Cuando menos te los esperas…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Carlos y me he animado a relatar mi último contacto.
Tengo 46 años, alto y delgado, soy casado pero siempre me han gustado los hombres y hacia bastante tiempo que no tenía contacto con un hombre.
Habré estado en mi vida con 7-8 hombres teniendo sexo.
Vivo en Barcelona y soy comercial de una empresa, hace una semana estaba terminando una reunión de trabajo en la cafetería de un hotel, posteriormente cuando finalizo me fui a la barra a tomarme una copa.
Estando sentado vi un tipo alto, fuerte y canoso de unos 50 años, me miraba cada cierto tiempo y me sentí atraído por él, al poco tiempo nuestras miradas empezaron a cruzarse, en alguno de esos momentos me miraba y se tocaba disimuladamente su paquete.
En realidad no sé qué paso, pero seguimos mirándonos (las miradas ya eran diferentes…) hasta que se acercó a mí, empezamos a charlar, me contó que estaba de paso en la ciudad hasta el día siguiente, se llamaba Tomás y que le gustaría conversar un rato, eso hicimos, hablamos de pie y de cuando en cuando me rozaba con su paquete, lo cual me puso muy excitado y rápidamente él se percató de que yo estaba empalmado.
Pasaron 10-20 minutos así hasta que me propuso tomar otra copa en su habitación, para estar más relajados y seguir conversando, no sé como pero me sentí muy atraído por la invitación y accedí a tomar otra copa arriba.
Seguimos conversando en el ascensor normalmente, me enseño la puerta de su habitación y me invito a pasar, pasamos dentro y me agarro por la cintura acercándome contra su paquete, me dijo: de verdad has subido por tomarte una copa? yo estaba muy excitado y le dije que no… que no sabía por qué había subido, entonces él me contestó cogiendo mi mano y llevándola a su rabo… tú has subido por esto que tengo aquí…
Empezó a besarme y a meterme la mano por la camisa, mientras yo metía mi mano en su pantalón, tocando en ese momento ese bulto tan inmenso que se marcaba en el pantalón y que todavía no estaba dura del todo.
Empezó a comerme la boca como desesperadamente, cruzando a todo frenesí nuestras lenguas y yo agarrándole más fuerte de su rabo.
Nos tocábamos apasionadamente mientras le abría su pantalón y sacaba eso que tenía ahí y comenzaba a mamársela despacio pero profundamente mientras se ponía cada vez más y más dura. Yo tengo un pene de 17 cms, pero el suyo me sacaba el ancho de 2 dedos, gruesa y con la cabeza grande. Lenta y profundamente hasta introducirla hasta mi garganta y teniendo que controlar sus empujones sujetándome la cabeza que casi me daban arcadas. No podía parar de comer ese rabo tan sabroso, con esas venas marcadas y disfrutarlo como él me decía… te gusta hacerlo lento y profundo, sigue, sigue…
Yo seguí comiéndole unos 5 minutos hasta que me dijo… vámonos a la cama… nos desnudamos y empezamos a besarnos más profundamente, salvajemente me metía su lengua y yo le respondía igual creándome un estado de excitación enorme.
Me di la vuelta y empecé a comérsela de nuevo, cada vez más profundamente, Tomás empezó a mamarme la mía en un magnífico 69 mientras me acariciaba mi culo y merodeaba con sus dedos en mi orificio.
Yo seguía saboreando ese manjar, le lamía sus huevos, le volvía a comer ese tremendo rabo, muy muy duro mientras Tomás me empezó a lamer mi culo y de ese placer que estaba sintiendo me quite su rabo de la boca y le dije que me iba a sentar en él. Tomás se puso un condón y me senté con cautela ya que hacía tiempo que no me penetraban.
Fui poco a poco con un poco de dolor al comienzo pero empezaba a recordar esa sensación tan placentera y fui acelerando con mis movimientos hasta que me la introduje entera entre una sensación tremenda de placer y dolor mezclados, mientras Tomás me decía… voy a follarte como nunca te han follado… oír aquello me excitó más y más, volviendo a un estado de galopada ante semejante macho que me cogía de la cintura fuerte clavándome cada vez más fuerte contra él.
Estaba galopando aquel macho que me estaba volviendo loco, pajeándome a la vez que me clavaba una y otra vez entre mis gemidos de placer hasta que tuve un orgasmo con una impresionante corrida de abundante leche.
Tomás seguía cada vez más fuerte, causándome ya algún dolor, pero yo quería más, se lo pedía, cuando él me dijo… quieres ser mi puta por una noche? Yo respondí … si… no pares Tomás, sigue.
Me dijo que me quitara de encima y me pusiera a cuatro patas, pero con la cabeza hacia abajo y sacando mi culo hacia arriba, Tomás se colocó arriba y empezó a penetrarme de arriba abajo, cada vez más fuerte, y más, yo ya no podía más, me entraba hasta el fondo y me causaba dolor, placer, dolor y yo ya estaba empalmándome otra vez, pero Tomás seguía empujando, taladrándome más bien, cada vez más, cada empujón era más y más fuerte, ya estaba gimiendo de dolor, pero tampoco quería que Tomás se detuviera, hasta que ya pasados unos minutos empezó a gemir y a decirme que se estaba corriendo, yo al oírlo y sentir aquello también empecé a correrme de nuevo.
Cuando se detuvo, le cogí de la cintura y le quite el condón lleno de abundante leche y comencé a chupársela para limpiarle los restos.
Me cogía de mi cabeza contra él y me decía… sigue por favor que me suelo recuperar rápido y mi segundo polvo es el mejor y tardo más en correrme, yo pensaba si este macho ha estado dándome fuerte sin parar 15 minutos a todo trapo… que va a pasar ahora?
Seguí comiéndole su rabo y huevos por unos 15 minutos hasta que empezó otra vez a despertar ese rabo inmenso que tanto me gustaba y cada vez estaba más duro de nuevo.
Entonces, volvimos a ponernos en 69 y chupar nuestros rabos a la vez con lo cual ya estaba yo otra vez poniéndome duro, mientras el me clavaba su rabo fuerte y venoso en la boca hasta que me lo saqué y le dije… fóllame de nuevo, dame duro…
Me tendí en la cama y me empezó a lamer mis huevos, a lubricar con su lengua y dedos mi ano de nuevo hasta que yo no podía más y le decía… fóllame, dame…
Me levanto las piernas y empezó a meter y sacar solo la cabeza se su rabo, varias veces hasta que me dijo quieres que me ponga un condón o quieres sentirme de verdad? No te lo pongas le contesté… quiero sentirte…
Tomás empezó a moverse compulsivamente dentro de mí hasta que aumentó su ritmo de una manera frenética golpeando sus huevos contra mí en cada empuje de una manera brutal, ya era daño más que placer lo que sentía, me agarraba a las sábanas como podía para aguantar cada empuje suyo. Así siguió durante 10 minutos mientras me agarraba de mi rabo fuerte, creándome que yo me corriera de nuevo entre un orgasmo que carecía de dolor, era puro placer, mi culo ya no podía más pero yo quería aguantar, disfrutar a tope aquello, pero Tomás quería más y más, yo no podía creer lo que me estaba pasando, me estaba volviendo loco ese macho.
Fóllame Tomás, no pares, sigue… así siguió durante 10 minutos en los cuales yo ya no podía más, le pedí que se corriera ya… Tomás empezó a gemir broncamente y de golpe me saco aquel maravilloso rabo y empezó a correrse abundantemente en mi cara.
Los dos nos quedamos relajados en la cama entre besos y abrazos, comentándome que él no era gay, que era divorciado hetero… Yo le contesté… yo tampoco soy gay…
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