De hombre varonil a puta insaciable
Dicen que uno nace ya con un destino predeterminado. Yo nunca creí en eso hasta que transcurrió parte de mi vida y no tuve más remedio que empezar a creerlo..
Desde muy chico, empecé a experimentar con hombres, no porque yo lo hubiera buscado, sino que todo lo que me paso, pues así se dio y ya.
Tenía como 8 a:os, un amigo mas experimentado que yo, me llevaba a los vapores y nos poníamos a espiar a los señores desnudos, nos daba curiosidad mirar toda esa variedad de penes. Esa era nuestra diversión, de ahí no pasaba.
Un buen día, un hombre maduro, me sorprendió mirándole el pene cuando él estaba orinando. Lo tomo con una mano y agitándolo, me hizo señas para que me acercara. Así lo hice, sin ningún morbo, sin ninguna malicia.
¿Te gusta? Me pregunto agitándolo cerca de mi cara.
-Si, respondí.
-Lo quieres tocar?
-Si, está bien, respondí al tiempo que se lo agarraba con las dos manos y lo miraba con curiosidad.
Se lo acaricie de arriba abajo, notando como le crecía y se le ponía duro.
-Sin yo saberlo, el hombre se estaba excitando. Me tomo de la cabeza y acercando mi cara a su pene, me dijo…
-Chúpalo nena, te va a gustar.
En ese momento no entendí porque me decía nena, sabiendo que yo era un chico, y sin saber bien porque, me gusto que me llamara así.
Así que, sin más, me llevé su pene a la boca y le empecé a chupar la enorme cabeza. Y si, tal como dijo el hombre me gusto chupárselo, me gustó mucho.
Era un sabor totalmente desconocido para mí, pero era algo muy agradable, sentir ese trozo de carne caliente palpitando dentro de mi boca.
Era mi primer pene y lo disfrute tremendamente, pero más disfrute tragarme toda su leche caliente que me tiro dentro de la boca.
Así me tuvo el señor un buen rato, metiendo y sacando el pene de mi boca, hasta que, ya muy agitado, meneándose rápidamente, se termino dentro de mi boca llenándomela toda de su leche caliente. Como por instinto, me la trague toda. Al terminar, el hombre me dio tremendo beso en la boca y me dijo..
-Gracias nena, eres una verdadera puta, lo haz hecho muy bien. Ya nos veremos otro día, dijo y se despidió.
Regrese donde se encontraba mi amigo esperándome. Note como estaba todo colorado, como nervioso.
Sin decir palabra, nos metimos a un privado. El me empezó a besar en la boca y me frotaba el pene, sentí muy rico, así que yo también le froté el pene, hasta que los dos nos terminamos eyaculando tremendamente.
Habíamos descubierto otra forma de entretenernos. Con el tiempo, ya los dos nos acariciábamos el pene y lo chupábamos, el uno al otro.
Seguí visitando al hombre mayor, cada vez me mostraba cosas nuevas, como la vez que me empezó a meter los dedos en el culo, cuando yo me encontraba chupándosela. Eso también, me gusto, me gustó mucho.
Cada cosa nueva que me enseñaba, yo iba y la ponía en práctica con mi amigo,
Así que empezamos a chupárnosla y metiéndonos los dedos uno al otro.
Finalmente, el hombre se atrevió a metérmela por detrás, me tomo de las caderas y me jalaba hacia el con fuerza, cada vez se movía, más y más rápido, metiéndomela hasta el fondo, hasta que finalmente se terminaba dentro de mi llenándome todo el culo con su leche.
Así empezamos a practicar mi amigo y yo. Nos abrazábamos y nos besábamos en la boca, nos acariciábamos el pene, nos lo chupábamos, nos metíamos los dedos y luego el me la metía hasta vaciarse dentro de mi y yo le hacía lo mismo.
En Secundaria, empecé a divertirme con los otros chicos que tenían las mismas inclinaciones, preferencias y gustos que yo.
Lastima que duro muy poco tiempo, la escuela acabo y tuve que ingresar a Prepa en otro Colegio.
Cuando entré a Prepa, yo me moría por tener novia y pensé que la escuela era buen lugar para conseguirla.
Yo era un chico delgado, cara muy linda, demasiado linda para un chico, la mayoría pensaba que era una chica, solo me diferenciaba el uniforme, y mi corte de cabello tampoco parecía de chico.
Así que las chicas me consideraban una buena amiga, nada más, cosa que me complicaba hacerme de una novia.
Además, mis compañeros solo me andaban molestando, haciendo bromas acerca de mi aspecto de chica.
Un día, un chico mayor se acercó a nosotros y me defendió de mis compañeros que me estaban molestando.
Le di las gracias y se marchó.
Mas tarde, a la hora de salida, me lo encontré a la puerta de mi salón, yo pensé que era solo una casualidad, la cosa es que me dio mucho gusto verlo y al parecer a él también. Nos quedamos junto a la puerta platicando, en eso, se acercó a mí y me tomo la cara con las manos diciendo que yo era muy linda, que le gustaba mucho.
Yo me quede sorprendido, ya que todos sabían que yo era un chico.
Antes que pudiera reaccionar ya me estaba plantando un tremendo beso en plena boca, yo no supe que hacer, me quede paralizado. Lo peor de todo es que me gusto ese beso, me gustó mucho, así que me quede quietecito a ver qué pasaba.
Lo que paso es que me tomo la mano y me la puso sobre su enorme miembro sobre el pantalón. Yo asustado, quise retirar la mano, pero el era un chico más grande, más fuerte, así que me sujetó la mano firmemente sobre su bulto hasta que sentí como se le paraba y se le ponía duro, ya no hubo necesidad que me sujetara la mano, yo solito ya me estaba dando gusto acariciándosela.
Se tuvo que marchar y quedamos de vernos otro día.
Esa noche, no pude dormir pensando en el y sobre todo en su bulto, me emociono tanto que me tuve que masturbar jalándome mi pequeño pene.
Empezamos a vernos a escondidas, buscábamos un salón vacío y repetíamos la situación, me besaba tremendamente y yo le acariciaba el pene, hasta que un buen día, me pidió que se lo chupara.
Esa fue una tremenda experiencia, muy agradable, pero sobre todo muy excitante. Sentí como me mojé todo.
Pasaron los días, en una ocasión, un profesor me dijo que, si quería tomar clases particulares con él, ya que andaba mal en una materia.
Yo le agradecí y acepte de buena gana, entonces el me cito en su casa y quedamos para el siguiente viernes en la noche.
Ese día, ya en su casa, luego de la lección, me invito a tomar unas copas, aunque yo no tomaba, yo acepte y así estuvimos un rato tomando.
Cuando yo ya estaba un poco mareado, me enseño un video que tenía en su celular.
Me quedé helado, muerto de miedo, por la sorpresa no supe que hacer. Era yo chupándole la verga a mi novio, o sea el chico mayor. No supe que hacer, estaba todo colorado muerto de vergüenza.
El me abrazo y me dijo con ternura, no te preocupes, es natural, tú eres una chica muy hermosa y comprendo que tengas necesidades.
Habiendo dicho esto, me empezó a besar la cara, la boca, el cuello, ufff. Sentí como me super excitaban sus besos, sus caricias.
El me agarraba las nalgas y me jalaba hacia el frotándome su pene contra el mío, besándome en la boca. Eso me calentó tremendamente, así que me deje hacer.
Se saco la verga y me la dio a chupar, yo ya no lo pensé dos veces, con lo caliente que estaba y los efectos del alcohol, me arrodillé y me dispuse a complacerlo, al fin que yo ya le había encontrado el gusto a chupar pene.
Cuando me di cuenta, ya me había desvestido, me recostó sobre el sofá, me abrió de piernas y me ensalivo el culo.
Eso si no lo había experimentado con los profesores, pero me encontraba tan excitado que lo deje hacer, me metió los dedos, primero uno, luego dos y hasta tres dedos dentro, moviéndolos frenéticamente, mi pequeño penecito estaba escurriendo jugos a mas no poder.
Finalmente, me empezó a meter la verga, solo entro la cabeza y yo pegue un grito de dolor. El la saco, busco un frasco y me puso un lubricante especial, me dio otra buena dedeada y se dispuso a meterme nuevamente la verga.
Otra vez entro la cabeza, pero ya no sentí dolor, se empezó a mover despacio, yo levante las piernas y las recargue en sus hombros, el me tomo de las caderas y jalándome hacia el me empezó a dar tremendas embestidas que me hizo eyacular, el siguió cogiéndome un rato más y finalmente se terminó dentro de mí.
Esa fue mi primera cogida con mi primer profesor y la disfrute, la disfrute mucho. Muy en mi interior supe que vendrían más.
Así fue, yo empecé a vestirme de nena, ya descaradamente, ya no me importaba nada. Los chicos me empezaban a buscar más, ya no me molestaban.
En la Uní, experimente con casi todos los profesores y muchos de mis compañeros.
En verdad me veía yo muy linda con ropa de Colegiala, además de que me sentía muy sexi, muy cachonda, muy femenina.
Así paso el tiempo, terminé los estudios, y empecé con mi primer trabajo, así que tuve que dejar mi uniforme de Colegiala guardado y empezar a llevar saco y corbata.
Ahora me veía mas linda, mas atractiva, aunque vestido de hombre, resaltaban más mis cualidades femeninas.
Paso el tiempo, en una ocasión me invitaron a una reunión de trabajo y asistimos todos los empleados y los jefes, era costumbre reunirse cada tres meses para presentar los informes de la empresa.
Luego de la reunión, se sirvieron bebidas y bocadillos. Yo la estaba pasando de lo mas alegre y divertido, así que, sin darme cuenta, me tome unas copas de más.
A la hora de retirarnos, mi jefe se ofreció a llevarme, lo cual acepte de muy buena gana, ya que mi casa estaba un poco retirada y no tenía auto todavía.
Al llegar, lo invite a pasar y tomarse otra copa. El accedió y entramos a la casa. Estuvimos un rato tomando y platicando.
El me dijo que le permitiera entrar al baño, le indique donde estaba y se dirigió hacia él.
Yo me metí a mi habitación, me puse lencería femenina, me veía yo super linda, super sexi…super puta, es la verdad. Apague las luces dejando solo una lamparita, que daba una penumbra muy cachonda.
Cuando mi jefe, salió del baño, me busco y al entrar a mi habitación, se quedó petrificado, mudo por la sorpresa, eso sí que no se lo esperaba.
Instantes después, ya que se repuso un poco de la impresión, sin decir palabra, se desvistió y se lanzó sobre mí, abrazándome, besándome, manoseándome. Me froto mi pequeño penecito, que ya se encontraba super excitado tirando jugos.
Me quito la panty, me puso en cuatro, se montó detrás de mí y me metió toda la verga en el culo de un solo empujón, sentí como entraba toda y sentí como chocaban sus huevos sobre mis nalgas.
Se empezó a mover frenéticamente, hasta que, no aguantando más, por la tremenda excitación y el alcohol haciendo efecto, se terminó tremendamente dentro de mí. Nos quedamos así recostados un rato, yo toda ensartada y el a un lado mío.
Al siguiente lunes, me presente al trabajo vestido de mujer, me veía increíble, super linda, muy atractiva, sexi, cachonda.
Salió mi jefe de su oficina para recibirme y, para sorpresa de todos, les dijo en voz alta, les presento a mi nueva secretaria Particular.
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