Dark Youth
La aterradora historia del hermoso joven Elías.
El joven Elías de 15 años ha tenido una vida aterradora, su madre murió cuando él tenía 10 años dejándolo solo con su hermano Óliver que ahora tenía 9 años y su abusivo padre Ricardo.
A falta de una mujer en la que ahogar sus lujuriosos deseos, Ricardo usaba a su hijo mayor para tales fines, y no bastaba con esto, también lo alquilaba a otros hombres para que cumplieran sus más oscuros deseos.
Esa hermosa y pálida tez blanca, junto a esos hermosos ojos azules, a veces ocultos bajo una brillante cabellera dorada, estaban cargados de pena y dolor.
Miércoles 25 de noviembre del año 2020, Puerto Ordaz.
Temprano en la mañana, los jóvenes se preparan para ir al colegio, su padre los lleva y antes de que bajen del auto le dice a Elías – Deja a Óliver en el club de ciencias, te vengo a buscar después del almuerzo – con la mirada baja, los ojos tristes y un poco empañados, responde – ok – él sabe lo que eso significa, su padre llevará a alguien a la casa y abusaran de él.
Las horas en el colegio no transcurren de forma agradable para Elías; debido a su baja autoestima, aislamiento y depresión es presa de constantes ataques, uno de los más insistentes es Lisandro; donde sea que coinciden aprovecha de halarle los cabellos fuertemente hasta que Elías suelte un leve gemido de dolor. En momentos de euforia le da cachetadas, Elías solo se toca la mejilla y baja aún más la mirada, esto solo empodera más a Lisandro que termina con llamarlo maricón o simplemente le lanza un escupitajo.
Después del almuerzo Elías deja a Óliver en el club de ciencias en el que estará hasta tarde y se dirige al encuentro con su padre. Al entrar en el carro lo nota un poco ansioso y éste le dice – Vas a hacer todo lo que te digan y no vas a gritar, ya estás grandecito, si no te comportas ya sabes que tu hermano está listo para ser usado ¿Y no quieres eso cierto? – El tono y el porte que toma su padre para decir esas palabras hacen que Elías se entristezca y empiecen a salir lágrimas de sus ojos; Al notarlo, Ricardo lo hala fuertemente de lo cabellos, fijando su mirada en los ojos del joven – ¿Entendiste? – Elías desvía la mirada evitando encontrarse con la de su padre y deja escapar un tímido «sí». Ricardo le da unas fuertes palmadas en la mejilla – Bien, ese es mi muchacho -.
Del colegio en el que estudian los jóvenes hasta el Parque La Llovizna, son cerca de cinco minutos de carretera, pasando frente a la monumental Represa de Las Macaguas, que solo hace sentir más pequeño e insignificante a Elías.
Al llegar al parque hay una solo una camioneta estacionada, el lugar está prácticamente abandonado. Ricardo baja del auto, se dirige a la camioneta, cruza unas palabras con el chófer e inmediatamente se abren las puertas laterales de la camioneta por las que salen dos hombres corpulentos con ropa deportiva negra y pasamontañas hasta el cuello, dejando ver solo los ojos por unos agujeros. Elías se asustó un poco por la actitud de estos hombres y sus movimientos rápidos; no pudo obviar grandes bultos moviéndose entre voluminosas piernas y tetillas resaltando en las franelas apretadas por grandes pechos. Los hombres sacan a Elías del auto tirando de sus brazos y cabello, le dan un puñetazo el el estómago que lo deja sin aire y le hace soltar un gemido de dolor, el cual callan dándole un fuerte bofetada que le deja marcada su pálida cara; Luego le vendan los ojos, le tapan la boca con cinta y le amarran las manos; lo arrastran hasta la camioneta arrojándolo boca abajo en el maletero, desabrochan el sinturón del pantalón caqui azul marino, del colegio, y se lo retiran bruscamente hasta los tobillos, dejando ver su ropa interior blanca ajustada, masajean duro el culo y las piernas al tiempo que comparten palabras – Este culo sí está rico – – Con este vamos a disfrutar bastante – – No aguanto las ganas de romperle el culo – De Elías solo se perciben sollozos y humedad por todo su rostro debido al llanto; Del puesto del chofer se escucha – Pónganle el dildo rápido y vámonos -. Los hombres retiran rápidamente la ropa interior de Elías, los zapatos y el pantalón, dejando todo tirado en el asfalto, solo le queda la camisa beige de bachillerato; Uno de los hombres toma un dildo de ahí mismo del maletero, lo unta con bastante lubricante y le echa también al culo de Elías, quién pega un ligero brinco por lo frío, arrancando carcajadas y comentarios obsenos de los hombres – Ya este culito tiene hambre y quiere comer – de un solo empujón le deja ir medio dildo dentro del culo, Elías pega un alarido de dolor y llanto, al tiempo que se mueve tratando de zafarse, pero el otro hombre lo tiene sujetado con fuerza y no logra sacar el dildo de dentro de sus entrañas; Al fondo se escucha Ricardo – Elías, sin gritos o sabes las consecuencias – Elías ahoga los quejidos de dolor pero no puede evitar el llanto y los sollozos. El hombre empuja más del dildo dentro de Elías hasta que lo tiene todo dentro – Ahora lo dejas ahí, y si no lo tienes dentro cuando lleguemos lo lamentarás – Los hombres cierran el maletero dejando a Elías solo con la camisa del colegio, el dildo completamente dentro de su culo, los ojos vendados con un trapo lleno de lágrimas con sudor, la boca tapada con cinta y las manos y los pies atados. El vehículo arranca y se adentra en el parque.
En una vía cerca a la orilla del río Caroní, en lo profundo del Parque la Llovizna, se detiene la camioneta, se abren todas las puertas y salen todos los tripulantes de la camioneta, abren el maletero y arrastran a Elías hasta la orilla, dejando caer sus pies en el piso y su culo parado a disposición de los hombres, se escucha la voz del chofer – Primero yo – empieza a tocar las piernas delgadas pero bien proporcionadas – Qué afortunado soy, este niño es una delicia – toma el dildo, lo saca completamente y usa sus dedos para jugar con el agujero abierto, Elías siente unos dedos gordos, se siente desconsolado y empieza nuevamente a dejar escapar lágrimas y leves gemidos de tristeza, esto enciende al chofer quien le mete tres dedos gordos dentro del culo y le toca todas las entrañas, retira sus dejos y mete la punta del dildo, juega un poco, lo saca y ahora mete cuatro dedos, Elías no puede evitar gemir un poco fuerte por el dolor, y tose ahogado debajo de la cinta, está deshidratado de tanto llanto y sudor; El chofer deja ir todo el dildo, lo saca y repite varias veces, el ano de Elías está rojo y le arde un poco – Bueno ahora sí – el chofer se echa lubricante en el pene y se lo deja ir todo a Elías, no siente dolor porque es más pequeño que el dildo, pasa con facilidad, se detiene cuando el pubis del chofer choca con las nalgas de Elías y siente como la barriga del hombre también toca sus nalgas, es un gordo, el chofer da fuertes embestidas que lastiman a Elías por el impacto de su pubis con el borde de la camioneta y porque tiene el ano sensible de tanto roce, el chofer le hala el pelo mientras lo embiste y le da fuertes cachetadas y nalgadas, solo pasan un par de minutos cuando el hombre da sus embestidas finales, se aleja de Elías y de éste empiezan a salir hilos de semen desde su culo y que recorren sus piernas hasta llegar a sus pies – Ahora yo – dice uno de los hombres se baja el mono, no tiene ropa interior, de una vez sale disparado un enorme pedazo de carne de 20cm, grueso, lo llena de lubricante y lo deja ir completo dentro del culo de Elías, éste recuerda la advertencia de su padre y ahoga el quejido de dolor soltando solo unos leves gemidos que encienden al hombre que empieza a darle bestiales embestidas, no hacían que golpeara el borde del maletero pero perforaban todo su interior, el hombre lo ahorca con ambas manos mientras lo sigue destruyendo, Elías se pone rojo, ya no tiene aire y empieza a moverse bruscamente tratando de zafarse, el hombre lo suelta, empieza a toser ahogado debajo de la cinta y llorar un poco más fuerte – ¡Calla! – le da una fuerte cachetada, Elías hace silencio lo más que puede mientras deja que abusen de él, se le hacen eternas las embestidas y golpes, el ano le duele de tanto roce y cada gota de sudor que se acerca de genera un ardor terrible; hasta que por fin las embestidas finales llegan, la simple hinchazón del pene por estar a punto de acabar le genera un dolor descomunal, luego cuando el hombre sale de él y el semen empieza a escurrir, no puede evitar gemir un poco y hacer movimientos ahogados por el ardor; El último hombre le mira el culo – ve como lo has dejado, está todo abierto y agrietado, hasta un poco de sangre tiene – – Si lo vas a coger aprovecha, es una maldita puta y tiene que aprender a llevar güebo, no dejes que su carita linda te engañe, ese culo ha tragado bastante leche, y bien caro que hemos pagado – finalmente el último hombre se baja el pantalón dejando al aire un miembro igual de grande que el anterior, lo lubrica suficiente y se la deja ir completa en el irritado culo de Elías, es imposible ante tanto sufrimiento no emitir un fuerte gemido de dolor y llanto, todo esto ha sido por creces las cogida más bestial que le han dado, el hombre anterior le da dos fuertes cachetadas, una por cada lado -¡He dicho que te calles maldita puta!-. Las embestidas de este no son tan fuertes y deja que su cuerpo caiga completamente sobre Elías, el peso hace que le sea díficil respirar, el hombre toca todo lo que puede mientras sigue cogiendo a Elías, le toca las mejillas, le alborota el cabello, pasa sus dedos por las cejas doradas y por los párpados inferiores, sintiendo la humedad de la piel y la venda que cubre los ojos – No es tu mujer, dale duro – dice el otro hombre – Deja que coja como quiera – replica el chofer. Quince minutos de penetración calmada y algunas caricias recibió, luego unos abundantes chorros de leche llenaron sus entrañas, seguido del ardor por el semen que se escurre, el hombre más salvaje, al ver que su amigo ya había terminado toma a Elias, le da unas bofetadas, lo lanza en el asfalto y empieza a orinarle encima, el chofer hace lo mismo y por último el otro hombre, los tres montan la camioneta y dejan a Elías tirado en el pavimento, atado tanto de piés como de manos, los ojos vendados, la boca con cinta y todo mojado en semen, sudor, orina y un poco de sangre.
Cuando el sonido de la camioneta no se escucha Elías empieza a llorar más fuerte pero la cinta en la boca no lo deja desahogarse y ahí permanece en el piso media hora llorando, hasta escuchar el sonido de otro vehículo, reconoce que es el carro de su papá, este baja y lo ve todo atado y vendado – ¿Por qué no has caminado hasta la entrada? Me has hecho venir hasta aquí, y mira como estás, das asco – lo escupe y le da una patada en el estómago que lo deja sin aire – te llevaré en el maletero porque no vas a ensuciar los asientos – lo hala de los cabellos, lo obliga a levantarse y lo dirige al maletero, lo abre y lo empuja adentro, Elías cae sobre unas bolsas que cubren todo, su padre ya estaba preparado, cierra el maletero, se monta y arranca.
El carro entra el garaje, el padre abre el maletero – offf, hueles horrible, me repugnas, y a demás me llamaron para decir que hiciste mucho ruido – le da varias cachetadas fuertes – Ahora tendremos que cuadrar otra cita con ellos y le tendré que dar descuento – toma de los cabellos a Elías, lo saca a la fuerza del maletero, toma unos guantes y una navaja y corta las ataduras, le retira la cinta de la boca y por último la venda de los ojos, al fin Elías ve con claridad, al observar los ojos verdes de su padre y su casa alredor, se desploma en el piso y sigue llorando, su padre le da una patada y lo levanta halando los cabellos – Nada de lloriqueos maricones, por eso es que se han quejado los cliente ¡A bañarse ya, y sin tocar nada en el camino con esas asquerosas mamos! – Elías camina con dificultad y se dirige al baño.
El agua de la ducha recorre todo su delgado pero bien proporcionado cuerpo, la mugre y la suciedad empiezan a desaparecer para dejar ver de nuevo esa hermosa tez blanca, ahora sí puede llorar desconsolado y completamente desahogado, toda su intimidad duele, su ano arde demasiado, él quiere que el agua y el jabón eliminen sus penas y limpien la suciedad que ha inundado su alma.
Buen relato. ¿Es parte de una película, no?
Hola, gracias. Me motive a escribir después de ver For Min Brors Skyld (2014) ¿Te refieres a esa película o a otra?
Que buena violada que recibió
Chaaamo! No soy de violencia pero de pana que este me gustó. Escribe más a ver si el nene consigue a algún abusador que a la larga lo salve a él y a su hermano, <3
Que mierda de relato odio la violencia y al que le gusta esto se lo deben hacer a él hijos de puta