Daniel sabía lo que yo quería!!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de conocer a Daniel, no dormí casi esa noche pensando en él, no sabía lo que me pasaba. Era muy chico pero al haber, conocido el sexo precozmente, y darme cuenta que me gustaban los hombres, me enamoré de Daniel a primera vista, si es que así, que se le puede llamar. Al cabo de unos días de llegar, mi hermano mayor, lo invitó a dar un paseo en su auto, ya que eran amigos desde antes de Daniel, irse a vivir al extranjero, pero yo no lo recordaba a Daniel, quizás por mi edad. Por fortuna mi hermano me invitó a dar el paseo con ellos, pero iban en el auto su esposa, dos de sus hijos pequeños, un amigo de mi barrio y Daniel. Tal es el caso, que yo iba detrás con los otros y quedé muy pegadito a Daniel, me sentía muy nervioso y feliz, no había experimentado esa agradable y rara sensación antes, en mi corta vida. No se, pero en lo apretado que ibamos, mi codo quedaba casi en la entrepierna del joven. Lo rosaba y según los brincos del auto en la carretera, que para entonces eran horribles en mi pueblo, sentía algo que cada vez se ponía más duro, y yo bien sabía que esa era su verga, su pene!
Nos bajamos en una playa, muy solitaria, cercana al pueblo dónde vivo y ahí charlaron los grandes, bebieron cervezas y se mojaron los pies en el mar. Yo por mi edad pues bebía refrescos con mi cuñada y sobrinos pequeños, a los que ayudaba a cuidar, pero sin perder de vista a Daniel. Pensaba para mi, "ay si se quitara la ropa y se tirara al agua para verlo sin pantalones, en trusa o calzoncillos", pero eso no sucedió. Lo que sí noté, era que se le marcaba el pene hacia el lado y las bolas, por encima de la ropa. Le dije a mi cuñada que velara los nenes, para yo ir a coger caracoles, y ella me dejó ir. Me fuí solito por la arena y las palmeras, cuando veo que Daniel, se fue trás de mi y me dijo que me acompañaría. Seguimos por toda la orilla de la playa y yo bien turbado, recogía los caracoles que más me gustaban y los echaba en la bolsa o fundita que llevaba. Cuando casi no se veían mi hermano y los demás, él me dijo que se estaba orinando, que fueramos detrás de unos arbustos muy frondosos que habían, para orinar. Mi corazón se me quería salir del pecho, al oirlo y caminé como un sombie, detrás de él para que orinara.
Se sacó su pene y comenzó a orinar, yo no le quitaba la vista de encima, a aquella verga que aun flácida, se veía muy grande y gorda, no se si por mi poca experiencia en ver penes, para mi era lo máximo aun dormida. Cuando terminó de orinar y sacudirsela, se le comenzó a parar a ponerse dura, por que él se la acariciaba de arriba hacia abajo, yo estaba como hipnotizado y él me pidió que me acerara, lo hice y me pidió que se la tocara, no me negué y la agarré con mi manito, palpitaba fuerte, muy blanca de venas azulozas que parece, que querían reventar. Muy sexi me decía: "Yo se lo que tú quieres, quieres verga, me la traías bien parada en el auto", te gusta? Y yo sin hablar con mi cabeza asentí.
El gemía y me pidió se la mamara, abri mi boca como pude, que delicia de verga! Sabía a orines, a hombre, a macho, jamás e olvidado ese olor tan rico de la verga de aquel joven. "Nene pero que rico tú mamas, ayyyyy, que rico, me encanta" decía el velando para todos lados y yo muy asustado la mamaba como mejor podía. Me preguntaba muchas cosas, que si ya me lo habían metido, que quien fue el primero, que con cuantos de mis amiguitos lo había echo, etc. y yo no le contestaba. Es de mala educación hablar con la boca llena! ja, ja, ja… No se, pero aun hoy día me pregunto, que por que hay hombres, que les gusta hablar tantas sandeces y preguntar intimidades, cuando están con uno, en vez de olvidarse de eso, y gozar al máximo el momento.
Me la sacó de la boca y me dijo que me bajara los pantalones, me dió miedo y le dije que ahí no, que podían vernos y mi hermano estaba cerca, pero Daniel estaba tan caliente y ardoroso que me convenció que ellos estaban lejos y si venían los sentiríamos. Me los bajé y él me los terminó de quitar, eran cortitos. Me empezó a manosear las nalgas, a apretarlas, las abría y me las cerraba, eñángotado trás de mi, y yo me doblabla más hacia el frente, casi le estrujaba mi culo en su bello rostro, del placer que sentía. Me metío la lengua y me hurgaba mi hoyo con ella, gemí fuerte, "ayyyy Daniel, ya Daniel, que pueden venir" pero sin dejar de culearle en la cara, mi verguita la tenía a mil! Entonces me puso en el suelo sobre mi propio pantalóncito corto, y me arrodilló de tal forma que quedé con el culo bien parado y mis nalgas abiertas, las piernas bien lejos una de otra… y me la comenzó a meter.
La cabeza bien ensalivada, igual mi culo que fue dilatándose a medida que aquel mástil me presionaba a la entrada de mi ano, y como ya yo había tenido relaciones antes, aunque me dolía mucho, por ser un pene más grande y grueso, mis esfínter cedió y me lo tragué todo, esto hizo que él gimiera, y comenzara a meterla y a sacarla primero lentamente y luego bien fuerte, sonaba, clap, clap, clap… "Ay mi santo que clavá rica te estoy dando, maricón, esto era lo que deseabas y yo te lo voy a dar" Eso me decía y a mi no me importaba, estaba gozando y aunque sentía como dolor en el estómago, de lo fuerte que me cogía, el gusto y el placer eran indescriptibles, era bien rico lo que sentía.
De repente comenzó a darme más y más duro, su respiración se hizo, bien fuerte y agitaba, y me gritaba que se venía, que me iba a dejar el culo lleno de leche. Cuando terminó yo me paré y sentí que me habían dado una pela, me dolían las piernas y el culo, ni se diga, el semen escurría por mis piernas! Me dijo que botara la leche, como si fuera a hacer del baño, que mientras el saldría, para ver si no venía nadie. Regresó y me dijo que ellos estaban a lo lejos, por lo solitario del lugar, nos lavamos a la orilla del mar y desnudo yo de la cintura para abajo, él me lavó bien el culito y me lo volvió a manosear todo.
"Si seguimos, te lo vuelvo a meter, vamonos ya" Por el calor me sequé un poco según caminabamos, pero le dijimos a mi hermano, que fuimos bien lejos y que me caí por coger un caracol y me mojé. No niego que de vuelta al grupo, Daniel siguió indagando quien me enseñó a mamar y me rompió el culo por primera vez, y yo no le dije nombres ni nada, solo que jugando con los amigos, y que ya no me acordaba. Me dijo que para ser un chico tan pequeño, sabía hacer gozar a un hombre y rico.
Se puso bien contento, cuando le dije, que me dolia mucho, por que su verga era muy grande y gruesa y nunca me habían metido un pene así de grandote.
El otro amigo de mi hermano, no dejaba de mirarme y agarrarse la verga por encima del pantalón, cuando los del grupo no se daban cuenta, como si sospechara que Daniel me estaba cogiendo. El era muy guapo también de unos 21 años y se le notaba tremenda tranca, pero yo cambiaba la vista. Luego noté que charlando con Daniel antes de irnos, este le guiñaba un ojo. Daniel me cogió varias veces más, y cómodamente en la habitación, de casa de su abuela.
Me enseñó posiciones que yo no imaginaba y mi pequeño cuerpo, se estremecía con los embates de aquel joven contra mi ano. Cuando se fue lloré mucho a escondidas, no dormía y supe lo que fue sufrir por alguien a temprana edad, lo amé mucho! Cuando volvía a mi país de vacaciones, lo hacíamos repetidamente. En cuanto al amigo de mi hermano y de Daniel, buscó la forma de cogerme y con él me resigné un poco, aunque no lo amaba, pero me lo hizo rico también, más en la próxima les cuento. Byeeee!!!
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!