Culeado delante del vagabundo.
Dios que gusto me estaba dando aquella enorme polla, cabalgaba como un poseso, introduciéndome una y otra vez aquella polla por el culo. Chillaba y gemía viendo como de mi polla caía un espeso hilito de semen que iba cayendo sobre el abdomen del vagabundo que seguía sin decir nada, pero ahora tenía .
Hoy voy a contar como me cogió el dueño del mesón O’Cabazo. Este relato ya lo escribí, fue el cuarto relato que escribí y publiqué, lo he vuelto a escribir, tratando de mejorar su redacción. Una precisión que quiero comentar es sobre el nombre del mesón, yo creo que era así como se llamaba, pero tengo alguna duda, ese mesón que nombro, estaba en la plaza de Santa Catalina en La Coruña, la primera vez que lo publiqué, lo titulé: «Follado por el dueño del mesón, y.…».
Con este hombre, tendría unos 50 y muchos años, ya había estado en otra ocasión con él, pero aquel día cuando me quiso coger, yo no lo dejé, me dolía el culo, tenía muy irritado el agujerito, ya me tenía completamente desnudo, cuando intentó meterme la polla por el culo, no soportaba el dolor, me dolía y picaba mucho, así que me vestí y ese día me fui sin dejarle que me cogiera.
Cuando volví a estar con él, fue un día que me acordé de él, ya había pasado un mes más o menos, así que como sabía donde tenía el mesón, se me ocurrió ir por allí a ver que pasaba, iba dispuesto a dejarle que me cogiera, pues la otra vez que había estado con él, se había quedado bastante enfadado.
Cuando entré en el mesón, sería alrededor de las 11 de la noche, había varios clientes, si mal no recuerdo, estaban en una mesa una pareja, un chico con una chica, luego en otra mesa viendo la televisión, un maduro que yo ya había visto en ocasiones durmiendo en los bancos de los jardines, vamos que era un vagabundo o indigente, me extrañó un poco el verlo allí pero no le di más importancia, luego en el mostrador un poco más alejado y hacia la puerta, estaba otro chico joven, a este lo conocía de vista, ya habíamos estado cogiendo juntos, así que me supuse de que él también iba al mesón a dejarse coger por el dueño. Así que me vio el dueño del mesón, se quedó algo sorprendido al verme, a saber, que recuerdos le traía, le pedí una cerveza que me sirvió. Mientras bebía la cerveza, miraba para la televisión, pero pensando en que lo iba a tener difícil, al dueño del mesón se le veía cara de mala hostia, no dejaba de mirarme y por encima estaba el otro jovencito que era de mi misma edad, era también muy guapo, tenía buen cuerpo, era algo más alto que yo y delgado al igual que yo. Así que creía que, con el dueño del mesón, aquel día no iba a tener suerte.
Ya se habían marchado la pareja que estaban en una de las mesas cuando me levanté del taburete para ir al baño que quedaba al fondo, cuando iba a entrar, me habló el dueño, pidiéndome que no me fuera, que esperara un poco que quería hablar conmigo, intrigado por saber que me iba a decir, entré en el baño donde descargué la vejiga pues ya la cerveza me había hecho efecto, tenía que sí o sí ir a mear.
Cuando salí del baño, vi como el jovencito se levantaba del taburete y se marchaba, yo creo que algo le había dicho el dueño del mesón. El caso es que ya solo quedábamos el vagabundo que seguía sentado en la mesa viendo la televisión, el dueño del mesón y yo.
Me senté en el taburete para terminar la cerveza y ver que era lo que me quería decir el dueño. Así que estuve sentado, ya se acercó de nuevo el dueño del mesón poniéndose a hablar conmigo, me dijo que hacía tiempo que no me veía, siguió hablándome hasta que me dijo si me iba a dejar follar, que la última vez que me había visto, lo había dejado muy caliente, que ni siquiera había accedido a chuparle la polla. Le contesté que de verdad aquel día me dolía mucho el culo y no daba aguantado, pero que ahora sí me dejaría follar.
Al escuchar que sí, que sí me iba a dejar coger, ya el semblante le cambió, esbozó una sonrisita a la vez que salía del mostrador. Ven, me dijo llevándome para la puerta que daba acceso a la vivienda, pues el mesón estaba en una casa antigua, en el bajo era el mesón y arriba de este la vivienda la cual tenía el acceso desde dentro del mismo mesón, sube y vete preparando que voy cerrando el negocio, me dijo dándome una palmadita en el culo.
Yo subí, sabiendo que en el mesón todavía quedaba el vagabundo, pero no le di mayor importancia, creía que le diría que se tenía que ir que iba a cerrar, así que subí y fui ya para la habitación a la que me había llevado la otra vez. Esperé un ratito cuando ya lo oigo subir las escaleras, no venía solo, con él venía el vagabundo, lo metió en el baño que había arriba, creyendo yo que lo llevaba a otra habitación. Así que lo metió en el baño, vino a junto mía y me dijo que me fuese quitando la ropa, que ahora venía.
Yo algo extrañado por no estar los 2 solos, le hice caso, viendo como él se metía donde el vagabundo, hasta entonces yo no sabía que allí era el baño de la vivienda.
Cuando ya estaba desnudo, solo me había dejado el slip, veo que viene con el vagabundo, lo traía completamente desnudo. Bufff así que vi lo que le colgaba del medio de las piernas al vagabundo, me quedé hipnotizado viéndolo, menuda polla que le colgaba, eso que no estaba empalmado y ya se le veía una tremenda polla.
Yo no entendía nada, creía que me iba a follar el dueño del mesón, pero traía del brazo al vagabundo para el mismo dormitorio.
Lo llevó al costado izquierdo de la cama, abrió separando las cobijas y hizo acostar allí al vagabundo a la vez que me decía a mí:
No te preocupes, está limpito, lo acabo de lavar en el baño, lo dejo dormir aquí porque me da pena, es el que duerme en los bancos del jardín, pero estos días está haciendo mucho frío, así que le dejo dormir aquí conmigo. Anda quítate el slip y pasa para el medio, me decía ya desnudándose él.
Yo todavía sorprendido porque íbamos a estar los 3 en la cama, donde el dueño del mesón me iba a follar, miraba incrédulo como el vagabundo estaba totalmente estirado en la cama, completamente desnudo, Dios, miraba la enorme polla que tenía el vagabundo y todo mi cuerpo se estremecía. Todavía no muy convencido, me saqué el slip y desnudo por completo me metí a la cama donde tumbado a todo lo largo se encontraba el vagabundo.
Al momento ya poniéndome la mano en el culito, se metía el dueño del mesón, diciéndome que me arrimase más al vagabundo.
Arrímate más, pégate a él, que no te dé reparo, está lavadito, lo acabo de lavar yo, mira que tremenda polla tiene el cabronazo, me decía el dueño del mesón, haciéndome que me pegase al vagabundo.
Ya estábamos los 3 metidos en la cama, yo de costado mirando para la enorme polla del vagabundo que seguía totalmente estirado boca arriba sin decir ni hacer nada, solo me miraba como yo completamente absorto contemplaba su enorme polla.
Encoje las piernas y saca el culito para afuera, me decía el dueño del mesón, preparándome para meterme la polla por el culo.
Iba pasando sus dedos por medio de mis piernas buscando mi agujerito a la vez que mordisqueaba mi hombro y oreja. Me susurraba, Dios que ganas te tengo, la otra vez me dejaste bien caliente, cabronazo. Como me gusta el culito que tienes, joder, ya verás que follada te voy a dar.
Mira que pedazo de polla que se gasta el vagabundo, anda acaríciasela, que no te de asco, se la he limpiado a conciencia, ya verás así que se le ponga dura lo grande que es, me susurraba al oído mientras me iba preparando para encularme.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Dios, me estremecí a la vez que soltaba un gemido, Cuando siento como la polla del dueño del mesón, me empieza a entrar por el culo. De 2 embestidas me había metido la polla por completo. Ya estaba, ya me la había metido por el culo, ya noté sus pelotas pegadas a la entrada de mi ano, como me sujetaba por las caderas, impulsando su pelvis enterrándose más profundamente en mis entrañas, me la había metido hasta la empuñadura. Podía notar los pelos de su pubis pegados a mi culito, ya me tenía bien ensartado, ya estaba dentro de mí. Ahora empezaba con el mete y saca.
¡Ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡Dios que culito tienes cabrón! Me decía sin dejar de darme por el culo.
Yo echaba el culo hacia atrás pegándome a él todo lo que podía, sintiendo su pubis pegado a mí, notando como me entraba una y otra vez la polla por el culo, Dios que gusto me estaba dando. Acariciaba la polla del vagabundo, viendo como cada vez esta crecía más, él no decía nada, solo miraba como el dueño del mesón me estaba dando por el culo y como yo acariciaba con mi mano su verga que a cada paso se iba poniendo más dura.
Mira que pedazo de pirola tiene el cabrón, mira que grande es, anda, chúpasela mientras yo te doy por el culo, ya verás como te va a gustar, que no te de asco que no tiene nada, ya verás que rica sabe, me decía el dueño del mesón sin dejar de darme por el culo.
Yo que ardía en deseos, agarrando la verga del vagabundo que seguía sin moverse ni decir nada, la enfilé hacia mi boca, empezando a chupársela.
Dios que gusto me estaba dando, le estaba chupando la polla a un vagabundo, mientras el dueño del mesón me daba por el culo. Metía y sacaba una y otra vez la polla por mi culo, notando como golpeaba mi culito con su pelvis una y otra vez.
En varias ocasiones me hizo atragantar con la polla del vagabundo, al estar chupándosela mientras el dueño del mesón me daba por el culo. No paraba de hablar y decirme de todo, tanto el vagabundo como yo, no decíamos nada, yo no podía al tener en la boca su polla, pero él, seguía sin decir ni pío, solo miraba como me follaba el dueño del mesón y como yo aferrado a su polla se la chupaba mientras estaba siendo enculado.
Ya me caía las babas y lloraban los ojos, aquella enorme polla me había atragantado en varias ocasiones al yo intentar tragarme todo lo que podía aquella polla a la que estaba aferrado mientras me daba por el culo el dueño del mesón.
Chupaba como si me fuera la vida en ello, cuando noto como las arremetidas que me daba el dueño del mesón eran más profundas y rápidas, como sus dedos se clavaban en mis caderas, pegándome más a él y la respiración se le aceleraba.
Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Gritaba el dueño del mesón, soltando toda su corrida dentro de mi culito, me acababa de preñar con su lechita, me acababa de dejar enterrado en lo más profundo de mis entrañas toda su corrida, dejándome preñado.
Cuando su polla empezó a salir por si sola de mi abierto culo, fue cuando me dijo que me dejara follar por el vagabundo.
Anda, deja que te folle el vagabundo, mira que pedazo de pirola que tiene, ya verás como vas a disfrutar con ella dentro de tu culito. Anda, móntate a horcajadas sobre él y deja que te meta la polla por el culo, ya verás como te va a gustar tener esa pirola dentro de tu culito.
Sin dudarlo ni un instante, excitado y caliente como estaba, no esperé más, me subí a horcajadas sobre el vagabundo que seguía totalmente estirado boca arriba sobre la cama viendo como estaba siendo enculado, me puse de rodillas a horcajadas sobre él, agarré su polla con mi mano derecha llevándola a mi abierto culo y me fui sentando, notando como aquella tremenda polla me iba entrando por el dilatado y chorreante agujero.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! Chillaba yo de gusto, notando como aquella enorme polla me iba entrando por el culo.
Así que ya la tuve metida hasta los topes, apoyándome con mis manos sobre el cuerpo del vagabundo, empecé a subir y bajar como un loco. Dios que gusto me estaba dando aquella enorme polla, cabalgaba como un poseso, introduciéndome una y otra vez aquella polla por el culo. Chillaba y gemía viendo como de mi polla caía un espeso hilito de semen que iba cayendo sobre el abdomen del vagabundo que seguía sin decir nada, pero ahora tenía la cara de satisfación, miraba para mí pudiéndole ver como sus ojitos le bizqueaban, al cabrón le estaba dando un tremendo gustazo el darme por el culo.
Yo ya sudaba por todas partes, cada vez estaba más cansado de tanto subir y bajar, pero no quería bajarme de allí, aquella polla me estaba haciendo delirar de gusto. No pudiendo más, llevé mis manos hacia atrás apoyándolas sobre la cama y así medio recostado hacia atrás, empujaba mi culo hacia delante, haciendo que aquella enorme polla siguiera follando mi abierto y caliente culito.
Dios como me abría el culo aquella polla del vagabundo y que gusto me estaba dando. Estando así medio recostado, fue cuando vi como el dueño del mesón estaba mirando sin perder detalle, me miró a los ojos pudiendo ver lo mucho que yo estaba gozando, y al momento ya empezó a pasar su mano por todo mi abdomen y pecho, fue a por mis pezones los cuales empezó a pellizcar a la vez que me decía lo mucho que estaba disfrutando.
Como te gusta la polla, eh maricón… como disfrutas, ehhh…
Viendo como sudaba y como estaba gozando con aquella follada que me estaba dando el vagabundo, empezó a mordisquearme la oreja a la vez que me decía de todo, no contento con eso, se puso de pie sobre la cama, llevó su flácida polla a mi boca y a la vez que me agarraba la cabeza, me hizo abrir la boca, metiéndome su flácida polla, la cual me puse a chupar desesperadamente, se la chupaba e iba limpiando de los restos de semen, mientras seguía clavado en la enorme verga del vagabundo.
El vagabundo al ver que yo ya apenas me movía, fue cuando me sujetó con sus manos empezando a impulsar su pelvis, haciendo que su polla siguiese deslizando por mi abierto y caliente culo. Ahora notaba como aquella enorme pirola se incrustaba más en mis entrañas cuando de repente el vagabundo empieza a gruñir.
Dios, se estaba corriendo, se estaba corriendo dentro de mí, me estaba preñando con su espesa leche, joder más que una corrida el cabronazo parecía que se estaba meando, tremenda cantidad de semen que estaba soltando, el cabrón debía tener los huevos bien repletos de leche.
Cuando ya acabó de correrse dentro de mi culo, vi como mi polla seguía chorreando, menudo charco que tenía sobre el abdomen del vagabundo. Quedé tumbado sobre la cama, estaba reventado, sudaba por todas partes, notaba el culo abierto a tope, todo pringado de esperma y mi polla medio morcillona que seguía soltando un espeso hilo de semen.
No tenía fuerzas para más, así que me recuperé un poco, sin limpiarme ni tocarme la polla, me levanté saliendo de la cama diciéndole al dueño del mesón que me marchaba, me estaba poniendo el slip cuando me decía el dueño del mesón si quería quedarme a dormir con ellos, le dije que no, que tenía que irme para casa.
El dueño del mesón no insistió, ya me habían follado los 2, ya me habían dejado bien preñado, así que salió de la cama y así desnudo como estaba se puso el pantalón, se puso la camisa y zapatillas, bajando conmigo para abrirme la puerta.
Al llegar abajo al mesón, mientras me abría la puerta, me palpaba el culo diciéndome que no tardase tanto en volver por allí, que tenía un culito muy rico y que quería volver a follármelo. Nos despedimos y marché para mi casa, iba todo sofocado y todavía muy caliente, eso sí, agotado y con el culito bien repleto de lechita, llevaba el semen del dueño del mesón y el espeso semen del vagabundo en lo más profundo de mis entrañas, vamos que iba bien preñado, contento y feliz.
Cuando miré la hora que era, iban a dar las 3 de la madrugada, iba tan caliente que, si por el camino me llegó a encontrar con alguno que quisiera cogerme, agotado como estaba, estoy seguro de que me hubiera dejado encular otra vez.
Podéis contactarme escribiéndome a:
Desde La Coruña, saludos.
Dani.
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