Cuidando a Chulo II. Su hermano Edgar.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chaketo.
Cuidando a Chulo II.
Su hermano Edgar.
Hola amigos de SST, los saluda Rodrigo y como siempre es un compartir mis anécdotas calientes.
Agradezco a todos los que comentan mis relatos y a los que me escriben por privado, ustedes me impulsan a continuar escribiendo.
La primera parte del relato la pueden encontrar aquí http://www.
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Para los que no me conocen me describo.
Tengo 25 años, soy de piel clara, cabello castaño y complexión media, lampiño y con una verga de 18 cms.
Muchos dicen que soy atractivo pero me considero un hombre normal.
Eso sí, me encanta el sexo y no me limito a la hora de coger, me defino como inter pues me gusta dar verga y también recibir.
Desde aquel día mi relación con Chulo había cambiado, cada vez que me veía me saludaba con una sonrisa pícara que yo sabía bien que significaba.
A veces cuando lo veía con su mamá el mismo le preguntaba cuándo podría cuidarme de nuevo, yo solo tragaba saliva y respondía amablemente que me había gustado cuidarlo.
Poco a poco fui conociendo a sus hermanos entre ellos Edgar de 16 años, el cual solo conocía de vista.
Un día que estaba sin nada que hacer baje a la cancha para practicar unos tiros de básquet, estaba solo encestando cuando una voz me interrumpió.
-¿Puedo practicar contigo?
Cuando vi quien me hablaba me di cuenta que era el hermano de Chulo, su nombre era Edgar.
Era un muchacho delgado, con el cabello rapado de los lados y peinado de lado.
Había cumplido 16 años recientemente y lo ubicaba muy bien ya que siempre lo veía jugando en los alrededores.
-Va, por mí no hay problema – respondí.
Estuvimos encestando hasta que decidimos jugar a quitarnos la pelota.
Creí que mi imaginación me estaba haciendo una mala jugada ya que cada vez que me acercaba por detrás para tratar de robar la pelota, Edgar pegaba su culito a mi entrepierna.
Los dos traíamos ropa deportiva así que podía sentir a la perfección ese culito rozando mi verga.
En un momento sentí que mi erección era notoria así que mejor me senté un rato en una de las bancas, el chico me siguió dedicándome una sonrisa coqueta.
-Casi te gano Rodrigo, pero es que me distraes mucho- agregó el muchacho mientras se sentaba a mi lado.
-Claro, claro –dije sarcástico- buena excusa –sonreí- ¿Y con que te voy a estar distrayendo?
-Pues es que podía sentir toda tu verga en mi cola, como quieres que no me distraiga.
Solo reí ante tal comentario, el chaval me había descubierto.
-Bueno ahorita regreso, voy al baño, cuida del balón.
Corrí al baño que estaba cerca de la cancha sin mirar atrás, Edgar me había descubierto y no se me ocurría ninguna excusa.
Para mi suerte el baño estaba solo, lo único que quería era distraerme para bajar mi erección.
Ya en el baño baje mi short para acomodarme bien la verga, estaba en eso cuando de pronto vi una cara familiar que me miraba por debajo del cubículo.
-¡Edgar! No mames cabron que haces ahí.
-Abre –susurro.
La calentura y el morbo pudieron más y termine abriendo la puerta.
Cuando Edgar entro sus manos fueron directo a agarrarme la verga.
-No mames wey, aguanta alguien nos puede ver y…
-No digas nada- interrumpió Edgar –Desde hace tiempo tengo ganas de esto pero no sabía cómo hablarte y hoy se me dio.
-No mames ¿eres gay?
-No sé si lo sea, pero tengo curiosidad y cuando sentí tu verga rozándome el culo me pusiste caliente.
Después de escuchar aquella especie de confesión me deje de hacer del rogar.
Le plante un beso en la boca al chico que torpemente me correspondía mientras le agarraba las dos nalgas con mis manos.
Mordía sus labios y volvía a atacar esa boca juvenil con lujuria, besaba su cuello y volvía a su boca mientras el solo quería tocarme la verga.
-¿Has estado con alguien antes? –pregunte.
-Solo me he besado con mi novia pero no hemos avanzado a más.
Creo que no le gusto.
Reí para mis adentros, el chico tenia novia pero estaba pidiendo verga a gritos.
-No te preocupes te voy a enseñar un par de cosas que seguro te van a gustar.
Levante su playera y deje al descubierto aquel pecho adolescente sin ningún pelo aun.
Sus pezones estaban duros, acerque mi nariz y aspire aquel aroma a hombre.
Cuando lamí su pezón derecho se estremeció y dejo escapar un gemido.
-Silencio chavito que nos van a descubrir.
Edgar solo se mordió los labios mientras volvía a acariciar su pezón con mi lengua.
Me gustaba ver la expresión de placer reflejada en su cara, me daban ganas de cogérmelo en ese instante pero no quería asustarlo.
-Me la quieres mamar Edgar?
-Sí, sácatela –dijo con la voz entrecortada- Quiero probar tu leche.
Edgar se sentó en el inodoro, me acomode frente a él y lo deje que solito me sacara la verga.
El chico me bajo el short con todo y bóxer.
Mi verga quedo al descubierto, la tomo con una mano y se la llevo a la boca haciéndome gemir.
Aquel chaval engullía mi trozo mientras me miraba a los ojos, se metía toda la verga hasta el fondo y después la sacaba toda.
Lo tome por la cabeza para guiar el ritmo de la mamada, le mandaba mi verga hasta el fondo de su boca y a veces la sacaba para que me chupara los huevos.
-¿Ya habías mamado antes?
-No, la tuya es la primera.
Pero había practicado con paletas siempre que veo porno a solar me imaginaba como era chupar un pene.
-¿Me dejarías metértela? Te prometo que lo hare despacio.
-Está bien, pero si me duele le paramos.
Apoye a Edgar contra la pared y lo abrí de piernas.
Su culito era pequeño y blanquito, un culito que jamás voy a olvidar.
Escupí sobre mi verga y se la acomode en su entrada, empuje despacio metiéndole solo la cabecita…
-Ya está entrando, me aprietas bien rico la verga.
Edgar trataba de no gemir tan fuerte lo cual me ponía aún más caliente.
Apenas tenía la mitad de mi pito adentro cuando me pidió que lo sacara así que lo tome de la cintura y se la metí toda de golpe impidiendo que se soltara.
-Me… me duele, sácala por favor.
-Ya tranquilo, así te vas a acordar de mí siempre, yo fui el primero que te la metió.
Ya tienes toda la verga adentro, relájate y disfruta.
Edgar aguanto como un campeón, comencé un mete saca lento, sin prisas.
Podía ver como mi verga entraba y salía de ese culito adolescente.
La imagen de esas nalgas blanquitas chocando contra mis pelos me ponía cachondo y me hacía acelerar el ritmo de las embestidas.
Lo hice agachar un poco más de tal forma que con una mano lo tomaba por la cintura y mi mano libre acariciaba su pito.
Edgar tenía su pene duro y yo lo masturbaba al ritmo de la cogida que le estaba dando.
-¿Te gusta?
-Si –respondió jadeando- No te detengas, me gusta…
-¿Me vas a prestar tu culito cuando tenga ganas?
-Sí, va a ser tuyo, dáme toda tu verga.
Lo embestía rápido y con fuerza, estaba por venirme pero no quería salirme de ese ano apretadito.
Di unas cuantas embestidas más y se la metí lo más que pude soltando mi semen en su interior.
Trataba de no gemir pero el placer que me estaba dando este chico era indescriptible.
Aun con mi verga dentro masturbaba a Edgar hasta que lo hice acabar en mi mano.
Lleve mi mano con su semen a mi boca y lo probé, limpie mi mano con mi lengua y aun con rastros de su semen en mi boca lo bese.
Retire mi verga de su culito y cuando miro hacia abajo veo una carita familiar, Chulo su hermano menor nos había visto.
Cuando mi mirada se encontró con la de Chulo este se apartó.
No quise decirle nada a Edgar porque no se había dado cuenta.
Sin decir nada me limpie la verga y acomode mi ropa.
Edgar aún se estaba arreglando la ropa, lo bese y le sonreí, quedamos en repetirlo las veces que quisiera.
Y vaya que repetimos, cada vez que estaba caliente le enviaba un mensaje a Edgar y terminaba cogiéndolo.
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