ahi lo tenia por fin, completamente desnudo y solo para mi. me tomé un momento para admirar su cuerpo. su piel ahora era mas suave y tersa. sus pezones se convertian lentamente en tetitas, su cadera le daba una ligera figura de reloj de arena. y su pene se habia encogido aún mas, si es que eso era posible.
«Me encantas» le dije besándolo mientras él aun sollozaba. lo acosté sobre mi cama. le bese el cuello, jugué con sus pezones y baje lentamente recorriendo su torso hasta su entrada.
Mi lengua inició su recorrido por los pliegues de aquel botón por el que tanto habia esperado. Aleja gemía suavemente sintiendo mi lengua en su interior. me agarraba el pelo mientras se retorcía. sentia sus piernas temblar. reemplacé mi lengua por dos de mis dedos. él soltó un agudo quejido.
Metí un tercer dedo y continúe masajeando su interior. no habia dolor en su rostro, solo una expresion lascivia digna de toda una puta. su cuerpo ya estaba listo. empecé a presionar con mi falo su lubricado agujero. el volteó a verme, su carita roja de calentura.
«Ahora vas a ser mía y solo mía» dije, abriéndome paso entre sus paredes anales. una expresion libidinosa se dibujo en su rostro.
«S-si» gimió como respuesta. le sonreí y lo tome del cuello mientras mi verga entraba casi por completo en su apretado ano.
«¡Dilo!» demandé dando una ultima estocada, llenándolo por completo. «quiero escuchar que lo digas».
«soy tuya. solo tuya, soy tu mujercita» dijo con voz temblorosa. lágrimas comenzaban a rodar por su rostro mientras me abrazaba y acercaba su rostro al mío. «te amo» susurró antes que nuestros labios conectaran en un beso intenso. un beso lleno de pasión.
Me movía lentamente. Aleja disfrutaba como nunca de cada centímetro de carne que entraba en su ser. su cuerpo era muchísimo mas sensible ahora. empecé a bombear mas fuerte y pude escuchar sus suaves gemidos. sentia que me iba a venir pronto.
Salí de su interior abruptamente y vi su abierto agujero intentar cerrarse sin exito. lo acomodé dejandolo a cuatro patas. lo nalgueé y de golpe le metí la verga hasta el fondo. su cuerpo se tensó. no me importó. puse mis manos a los costados de su cadera y comencé a penetrarlo sin mesura, con violencia. era un frenesí de placer.
Sentía el cuerpo de aleja cada vez mas debil. lo acomodé boca abajo, sin salir de su interior, deje caer mi peso sobre su pequeño cuerpo y seguí clavándolo. era mi puta e iba a hacer con ella lo que quisiera.
Aleja tapaba sus gemidos mordiendo una almohada mientras la cama retumbaba contra la pared. no pude mas y me corrí dentro suyo. era el orgasmo mas largo que habia tenido. saque mi verga aun tiesa de su interior, del cual comenzó a derramarse mi semen. me recosté en la cama. ambos teniamos la respiración a mil. si Aleja se podia mover decidió no hacerlo y al cabo de un rato nos quedamos dormidos. desde ese momento mi hermanito volvio a ser la putita caliente que conocia.
Esa mañana Aleja no fue al colegio usando la ruptura con su «novia» de excusa. aunque yo sabia que ya no le importa en lo absoluto. aprovechamos el tiempo libre y fuimos a comprarle ropa de nenita. Aleja no estaba para nada avergonzada de su nuevo rol y ahora no se quería separar de mi. a cada ocasión que tenía me suplicaba que le diera verga. habia tardado pero por fin había logrado mi cometido.
Con el tiempo su mamá encontro la ropa. Aleja admitió que era suya. su mamá la apoyo desde el primer momento. mi padre fue reacio hasta que probó ese culito ganoso. desde ese momento le permití usar a mi putita de vez en cuando pero era claro que era mía antes que suya.
Como sigue? necesito mas… menuda excitacion.
como sigue?
Gran relato… como sigue?
Ufff…. menudo morbo. Estoy súper cachondo ahora mismo.
Excelente relato… Como sigue?
Uff… menuda excitación… tengo la verga durísima de la calentura.
Espero que continúes con la historia… me encanta lo excitante y morbosa que es.
Como sigue?