Dale amor a papi (séptima parte)
Saludos mis perversos colegas. Llegó la esperada séptima parte de “Dale amor a papi”. Recuerden, si quieren leer el resto de la historia, el archivo de mis relatos está en el enlace de mi nombre hasta abajo del relato..
Luego de la frenética noche en la que Chava por fin se cogió a mi morrito Manuelito, y a mí me la chupo su bebé Raulito, decidimos guardarnos un rato para no levantar sospechas, mi ex mujer me veía muy cerca de su pareja, y a Manuelito muy entusiasmado con que fuéramos amigos. Claro eso no me alejaba a mí de coger en cada oportunidad que tenía con mi hijo Manuelito, que a estas alturas, con siete añitos, ya era todo un putito.
Le gustaba provocarme, tocarme los huevos y la verga por encima del pantalón, sentarse de repente sobre mi vientre y contonearse, hablarme morbosidades al oído, jaja, había creado un monstruo, le encantaba mi verga y la de su padrastro, incluso hablaba ya de “cogerse” a su hermanito, pero siempre le decía que aún era chico para eso. Habíamos alcanzado ya una relación de plena entrega sexual, me volvía loco que fuera tan cachondo como su padre.
Yo por otro lado, sin menospreciar jamás a mi hijo, cuyo culo y boquita seguían sacándome chorros de leche, no dejaba de pensar en Raulito, cuya edad (10 meses) era la misma de Manuelito cuando lo empecé a morbosear, pero en ese momento no me había atrevido a cogerlo. Era distinto con Raulito, no sé si por el hecho de no ser mi hijo, pero quería sentir la experiencia que no tuve con mi hijo, y esa era cogerme un bebé. Si creía que después de darle a mamar a mi bebé y cogérmelo desde los cuatro, ya había roto mis límites, mi verga tenía la última palabra.
Sin embargo no tenía ninguna intención de compartir esa primera experiencia con Chava, necesitaba tenerlo para mí, sobretodo porque ya habíamos quedado que llegado el momento él lo estrenaría.
Un día (bendito trabajo de mi ex) volvimos a tener la oportunidad de nuestra “orgifiesta”, lo normal, Chava se cogía a Manuelito y Raulito me mamaria la verga. Pero yo tenía un as bajo la manga; como a este wey le encantaba que nos drogáramos al coger, conseguí un somnífero leve que le mezclé a su bebida que usaba para su tacha. El vato se quedó dormido antes de poder llenar de mecos a Manuelito, así que era doble fiesta para mí.
Manuelito: Papi, Chava se quedó dormido sin romperme el culo
Alex: Ya se mi vida, es que si no, no puedo cogerme a Raulito, ya ves que él se lo quería estrenar
Manuelito: Papi malo jajaja, eso es trampa
Alex: Ya se mi amor, pero ¿a poco no están para estrenar las nalguitas de Raulito?
Manuelito: Si, y que bueno que sea tu verga, porque la Chava aunque esta rica, no se siente como la tuya
Me encantaba que mi hijo hablara así, por lo que lo recompensé con un cachondo beso y un llegue de su verga preferida. Entonces me dirigí hacia el alma de esta fiesta, el pequeño Raulito de solo 11 meses, a diferencia de mi Manuelito que sacó los genes de su mamá y no los míos, este si sacó los de su papá Chava, era un bebé chacalito, morenito, nalgoncito (quizá ligeramente más que Manuel a esa edad), casi gordito, babeaba como una jadeante perra que quería comer o ser comida; yo estaba completamente desnudo, con la verga parada e hinchada, ya había estado con él, pero la sensación era distinta, y mi babeante pito lo sabía, esta vez no solo me lo mamaria como teta y me haría una rusa entre sus nalgas, no, esta vez tendría todo su culito para mí.
Manuelito: Ya cógetelo papi, porque también quiero que me la metas
Alex: Si mi amor, hay leche para todos
Empecé por tocar su culito prietito y suavecito, con los restos del aceite para bebé, de la rusa previa que me hice en él, engrasé el resto de su cuerpo, especialmente sus huevitos y pitillo, masajeaba su pancita, sus nalguitas ya resbalosas y brillantes desde antes, sus hombros, sus inflados cachetes que pedían verga a gritos; todo esto al tiempo que disfrutaba de pasear mi verga por su cuerpo para que la sintiera más allá de las veces que estuvo en su boca y su rajada. Que se familiarizara con el caliente y grueso intruso que flagelaría su inocente culito.
El bebé sonreía, gustaba de mis caricias (y las de mi pito), mis cachondos besos inflando sus cachetes aún más, los ligeros puntazos que daba a su agujero y mis lengüetazos a su pequeña verguita. Claro, no sé si un bebé así podía responder al cachondeo de forma agradable, pero aún no lloraba.
Levanté su culito con una almohada, volví a restregar mi garrote entre sus nalgas y puse más presión en los puntazos que le daba. Empecé a meterle la cabeza poco a poco, su culito reaccionaba con espasmos que empujaban mi verga hacia afuera, pero que ante la fuerza de esta por entrar, al mismo tiempo la regresaban como si quisiera succionarla.
El nene comenzaba a hacer gestos de desagrado y lanzar leves gemidos, justo cuando mi cabeza termino por entrar; la sensación era de puta madre, tremenda; siempre amare el día que se la metí a mi morro de cuatro años en su frágil culito, pero tenerla dentro de un culo más pequeño era una delicia muy caliente.
Sentía como apretaba su culo mi cabeza, la succionaba como un vacío, como un pez mamando, sentía el calor y tacto de su tripitas aun sin enterrar por completo mi palo hinchado, las punzadas dentro de su culo eran como unos ligeros dedos sobando mi glande, la pinche lujuria se apoderaba de mí, al estrenar ese culo, que no habría sido lo mismo si el aún más vergón de su padre lo hubiera hecho primero, dejándomelo «guango” para mí.
No me pude contener, a pesar de creer que la mitad de mis 17 cm eran suficientes para no lastimarlo, la droga, la lujuria y el morbo de mi hijo viéndome, me hizo tomar la decisión de dejarle caer toda la verga adentro, poco a poco, lo que arrojó llanto y gritos más fuertes del pequeño, pero que yo estaba seguro solo eran iniciales, su enorme culo tenia espacio para mi pito.
Ya bien embonado, la metí y la saque levemente, acompañándola de su respectivos “jugos y fluidos”, alternaba eso con ligeros movimientos dentro de su culo para que se acostumbrara.
Alex: ¡Si, si, si, ay, ahhh, ahh, puta madre, que pinche rico estas cabrón, ufff aggg!
Ver ese contraste de tamaños de todo mi cuerpo y el suyo, pero en especial de esa verga y mi pelvis azotando un culo que aunque abundante, no dejaba de ser más chico que una pelota, me volvía loco. Decidí voltearlo, sin importarme ya nada lo puse de frente, me incline con la verga metida en su culo, hacia el para besarlo y morderlo, por fortuna su elasticidad permitió que no le fuera tan doloroso la incómoda posición.
Luego lo clave sentado sobre mi verga y noté que el cansancio de la cogida para él, habían disminuido al mínimo sus llantos y quejidos, transformándolos en leves gemidos que yo interpretaba como el agradecimiento de la cogida que le ponía. Lo puse de cucharita en la cama frente a un espejo y yo solito me cachondeaba al ver esa imagen caliente de un cuerpo enorme follando un culito. Dejó de importarme su bienestar y lo cambié a una posición incómoda para él, pero satisfactoria para mí, lo puse contra mi pecho, formando un candado de su culo con mi pito. Presionando y acelerando el ritmo de mis embestidas.
Alex: (con gemidos de bebé como fondo) ¡Ahhh, ahh, si, si, cabroncito, si, siente toda mi verga adentro, uuuufff, a puta madre que rico! Agggghhh!!
Le deje todos los mecos adentro, mientras desfallecido el pequeño ya no podía hacer otra cosa más que descansar con la mirada perdida.
Les agradezco mucho su lectura, sobre todo a esta saga. Estoy tratando de explorar todos los morbos que rodean este particular gusto por lo tiernito. Los invito a leer todos mis relatos en el enlace de mi archivo, dando clic a mi nombre de usuario.
Si gustan contactarme, ya saben para alguna «propuesta» soy de Celaya y mi telegram es faraon902.
Me encantó el relato espero la siguiente parte me dejo muy caliente .
Me encanta como relatas todo, en especial como los pequeños lo disfrutan
Dios que bueno estuvo
Que ganas de ser ese papá 🤤
Telegram para morbo de bbs: @Jasmett