De macho mujeriego, ah puta sumiza. -por mi hijo- II

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Despues de haber sido cogido por mi hijo de 15 años, mi vida cambio de mal a mejor.

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Paso una semana, despues de una jornada larga trabajando repartiendo tanques de gas, llegue a casa y lo primero que hice fue desnudarme completamente, casi se me olvida cerrar la puerta, me desnudo y voy al cuarto de mi hijo a buscarlo.

Cuando entro lo que veo es su hermoso cuerpo en pleno desarrollo y su pícara cara, para mi suerte estaba en boxers, algo olgados para la enorme verga que se carga.
Me acerque a la cama y comence a sobarle el paquete, aúnque me había cogido tenía cierto temor y culpa, que poco a poco se me fue quitando, así que estaba apunto de liberar su polla que se estaba poniendo tiesa, cuando recibo un manotazo de su parte
– Ahora no perra, estoy durmiendo – dijo mi hijo volteandose
Descepcionado me dirigí a mi cuarto, me acosté en mi cama y comenzé a sentir un cosquilleo en el ano, quería sentir su verga en mi.
Ya había pasado una semana desde que no me había masturbado y mi verga estaba durisima que me dolia, mi hijo me lo había prohibido, yo ya no era aquel macho que todos conocian por la cantidad de mujeres que tenia, había aceptado que lo que yo necesitaba era un macho que me domara y me hiciera disfrutar.
Ahí estaba tenía unas ganas inmensas de masturbarme, así que comence a sobarme el pene, y poco a poco comenze a jalarmela, pasarón unos minutos y mi hijo abre la puerta
– No te había dicho que las viejas no se masturban – Me grito mi hijo tomandome del cabello.

– Lo siento – le dije.

– Esto es lo que quieres, verdad puta -Dijo mi hijo comenzando a rozar sus dedos en mi ano provocando que inmediatamente mis ojos se pusiesen blancos.

De inmediato tomó su otra mano y metio sus dedos en mi boca, a lo que sin pensarlo comence a chuparlos.

– Así papi, sigue, mas adentro, introducelos -comencé a gemirle como una verdadera puta.

El me saco los dedos de mi ano, de la boca y comenzó a agacharse para sorprenderme con un delicioso beso negro, su lengua inundando mi culo me hacia sentir un cosquilleo que provocaba que se me parará la verga.

– A las putas no se les para el pito – interrumpío mi hijo el beso negro, dandome un golpe fuertisimo en las bolas.

Un dolor me invadio en la parte superior del abdomen, provocando que me retorciera de dolor.
Estó provocó que mi verga que estaba como una roca, se pusiera erecta.

Mi hijo sin importarle nada, me abrio las piernas y siguío chupandome el culo, yo no sabía como hacer para que no se me parará, asi que solo encerre mi pene con mi mano y seguí sin moverme dejando que mi hijo siguiera con lo que hacía.

Despues de unos minutos chupandome el ano, se detuvo, se puso de pie.

– Me toca, ahora bajate a mama- Dijo mi hijo.

Yo solo me arrime de la cama y estaba esperando a que el se acostara al lado mio.

– Las putas siempre lo hacen en el suelo – Dijó mi hijo
A lo que baje al piso y viendo a mi hijo recostado en la cama, miré su bulto, se veía tan delicioso así con el boxer en cima haciendolo más apetitoso, así que me acerque a su bulto y por instinto comencé a oler su paquete, mi nariz se pegaba a la tela del boxer.
Olía delicioso, tenía un olor muy peculiar, pero solo lo describiría como un olor penetrante a hombre, nada desagradable, al contrario, era un olor que me dejaba enganchado, como si estuviera drogado.

– Veo que ya estás aprendiendo a ser una puta – dijo mi hijo -¿Dónde aprendiste eso; o es que las putas con las que te metías te lo hacían? – preguntó
Siendo honestos nunguna puta con la que me había metido habia hecho algo así, al parecer nadie se humillaba tanto como yo.

– No, nadie me lo ha hecho, pero me gusta.
– le dije.

– Pues que suerte que encontré a una puta que sepan tratar a sus machos – Dijó mi hijo bajandose el boxer.

Al instante que bajó su boxer su verga salío disparada rebotando como una lanza que se entierra en un arbol.

– A mamar perra
Así que sin pensarlo comence a chupar su verga, lamiendo cada centimentro de su deliciosa verga, el estaba encantado y soltaba pequeños gemidos, estos gemidos hacian que sacara lo puta que tenía, así que mas intentaba tragarla entera.
Mi hijo pusó su mano en mí cabeza y preciono hasta que me la comiera por completo.

– Que pasa? Papá se está ahogando con la mamila de su hijo – dijó en tono sarcastico y burlo.

El sacó sus manos de mi cabeza y salí, unas lagrimas salieron de mi, pero no por que me doliera o me sintiera mal, si no por que su inmensa polla me había hecho lagrimear.

Mientras tanto bajé a sus huevos que con furor comencé a olfatearlos provocandome una erección, mientras lo olfateaba trataba de hacer que esa erección se quitara.

Así que rapidamente comencé a lamer sus bolas, demasiado grandes para mi, era la tercera ves que lo hacía, sin embargo ya me estaba acostumbrando.

Yo soló veía el rostro de mi hijo que se le notaba que lo estaba mas que disfrutando.

De la nada y sin abisar, mi hijo se paró de la cama rapidamente, me ordeno que me parará, me recostó en la camá y sin avisar me metio su pene en mi, yó solté un grito pero sabía que a el no le importaría así que solo me trate de callar y aguante como toda una puta su verga.

Me sujetaba del pecho y mientras hacía un mete y sacá, ya el dolor había desaparecido y solo en mi cara estaba un gesto de placer, el solo se reía y me decía.

– Mira ese maricón que rico lo disfruta y que bien lo aguanta.

Cada ves que el me decía eso me provocaba un placer inigualable, era realmente delicioso.

Sentí que su pene se comenzaba a hacer mas grande y en cuestión de segundos se corrío en mi ano.

Despues de correrse tomó su boxer y se limpío el pene, y me aventó su boxer a la cara, como cuando contratas a una prostituta y le arrojas los billetes a la cara.

Se acerco, abrio mi boca, escupio en mi, se río y se fue a su cuarto
En cuanto salío de el cuarto, comence a masajearme el pene y a masturbarme oliendo y lamiendo su boxer.

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En el proximo capitulo adelantaré unos meses mas, ah cuando comenzé a dejar se tener erecciones cuando estaba con el y deje de correrme.