De Luis a Luisa 6: Hugo se queda y me deja el culo ardiendo

Hugo descubrió que era gay, se queda el sábado y hace uso de mi culo .
La historia:

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2: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/de-luis-a-luisa-tato-me-sigue-cogiendo/

3: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/de-luis-a-luisa-3-willy-y-su-la-verga-circuncidada/

4: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/de-luis-a-luisa-4-tato-se-pelea-con-su-novia-y-me-viola/

5:https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/de-luis-a-luisa-5-me-voy-a-la-universidad-hugo-companero-de-departamento-me-descubre-y-me-coge/

A partir de su descubrimiento Hugo empezó a quedarse algunos sábados y alguna vez un fin de semana completo.

El primer sábado que se quedó me despertó, arriba me dijo, tenés que hacerme el desayuno, así que me levanté, trate de vestirme pero no me dejo ponerme más que una remera: No, no, tu culo al aire me dijo, te voy a romper el culo muchas veces y no quiero renegar.

Así que ahí fui, a lavarme y luego a preparar el desayuno, me tocaba el culo continuamente, terminado el desayuno me acorralo contra la pared, me beso, tocando y acariciando mis tetillas, era el primero que me trataba como una mujer. Recuerden tengo tetillas de un cuerpo regordete.  Me dio vuelta y me hizo quebrar la espalda sobre la mesada, abrió mis piernas y me empezó a lamer el culo. Solo él lo había hecho y me gustaba mucho.

No tardó mucho en levantarse, bajarse los shorts y apoyar su pija en mi agujero. Empujó fuerte, no hubo problemas, sentí la entrada pero ya no era virgen.  Empezó a bombear, lento al principio, tenía una verga derecha y la sentía entrar muy a fondo, luego más rápido, cambiaba el ritmo y al final acelero mucho, se empezó a escuchar el golpeteo de su pelvis contra mi culo. Dios como que gustaba. Termino con un empujón a fondo, descargándose.

Se retiró y me dijo, limpia puto y después vení a la pieza a limpiarme la verga. Obedecí como buen sumiso y luego fui, estaba tirado en la cama, con una pierna hacia afuera, se había sacado los shorts, su pija todavía mojada descansaba en medio de sus piernas.  Me miró y bajo los ojos, sabía qué hacer, me arrodille y empecé a lamer. “Si se para te cojo, me dijo, sonriendo”. Por supuesto sabía que iba a ser así,  se le puso dura enseguida, pero me dejo lamerla toda, besarla y meterla en mi boca.

“Basta” me dijo en un momento, se paró y me hizo poner en cuatro, con mi culo apuntando hacia a él, sobresaliendo de la cama, con la cabeza baja y las brazos apoyados en la cama. Completamente entregado con el culo en alto. Jugo un rato con sus dedos en mi culo, metía y sacaba, finalmente se acomodó. Y nuevamente yo tenía su pija en mi culo. Esta vez empezó a hablar: “Mira lo que me encontré, un puto de compañero”, me preguntaba si me gustaba que me cogiera, por supuesto yo asentía y decía que sí.  Apuraba hasta casi llegar, hacia una pausa y volvia a apurar. Asi lo estiró y una vez más me lleno de leche, esta vez me tuve que dar vuelta y limpiar su verga.  Me cogió la boca un poco, pero luego me dejó ir.

Durmió un rato, yo ordene y me limpie, me había advertido que no saliera del departamento.  Se despertó, comimos algo y me dijo hora del siestero, mi ano ya me dolía, pero parecía no iba a haber descanso.  Me penetro con las piernas arriba, en el sofá, como una mujer, mi ano ya no se resistía, la penetración era más dolorosa, el seguía lleno de energía. Me temblaban las piernas y gemía, finalmente le pedí que lo hiciera más despacio, no me hizo caso, se rio y empujo más fuerte, más rápido. Me encantaba el placer, pero dolía y lagrimee al final. Acabo por tercera vez en mi ano, que ahora palpitaba, se retiró haciendo un ruido cuando su verga salió. Me miró  y dijo “Te duele pero te gusta putito”. “Acostúmbrate te lo voy a dejar arruinado”,  me toque el ano había quedado agrandado, parecía no volver a su tamaño.

Hugo se bañó, agarro su bolso y se fue. Así iban a ser los días con Hugo, recibir semen todo el día.  El culo me dolió un par de días.

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