Creciendo en el incesto III

Después de que mi papá se rehusara a cojerme, mi tío tomó su lugar como mi macho.
Hola, de nuevo. Después de la buena recepción de mis primeros dos relatos donde narro mis inicios en el incesto con mi primo, y su «máxima evolución» en una noche de sexo agresivo con mi papá, decidi seguirles contando mis vivencias. Cabe destacar que en esta saga de relatos voy a narrar los hechos que mas me marcaron, y los que considero que realmente valen la pena contar. Besos y caricias con mis primas por ejemplo, los voy a omitir porque fueron cosas diminutas frente a los terribles COJIDONES que nos dimos con mi tío Gabriel.

Para ponerlos en contexto, luego de lo que yo llamo LA NOCHE con papá, el se negó rotundamente a volver a repetir semejante acto conmigo. No quiso volver a tocarme, volver a besarme, mucho menos volver a cojerme. Estaba negadisimo y me advirtió repetidas veces que dejara la estupidez de provocarlo, de intentar seducirlo o lo que fuera que yo hiciera. Yo solía pasearme en los bóxers mas apretados cuando estábamos solos, me bañaba con la puerta abierta, solía quedarme hasta muy tarde las noches de verano a ver si algo pasaba pero no hubo caso. Todo culminó esa noche.

Sin embargo, una de esas noches, yo me habia hecho un perfil de instagram cuando faltaban unos meses para cumplir 16. Y agregando gente para seguir, me tope con el perfil de mi tío Gabriel. El, era abiertamente homosexual en la familia desde su adolescencia. Habia salido del closet hace mucho y era completamente aceptado por todos. Por lo que en sus post e historias no ocultaba para nada su sexualidad. El, era como mi papá pero mucho mas joven, rondaba los veintitantos e iba al gimnasio. Ya con eso era decir demasiado de su físico. Entonces le empecé a likear las fotos, las historias que subía. Hasta que en una de esas vi que subió una historia para su lista de mejores amigos. Yo vote que quería entrar y al rato, pongamos.. unos 15 minutos, me hablo y me dijo que no me ofendiera pero que no me podía agregar porque yo era chiquito y el subía cosas subídas de tono. Yo me acuerdo que me puse eufórico y le dije algo como «Yo no soy chiquito ya, tengo casi 16 y francamente no vas a subir nada que no haya visto antes». Me acuerdo que me replicó un par de veces mas pero yo me mantuve firme. Hasta que apareció ese bendito círculo verdr en su perfil. Subía fotos recién salido de la ducha, siluetas de su verga que parecía bastante grande, fotos marcando bulto. Y yo estaba ahi, con las hormonas a mil, likeando todas y pajeandome a full. Hasta que otra noche, me escribe de nuevo, preguntando si me gustaban tanto sus historias jaja.

Yo le dije que si, que eran muy pintorezcas las fotos. Entonces me empezó a mandar sus «historias» o mas bien las fotos que iba a subir, para que yo opinara. Y yo, ya viendo que lo tenia donde quería, lo encare más. Empecé a mandarle los resultados de sus historias. Fotos de mi verga dura, húmeda. Me ensalivaba el culo (como me habia enseñado mi papá) y le mandaba fotos asi del ano bien rojo de la calentura. Nuestro chat tenia lo mas incestuoso, turbio y morboso que se podía encontrar. Tío y sobrino teniendo un intenso «sex-chat» donde mi tío se pajeaba para mi y mis hormonas. Yo le mandaba videos cortitos metiendome los dedos y asi.

El me decía cosas como que lo habia re sorprendido. Que era toda una joyita escondida lo mio. Que de haber sabido antes todo esto, lo hubiéramos hecho mas antes. Hasta que explote y le dije algo como «muchas fotos de la verga para tu sobrino, porque mejor no se la mostras en vivo?». Ya asi, re jugado.

Me dejo en visto un rato, minutos que se hicieron eternos. Hasta que llego su respuesta… ¿Cuando nos podemos ver?

En el siguiente relato, van a enterarse como fue que terminamos cogiendo como animales. Porque como les dije, mi papá ya no quería activar mas. Y para serles sincero, mi primo (con el que empezó esto de los relatos) ya no me calentaba. Tenía buena verga si, pero siempre que se la mamaba (que lo segui haciendo cada vez mas de vez en cuando) me acordaba lo mal que me cogio. Necesitaba alguien con experiencia y yo sabía que mi tío, la tendría.