Cuestión de gustos.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, les cuento que desde que tuve relaciones con mi primo Ale, por cierto ese relato lo conté hace algún tiempo en esta misma página, quien para ese entonces era mayor que yo unos años, él contaba con 19 años y yo contaba con 14 años, él, por su puesto más alto que yo, cuando me metía su tremenda herramienta que medía ya unos 19cm y tenía una curva hacia arriba bastante pronunciada, me hacía levantar del piso y fue en ese entonces cuando le agarré sabor a la expresión te saqué sangre y mierda. Mi primo las veces que me cogió siempre me sacaba sangre y mierda y así me lo hacía saber.
Desde ese momento me fue muy apreciada la expresión y cuando estábamos jugando los chicos del barrio, pues ya muchos nos cogíamos unos a otros, yo empecé a poner en práctica aquel ejercicio. Siempre que teníamos relaciones, yo les decía a mis amigos, que el que sacara más mierda y sangre era el campeón, por su puesto, esto no era muy real, ya que algunos de nosotros ya teníamos algún tiempo teniendo sexo anal y ya era imposible sacar sangre, se sacaba mierda si el que era penetrado había hecho su necesidad muy recientemente. En este relato les cuento lo que me sucedió con un joven de mi misma edad que vino de visita a nuestra comunidad a la casa de un hermano que vivía en la zona.
Cristian, de origen andino, blanco de piel, de mi misma estatura, delgado como yo y de un pene algo más pequeño que el mío, grueso y venoso, por su puesto, blanco como la leche y de una cabeza gruesa. Cuando llegamos al sitio donde jugábamos con mis amigo, era una especie de quebrada donde la gente botaba la basura que después era recogida por unos señores, Cristian me comenta que tenía ganas de hacer puss y yo le indico que me acompañe a un sendero de árboles pequeños donde era costumbre nuestra ir a hacer nuestra necesidad. Cuando llegamos a los árboles, él se agacha rápido cerca de una mata de cují y yo me agacho más adelante, él quedó de espaldas a mí y más arriba de donde yo intencionadamente me coloqué para poder ver aquel culo de nalgas blancas, redondas y grandes.
Cuando comienza a expulsar sus eses, pude notar que su ano se salía más de lo normal de su agujero, aquello me causó excitación y de inmediato mi pene se paró, él en algún momento se voltea para decirme que con que se limpiaba, vio mi erección, sonrió y me dijo “que te pasa, quieres hacerte una paja”, yo respondí con la cabeza afirmativamente y él me pregunta que como hacía para limpiarse, yo de manera rápida busque una bolsa que escondíamos en el sitio, la bolsa tenía pedazos de papel sanitario usados por mujeres para secarse, esta era una costumbre y parte de nuestros juegos consistía en hurgar en la basura y extraíamos esos papeles.
Volviendo al hecho, Cristian sonríe y se limpia con lo que le ofrecía, al quedar de frente a mi él me sugiere que nos hagamos una paja pero él dentro de mi y luego al terminar que lo hiciéramos al contrario. No lo pensé dos veces y me coloqué de espaldas a mi amigo, me coloco saliva en mi entrada y él comienza torpemente a buscar la entrada, al sentir aquella cabezota en mi ojete, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, Cristian se dio cuenta y me comenta que me pasa y yo le reclamo que se calle y que procure meterlo de una vez, él colocó saliva en su glande y comienza de nuevo su intento, en esta vez sí sentí como entraba aquella cabezota en mi ano y creía que me estaba metiendo un palo porque era totalmente diferente a los penes que había probado de mis amigo, solo se me parecía al de mi primo por lo grueso, al meterlo me abrazo por la cintura y comenzó un mete y saca muy delicado, sus movimientos eran lentos pero firmes, sabía lo que hacía, sabía que aunque su pene no era largo lo manejaba muy bien con su grosor
De vez en cuando acercaba su cara a la mía y trataba de besarme en la boca, tenía experiencia por toda las cosas que me hacía, mientras lo tenía penetrándome, yo tocaba mi pene pocas veces para no llegar ya que esperaba poder comerme aquel culito nuevo, al cabo de unos 15 minutos mi amigo se aferra a mi cintura y lo vea inclinar su cuerpo hacia tras y siento más grueso aquel palo en el culo y seguidamente unos chorros de leche caliente que llegaron a mi estómago, los espasmos de mi amigo duraron unos segundos más después de su eyaculación, al rato saca su herramienta y la misma venía acompañada de sangre y mierda, se limpia con otro pedazo de papel y luego me ofrece su culo, ya era inevitable que llegara de inmediato pues aquella cogida de él me dejó en un grado alto de excitación, cuando me coloco detrás de él, miro aquel agujero rosado y con sus estrías bien definidas, le unto saliva y luego me coloco poca, pues el líquido pre-seminal ear suficiente, la lubricación estaba completa.
Poso mi glande en aquel hueco y dejo ir poco a poco mi verga, siento al meter la cabeza que mi amigo aprieta las nalgas y se le pone la carne de gallina y me dice que era su primera vez y que donde vivía no podía hacer nada porque sus amigos lo podían contar, le digo que tranquilo y le pido que cuando desaparezca el dolor él mismo busque de metérselo, lo hace de esa manera hasta que lo deja entrar todo, lo impresionante es que cuando comienzo a sacarlo veo que su esfínter viene abrazando mi pene, que cosa, se le salía como 3cm, aquello me pareció extraño pero excitante, volvía a meter y a sacar y siempre era igual, parecía que aquel culo me mamaba el pene literalmente.
No tardé mucho en llegar, inundé sus entrañas con mi néctar y quedé dentro de él hasta que mi pene quedó flácido y se salió, detrás de mi pene también se vino un chorro de semen con mierda e hilos de sangre. No fue nuestra última vez, luego les cuento lo que sucedió en una playa a la que lo llevé para que conociera el mar.
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