CULEO EN FRENTE DE SOLDADOS EN EL CUARTEL (PARTE II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno después de deslecharme con Paredes, cumpliendo la orden de Zambrano me bañe descansé unos 45 minutos, me vestí y me dirigí a la garita No 2, un sitio elevado que daba hacia la carretera, la garita era como una copa con techo más elevado como a 5 metros, desde el piso se subía por una escalera para entrar dentro de la “copa” y desde allí, a una altura de unos 3 metros, se tenía una vista privilegiada que es el objetivo de la misma, tenía una pared de 1.2 m de alto denominada parapeto, donde se apoyaba el fusil y el centinela permanecía de pie, pues era prohibido sentarse.
Mi Soldado estaba sobre la garita “dentro de la copa” viendo hacia la carretera que pasaba frente al cuartel y sosteniendo su fusil apuntando hacia afuera, a unos dos metros en la carretera había un poste de alumbrado público que daba a la altura del techo, nadie le gustaba esa garita pues era muy iluminada y si alguien se dormía podría ser visto fácilmente siendo castigado; para llegar a la garita se debía pasar por una zona de árboles que estaban atras, entonces mi Soldado me identifica como se hace militarmente, le digo “ordene mi Soldado”, dice “sube Azanza”, subo, me pongo de pie a su lado, el fusil en medio de los dos, arrimados en el parapeto a manera de balcón y empezamos a conversar, que si que no, que calor que hace y cosas sin importancia, en eso mi Soldado toma su fusil y lo cuelga en un clavo de existía, estando conversando, el uno junto al otro, siento su mano en mis nalgas, quise retirarme pero subió su mano a mi cintura y me asió con fuerza hacia él, claro que como dije en el relato pasado mi Soldado era unos 5 cm más bajo que yo, yo medía 180 cm, pudiendo deshacerme sin problema, pero estando con mi superior solo atine a hacer lo mismo, con algo de recelo puse mi mano por detrás sobre sus nalgas, a lo cual él me dice “que te pasa recluta, yo soy bien macho, tengo mi mujer y mi hijo en Chone”, le digo “mi Soldado yo también soy bien macho, si bien no tengo hijo, si tengo mi novia en Zaruma”,
Entonces las cosas aclaradas seguimos con ese manoseo inicial, ya sin hablar solo reconocíamos nuestros cuerpos sobre la ropa, mientras la luz del poste así como de los carros que pasaban por la carretera iluminaban claramente la escena, entonces mi Soldado se quita el suspender, que es una prenda militar donde se guardan las alimentadoras, se cuelgan los machetes, se pone la brújula, se agarra la cantimplora, en fin es un cinturón con tirantes que ese momento estorbaba mucho, lo cuelga junto al fusil, las cosas así se facilitaban bastante, entonces mi Soldado me abre mi correa, yo hago lo mismo, habíamos llegado a este acuerdo implícito ambos todo igual, el daba ejemplo, yo seguía, me abre el botón del pantalón yo lo sigo, la ropa militar muy holgada cae enseguida entonces nuestros pantalones ya estaban a ras del piso pero con botas, seguíamos nuestro recorrido arrimados contra el parapeto nuestras manos recorrían ansiosamente nuestros traseros, luego nuestras bolas, nuestras bolsas, nuestras vergas ya erectas, los siguientes en caer fueron los boxers entonces el toqueteo se facilitó, podía sentir una gran erección y humedad en mi mano, y mi Soldado indudablemente sentía lo mismo, debo reconocer que mi Soldado, como buen manaba, la tenía bastante más grande que la mía, ahora entendía por qué sus compañeros de promoción le apodaban mandingo (un apodo militar para designar a los vergones) y en verdad, a pesar de bañarnos desnudos en el cuartel a mí no me llamaba la atención ver vergas ni se la había visto antes, pero ahora no solo que la veía, sino que la estaba topando y parada, estábamos entregados a una masturbación mutua, yo cerraba los ojos para concentrarme en el placer y no quería pensar que estaba tomando en mi mano una verga que no era la mía, primera vez que lo hacía, así estuvimos unos 20 minutos ya eran las 4 de la mañana;
Cuando ese momento escuchamos unas pisadas muy rápidas entre los árboles dice mi Soldado, en voz baja “hijueputa capaz es el Ronda General”, el cual es en superior, quizá un Cabo que, caminando, vigila todo el cuartel, instintivamente me senté en el suelo con la esperanza de que no me haya visto. Mi Soldado desde arriba, identifica militarmente al que se acercaba, claro era Mi Cabo, Ronda General, le dice “permiso mi Cabo la guardia en la garita 2 sin novedad”, mi Cabo desde abajo le dice “¿Zambrano dónde está su fusil y su suspender?” responde “Es que estoy colocando bien el machete que se me salió mi Cabo, ya me lo pongo”, mi Cabo le dice “Ok, haga bien la guardia” y se aleja, dice entonces Zambrano “que hijueputa si venía quedito (callado) aquí nos trinca” en léxico ecuatoriano trincar es encontrar a alguien haciendo algo indebido, podría traducirse como “manos en la masa” o sería en el mazo en este caso jejjeej.
Entonces yo estaba en el piso de la “copa” y mi Soldado dice sarcásticamente “ya que estás ahí abajo….” mientras se agarraba sus huevos y su vergota y con la otra mano me impedía levantarme, le digo “No mi Soldado, eso no me gusta” y dice “¿cómo sabes que no te gusta si no has probado?”, le digo “mi Soldado yo no soy maricón”, entonces insistía y me dice “Azanza si me la mamas, después yo te la mamo a ti, eso te gusta vi como gozabas cuando te la mamó el Paredes”, le digo “no mi Soldado, después usted no me va a mamar”, dice Zambrano “¿recluta pones en duda la palabra de tu superior y de un manaba?”, le digo “verá mi Soldado, palabra de macho” y dice “si, seguro, mámala”; yo no tenía experiencia en mamar vergas, había mamado tetas sí, pero vergas no, recordé como me lo había hecho Paredes unas dos horas antes y traté de emularlo,
Creo que torpemente tome sus huevos con mi mano, los acaricié, los lamí, subí mi lengua por su verga, la lamí, la besé, su verga estaba durísima, mientras mi Soldado jadeaba, supongo que yo iba tomando confianza y habilidad pues en ocasiones me decía que parara, pues estaba a punto de terminar y no quería hacerlo, eso sí con esfuerzo creo logré metérmela hasta la mitad; le mamé la verga a mi Soldado como por unos 8 minutos, ya me dolían las mandíbulas, cuando me la saqué me paré y le digo “mi Soldado, su turno, palabra de hombre”, entonces mi Soldado se inclina, tomo mis huevos con su mano, los acarició, los lamió, subió su lengua por mi verga, la lamió, la besó, mientras mi verga iba a explotar por lo cual debí decirle que parara un rato, en una de estas paradas me cuenta un chiste de mal gusto, dice “¿sabías que el pene tiene sexo?” le digo “no mi Soldado, ¿cómo es eso?”, dice “veras el mío es pene, en cambió el tuyo da PENA, cuando yo tenía 12 años ya tenía el pene de tu porte jejeje”, le digo yo “mi Soldado, no depende del tamaño sino de cómo se usa jejej” y siguió mamándomela, al tiempo que me empieza a meter su dedo por mi culito virgen, sentí un poco de dolor, en la excitación le deje hacerlo, en la confianza que luego me tocaría a mi, mi Soldado había ido preparado llevo repelente de insectos que nos pusimos al inicio, pues sino los zancudos nos comían vivos y una caja de lubricante íntimo que él tenía,
Así las cosas el me abrió los cordones de las botas y me sacó del todo mi pantalón camuflaje y mi bóxer, para poder abrirme las piernas, entonces me dice “párate y apóyate sobre el parapeto, con el cuerpo hacia adelante”, le digo “mi Soldado verá después me toca y sobre todo hágalo muy despacio, sé que me va a doler con esa vergota que usted tiene” y dice “no te preocupes, yo sé cómo hacerlo”, así un poco inclinado hacia adelante y mis piernas abiertas de lado a lado de la garita, el de rodillas, siguió dilatándome el culito, me volvió a meter un dedo un poco más profundo, el dolor fue grande y por mi reacción retrocedió, luego insistió e insistió, el dolor cada vez era menor, me aterró cuando me dijo “ya estas dilatado, te tengo metidos los cinco dedos hasta la muñeca ¿los sientes?”, le dije “mi Soldado no juegue, no hable huevadas (tonterías)” y traté de mirar pero no podía girar lo suficiente, solo sentía que algo taladraba mi culo y giraba como un tornillo, pero el placer había reemplazado al dolor y era delicioso, en eso lo siento que se para y me abraza por detrás, pude ver su mano mojada de lubricante hasta donde inicia el antebrazo, no sé si realmente hasta allí me la había metido, de pronto me muerde las orejas, me besa el cuello,
Sentía su respiración en mi nuca, unas leves mordidas en mi cabeza pelada, me lamía mis cortos cabellos, me decía “mijo te tengo hambre, siempre de desee, eres buenote, estas ricote, eres lindo, me encanta verte cuando te bañas desnudo tus ricas nalgas, tu paradito culo, soñaba contigo y ahora te tengo, etc”, mi segunda sorpresa de la noche, la primera fue la declaración de Paredes, en mi culito ya sentía el rozar de su gran verga y eso estremecía, me mete las manos por debajo de la camisa y camiseta del uniforme y acaricia mis pectorales, mis tetillas, luego mi espalda, quería gritarle que me meta la verga ya, quería rogarle que me culee ya, quería implorarle que me haga suyo, pero tenía vergüenza pues no soy así y no lo hice, en ese pensamiento estaba cuando vi estrellas, algo me dolió como si me partieran por la mitad, estuve a punto de gritar pero me aguanté por temor a ser escuchado, mientras me aprisionaba entre sus brazos, su cuerpo y el parapeto del cual se había agarrado y empujaba hacia adelante conmigo en la mitad, le dije “sáquemelo, no se mueva, no puedo resistir, me desmayo”, el apenas hizo caso tan solo dejo de moverse yo en un casi desmayo me incline sobre el parapeto, dejando más mi adolorido culo, aunque sin intención, a su disposición, unos segundos de silencio, de inmovilidad absoluta él sabía lo que hacía, me había metido su verga de un solo empujón y tan de sorpresa que no pude hacer nada, a pesar de la dilatación el dolor fue abrumador, ahora daba tiempo a que mis esfínteres se acostumbraran a su tremendo miembro, cuando mi Soldado empieza el ataque, mete y saca,
Me culiaba como desesperado y eso que apenas hace unas tres horas yo mismo lo vi culiandolo a Paredes, sin duda estos manabas son arrechos e insaciables, por mi lado el dolor se fue tornando en placer, aunque sentía que su verga algo topaba al fondo de mi culo lo cual molestaba, pero nada superaba al placer y morbo que sentía, entonces mi Soldado arrechísimo, embestía mi culo con pasión y fuerza, mientras hablaba sandeces de pronto yo había cambiado de sexo, decía “eres mi mujercita, eres mi perra, vas a ser mi puta por siempre, eres mi hembra, yo te daré verga por siempre, te romperé el culo siempre que yo quiera, soy tu macho, soy tu marido, cuando quiera deslecharme tu estarás ahí obediente y fiel, escuchaste mijita rica, mi putita arrecha y golosa?”, yo me limitaba a escuchar y a sentir todo el placer que este Soldado era capaz de darme, así estuvo unos cuantos minutos cuando su respiración se aceleraba, me apretaba del pecho, luego de la cintura y sentí cuando eyaculó dentro de mi posteriormente se apoyó sobre mí y yo sobre el parapeto a manera de ropa mojada en el tendedero. Descanso unos minutos igual yo, entonces le dije “mi Soldado me toca”, dijo “espera unos minutos, me agoté”, deben haber sido ya cerca de las 5 de la madrugada; conversamos unos 15 minutos y me dice “¿aun quieres?” le digo “claro mi Soldado, solo por eso me aguante su tremendo cañón que parece ese que tienen los tanques de 155” (un tipo de tanque que algún momento llegaron de paso por el cuartel y todos nos sacábamos fotos); dice “bien”, mientras se colocaba en la posición correcta, apoya sus codos en el parapeto se hace ligeramente hacia adelante
Y dice “soy todo tuyo, ojala tu verga fuera igual que tu porte, tu eres langarote (grandote) y tu pene da pena jejeje” le digo “mi Soldado, ya le dije que no es el tamaño sino cómo se lo usa jeje” le puse su propio lubricante y jugaba un poco con su hoyito y mis dedos, aunque no como él lo hizo, entonces con su ejemplo, ya en confianza y pérdida la jerarquía le digo también “tú serás solo mío, no quiero perderte, seguiremos juntos siempre, te estoy empezando a amar (¿?) solo de arrechera, estas ricote, estás más bueno que el pan, estás lindo y sexy, eres un manaba rico y arrecho, etc), así mismo le besé el cuello, su cabeza, sus orejas, mientras con mi verga rozaba sus nalgas, su culito y sentía como el respondía, sacando punta su culo y con sus manos hacia atrás me pegaba contra sí mismo; sentía que respiraba fuerte, no podía imaginarme que alguien llegara ese rato e interrumpa tan mágico momento, los autos que pasaban por la carretera eran muy bajos como para ser tomados en cuenta, en un momento un camión muy alto que trasportaba caña guadua pasó muy lento, pues iba de subida y cargado y unos tipos iban sobre la carga, la gente acá suele ser imprudente; entonces dijeron cosas inentendibles pero claramente era dirigido a nosotros, poco me importó aquello, entonces metí mi verga suavecito, como para enseñarle que no sea brusco, mi Soldado que ese rato era mi amante,
Emitió un sonido de placer, levantaba la cabeza y se retorcía, al tiempo que decía “te quiero, te amo, es a ti a quien desee siempre, quiero ser tuya, quiero que seas mío, quiero estar siempre para ti, tú eres mío, solo a mi me amas y solo a ti te amaré, serás mi marido, soy tu mujer, quiero ser tu putita”, esas palabras la verdad me tenían a full, dije a este man le gusta hablar, ya me di cuenta de ello, continué culiandolo a mi Soldado por un rato, era delicioso su culo, se movía como una puta en celo, como que quisiera tragar más verga, como que quisiese que entren hasta los huevos, como había culiado unas dos horas antes me demoré en eyacular cuando finalmente lo hice fue sensacional, sentí que le llenaba las entrañas a mi Soldado con mi rica leche, me dijo entonces “no me la saques aun, no me la saques” fue cuando me di cuenta que él se estaba masturbando y eyaculó casi al mismo tiempo (iba tres deslechadas abundantes en unas 4 horas, arrecho manaba??), al sacarla ya estaba empezando a amanecer y dice mi Soldado “en serio mijo, si que la sabes usar”; nos vestimos, bueno solo botas, bóxer y pantalón ya que el resto no nos sacamos. Dice mi Soldado ya mijo vete al dormitorio, nos vemos en el desayuno, yo que estaba bajando la escalera, lo regreso a ver en la garita y noto un movimiento en el árbol aledaño, era el conscripto Paredes que, como escuchó la orden (del relato anterior) se había trepado ahí y vio toda la escena, con el dedo le señalo a mi Soldado a que mirara, estaba casi a su altura y le pregunta “¿qué haces aquí Paredes?” dice “viendo como me pone los cachos mi Soldado, ¿no dijo que solo era mío y que era activo nomás?”, sin duda era voyerista y me encantaría saber que sintió cuando vio esto y cuando mi Soldado le organizó la culiada masiva (que luego supe era el regalo de cumpleaños que le hacía Zambrano, pues ese día Paredes cumplía 20), Paredes y yo sin hablarnos regresamos al dormitorio, con estos antecedentes las cosas se ponían calientes y aún quedaban como 5 meses de servicio militar.
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