Cuidando a Tavito (Parte 1)
Ahora tendría a Tavito a solas en su casa y lo aprovecharía al máximo..
Mi vida había dado un giro en el último mes. Había terminado la prepa, había cumplido 18, mi papá me había comprado mi primer coche como regalo de cumpleaños (del cuál aún no disponía por cosas de papeleo), y ahora también había perdido la virginidad, quizás no de la forma que había imaginado una vez, pero al final era así, y con eso yo me sentía diferente, mejor, realizado.
Acababa de despertar, eran las 9 de la mañana, tenía la garganta seca así que me levanté para ir por un vaso de agua. Abajo mi hermano miraba la televisión en la sala,
– Hay desayuno en la estufa- Me dijo sin siquiera voltear a verme, algo bueno porque no notaría la carpa que se formaba gracias a mi erección matutina. Tomé mi agua y casi me ahogo en el último trago cuando recuerdo: Las fotos!! Subí rápido de regreso a mi cuarto y tomé mi celular, metí rápido la contraseña y revisé la galería. Ahí estaban las fotos que le había tomado a Tavito desnudo. Eran 5 fotos en total, pero solo dos se miraban bien, las otras dos salían muy borrosas, pues para la época las cámaras de los teléfonos no eran tan buenas. La primera foto era en la que Tavo salía de cuerpo completo boca abajo con una pierna de lado y se alcanzaba ver un poco de mi leche brotando por el filo de su culo, la segunda era un acercamiento a las nalgas de Tavo un poco brillosas por el sudor, y en la última estaba yo abriendo con mis dedos sus nalgas y se miraba perfectamente su ano abierto botando mi leche en evidencia de la cogida que le había dado. Ver esas fotos me puso super caliente, me encerré con seguro y empecé a darme una santa jalada mientras las miraba y en mi mente recreaba los momentos encima de Tavo mientras él me la mamaba y cuando después por accidente pude meter la cabeza de mi verga por su hoyito convirtiendome en hombre ante el culo de ese niño que perdía también la virginidad de su colita. La deslechada que me dí con esa jalada matutina fué tan intensa que recuerdo tuve que buscar con que limpiar el teléfono porque lo ensucié de mi esperma espeso mañanero. Me quedé sentado en la cama recuperándome del orgasmo cuando sentí que mis tripas gruñían esperando comida. Me cambié de ropa y decidí ir a la tienda por un jugo para desayunar, cuál sería mi sorpresa cuando al llegar al lugar estaba ya ahí Tavito jugando el juego de peleas,
– Hola bebé- Le dije. No había nadie en esa parte del local, así que podía ser algo provocativo si quería, – Como está tu colita- Le dije sobándole el culo por sobre la ropa disimuladamente. Tavito volteó con una gran sonrisa,
– Está bien- Me respondió, -Me ardía poquito anoche, pero me puse cremita de la que me pone mi mamá y ya estoy bien- Me dijo.
– Que bueno- Le respondí y entonces escucho que alguien viene hacia nosotros,
– Mira nada más a quién me encontré- Dice una señora joven en uniforme de hospital.
– Mamá- Dice Tavito espantado.
– Ya te he dicho que no te salgas de la casa sin permiso- Dice la mamá de Tavito, y él baja la cabeza.
– No se preocupe señora, yo estaba con él- Le digo interrumpiendo.
– Mira mami, él es mi amigo Joel- Le dice Tavo.
– Ahh, con que tú eres el amigo de quién tanto habla mi Gustavito- Dice la señora sonriéndome. Al parecer ya soy popular en la familia de Tavo.
– Si, yo lo cuido cuando me lo encuentro aquí- Le digo
– Pues muchas gracias, me da gusto que alguien más le preste atención a éste niño vago cuando se sale de la casa. No creas que no sé que a veces te sales a escondidas- Le dice la señora a Tavito regañandolo. -Bueno, ya vámonos para desayunar. Ocupo dormir- Le dice y él se pone a su lado despidieno con la mano. Noté que la mamá de Tavito estaba cargando bolsas con cosas que había comprado ahí en la tienda, se miraban algo pesadas.
– Si quiere le ayudo con las bolsas, se ve que pesan- Le digo
– Te voy a tomar la palabra solo porque estoy muy cansada- Dice la señora, y acto seguido salimos del lugar para dirigirnos a su casa. En el camino la señora me explica que su trabajo es algo pesado debido a los cambios de horario y que constantemente tiene que trabajar toda la noche, así como había ocurrido ese día. El papá de Tavito había muerto cuando él era pequeño , por lo que ella tuvo que hacerse cargo de la casa junto con la abuela de Tavo. Llegamos a la casa y yo pongo las bolsas en la puerta de afuera mientras ella abre con su llave la puerta interior,
– Bueno, ya me tengo que ir, yo tampoco he desayunado- Le digo
– Noo, quédate a desayunar con nosotros por lo menos- Me dice, -Sirve que así te pago por la cargada.
– Sii, quédate a desayunar- Dice Tavo felíz
– Así está bien, no es necesario- Le digo, -Mejor otro día porque en mi casa ya hay desayuno hecho y no quiero desperdiciar- Le respondo. La verdad es que también me daba algo de vergüenza, la mamá de Tavo era joven, debía de tener menos de 30 años, era bonita pero tenía un no sé qué que me intimidaba.
– Mmm bueno, pero me la vas a deber, eh!- Me dice, y le pide a Tavito que entre a casa. La señora estaba cerrando ya la puerta y yo me daba la vuelta cuando la vuelve a abrir,
-Oye- Me dice. Yo volteo sin saber que querrá y esperando que Tavito nunca le haya contado de las veces que estuvimos solos. Cierra la puerta a su espalda y se acerca a mí, -Mira, ya sé que no debería pedirte esto, pero ya no sé a quién más pedírselo. Tengo un tío enfermo y me pidieron que lo cuide dos noches, pero resulta que mi mamá también se tiene que ir a ver a una prima que acaba de tener a su bebé y no tengo con quien dejar a Tavito. No quiero llevármelo conmigo porque sería muy aburrido para él y a dónde va mi mamá tampoco hay niños ni nada con que se entretenga, entonces, no sé si tú puedas cuidar de él, ya sea viniendo a quedarte a dormir aquí o si tus papás te dejen que Tavito se vaya contigo a tu casa. Él habla muy bien de ti y me caíste bien- Me dice. Yo me sonrojo. -Entonces ni sé si puedas, o háblalo con tus papás y me dices. Yo me iría el viernes en la tarde, solo estarías con él hasta el sábado en la noche que llegue mi mamá como a las 7. Te voy a pagar- Finaliza. Yo ya estaba creando en mi cabeza todas las cosas que podría hacer teniendo su casa vacía y a Tavito a mi merced.
– Entonces?- Me pregunta
– Claro que sí, no hay problema, nada más le aviso a mi mamá y vengo a cuidarlo. Tavito es como otro hermanito para mí- Le contesto.
– Ay, que bueno. No sabes la carga que me quitas. Mira, yo me voy a las 6 a la central de autobuses, entonces si puedes llegar un poquito antes para explicarte mejor, ok?- Me dice
– Si, usted no se preocupe. Yo llego aquí faltando 15 para las 6- Le respondo. Entonces nos despedimos y yo regreso a mi casa.
Estaba tan feliz con la idea de todo lo que le podría hacer a Tavito estando solos y con todo el tiempo del mundo disponible que ni cuenta me di que ya tenía casi media hora fuera. Llego sonriente a casa, mi hermano sigue en el sillón viendo tele,
– Dónde estabas?- Me preguntó
– Me encontré a alguien en la tienda- Le digo
– Y el jugo?- Me dice viendo que no había comprado nada. Con todo lo que pasó ni siquiera me acordé de a lo que iba a la tienda.
– No había del sabor que quería- Le digo. Y me voy a la cocina para que no siga preguntando. Caliento la comida y desayuno comenzando a crear planes en mi cabeza para pasarla bien con Tavito.
Mi mamá me dió permiso sin muchos miramientos, decía que me serviría de experiencia y que si además me pagaban estaba bien. Yo esperaba paciente a qué el momento llegara.
Era ya viernes en la tarde, me había puesto ropa cómoda: un pantalón deportivo y playera ligera para poder desacerme de ella fácilmente si hacía falta. Llevaba un cambio de ropa extra, mi celular y una toalla en una mochila. Esperé la hora adecuada y partí a casa de Tavo, toqué la puerta al llegar y fué Tavito quien abrió,
– Que onda- Le dije,
– Pásale- Escuché la voz de su mamá que gritaba al fondo. Entonces entré a la casa y me senté en el sillón de la sala a esperar
– Ya viene mi mamá- Dijo Gustavito,
– Ya voy- Dice la señora. Tavito se fija que no venga su mamá todavía y se me acerca,
– Vamos a estar solos- Me dice riendo con voz quedita.
– Si, ya sé- Le digo contestandole con una sonrisa igual de grande y entonces el me pone la mano en la entrepierna y me aprieta la verga suavemente, -Espérate- Le digo, y le quito la mano.
– Ya, ya estoy lista- Dice su mamá y sale de un cuarto al fondo. Sin el uniforme la mamá de Tavo se ve más joven y bonita. Trae un pequeña maleta con ella que deja en la puerta. -Hola, que bueno que llegaste antes- Me dice. Me levanto del sillón y comienza a explicarme algunas cosas: que hay comida en el refrigerador, que el teléfono está cortado así que me pide mi número de celular y me da el suyo por si acaso, me explica cómo cerrar las puertas y qué llave es para cada una de ellas, y finalmente me dice que Tavito no se ha bañado, algo que me parece excelente noticia para más tarde.
– Bueno, entonces ya me voy- Dice. Tavito viene hacia a ella y se despiden cuando escuchamos el sonido del taxi llegando y su mamá sale de la casa quedando Tavito y yo ahí solos. En cuanto el taxi arranca Tavito cierra la puerta y se arrodilla sacando mi verga y la comienza a chupar haciendo que rápidamente se ponga dura en sus labios,
– Espérate tantito. -Le digo suspirando mientras veo hacia abajo su carita mientras él chupa gustoso, -Qué tal que tu mamá regresa- Le digo, y justo entonces se escucha un auto estacionandose afuera. Rápido subo mis pantalones y me siento tratando de simular mi erección cuando su mamá entra rápido,
– Se me olvidó el boleto del autobús- Dice entrando casi corriendo a la habitación y volviendo de prisa. – Ahora así adiós- Dice, y nuevamente sale y el taxi parte nuevamente. Yo estaba amarillo del susto, poco más y nos encontraba ahí en la sala con Tavito chupando mi pene, pero afortunadamente entró y salió tan rápido que ni atención nos prestó y no vio como tenía la verga toda mal acomodada en el pantalón. Volteo y veo a Tavito y él suelta una risa,
– Ya ves!- Le digo riendo también, -Casi nos cacha!
– Ya pues, ya no te la voy a chupar si no quieres- Dice, sentándose junto a mí.
– Y quien dijo que no quiero?- Le digo y me baja los pantalones con todo y ropa interior. Tavito obediente se mete mi palanca a la boca y empieza a mamar como le enseñé.
– Espérate- Le digo, y me quito por completo la ropa baja. Me subo en el sillón de pie y le pido que recargue la cabeza en el respaldo. Yo bajo con cuidado quedando con mi verga a centímetros de su cara igual como la vez anterior cuando me arrodillé encima de él en el colchón pequeño de su escondite,
– Mamala, pues- Le digo, y él sonríe. Trata de agarrar mi verga con la boca pero se la cambio de lugar y comenzamos a jugar. Él trata de atrapar mi pene súper erecto y yo se lo restriego de lado a lado de la cara mojando sus cachetes con el líquido que sale de mi punta. Le paso los huevos por la nariz y los cachetes y el sujeta uno entre los labios haciéndome dar escalofríos. Finalmente lo dejo atrapar mi palo y comienza a chuparlo delicioso mientras usas sus dedos para juguetear con mis huevos. Yo jadeaba, sentía que estaba a punto de correrme cuando le pregunto,
– Quieres comerte mi lechita?- Él se saca la verga de la boca y la mira de la punta,
– Sabe igual que ésto?- Me dice, y con su dedo toca mi pre seminal transparente formando un hilo al ritmo que va separando su dedo de la punta de mi garrote.
– Más rico- Le digo, y él sonríe
– Entonces sí- Dice. Le pido que se acueste en el sillón, yo pongo mis piernas junto a su cabeza y lento bajo para ponerle la verga en la boca igual como en las películas porno cuando hacen un garganta profunda, claro que en este caso yo no le dejaría ir toda la verga a Tavo para no ahogarlo. Tavo ya tenía mi punta bien sujeta con sus labios y empiezo a borbearle tratando de ser cuidadoso, pero unos segundos después ya le doy rápido sintiendo que media verga se pierde en su boca y su saliba hace sonidos con el va y ven de mi pedazo duro entrando y saliendo. No aguanto mucho con ese ritmo, así que termino expulsando toda mi leche en la boca de Tavo. No se la saco hasta que siento la última contracción en mi verga y que todo el relleno cremoso está ya afuera. La leche se escapaba por los labios a Tavo, abre la boca toda llena de mi esperma y le recuerdo tragar, así que con un trago grande se pasa todo lo que estaba en su boca,
– Casi me ahogo!- Me dice y me da un golpe con su puño en mi brazo. Tiene leche en un poro de la nariz y le escurre otro tanto por los lados de los labios, demasiado excitante.
– Pero te gustó! O no?- Le digo riendo
– Pues sí, está buena tu lechita- Me dice tallandose con el brazo la leche de un cachete, -Pero quedé todo embarrado-.
– Voy a tener que bañarte- Le digo con malisia. -Hay que lavar este culito- Le digo dándole una nalgada, y él se ríe. Me echo a Tavito al hombro y me levanto con él caragandolo mientras ríe y patalea, yo lo sostengo con una mano en su culo. Me dirijo a donde sabía que estaban las habitaciones y abro la primera puerta,
– Éste no es mi cuarto- Dice, yo observo y me doy cuenta que en efecto, es el cuarto de su mamá, hay una cama matrimonial y un tocador grande. Quizás pueda usar esta cama después, pienso. -Mi cuarto es el que sigue- Dice Tavito.
-Bueno, pues- Le digo, y abro la puerta de dónde indica. Su habitación es pequeña, hay una cama individual, un mueble con juguetes y un ropero pequeño. Me aseguro que las cortinas de la ventana estén bien cerradas y echo a Tavito en su cama y sin dudar dos segundos le arrancp su ropa comenzado por su playera y siguiendo por sus jeans y para mí sorpresa viendo que no trae calzones lo que me arranca una sonrisa
– No me puse truzas por si me querías agarrar el culo o el piquito- Me dice riendo mientras se abre de piernas completamente. Sus sábanas de toy story hacen contraste con su piel y me hacen subir el morbo. Acerco mi cara a su entrepierna y noto que ésta vez tiene un olorsito más fuerte,
– Parece que está un poquito sucio este piquito- Le digo, él se ríe. Entierro mi cara entre sus piernas y le chupo su verguita, se la pelo con los labios y le doy una mamada gloriosa, sabe un poquito a pipí y más saladita que de costumbre, pero no me importa, son detalles que aumentan mi calentura. Hago hacia arriba su piquito y ahora sigo con su huevitos, también tienen un saborcito saladito que yo degusto feliz. Tavito está con sus dedos en la boca volteando a la pared disfrutando cuando decidí que era hora de ir a su hoyito. Su ano también tiene olor a caca más fuerte que la vez anterior, irónicamente esto me ponía más caliente. Lamo su ano y lo saboreo, es a partir de ahora mi sabor favorito. Muerdo sus nalgas, paso mi lengua desde su ano a la punta de su verguita y repito. Mamaba suavemente todas sus partecitas cuando coloco mi dedo en posición para entrar por su agujero, empujo un poco pero casi llegando a la mitad de mi dedo siento una consistencia pastosa, al parecer Tavito no había ido al baño en las últimas horas, así que mejor le doy un beso sonoro a su verguita y me retiro de entre sus piernitas.
– Casi no me metiste el dedo- Me dice viéndome como extrañado,
– Tienes caquita, todavía no has ido al baño, verdad?- le digo cálidamente
– No- Dice apenado, -Perdón- Agrega triste
– No pasa nada- Le digo, -Mas tarde que vayas al baño lo hacemos- Le contesto, y le doy en beso en la frente. -Vamos a bañarnos- Le ordeno.
Excelente relato.Real.No hay ibtestino sin caca.Y debe evacuarse antes de culearselo. Me encanta la suerte de los 2 que se quedan solo por 2 dias.Tendran mucho sexo.El 18 años y Tavito solo 8.Uffff todo un placer.5 Estrellas y mañana sigo leyendo el otro