Cruising con sorpresa – Parte 2
Habían pasado unos días desde la pillada mutua, y el cabrón de mi hijo quería calentarme.
Pasaron unos días desde el evento que os explique en la primera parte de este relato. Recuerdo que soy Andrés, tengo 40 años y un hijo de 15 y nos pillamos mutuamente en un baño haciendo cruising.
Veia que mi hijo había cambiado en su forma de ser cuando estábamos en casa. Se había vuelto igual de besucón que cuando era pequeño, muchos abrazos y mucho cariño, tanto mi mujer como yo estabamos encantados de volver a tener a nuestro cariñoso peque que la adolescencia nos robo… pero cuando estabamos el y yo en casa, cada día, ya que mi mujer acababa más tarde de trabajar, el estaba muy exhibicionista.
Salía de la habitación sin camiseta, cosa que no había hecho nunca, salir de la ducha y pedirme cosas en toalla, y detalles que pueden parecer normales pero no era su forma de ser.
Yo dejé de ir a la zona de cruising, tenía que ordenar mi cabeza antes de hacer algún movimiento. No sabía exactamente que tenía que hacer y que no, y me limitaba a saciar mi hambre con mi mano derecha cuando a mi mujer no le apetecía ayudarme.
Un día, salí antes de trabajar ya que había adelantado demasiada faena del curro y me dejaron salir antes. Avise al grupo de watts de casa y mi hijo me contesto.
– Papá no hagas ruido que estaré durmiendo please.
Ok fue mi respuesta, debía estar agotado de un duro día de «estudiar»
Cuando llegué a casa entré en silencio para no despertar a Ricky… pero cuando llevaba un minuto en casa empiezo a oir ruidos en su habitación. Habian ruidos de muelles…
Al principio pense en que era una paja que se le estaba yendo de las manos, pero al poco empeze a oir gemidos de chica y una voz diciendo, «joder Ricky me estas empalando» seguido de más y más gemidos. El muy hijo de su madre sabía que yo iba a casa y había aprovechado para que lo oyera follando con Lucía, su novia.
Por un momento pensé en llamar a la puerta para joderle el polvo, o incluso entrar de golpe. Pero la chica no tenía la culpa de que su novio fuera un depravado y no quise ponerla en ese compromiso.
Me fui a mi habitación, la verdad es que me habia calentado oir a esos dos niñatos follando como conejos. Así que decidí que era buena idea hacerme una paja oyendo a los dos adolescentes. Estuve así un rato hasta que oí un gemido mas fuerte, ese era Ricardo que seguro que se habia corrido… me excito tanto que yo aproveche para correrme también, solo espero que lo haya hecho con condón… no estoy preparado para ser abuelo, pense.
Seguí en la habitación hasta que oí la puerta de la calle abrirse y cerrarse, y unos pasos que venían hasta mi habitación.
R: Papá estás ahí??
Llamaron a la puerta
R: PAPÁ!!
A: Dime hijo.
P: Entro!!
Sin esperar respuesta Ricardo entró en la habitación. Menos mal que yo ya había acabado mi faena y estaba vestido.
A: Ricardo, que estabas haciendo?
R: Jajaja creo que era obvio papá.
El chaval estaba sudado, sin camiseta y gracias al cielo al menos llevaba pantalones
A: Ricky por favor, no pongas en estas situaciones a Lucía, es buena chica y no creo que quiera que el padre de su novio os vea follando.
R: Ojalá nos hubieras visto, no veas como me lo he pasado.
A: Ricardo, por favor.
El chaval entendió que se estaba pasando… pero aún quería mas fiesta.
A: Bueno, si no te importa, quería ducharme, y tu también deberias hacerlo, hueles a sexo desde aquí…
R: Vale papá, nos duchamos juntos??
El chaval ni corto ni perezoso se empezó a bajar los pantalones, pero le paré al instante.
A: Ricardo ya vale, por favor, te estás pasando.
Tenía que poner límites a esto, pero me estaba costando infinito. Se me estaba poniendo muy caliente la polla y eso que acababa de correrme.
R: Perdón papá, tienes razón, ya paro… se me esta yendo la olla demasiado.
Se acerco, me dio un beso en la mejilla y cuando parecía que se iba a ir, me abrazó.
Su caliente y joven cuerpo se puso en contacto con mi ropa, yo también desprendía cierto olor, mezcla de día de trabajo y olor a sexo debido a mi anterior paja. Mi cabeza se enajeno, le cogí de la barbilla con cariño y acerqué mi boca a la suya dandole un pico, desperté de mi letargo cuando el abrió la boca e intento meter la lengua en la mía. Para ya Andrés, que estás haciendo
A: Me tengo que duchar, luego salgo y te aviso para que te duches.
Cogí al chaval y lo eché de mi habitación, intento resistirse un poco pero era obvio que no podía conmigo. Así que se despidió con un te quiero y salió de la habitación.
Mi cabeza estaba echa un lío. No sabia que tenía que hacer. Quería a mi hijo con locura, pero no creo que deba cruzar esa barrera. El cabrón se muere por meterme en la cama, es más que obvio, y yo cada vez estoy fijandome más en el como chico del tipo de los que me la comen en los baños, y menos como hijo.
Me pegue una buena ducha, salí de la habitación y fui a decirle a Ricardo que ya podía ducharse, el fue ha hacer lo suyo y mientras yo me puse en el ordenador a jugar a un juego nuevo que me había comprado.
Al poco el vino, yo estaba mirando la pantalla absorto con un jefe que me estaba costando más de la cuenta, que mierda es ser viejo.
R: Papá, quiero hablar contigo.
A: Es urgente??
R: Bueno, más o menos.
Pause el juego, me giro y veo que el tio esta en pelotas con la toalla en el hombro.
A: Tapate Ricky hijo
El chaval se dio cuenta de que mis hojos se habían clavado en su pene flacido, que si no me fallaban las medidas una vez tieso tenía que tener un buen tamaño. Otra más del cabrón este que quería desquiciarme.
R: Papá, siento mucho todo esto, se que igual no es la mejor forma de conseguirlo… pero quiero que vayamos a los baños tu y yo. Es importante para ti, es divertido y quiero compartir esto contigo. Ya se que no es lo más normal…
A: Estás seguro Ricky? Piensa que tu sexualidad tiene que ser tuya, no tengo que involucrarme para nada.
R: Yo quiero que formes parte de esto, por favor…
Al chaval se le veia muy afectado, supongo que se estaba dando cuenta que su forma de hacer las cosas no estaban ayudando a que fuera algo natural.
A: Mira hijo, yo que se. De perdidos al río, quieres que vayamos mañana?? Nos encontramos a las 4 allí??
R: Allí estaré. Muchas gracias papá, te quiero.
El chico me dio un tremendo beso en los morros, me chupo los labios y tímidamente saque mi lengua y la enrosque un poco con la suya. Me gustó mucho esa sensación de amor incondicional. Corté el beso y le dije
A: Deberes!!
R: Voy papá, ahora los hago.
Esa misma noche, estando ya en la cama mi mujer me dijo, oye has hablado con Ricardo, esta muy rarito ultimamente.
A: Deben ser las hormonas Sara, no te procupes.
S: Supongo… oye… hablando de hormonas.
Venía a lo que venía, mi mujer empezo a bajarme los pantalones con los que dormía y a agarrarme la polla para hacerme una paja, yo correspondí chupandome los dedos acariciandole el clítoris, se empezó a morder los labios y yo correspondí agarrandole un pecho con mi otra mano y chupandole el pezón.
Empezó a disfrutar tanto de lo que estaba pasando que en cuanto vi que se despistó un momento me bajé hacia su coñito y se lo empecé a lamer. Solto un gemido ahogado, no quería que su hijo la oyera como gemia como una perra… pero esa idea me puso cachondo, tendría mi venganza de lo que me había hecho mi hijo esa tarde, así que ne propuse pegarle el polvo de su vida a su madre.
Seguí con mi chupada, mi lengua raspaba su clitoris sin parar mientras mis dedos frotaban la entrada de su vagina, se estaba retorciendo de placery me agarraba la cabeza para que no me saliera de allí abajo. Seguí con mi lamida y entremezclaba mis dedos con mi lengua, le meti la lengua en su hoyito mientras mis dedos jugaban con su perineo y la entrada de su culo.
Estaba disfrutando como nunca hasta que me dijo que se la metiera, cuando lo hizo pasé de ella, segui con mi lengua pero metiendole dos dedos dentro del coñito. Estaba gimiendo sin parar, era más que obvio que Ricardo nos iba a oir… espero que se estuviera pegando una tremenda paja a mi salud, mi mujer ya no podia más
S: Para ya Andrés, ven aquí.
Se movió para que no tuviera acceso a su entrepierna, levanté la cabeza y vi que estaba babeando, mi empujo para recostarme y se abalanzó sobre mi polla que estaba ya bastante dura. Me escupio en la polla y me la empezó a mamar como si fuera en ternerito recien nacido, tragaba con ganas ese pedazo de carne que tanto placer iba repartiendo por el mundo, hasta que ya no pudo más y se sento encima.
Pensaba que iría poco a poco pero le había hecho sufrir tanto que se empaló ella sola de una vez, soltó un grito mezcla de placer y dolor, ni ella se había preparado para eso, pero una vez dentro empezó a cabalgar como si el mañana no fuera a existir. No tardamos mucho en corrernos en esa posición, la deja bien rellenita de leche y le temblaban las piernas. La verdad, para que engañarnos, había sido un polvazo.
Cuando recobró un poco la fuerza, sin sacarse aún mi polla de dentro me dio una bofetada, suave… pero bofetada.
S: Que haces mamón, tu hijo nos va a oír…
A: Has empezado tu, jajaja
S: Andrés vale ya… joder ha sido la ostia… no se que te ha pasado hoy, pero si esto va a seguir siendo así vamos a tener que insonorizar la habitación jajaja
Y allí estaba yo, convencido de que mi hijo me había oido follar con su madre y con muchas ganas de ir al día siguiente de cruising con el chaval
En el próximo relato llegará ese maravilloso día.
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