De gatear a caminar solo hay un paso… By Kenwoodf.
Ya no me pude contener lo succione con fuerza, deseo, pasión y todas las emociones encontradas, acariciaba su bolsa testicular, jalaba sus bolas mientras subía y bajaba de esa barra de carne.
Desde ahora publicara los viernes en este portal al cual agradezco el espacio y por esta única ocasión redacte dos relatos consecutivos, con el fin de que entiendan la lectura, no sea tediosa y se puedan ir directo a la acción si así lo desean.
A partir de mi nuevo descubrimiento vinieron muchas tardes de masturbación hasta que un día mágicamente eyacule ¡Oh dios! ¡Gran acontecimiento! Habría que contarle a alguien, pero ¿a quién? Oh si mi mejor amigo y compañero de travesuras, un vecino menor que yo y por supuesto más tonto en el sexo jajaja.
Con ojos incrédulos le mostré las revistas de mi padre ya bastante “pegostiosas” modestia aparte, el por su lado le contó a su hermano que termino visitándome para “aclarar” sus dudas al respecto de lo que le contó su hermano menor.
Mi vecino que llamaremos Carlos era un hombre de 1.70 moreno, 20 y algo años, de piernas gruesas, nalgas duras, cuerpo de trabajo y un rostro no muy agraciado, pero en conjunto, era un hombre excitante, despedía sexo en todos sus poros, vestía regularmente de pantalones deportivos o jeans, tenis y una playera o algo así, ese día traía unos pantalones deportivos negros que marcaban su erección.
Se sentó acercándose a mí, que en ese momento tiritaba como una hoja de papel al viento.
- No te espantes no voy a decir nada, pero ya no puedes seguir enseñándole esto a mi hermano, todavía está “verde” para esto, pero si quieres a mí, si me puedes mostrar lo que quieras.
- Está bien no lo haré más.
- ¿Cuál es tu favorita?
- Le mostré la del maduro dándole por al ano a la joven
- MMmm Si esta buena, a mí la que más me prende es esta.
Me dejo ver una página donde una rubia estaba de rodillas dándole sexo oral a un latino.
- También esta buena
- ¿Te gustaría hacerlo?
- No sé, nunca lo he hecho.
- ¡Anda! ¡Mira como estoy!
Jalo su pene hacia abajo y dejando ver un pubis con vello negro que me excito de inmediato, al regresar la ropa a su estado normal, le pedí que me dejara verlo.
- Si lo saco me lo chupas, si no, ¡no!
- Está bien pero no se hacerlo muy bien ¡eh!
- No te preocupes yo te digo como y después tu solito lo haces, ponte de rodillas.
Me coloque como quería, más parecía un perrito esperando un hueso, bajo la parte frontal de sus ropas, sacando un pene normalito, ni grueso, ni muy largo con el prepucio sin cortar. Debajo de este aparecieron un par de testículos no muy colgados, pero sí de forma definida y sin vello.
Tome con una mano su pene, lo lleve a mí boca dejándolo ingresar de forma rápida hasta el fondo, no me causo asco, ni arcadas, me sentía feliz de poder con un pene adulto como las chicas de las revistas, inicio un mete y saca en mis labios con una cadencia, para sacarlo por completo, lo tomo con su mano retrayendo su la piel del glande, mis ojos se abrieron al máximo cuando vi esa cabeza surgiendo lentamente de su capucha de piel.
Ya no me pude contener lo succione con fuerza, deseo, pasión y todas las emociones encontradas, acariciaba su bolsa testicular, jalaba sus bolas mientras subía y bajaba de esa barra de carne. Carlos ya no podía estar de pie por la fuerza de mis mamadas, sentándose en el sillón recostándose su verga sobre el abdomen, la tomo con los dedos, me la restregó en el rostro, mientras yo me entretenía con sus huevos, lamiéndolos, en cuanto introduje uno en la boca, dio un respingo que me saco el huevo de la boca.
- ¡Se siente horrible! mejor nada más lámelos y mámame la verga.
Tome su verga con una mano baje toda la piel que había vuelto a cubrir su barra de carne, deslice mi lengua desde los huevos hasta la punta, pasando varias veces por el frenillo (lo que une la piel con el glande) razón por la que se estremeció todo su cuerpo.
- Y eso que no sabias ¡eh! ¡Mira que aprendes rápido! Te voy a tener pegado a mí verga bien seguido ¿Quieres?
- Sí, las veces que quieras ¡me encanta!
- Pero no vayas a contar nada y te dejo que me la chupes.
Me lo dijo como si me hiciera un favor y yo lo tomé como tal (que tonto era) seguí lamiendo su glande, le pasaba la lengua por el ojo de su cipote, acariciaba sus huevos, en una de las ocasiones que la introduje toda en mi boca, me sujeto de la nuca poniéndose de pie. Me tomo del cabello para que no lo sacara ni un centímetro, empujando su cadera hacia mí, como si quisiera meterla más, la saco, me dio tres vergazos en la cara y me la clavo de nuevo a fondo, me sujeto unos segundos así y repitió la operación de nuevo, hasta que se cansó.
Masturbo su verga, veía salir y entrar su cabeza de entre los dedos, cuando sintió que se venía me la metió a la boca hasta el fondo, con el primer estremecimiento retrajo sus nalgas quedando la punta de su verga sobre mi lengua, permitiéndome degustar su semen que salía y salía, con cada sacudida de su cuerpo, me sujeto de la nuca para que no la sacara, cosa que no pensé hacer jamás.
Exclamo su ultimo ¡Ah! Y se dejó caer en el sillón, quedándose escasos minutos, en cuanto se pudo mover, subió sus ropas y salió como alma que lleva el diablo.
De igual manera les comento que pueden leer el relato los jueves en mi Blog. https://kenwoodf.blogspot.com/
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QUE RICO TU RELATO, EXCITANTEEEEE
Estratificación, simple y caliente