De pequeño
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me remonto a cuando tenía 10, 12 años, en que tuve mis primeras experiencias sexuales y que fueron con personas de mi mismo sexo, por eso he puesto esta narración en este grupo de relatos.
Resulta que yo era un poco tímido y desconocía todo lo relativo al sexo.
Pero, con unos 10-11 años empecé a ver que mis compañeros de clase en el colegio se empezaban a masturbar compulsivamente.
En clase, en el gimnasio, en los lavabos.
De primeras, me daba como un poco de risa, miedo, vergüenza y todo junto, porque me parecieron muy osados.
Pero, me quedaba mirando como se pajeaban.
Yo no tenía ganas de hacer lo mismo, porque nunca lo había hecho, y menos lo haría en público como hacían ellos.
Así que, recuerdo una vez tras hacer gimnasia, mientras nos cambiábamos el chandal o la ropa deportiva y nos poníamos la ropa normal, yo ya estaba vestido y tenía enfrente a varios chicos pajeándose.
Me preguntaban si me gustaba lo que veía y yo no decía nada.
Era motivo de burla por todo esto, pues miraba pero no me unía a ellos.
Pasado un tiempo, varios de esos chicos que se pajeaban me susurraban-acosaban por separado con que si no quería hacerles una paja.
Normalmente me negaba, porque me daba vergüenza y.
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, no sé.
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, me parecía que no debía hacérselo.
Pero un chico de ellos insistió tanto y en tantas ocasiones que una vez que estábamos solos (en uno de los vestuarios) me suplicó insistentemente que si le podría hacer una paja y me enseñaría cómo se hacían.
Realmente yo no me había hecho ninguna, así que no sabía muy bien cómo había que hacer.
Así que, sin hablar mucho, di mi brazo a torcer y nos fuimos a un lugar más escondido dentro del vestuario.
Yo le dije que no sabía nada, que me lo tendría que enseñar todo, así que, él empezó en plan didáctico.
Solo tenía un año más que yo, pero parecía un maestro en la materia, jaja.
¿Qué edad tenía?.
Pues si yo tenía 11, él tendría 12: se empezó a machacar la polla hasta que se le puso dura y ahí me dijo que se la agarrase.
Se la agarré su polla caliente y luego él me agarró mi mano y empezamos a pajear esa polla, sube y baja, sube y baja.
Bueno.
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, recuerdo este sucedido con emoción, aunque yo no sea gay, pero sí me gusta ver pollas.
Una emoción tonta me viene a la mente cuando recuerdo esto.
Pero la cosa no acabó ahí.
Un amigo de este compañero de clase, se me acercó varios días después contándome que le hiciese una paja a él como se la había hecho al primer compañero.
Me ofusqué un poco porque lo último que yo quería era que se supiese que yo había hecho la paja a un chico.
Tanto me insistió y me entró un poco de miedo de que el rumor corriese como la espuma, que a este chico le dije que le hacía una paja.
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y todas las que quisiera pero a condición de que no dijese nada.
Este chico era más mayor y tenía una buena polla peluda, que para mi me parecía adulta, y adulta sería porque me pareció un tronco de un arbol que no abarcaba mi mano.
Sí.
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, fue una buena polla y esa paja que hice fue la primera que vi una eyaculación, porque el chico estaba muy caliente y echó unos buenos chorros de semen al poco tiempo de pajearle yo.
Tras esta paja, en el colegio busqué al compañero de mi clase que se le fue la lengua.
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Le asalté y me enfadé con él diciéndole que por qué había dicho algo sobre la paja que le hice.
¿Quien más lo sabía?.
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Me comentó que a su hermano (que yo le conocía) también se lo había contado.
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Le dije que, como lo dijera a otros, no le pajearía jamás.
A la salida de clase, fuimos mi compañero y yo a su casa porque este me había dicho que había que avisar a su hermano para que no dijera nada tampoco.
En fin.
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, yo estaba un poco mosqueado pensando que esta experiencia se me fuera de las manos.
Cuando llegamos a su casa, y al rato, cuando llegó su hermano, mi compañero de clase estuvo hablando con él sobre el tema.
Ladinamente, mi compañero dijo a su hermano que si mantenían la boca cerrada, yo les haría pajas.
Así que el hermano se animó a pedirme que le hiciera una, allí, en su casa.
Ya puestos.
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, pues sin decir palabra porque entre ellos se lo habían organizado, pues me dispuse a pajearlos a ambos.
El hermano era mayor (pues tendría como 5 años más que nosotros.
Andaría por los 17 años), y la diferencia de penes entre el hermano mayor y mi compañero de clase se notaba.
Ancha polla, venosa y peluda la del mayor, y más clarita y fina la del pequeño.
El caso es que, primero pajeé a mi compañero unos 10 minutos hasta que se corrió o tuvo su orgasmo.
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, pero sin expulsar casi nada de semen.
Pero con el pollón de su hermano estuve un buen rato y al final se corrió con abundante leche.
Bueno.
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, una vez que he conseguido la promesa de que no me delaten, a mi me gustaba hacerles eso.
Según pasaban los meses, a mi compañero de clase ya ni le hacía pajas.
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, pero el hermano se acostumbró, y cada vez que iba a su casa, su polla me la ponía en el hombro, jajaja.
Tras muchas pajas a él, una vez llegó el momento de que se la chupase.
Fue bastante normal, porque tenía yo su polla a la altura de la cara, y me dijo que diese un lametón al capulló, cosa que hice.
Del lametón a chupar como un caramelo, y tras un rato, corrida de leche.
Puse un poco cara de estupor y de asco, pero tras otras veces, pues la verdad, tampoco da tanto asco el semen.
Estaba un poco soso.
Y acabo ya estas memorias.
Pasaron meses y algún curso.
Ya me dio menos vergüenza ver como se pajeaban en clase, y no me hacían burla.
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, pero en la casa de mi compañero de clase, la polla gigante de su hermano me la comía cada dos por tres.
Y una vez, estaba un amigo de este hermano, de su misma edad.
Me dijo el hermano al oído que se la comiera también a él.
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, y no me negué.
Esa tarde me bebí la leche de los dos.
Luego crecí y ya no he vuelto a pajear, ni a mi compañero de clase, ni a su hermano ni a nadie.
A mi polla sí, jeje.
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