De Luis a Luisa: Tato me sigue cogiendo

Tato me convierte en su amante fijo a pesar mío. .
El inicio de todo esto: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/tato-me-desvirgo-en-la-muebleria-en-la-secundaria/

El olor a madera, que siempre asociare con ese momento, el peso de Tato sobre mí, mi ano dolorido el recuerdo me excita como en ese momento, aunque los pensamientos culposos empezaban a acosarme. Tato se levantó, sacando la verga, ya flácida y me dijo: “Te rompí el culo Luisito!!! Mira cómo te quedó!!” Y me pegó en las nalgas un sonoro chirlo.

Me duele dije, asustado, no es nada, te sangro un poquito me dijo, vamos a la ducha. Ahí en el galpón la ducha era una manguera que colgaba, nos lavamos un poco, el su verga y yo el culo. El agua estaba fría así que retrocedí, y me dijo: “No seas puto!!! jajaja cierto que te hice puto”, y se reía, me sentí muy humillado, pero algo me decía que eso era lo mío. Me fui, no sin que antes me advirtiera: Tenés que limpiarte el culo, enema o algo, porque si no la próxima me la vas a tener que limpiar con tu lengua la verga tenga lo que tenga.

Volví a casa desesperado, él lo iba a contar, y todos se iban a enterar, que sería de mí, que diría mi madre. Nada de eso sucedió, al otro día en la escuela todo paso sin novedad. Mi culo dolía pero estaba mejor y me empecé a acordar solo del placer, luego rechazaba esos pensamientos y pensaba que debía confesarme, que era pecado e iba ir al infierno. Me tocaba el ano, y me parecía que todo estaba bien.

Dos días después estaba sentado leyendo, cuando me acarician la cabeza, era Tato, se sentó al lado mío y me dijo: “¿Cómo está ese culito? “, avergonzado me le dije que bien, y me dijo:” Me tenés que ayudar con Geografía después de gimnasia” y se rió.   Ahí estaba, el nuevo pedido. No podía resistirme, y no más.

Me fui a casa, mi madre a veces se hacía enemas, logré introducirme en el baño y torpemente procedía a limpiarme, porque sabía lo que sucedería.  Fuimos a su casa después de la clase de gimnasia, su madre a trabajaba y el padre salía a hacer mandados de la carpintería, y otra vez fuimos para el galpón.

Me explico que era mejor, porque si llegaba alguien no nos sorprenderían. “ A ver ese culito! Como está” me dijo, me hizo desnudar una vez más, agacharme y mostrarle el ano abriéndome las nalgas. “Humm está bien, bien, lo voy a abrir un poco más!!” , esta vez me puso de espaldas apoyado contra las maderas, “te voy a coger de parado me dijo” y empezó a engrasar y trabajar mi ano.

Yo lo quería, en realidad me gustaba, y era la segunda vez, “ahhh puto, te gusta!!!” me dijo cuándo me entraron 3 dedos. Me hizo agachar un poco porque yo era más alto, y me la metió. Esta vez era más fácil,  me dolía un poco, pero la tuve enseguida todo adentro. Empezó a bombear más rápido, y más fuerte el placer y era grande, lo estaba disfrutando, la verga entraba  y salía de mi ano. Me cogió por un rato, me temblaban las piernas, se agarró de mis caderas tan fuerte que me dolió, y me lleno de leche el ano.  Me abrazó , agitado y transpirado, yo baje una mano y exploté cuando toque mi verga, casi había llegado con el cogiéndome. El ano me dolía creo que igual que la vez anterior, sentía la leche chorreando por mis piernas.

Tiro la lona en el piso, se acostó boca arriaba y me dijo: vení , limpiala. Obediente, me arrodille entre sus piernas y lamí, chupe, su pija hasta que estuvo limpia, se le había parado de nuevo.

“Ensartatate me dijo, metete la pija vos mismo”, me pare, me puse de espaldas porque quería ver mi culo y baje sobre él , quedando empalado en su pija. “Movete Luisito, move ese culo de puto” me decía, empecé a moverme, un rato, pero no lo suficientemente rápido, se enojó: “Pero hasta las minas pueden hacer eso, que puto maricon resultaste”, se paró arrojándome hacia adelante, quede en 4 patas con él arriba, me cogió fuerte nuevamente, mientras me pegaba en las nalgas , “Grandote al pedo resultaste, maricon, te están cogiendo y ni mover el culo podés”.  Yo estaba extasiado, disfrutaba demasiado su poder sobre mí.  El placer era tremendo, me lleno de nuevo.  Nos levantamos, y la leche chorreaba de mi ano, lo sentí todo el camino a la ducha esa, del galpón.

Nos lavamos en la ducha, y asi comenzó mi relación de puto fijo con Tato.  Lo bueno es que no lo difundió, era un secreto entre nosotros.