De Luis a Luisa 4: Tato se pelea con su novia y me viola

Tato tiene novia, me pongo celoso por el abandono pero finalmente se pelea y se desquita conmigo..
La historia:

1: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/tato-me-desvirgo-en-la-muebleria-en-la-secundaria/

2: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/de-luis-a-luisa-tato-me-sigue-cogiendo/

3: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/de-luis-a-luisa-3-willy-y-su-la-verga-circuncidada/

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Mis paseos al galpón de la mueblería se espaciaron, la frecuencia no era la misma de antes.  La causa era conocida: Mariela la novia de Tato, se ve que Tato estaba obteniendo la satisfacción general necesaria de ella, y ya no me buscaba como antes, 1 vez al mes, hummm, me suena a que era cuando ella no podía tener sexo.

Así que un día en la escuela, cuando se acercó, me alejé, le saqué el brazo, me miró y estaba como por enojarse, y de golpe se rió: “Estas celoso” me dijo, le dije que sí, que extrañaba su pija directamente. Me agarró el culo, y me dijo ya te voy a dar Luisito, pero ella tiene tetas y vos no. “Y concha agregué yo para mis adentros” pero era así.

También tenía algunos encuentros con Willy pero no eran tan seguidos, había un “vacío” en mi vida, más específicamente no tenía una verga en el culo tan seguido como me gustaba.  A pesar de que seguía sufriendo por la religión y mi madre, era claro que me gustaba y punto. Trataba de no pensar tanto en ello.

Fui al boliche una vez más, porque seguía diciendo que quería una, que iba a ser un varón y todo eso. Por supuesto no fui muy exitoso, y me estaba yendo aburrido con otro amigo, cuando escucho una voz conocida: Era Tato, discutiendo con su novia, que le echaba en cara que mirara y hablara con otras minas en la discoteca, él se defendía diciendo que eran amigas.

No teníamos por qué escuchar, así que nos empezamos a ir, pero hubo un par de gritos, y se callaron. En ese momento sentí la voz de Tato: “Luisito!!!”  Me paré, y le dije al otro que siguiera, que seguramente Tato quería hablar conmigo de su novia e iba a ser largo. En realidad pensaba había una posibilidad de tener sexo, y no me equivoqué.

Tato me alcanzó, me paso la mano sobre el hombre y empezó a hablar, que la mina esto, y aquello, hasta que de pronto se paró en una construcción y me empujó adentro. Intente preguntar pero estaba enojado, y me empujó duro, pasamos las chapas y entramos a un habitación grande, en el medio había bolsas de cemento apiladas. Violentamente intento bajarme los pantalones, solté el cinto y me los  puso en la cintura. Me tiró sobre las bolsas, el culo al aire, logre sacar una pierna del pantalón que tenía en los tobillos y abrir las piernas, lo escuche escupir su pija, luego me escupió el culo y me la mando a guardar. Grite, y me tapo la boca, podían ser que alguien que pasara nos oyera, me cogió rápido, violento, con dolor. Me estaba violando, y me gustaba, mi pija se clavaba contra la bolsa, era doloroso mientras él me abría el culo sin piedad pero no pude evitar sollozar y gemir un poco.

Me araño las caderas con lo fuerte que me agarró al acabar y llenarme de leche caliente, me siguió bombeando un rato luego de que acabara, necesitaba vaciarse y yo era el agujero.

Se apartó, dejando mi culo dolorido vacío, y se apoyó en la pared. Yo me quede ahí tirado, con el culo abierto. Se despertó al momento y me dijo: “perdóname Luisito, te cogí muy fuerte, es que esa hija de puta me hizo calentar”.

Me levante, me acomodé un poco y me acerqué a él. «Vení me dijo», me acerqué, me abrazó , seguía con los pantalones bajos, agarre su pija mojada, se rió, «Chupa me dijo, hace lo que te gusta», y lo hice, me arrodillé y limpie la pija recién salida de mi culo.

Se le paró de nuevo, obvio, y no yo quería más. Me saque los pantalones , me llevo hasta las bolsas, me hizo recostar de espaldas y me penetro con las piernas hacia arriba , me penetró así como una mujer, por primera vez, me estaban dando la leche que le tocaba a Mariela, mi culo estaba dolorido pero era una dulce venganza.

Esta vez fue más lento, mi ano sensible sentía la entrada y salida, la saco toda y me la metió de nuevo, hay! pero que placer. Me lleno de leche ahí, sobre las bolsas de cemento, se quedo recostado sobre mi al terminar.

Nos levantamos, ee senté como para ir al baño y deje salir la leche. Nos dimos cuenta que el cemento y la arena nos habían manchado la ropa, fue un duro trabajo disimular eso al llegar a casa. Invente algo sobre pasar cerca de una obra y caerme.  Cuando llegamos a casa, mamá estaba despierta, me preguntaba qué había pasado mientras yo cerraba la puerta, Tato me saludó con un “Chau Luisito, la pasamos bien!”  , lo saludé mientras le explicaba a mamá que todo estaba bien que me había quedado bromeando con amigos.  Tato tenía razón su pija la había pasado bien en mi culo, me dolería un par de días.

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