Cuidando a Tavito (Parte 5)
El sol, el parque, el agua, y mucho sexo. Todavía teníamos tiempo para disfrutar juntos Tavito y yo antes de regresar a casa..
Tavito y yo habíamos recorrido ya todo el parque y nos habíamos subido a todos los juegos y tal y como había pensado al llegar, no había tanta gente ésta vez y las filas para los toboganes era rápida. Yo me había tomado un respiro para tomar el sol y tener un bronceado parejo mientras Tavito jugaba con mi Nintendo DS sentado bajo una sombrilla.
– Oye, Joel, no hemos ido a ese juego- Me dijo.
– Cuál?- Le pregunté levantando la cabeza.
– Ese de allá- Me dijo otra vez apuntando con su dedo. Era el tobogán más alto y rápido del parque, uno dónde solo adultos y jóvenes normalmente se subían.
– De verdad quieres ir a ese? No te da miedo?- Le preguntaba a Tavito. Incluso para mí ese juego me parecía algo extremo.
– Vamos!- Me dijo él con entusiasmo.
– Ok, pero no se vale llorar- Le dije riendo. Tavito tenía toda la energía del mundo, recorrimos todo el parque tres veces incluidos los juegos «de niños grandes». De forma disimulada tocaba su culo cuando tenía oportunidad, y él también aprovechaba los momentos bajo el agua para apretar mi palanca con su mano haciendo que en ocasiones tuviera que quedarme un rato en la piscina para que no notaran mi erección, pero lo que más alegría me daba era ver a Tavito felíz y disfrutando el viaje. Ya era tarde, el sol se había puesto y la mayoría de la gente se estaba retirando y empezaban a cerrar algunos juegos cuando Tavito me dijo que tenía hambre. Regresamos al casillero dónde habíamos dejado la mochila y nos secamos el exceso de agua para después ir a la cafetería del lugar a cenar. Ya era de noche, Tavito y yo regresábamos a la cabaña después de haber cenado, podía notar que todas las cabañas cercanas al parque acuático estaban ocupadas y se miraban las luces encendidas con personas dentro, pero al fondo donde yo había escogido eran pocas las locaciones ocupadas, lo noté al llegar a la nuestra. Yo había planeado en mi mente llegar del parque y tirarme en la cama con Tavito a hacerlo hasta dormir, pero la realidad es que solo quería darme una ducha y descansar, pues las piernas me dolian de tanto subir escalones y supongo que el haber cogido dos veces ese día me había bajado los ánimos.
– Me voy a bañar primero, y luego sigues tú- Le dije a Tavito.
– No nos vamos a bañar juntos?- Me decía quitándose la ropa. Pero yo ya había entrado al baño. -Porqué no me esperaste?- Dijo entrando, pero yo ya estaba bajo el agua.
– Estoy un poquito cansado- Le dije. Noté algo de enojo en su actuar, pero en verdad yo quería un minuto de intimidad. Terminé de bañarme y salí de la ducha. Sin decir ninguna palabra Tavito entró y cerró la puerta. Me puse un boxer y en short flojo pensando en cómo solucionar esta pequeña pelea de pareja. Estaba juntando las dos camas que teníamos cuando Tavito salió del baño y me llevé una gran impresión al ver que se había puesto el bikini pequeño que me había dicho que le apretaba.
– Mira- Me dijo y se dió la vuelta dejándome ver su culo. La trusita cubría poco sus nalgas dejando la mayor parte de sus glúteos a la vista y en frente el logo de Ben 10 quedaba justo donde estaría su pene. Yo estaba hipnotizado. Había pensado tal vez acariciarnos y darnos sexo oral, pero esto me había regresado las ganas que el cansancio me había quitado. Me senté en el borde de la cama en dirección a Tavito,
– Ven- le dije, y se acercó a mí, -Date otra vueltecita- Le dije observando ahora de cerca mientras giraba lento. Me encantaba como se miraba su cuerpo solo cubierto por esa diminuta prenda. Abracé a Tavito y comencé a besar su cuello mientras apretaba sus nalgas y él suspiraba.
– Pensé que estabas enojado- Me dijo entre suspiros.
– Estaba cansado. Pero ya no- Le dije acomodando la telita de atrás de su bikini metiendola entre sus cachetes.
– Te gusta?- Me dijo comenzando a sobar mi pene por sobre la tela.
– Demasiado- Le dije apretando sus nalgas con mis manos. Yo ya tenía una tremenda erección. Sobaba el tracero de Tavo recorriendo cada centímetro de su redondés y él ya metía su mano entre mis piernas jugando con mis partes íntimas. Me eché en la cama y Tavito se subió en mí, mi herramienta quedaba entre sus nalgas y desde arriba él me miraba sobando su tracero en contacto con mi carne dura. Yo sentía bien el culo de Tavito, pero quería ya tenerlo completamente desnudo a mi disposición, así que lo velteé quedando ahora yo sobre él y en un movimiento bajé su pequeña prenda íntima saltando ante mis ojos su pequeño pene durito. Tavito había conseguido lo que quería, me había seducido y ya me tenía puesto como roble para él. La ropa ya me estorbaba así que me deshice de ella quedando con mi verga apuntando en dirección a Tavo y él clavó sus ojos en ella saboreandose.
– Quieres?- Le dije tomando mi palanca con mi mano bajando y subiendo la piel.
– Si- Me contestó, acariando él también la suya.
– Porqué no nos las comemos juntos?- Le dije, y me acosté acomondándolo sobre mi con su cara viendo hacia mis pies. Tavito bajó lento y sentí su respiración en la punta de mi herramienta cuando sentí como su boca comenzaba a cubrir mi glande haciéndome temblar.
– Que rico- Se me escapó mientras Tavito chupaba y yo comencé también a comerme sus huevitos. Lamía el espacio entre el ano y sus huevos y volvía a materme sus partes en la boca. Ya no tenía ningún sabor el cuerpo de Tavo después de tanto tiempo en el agua, lo único que alcanzaba a percibir era sabor a jabón, pero también gracias al agua su piel estaba más suave que nunca y aún cuando no tenía su típico sabor a niño a mí me encantaba y chupaba su pene de forma vigorosa. En su lado Tavito mamaba mi carne metiendola lo más profundo que podía, y con sus manos masajeaba mis bolas, sentía cómo su saliva se escurría por mis huevos y bajaba por mis nalgas. Comenzaba a sentir que mi esperma ya comenzaba a prepararse para salir cuando empecé a chupar el ano de Tavito para lubricarlo y meter mis dedos. Jadeabamos los dos al unísono al tiempo que con nuestras bocas y lenguas recorríamos el diámetro de nuestros penes duros. Metía mis dedos con suavidad en Tavito disfrutando su mamada y yo a la vez chupando sus bolitas y verguita cuando mi leche comenzó a subir por mi aparato y clavaba más mis dedos en el culo de Tavito,
– Ahhh- Gimió Tavo sacando mi pene de su boca justo cuando mi verga comenzaba a escupir mi leche caliente y toda calló en su cara. Al parecer esta vez le había sacado un orgasmo a Tavito con mis dedos al tiempo que él a mí mientras ordeñaba mi badajo como buen becerro.
– Ay, que rico- Dijo Tavito, y comenzó a reírse.
– Qué pasa?- Le dije recuperando el aliento.
– Me llenaste la cara de lechita- Me dijo volteando hacia mí y los hilos de mi semen bajaban por sus ojos, su nariz, incluso en el cabello.
– Me la chupaste muy rico- Le dije, y me giré para quedar de frente a él. Tomé un poco de mi leche de su cara y se la puse en la boca, entonces el chupó mi dedo dejándolo limpio. Tomé más de mi esperma de su cara y repetí hasta dejar su cara lo más limpia que pude. Mis dedos estaban mojados de la saliba de Tavito, entonces pasé mi manos por detrás de él y así con su propia saliva le volví a enterrar mis dedos en su culo.
– Pensaba que ya no me ibas a coger- Me decía moviendo las caderas sientiendo mis dedos moviéndose en él.
– Tú me provocaste- Le dije, y lo voteé quedando con su espalda en mi pecho.
– Métela, pues- Respondió Tavito con vos provocativa pegando su tracero a mi dureza. No perdí dos segundos y acomodé mi carne en su entrada y él solito se clavó en ella.
– Me encanta tu palancota en mi colita- Decía soltando un gemido.
– Y a mi darle verga a este culito- Le respondí comenzando mi va y ven. Levantaba la pierna de Tavito con mi mano y bombeaba despacio comenzando una follada suave y placentera memorizando con cada centímetro de mi verga el interior del culito de Tavo. El pasó su mano por detrás de su cabeza y acariciaba mi cabello a la vez que yo besaba su cuello. Estabamos cogiendo de una forma tan rica, gozando cada quien el calor del otro, nuestros sexos contrastados, mi dureza contra lo suavidad de su colita y su ano gustoso comiéndose mi garrote. Está vez mis embestidas no eran violentas como lo habían sido antes, ahora estaba siendo igual de tierno que la primera vez que estuve sobre Tavo restregando mi hombría entre sus nalgas. Los dos disfrutábamos, gemiamos, jadeabamos, cuando se la saqué un momento,
– Súbete sobre mí y métetela tú solo. Me duelen las piernas por estar subiendo tantas escaleras- Le dije acomodandome y poniendo una almohada en mi cabeza para dedicarme a disfrutar solamente. Tavito pasó su pierna por encima de mí y se hizo para atrás, tomó mi pene con su manita y lo acomodó en su hoyito húmedo y caliente y despacio se sentó en él.
– Auhhhh- Soltó Tavito de placer mientras mi pieza se deslizaba en su recto y yo me mordía el labio.
– Muévete como yo lo hacía- Le dije cerrando los ojos y Tavito comenzó a subir y bajar su culo en mi verga despacio,
– Así?- Me decía
– Si, así- Le dije disfrutando, sintiendo que ya comenzaba a escurrir mi liquido por su esfinter.
– Que rico se siente- Decía Tavito subiendo un poco la intensidad. -Ahh…Ahhhhh…Ahhh- Lo escuchaba soltar mientras brincaba en mi garrote. Tavito había aprendido rápido y meneaba las caderas al tiempo que se clavaba solo y me arrancaba mil suspiros, yo giraba la cabeza de lado a lado ante la deliciosura de su recto abrazando mi falo. Tavito tenía sus manos apoyadas en mi pecho, abrí los ojos observando como ahora era él quien apretaba los ojos y seguía botando sus nalgas encima de mí cuando se deja caer en mi jadeando con mi verga adentro. Tomé sus glúteos con mis manos y pude sentir que mi verga estaba casi completa dentro de él, Tavito lo había hecho tan suave y lento que ni cuenta me dí cuando casi se clavó por completo. Me dolían las piernas, pero estaba tan exitado con la imagen mental de mi verga casi al completo dentro de él y me acomodé para ser yo ahora quien hiciera el trabajo de darle a ese hoyito lo que pedía. Comencé despacio, disfrutando el largo de mi pene entrando. Quizás no fuera un pene enorme, bastante normal de echo, pero era lo suficientemente grande para que Tavito se lo enterrara casi todo y me hiciera reventar de placer en el camino.
– Me encantas- Le dije a Tavito sin dejar de moverme, entonces levantó su cabeza y me besó en los labios. Yo respondí su beso metiendo mi lengua dándonos por primera vez un beso ardiente haciéndome aumentar el ritmo soltando sonidos de sus nalgas golpeando con mi pelvis y su ano chupando mi verga hacia su interior.
– Ahhhhhh- Decía Tavito con los ojos cerrados. Intensifiqué mis golpes de verga en su ano y abrazándolo fuerte le llené el culo de mi leche. Sentía que ya me había vaciado pero no me quedé ahí, mi pene aún seguía rígido dentro de él así que volví a comenzar a darle intenso. Sentía mi verga deslizando bien adentro mezclada con mi propia leche haciendo todavía más fluida la penetración y Tavito estaba como loco brincando también sobre mi pene a la vez que yo le daba. Estuvimos unos pocos minutos así moviendonos como locos para después comenzar de nuevo a soltar mi liquido blanco en su interior mientras Tavito temblaba de placer y después se dejaba caer sobre mí exhausto. Lo abracé fuertemente hasta que mi verga salió por si sola de él derramando mi esperma por sus nalgas y cayendo después sobre mí. Debimos haber estado 10 minutos ahí acostados uno sobre el otro reponiendonos de semejante cogida cuando le dí un beso en la frente a Tavito y con cuidado me levanté para no ensuciar las sábanas. El ano de Tavito estaba más abierto que nunca y se veía un poco rojito y con aún unos pocos restos de mi leche. Nos limpiamos con toallitas de papel la suciedad de nuestros cuerpos ya fatigados de tanto hacer. Habíamos manchado un poco la cama, pero pude limpiarlo con facilidad antes de apagar la luz y dormirnos abrazados desnudos con el cuarto oliendo a nuestro sexo.
Cuando desperté al día siguiente era algo así como las 9. Tavito ya se había despertado y puesto ropa.
-Levántate, flojo- Me dijo con una sonrisota. -Mira, él ya se levantó- Me dijo tomando mi verga con su mano y después comenzado a chupar. Yo me quedé acostado hasta que Tavito logró sacar su desayuno inicial en forma de mi leche y después salí de la cama. Me puse ropa y le dije a Tavito que era hora de desayunar. Me dolían los muslos después de toda la actividad del día anterior, pero igual volvimos a gozar del parque por lo que nos restaba de tiempo después del desayuno. Debíamos dejar la cabaña antes de las 12, así que jugamos en los toboganes y piscinas hasta las 11:15, para acomodar después las camas, bañarnos, y dadas las 12 emprendimos el vieje de regreso, completamente felices, agradecidos y como no, satisfechos.
Buen relato amigo sigue contando.. 🙂 😉 🙂 😉
Hoy disponible la parte final de este capítulo 😉
oye amigo lei todas las partes de tu serie de relatos y me encantaron desde el principio , soy de vzla y te confieso que he tenido experiencias muy similares a las tuyas solo que no con tanta suerte , te felicito y espero que continues con lo que falta saber de tavito y sus sorpresas
Hola, y gracias por comentar. Un gusto que disfrutes mis relatos. Hoy publico la última parte de este capítulo. Saludos.
Saludes desde Colombia. Que maravillosos tus relatos
Woow y Uffs q rica y excitante pasada en el parque del agua, ojala pudiera tener q cuidar a un nene tan fogoso como tavito, aqui en Vzla hay pero no corremos con tanta suerte como tuvistes tú amigo, y son muchos los calentones q se ponen los bebes como tavito y sus ricas nalgas redondas y esponjadas uffs riquisimos masajearlas apretatlas y morderlas muy delicioso y eso de escucharlos suspirar pq les gusta mucho ✌✌
Son muy buenos tus relatos amigo, por cierto soy de Vzla y entrenador no te imaginas el montón de culitos ricos redonditos y otros nalgones para su edad pero se me hacen agua la boca verlos y de solo imaginarselos en una piscinada con sus trusitas, boxers o sus shorts q le qdan bien pegaditos y ajustados 😨😨😍😍😍😍😍😘😘😘😘😘😘😊😊😊💖💖💖💖😍😍😍😍😍