De niño ya me gustaba
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sinpelitos.
Hola a todos, Mi nombre es Miguel tengo más de cuarenta años, soy casado, con hijos, hace mucho tiempo que soy un lector asiduo de esta hermosa página, mi esposa no sabe nada que me gustan los hombres y tampoco sobre mi pasado, espero que mi forma de contar los hechos les sea agradable ya que es la primera vez que escribo y no tengo mucha experiencia.
Desde que tengo uso de razón me han enloquecido los hombres y más aún las vergas, primero los chicos varoncitos que veía o jugaban conmigo, luego los que por esas cosas de la vida se fueron cruzando en mi camino y no fueron tan chicos pero me enseñaron un mundo maravilloso, lógicamente jamás dije a nadie nada de lo que esos ricos y calientes hombres me hicieron sentir.
Comenzare por el principio, para este entonces yo contaba con cinco o seis años y en casa de mis tíos quienes por abandono de mis padres se habían hecho cargo de mí, me reconozco como una persona muy sexual y creo que lo fui desde muy niño.
Como ellos trabajaban todo el día mi tío fuera de casa y mi tía en casa pero dentro de una habitación donde tenía un taller de costura, se levantaba muy poco de su silla de trabajo y por eso yo contaba con cierta libertad para hacer mis travesuras, muchas de ellas sexualmente exploradoras ya que de sexo no sabía nada.
Teníamos un perro el cual me dio los primeros sentidos a mi cuerpito, recuerdo que me alejaba de mi tía y me bajaba los pantalones para que el perro que era más grande que yo lamiera mi culito y lo hacía con tanta urgencia que me hacía sentir muy bien, siempre se repetía la misma escena llamaba al perro al jardín del patio trasero donde estaba lleno de plantas y árboles, teníamos un escondite perfecto y nadie podía vernos.
Uno de esos días en que yo estaba con mi pantalón cortito y mis calzones por los tobillos, mientras el perrito me lamia la colita me di cuenta mirando al perro que tenía un pito muy grande rojo y muy afuera me dio mucha curiosidad y me puse de rodillas para tocarlo inmediatamente el perro comenzó a hacer movimientos con sus caderas al compás de mis manoseos a su pito.
El pito de ese perro era muy duro y grueso sentía como una baba que me dejaba en la mano y yo la olía, en eso que estábamos así el perro se me vino encima poniendo sus patas delanteras en mi cintura y dándome puntazos con su pito duro y muy puntudo, a mí me daba miedo pero como una cosa en la pancita que me gustaba.
En ciertas ocasiones me dejaba la cola toda mojada y a veces me dolía un poquito ya que de tantos golpecitos que me daba en mi culito me dejaba doliendo sin penetrarme aun ya que cuando estaba a punto de ensartarme yo me levantaba.
Así pasaba mis días hasta que en unas vacaciones mi tía trajo a un chico de una familia conocida a que pasara las vacaciones con nosotros así yo tenía a otro chico con quien jugar.
Y no paso mucho para que nos escondiéramos en un rincón del jardín donde con la ropa abajo nos tocamos los pitos y la cola yo obviamente tocaba más su pito que lo tenía más grande que yo y a el le gustaba mucho mi culito, casi no hablábamos pero nos tocábamos mucho un día me propuso que yo le besara el pito y el me besaba mi cola y me sentía muy bien me gustaba más que con el perro.
Una noche ya estando en la cama con mi amiguito dormíamos en camas diferentes pero cuando las luces se apagaban él se pasaba a mi cama, yo tendría ya como ocho años y el diez, me puse de costado y el me bajo el pijama y se lo bajo el también entonces me pidió que se lo besara cuando acerque mi boca a su pito este estaba muy caliente y bien duro de besar pase a lamer y de lamer a chuparlo y me gustó mucho mientras mi amiguito me acariciaba el anillo del culo, me hizo poner de rodillas con la cola levantada y me paso la lengua por el culito me llenaba de baba pero a mí me encantaba.
En eso me puso otra vez de costado y sentí algo duro que me entro en el culito y me dolió mucho me asuste y se lo dije mientras me agarre con una mano el culito diciéndole que me había dolido.
A la mañana siguiente me levante y sentía todo mi culo pegajoso y le mostré y él me dijo que yo me había hecho pis dormido, pero tenía olor raro no era a pis y se lo dije entonces el me dijo que me había cogido cuando yo me quedé dormido.
Me lo quede mirando y le pedí que me enseñara a ver cómo era ser cogido, me llevó al jardín al escondite y nos desnudamos él ya tenía parado el pito, me puso contra el árbol y escupiendo en su pene me la metió despacito, esa fue la primera vez que disfrute un pene aunque pequeñito, pero ser tomado de la cintura y tratado como una en sintiendo en mi culito algo calentito adentro fue algo que me marco para siempre.
Pasaron las vacaciones y el volvió a su casa yo me quede con muchas ganas de jugar, y por esas cosas del destino me hice amigo de un vecino del frente de casa, el tenia diecinueve años y yo ocho casi nueve.
Pero eso quedara para la próxima.
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