Cuando me trataron de puta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por tauro_lon88.
Esto sucedió con un ex, hace un par de años. Su nombre es Víctor y como podrán adivinar de mi relato anterior, es alto. No era muy fornido, pero estaba fibrado. No me emparejo con chicos/hombres por el tamaño del pene, pero sería suerte mía que él se gastaba una buena verga. Debo aclarar que solo estuvimos de pareja 2 meses y nunca pasamos de besarnos.
Luego de terminar mal, terminamos encontrándonos en una disco cuando yo tenía 22 años. Esa vez quisimos hacer las paces, sobre todo porque teníamos amistades en común y no queríamos estar viéndonos con cara de pocos amigos cada vez que nos cruzáramos. Para suerte, ambos habíamos llegado solos a la disco y como quien no busca nada, comenzamos a tomar y bailar. En resumen, terminamos bien ebrios, aunque estábamos bastante enteros, nada de caerse por el suelo ni nada parecido. Nos quedamos en la disco hasta que, entre un coqueteo y otro, propusimos irnos a un motel a follar. Ninguno mencionó la palabra o sinónimo alguno, pero estaba más que claro que era a lo que iríamos.
Buscamos por algunos lugares, mientras de rato en rato, nos deteníamos en alguna calle oscura a besarnos. Yo no perdía el tiempo y le tocaba la entrepierna por encima de la ropa. Siempre me ha gustado sentir como una polla crece cuando la toco, así que con él no era diferente. En todo rato nos reíamos, nos palmeábamos el culo, solo como algunos ejemplos del estado en el que estábamos. Encontramos un lugar para quedarnos y recuerdo que ni siquiera encendimos las luces de la habitación al llegar. Nos quitamos la ropa en poco menos de un minuto. Víctor demostró que era bastante dominante en la cama cuando me tomó de los hombros y me bajó para que comenzara a mamársela. No lo hice en ese instante, pero solo por pura comodidad. Lo llevé a la cama, dejando que se quedara de pie, afuera, mientras yo me echaba, quedando más o menos con su verga en mi cara.
Ahí si empecé con una chupadera de campeonato. Como siempre, hambriento yo, me comía su polla con ganas y gula. Lamía todo su tronco, revolvía mi lengua en su glande, sintiendo como se comenzaba a humedecer él solo. Masajeaba sus huevos (resalto que eran unas bolas bien grandes) y los lamía también. Me metía uno a la boca, succionándolo y escupiéndolo para pasar al otro. Como siempre he dado unas buenas mamadas, Víctor no se movió ni un segundo. Escuchaba la manera en que gemía y fue ahí en que comenzó a tratarme raro. Lo gracioso es que me gustaba.
"Como te gusta la verga ¿No, puta?"
Recuerdo que fue lo primero que dijo, pero yo solo respondí con un "Claro, papi". De seguro eso le dio licencia para, en adelante, aprovechar que era más pequeño que él y moverme como quiso. Dejó que le chupara la polla por más tiempo, solo que ahora tomaba mi cabeza y me follaba la boca. Él gruñía como si estuviera molesto, moviéndose más rápido, hasta que dijo que se iba a correr. Abrí la boca grande y le pedí que se corriera en mi boca, Se echó una paja rápida y me llenó la boca de lefa. Me tragué todo, limpiando su miembro de cualquier rastro y fue ahí que se subió a la cama, diciendo que me follaría y que me haría gritar como "perra en celo". El acto en sí no fue muy variado, solo se echó y me dijo que lo montara. Creí que iba a controlar las penetraciones, pero él me cogió de la cintura y me folló de una manera que jamás lo habían hecho.
En ese momento dolía como el carajo, pero lo que mantenía mi excitación era que cada cierto tiempo me decía que "gritaba como una zorra" o adjetivos similares. Nunca pensé que me gustara que me llamaran de esa manera. Siguió dándome duro por varios minutos. Tomó mi polla y me comenzó a pajear esperando que me corra. Lo hice encima de su pecho y a los pocos segundos, me llenó culo de su esperma. La sensación que me dejó en el culo fue notoria por el resto del día, pero es un polvo que jamás me olvidaré, por más que estuviera bien borracho.
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