De Esteban a Gregorio.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para satisfacer la curiosidad de HADES68, les contaré de algunos encuentros sexuales con Gregorio. En aquellos tiempos donde nuestras edades estaban entre los 13 y 16 años y nuestras hormonas sobresalían de nuestros poros ya desde hacían algunos años atrás, los juegos entre los amigos casi siempre terminaban con tocadas de penes en las fiestas, pajas en los cinemas, escondites en las quebradas para hacer nuestras necesidades fisiológicas y más.
Un día nos encontrábamos un grupo de amigos (casi todos de la misma edad) jugando a las escondidas por unas minas de arena que los habitantes de la comunidad utilizaban para extraer la materia prima para la construcción de las viviendas. Cuando teníamos unas cuantas horas de juego, Gregorio me dice que tiene ganas de hacer puss y me pregunta donde puede hacerlo sin que los muchachos se den cuenta, yo le indico que también necesitaba hacer y le digo para internarnos en la parte mas boscosa de la zona. Quedamos a unos pocos metros uno del otro.
Cuando Gregorio se baja el short para agacharse lo primero que le cae es una verga de unos 16cm sin empalmar y mi curiosidad es mayor a ver la forma de aquel pene, por su puesto Gregorio era de mi misma edad pero mucho mas alto y de mayor cuerpo, de piel oscura, bastante tosco. Cuando se agacha y comienza a hacer su necesidad me doy cuenta que se le empieza a para, pero aquella verga era rara, al estar erecto era de piel muy lisa, unas venas delgadas y lo mas impresionante es que su glande era pequeño y al comenzar a bajar a la base aumentaba su espesor. A mi de inmediato se me paró el mío y el se dio cuenta y me preguntó que me miras y yo sin mas le respondí, es que esa paloma tuya es rara y el se levantó de donde estaba y se acercó a mí que aun estaba agachado y me lo acercó a la cara y me dijo, lo quieres tocar. Las ganas de hacer puss se me quitaron y creo que ninguno de los dos íbamos a hacer nada. Le puse la mano y comprobé lo liso de su piel y aun así no salía de la impresión de su forma.
Gregorio me preguntó que si lo quería mamar y no esperé mucho de una vez me lo metí en la boca, aquella cabeza tan pequeña y aquel tronco tan grande que crecía de la base del glande hacia abajo, lo lamía desde la punta hasta la base, le lamía las bolas y volvía a su cabecita, al rato Gregorio me pregunta si me lo dejo meter y me pongo en posición dándole la espalda, él toma saliva y la pone en mi culo y se pone en su machete, comienza a meterlo poco a poco, aquella cabeza entra de inmediato, el dolor comienza cuando Gregorio de manera nada delicado me toma por la cintura y empieza a empujar su miembro dentro de mí, mientras mas entraba mas dolía pues la forma de aquel pene era totalmente diferente a todos los que había visto y tenido dentro de mi culo para ese entonces.
Gregorio metía y sacaba y yo al final comencé a disfrutar de la cogida que me daba, en un momento me dice que tiene ganas de orinar y yo le digo que lo haga adentro de mi y siento cuando puja y comienza a llenar mis tripas con su orine, cuando el termina de orinar le digo que me lo saque y me agacho para que salga todo aquel líquido, con aquello mis intestinos quedaron limpios y Gregorio me vuelve a meter su tremendo falo, con su mete y saca que duraría como 20 minutos siento cuando su pene se incha y él me sostiene de la cintura mas fuerte y empuja hasta donde no da mas y las contracciones de sus descargas no se dejan esperar, aquel palo dejó dentro de mi como un litro de leche y yo llegué al mismo tiempo por la paja que me hacía.
Esta fue la primera y última vez que tuve sexo con Gregorio, yo al año siguiente salgo de mi localidad a estudiar a otro estado y perdimos la comunicación.
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