De estar, mama que mama, por un buen rato, mi tío me llevó a su dormitorio, y ya sobre su propia cama, me recosté bocabajo y….
Un sobrino algo borracho, y disfrazado de enfermera, visita a su tío, quien se aprovecha del sobrino y le da bien duro por el culo, el sobrino luego regresa con una botella de ron y nuevamente el tío le come el culo..
Al finalizar el último día de carnaval, la verdad es que me emborraché bastante, pero no tanto como para no saber lo que hacía.
Varios de mis amigos y yo, participamos de lo que llaman una comparsa, por lo que todos nos disfrazamos de enfermeras, algunos se notaban a lo lejos que eran chicos mal disfrazados, pero otros como en mi caso nos esmeramos por parecernos lo más posible a llamativas enfermeras.
Dentro del grupo estaba la hermana de uno de mis amigos, una chica que desde que la conozco siempre ha estado interesada en acostarse conmigo, pero como le apestaba mucho la boca, además que se comportaba de manera muy vulgar y grosera.
Lo que nunca a sido de mi agrado, le dije que iba al baño, y por ahí salí de la cervecería, con el disfraz de enfermera puesto.
Ya en la calle, y con unas cuantas copas encima, lo único que se me ocurrió, fue pasar por la casa de tío, que vive a unas dos calles, de donde me encontraba.
Con la idea de pasar la borrachera, y al siguiente día seguir para la residencia donde me hospedo.
Cuando toqué la puerta, de inmediato me pregunté a mí mismo “¿Qué le digo, cuando me vea disfrazado de enfermera?”
Pero cuando él abrió la puerta, al principio no me reconoció hasta que le dije tío, de inmediato me recibió sumamente alegre, preguntándome como me encontraba, como me iba en los estudios, en fin, todo aquello, que supuestamente un tío debe preguntar a un sobrino que no ve a menudo, pero en lo que estaba más interesado era por qué andaba vestido de mujer.
Ya dentro mi tío, se dio cuenta de que yo estaba bastante bebido, le conté más o menos lo de la comparsa, y lo de la apestosa chica, así que seguimos charlando un corto rato, hasta que me ofreció algo de beber.
Casi de inmediato él se levantó de su sillón, entró a la cocina, y regresó con una botella de ron y dos vasos cargados con hielo, luego tomó asiento a mi lado, en el sofá en el que pensaba quedarme a dormir.
Yo seguí hablando sin parar, de lo que me había sucedido, y bebiéndome como si fuera agua, por lo que, al poco rato, mi tío volvió a la cocina, y al regresar trajo más hielo.
Y así seguí hablando con él, hasta que me preguntó “¿Qué es lo que tú buscas disfrazado de enfermera?”
Quizás por lo mucho que yo ya había bebido, se me soltó la lengua y le dije, bueno que esa fue una decisión del grupo, pero en mi caso secretamente siempre había querido vestirme de mujer.
Y lo rematé diciendo, que aproveché esa oportunidad para llevar a cabo mi fantasía de no tan solo vestirme de mujer, sino que también actuar como una.
Ya para esos momentos pienso que habíamos bebido mucho, tanto que perdí la cuenta de los tragos que yo me había tomado, con mi tío.
De momento mi tío, me dijo. “Las veces que he ido a casa de mi hermano, te he visto, y siempre me ha parecido que te encuentra algo deprimido, pero ahora, te veo muy alegre y quizás un poco ansioso, por lo que te pregunto, sino sería bueno que siguieras actuando, comportándote, y hablando como toda una chica.”
Lo cierto es que, si sentía algo raro hablando con mi tío de la manera que lo estaba haciendo, sin ningún manierismo femenino, por lo que de inmediato, comencé no tan solo a seguir hablando como una chica, sino también comportándome como una.
Hacer eso y que mi tío, de inmediato además de volverme a servir más ron, puso algo de música y me invitó a bailar.
Al principio pensé en no seguirle el juego, pero de momento me entró un no se qué, que decidí aceptar su invitación.
Estando entre sus brazos, comenzamos a bailar, y a medida que lo hacíamos mi tío me siguió tratando como si yo fuera realmente una chica, lo que me agradó mucho.
De momento inesperadamente después de unos cuantos pasos de baile, sin decirme nada, mi tío me comenzó a besar, y acariciar todo mi cuerpo en especial mis parada nalgas.
Me quedé sin saber que hacer, pero seguí bailando entre sus brazos como si eso fuera lo más normal del mundo, al fin y al cabo, en esos momentos yo era una chica.
En mi mente me dije a mi mismo. “Coño detenlo, que es tu tío, y si lo dejas que siga, de seguro te va a coger.”
Pero en lugar de decirle que se detuviese, el ver y sentir que me besaba y acariciaba todo mi cuerpo en especial mis nalgas.
Todo eso me provocó un morboso placer, por lo que, en lugar de detenerlo, lo que hice fue gemir placenteramente cada vez que sus labios, se unían a los míos.
Yo por mi parte casi de inmediato me di cuenta del gran bulto que se había formado en su pantalón, y también sin decir nada, coloqué una de mis manos encima de su bulto, al tiempo que él me seguía besando y enterrando su lengua dentro de mi boca.
Disimuladamente, comencé a frotar con una de mis manos, aquel gran bulto bajo su pantalón.
Poco a poco, ambos mutuamente nos fuimos quitando la ropa, yo me quité el disfraz de enfermera, pero me quedé con los pantis las medias, el liguero y el pequeño sostén que estaba usando como parte del disfraz.
Ya para esos momentos, al ver su parado miembro, lo único que se me ocurrió fue metérmelo en la boca, y por un buen rato, me dediqué a mamárselo.
De estar mama que mama, por un buen rato, mi tío me llevó a su dormitorio, y ya sobre su propia cama, me recosté bocabajo, y con mis manos bajé ligeramente los pantis que estaba usando, dejando mis nalgas al aire, para luego también con mis manos separarlas.
De inmediato fui sintiendo como mi tío me fue embadurnando con alguna crema, el hueco de mi culo con sus dedos, con los que me penetró divinamente.
Luego de un corto rato sacó sus dedos, y fue cuando comencé a sentir la cabeza de su verga penetrando mi culo.
Yo no dejaba de gemir, al principio fue de dolor pero luego de un corto rato lo por el placer que me estaba haciendo sentir, a medida que su miembro entraba y salía de mi apretado esfínter.
Luego a medida que pensaba que lo estaba haciendo con el hermano de mi padre, era algo que jamás por mi mente me había pasado, y no creo que tampoco por la de él, por lo menos hasta esos momentos.
Así que a medida que él metía y sacaba su sabrosa verga de mi apretado culo, yo no dejaba de decirme a mí mismo mentalmente. “Coño, que maricón resultaste ser, mira que dejar que tu propio tío, te dé por el culo eso no tiene nombre.”
Pero mientras más pensaba en eso, más duro movía mis caderas, y hasta le pedía a mi tío, que más duro me diera.
De momento, sacó su verga de mi culo, y me dijo que me pusiera en cuatro patas, y en un abrir y cerrar de ojos, me la volvió a enterrar por el culo.
Yo no pare de moverme, lo quería sentir más y más dentro de mí, así que al mismo tiempo que me daba por el culo, una de sus manos agarró mi verga, haciendo que yo disfrutase más aun de todo lo que él me estaba haciendo.
Esa noche completamente borracho, mi tío además de que me dio por el culo de las formas o maneras que quiso, también me puso a mamar su verga, y lamerle las bolas.
Por lo que finalmente, me quedé dormido, en algún momento, y al despertarme, mi tío dormía plácidamente a mi lado.
Yo me levanté sin hacer el menor ruido, me lavé en el baño, y tal como llegué me largué, diciéndome a mí mismo. “Él muy hijo de la gran puta, se aprovechó de mí, porque yo estaba borracho.”
Pero ya en la residencia, me puse a pensar con calma en todo lo sucedido, y de cómo yo me puse en bandeja de plata, al comenzar a desnudarme frente a él, y no detenerlo cuando me comenzó a besar, y ha meter su lengua dentro de mi boca.
A la semana regresé a casa de mi tío, pero bueno y sano, y cuando le dije que quería hablar con él de lo sucedido la otra noche, de inmediato, me pidió perdón, diciéndome que no sabía cómo habíamos llegado hacer eso.
Desde luego que lo perdoné, y como vi que no hizo ni el menor intento de volverse a aprovechar de la situación me marché.
Pero como a los pocos días, lo volví a visitar, pero en lugar de regresar con las manos vacías, volví con mi disfraz de enfermera puesto, además le había comprado, una botella de ron.
La que sin demora alguna ambos comenzamos a tomar, luego nos pusimos a bailar hasta que nuevamente, ni idea tengo, de cómo terminé dejando que mi tío me cogiera por el culo nuevamente.
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