Daniel II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Si leíste mi relato "Daniel"…recordarás que mi nombre es Nel y lo que aconteció siendo yo muy chico, con ese joven que fue a vivir un año, a casa de mis tíos, en lo que terminaba sus estudios en mi ciudad. Todo ese año desde la primera vez que Daniel me cogió, yo desarrollé un afécto y deseo hacia aquél joven, que aún hoy día me estremece, quizás por que fue mi primera vez y con él, viví la locura del sexo homosexual en todas sus formas, la curiosidad a lo prohíbido y el miedo a que nos cogieran o se enterara mi familia, día a día.
Como cuando él, con una miraba y movimiento de ojos, o agarrándose los testículos, me enviára la orden mental, de que me quería en su cama, de que me lo quería meter. Y yo sentía que mi corazón, se me salía del pecho, del susto y la alegría…con ello, aprendía a mentir e inventar situaciones inexistentes, para poder estar con él, al punto que muchas veces, mis tios en la confianza que le tenían a él, me permitían quedarme a dormir con Daniel, en su cama! Cuando eso ocurría me daba toda la noche, casi no dormiamos. Al llegar la hora de levantarnos, muchas veces él no iba a sus estudios, dizque por que no tenía clases y yo me quejaba de cualquier tontería, para no ir a la escuela…claro si estabamos trasnochados y exáutos. Por fortuna nadie se daba cuenta, solo el vecino guapo del que hablé en mi anterior relato. Muchas veces su semen, se me escurría por las nalgas y los muslos y tenía que correr al baño a limpiarme o cambiarme la ropa interior, hasta eso lo aprendí a manejar con sabiduría, de que mis tíos no se dieran cuenta, de que me pasaba algo. Recuerdo que al ocurrir eso, yo lo sentía con agrado, por que era semen de mi amado Daniel, lo que yo expulsaba de mi cuerpo, su leche.
Aquel vecino un joven menor que Daniel, pero igual de guapo y fuerte que él, como les contaba anteriormente seguía haciéndome señas sexuales, cuando tenía oportunidad y muchas veces me rosaba por las nalgas su paquete, o sea me daba chinos por encima de mi ropa…yo lo dejaba y me quedaba quieto, aunque a veces le decía: dejáme imbécil o se lo voy a decir a mis tíos… y él se sonreía y se agarraba el paquete que se le abultaba entre las piernas, diciéndome que eso era mio. En mi soledad al pensar, la curiosidad me mataba y me imagínaba como seria el pene de Albert mi vecino, sin querer también lo deseaba, su asecho a mi persona estaba dando resultados. Fue así que un día Albert le pidió a Daniel, que si lo ayudaba a hacer un trabajo de la escuela y Daniel aceptó. Se reunieron en el cuartito de Daniel y yo no lo supe, hasta que llegué de improviso al cuarto y los encontré, estudiando y hablando de ciertas materias escolares.
Entra Nel me dijo Daniel muy animado y me explicó que estaban estudiando y yo como cortado seguí en silencio, me disponía a irme, pues me di cuenta que mi amor no me podía dar su dosis de pinga, al estar un intruso en "nuestro cuartito"…pero en eso comenzó a caer un fuerte aguacero, con truenos y centellas y Daniel me pidió que no me fuera, cerrando todo el cuarto, ventanas, puerta y en la casa de mis tíos que era al frente, también cerraron todo para que no se mojara con la lluvia. Parece que el ambiente y el friíto de la lluvia puso a Daniel caliente y comenzó a sobarsela por encima de los pantalones, yo de reojo miraba el bulto que se le levantaba entre las piernas y Albert nos miraba, tocándose también el suyo. Daniel habló y dijo con voz firme: Albert jura por Dios y tu madre, que nunca dirás lo que pase hoy aquí, lo que veas o hagamos. Lo juro por Dios y mi madre, primero muerto, pero a que te refieres? Y entonces Daniel me llamó a su lado y me tomó la mano poniéndola encima de su bulto, yo la retiré rápido y susurré, un no, no. Y él muy cariñoso me dijo: Nel no te asustes, Albert no se lo dirá a nadie, ya lo prometió. Pues poco a poco perdí el miedo y se la comenzé a tocar, a todo esto ya Albert se había parado y me estaba tocándo el culo por encima de mi ropa. Yo me dejaba, Albert me tomó la otra mano y la puso en su paquete, y yo, ya caliente los sobaba a los dos. Comenzé a escuchar pequeños gemidos de ambos, más sus penes querían traspassar sus pantalones.
Se desvistieron y me desvistieron, fue la primera vez que vi la verga Albert, wow, que pingón, circundada, cabeza fuera y muy roja, venosa y bien dura…no perdí tiempo y la agarré con mi mano para arriba y para abajo, y con la otra, le hacía lo mismo a mi Daniel. Mamámela me pidió Albert y al principio, yo no quería, pero Daniel, me lo pidió, mamásela, dále… como si fuera a mi. Entonces abri la boca y me la metí como pude, la ensalibé, bien mojadita con mis sáliba, como me enseñó Daniel, y la empezé a chupar fuerte y a lamerle la cabeza, le pasaba la punta de mi lenguita por la ranura del pene y Albert desfallecía: Oh, que rico, que rico, Nel, eres un tesoro, me muero de gusto…mientras Daniel me lamía el culo y me metía su lengua en mi hoyito que ya acostumbrado a él, se abría, se dilataba a su paso. fue cuando Daniel se incorporó y me pidió, que se la mamára a él también!, quedé entre ambos, un poco eñagotado…mamába un rato una y luego la otra. Al rato sabía lo que venía, mi amor me puso boca abajo en la cama, me pidió que parara el culo y me abriera de piernas y me comenzó a penetrar, mientras Albert se la jalaba como enloquecido. Yo gemía, ay Daniel, duro no, no, que me duele (pero era para disimular, frente a Albert, pues ya era un experto tragándome por el culo la verga Daniel). No puedo creerlo éxclamo Albert, como este cabrón se traga todo ese aprato, ese pingón que tienes Daniel, decía asombrado. Yo le culiaba a Daniel, que calientísimo me la metía y me la sacaba una y otra vez…no pude gemir, Albert me atragantó con su verga y la chupaba bien rico, gemían a más no poder…ambos gozándome, y yo a mi corta edad, volviendo locos de deseos y placer a dos jóvenes hermosos, fuertes, que todas las chicas del lugar deseaban…y en ese instante eran solo mios. Cambiaron de posición y por primera vez Albert me la clavó. Era mas gruesa que la de Daniel, pero me la metí con gusto…Cuanto he deseado esto, decía Albert, yo sabía que ustedes metían, lo sabía…ahhhh, ohhhh que rico, que rico y me inundó de su leche, a la vez que Daniel me llenó de su leche toda la boca, tragué la que pude, era tal su calentura, que ese día eyaculó más, que otras veces. Descansaron y me cogieron nuevamente, yo estaba un poco adolorido, pero gozoso y un chin avergonzado por Albert, pues era la primera vez que me clavaba.
Cuando llegó la triste despedida de Daniel, yo a las escondidas, lloré mucho, durmiendo, lloraba y mi tía me preguntaba que me pasaba, le replicaba que me dolía la cabeza. Mi mundo se rompió, se fue abajo, pero Daniel me juró que vendría los fines de semana, que pudiera y que mis familiares también me llevarían a visitarlos a su finca del campo. El día anterior a su partida pedí permiso a mi tía y dormí con él, ella no se sospechaba, que era nuestra despedida, me la clavó tres veces esa noche, casi al amanecer cogimos el sueño.
Ya había probado el sexo con Albert y el chico fue muy discreto. Fue haciendome la corte como dicen y comenzaron nuestros encuentros sexuales, que me ayudaron a despejar un poco de mi mente y de mi corazón el recuerdo de mi macho, de mi hombre, de mi Daniel…aunque él reinaba en mi ser, pues tan joven y yo lo amaba verdaderamente. Tuve suerte pues los padres de Albert trabajaban afuera, teníamos tiempo y espacio para nuestros placeres, gozabamos como nadie sabe, él hasta me juró amor eterno y me celaba de otros chicos. Pero yo solo amaba a Daniel y las veces que venía al pueblo a casa, me lo tiraba o cuando ibamos a la finca de sus padres, todo el día me cogía en el monte. que recuerdos aquellos!
Cada cual hoy tiene su vida, yo soy feliz a mi manera y esta es mi verdad….cualquier parecido con otra historia, es pura casualidad. No escribo esto para recibir estrellas, galardones, ni envidia, ni asombro o rencor de nadie, solo para desahogarme y contribuir a este espacio. Gracias por leerme y comprenderme. Muy agradecido de tantas y tantas personas que leyeron la primera parte "Daniel"…, me he quedado asombrado, esto me animó a escribir la segunda parte, por que no iba a continuar. Bye!
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