De regreso a Santiago, no alcanzo a extrañar a mis albañiles.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
De regreso a Santiago con mi mama, sentía como mi culito ardía y dolían un poco cuando el bus pasaba por algún bache del camino.
Podría llegar a pensarse que haber pasado la última semana de vacaciones de invierno en Viña del Mar culeando todos los días con diferentes tipos y en mas de alguna oportunidad fue la presa en deliciosas sesiones de sexo grupal.
Pero, yo sabía que tenía aguante demás para pasarle el culito a varios por separado o al unísono y que ellos hicieran con el lo que mas les plazca.
Para mi el sexo despertaba una sed que sólo se podía apagar con mas sexo.
Llegamos al minúsculo departamentito situado en los altos de una estación de servicio y me preparé para las clases del día siguiente.
Yo ya había aprendido que podría hacer cualquier cosa que se me antojase, siempre y cuando trajese a casa buenas notas por tanto, me esmeraba en ser buen alumno en la sala de clases y buen puto en la sala de profesores, en los baños o autos estacionados en el servicentro o en cualquier parte donde mis deseos sexuales irrefrenables me llevasen cuando salía de cacería.
Al día siguiente en el segundo recreo de la mañana y mientras comía con desgano el sándwich que mi mama tan amorosamente me preparaba a diario y estando sólo sin compañía de otros chicos del curso, sentí vocear mi nombre por el sistema de altoparlantes del cole, donde se me conminaba a dirigirme a la oficina del inspector general.
Era extraño que me llamasen por los altavoces pero como era un alumno mas , esa era una de las vicisitudes por las cuales debíamos pasar lo educandos.
Al llegar a la oficina del Inspector General, desde una de las salas de profesores me llamó el profe de Artes Plásticas estando medio oculto detrás de la puerta.
Solo le notaba su cabeza, un hombro y parte del pecho.
El resto estaba escondido por la hoja de madera y al acercarme a el miró hacia ambos lados y tomándome desde la pretina de mi pantalón, me arrastró dentro de la sala.
Alli pude darme cuenta que el Profe.
de Artes Plásticas estaba vestido solo con camisa, corbata calcetines y zapatos.
Del resto de las ropas nada de nada.
Estaba desnudo de la cintura hacia abajo y exhibía una preciosa erección.
Yo me hice el sorprendido y trate de ponerme coloradito por la imagen que se me presentaba pero los ojos ya me brillaban de lujuria y quería ser culeado una vez mas por el profesor que tantas pajas y penetraciones con diferentes objetos me había costado.
Partió por besarme deliciosamente mientras me sacaba la ropa casi a tirones dejándome a mi también vestido solo con calcetines y zapatos.
Me sujetó con sus manos por los hombros y bajándome a la altura de su enhiesto falo me lo presentó frente a mi boca para que iniciara la sesión con una de las mamadas por las cuales ya me había hecho famoso.
Le practique una felación suave y profunda, el tiempo justo necesario para separarme de el cuando creí que eyacularía en mi boca.
Me puse doblado frente a el presentándole mi jugoso culito y cuando justo hubo entrado hasta el final de su verga, le dije que en las vacaciones de invierno me había acordado mucho de el, en especial cuando estaba siendo culeado a todo vapor por alguno de los albañiles.
Se positivamente que eso era mentira.
No me había acordado para nada de el pero sabía que su reacción sería cercana a los celos y que por tanto la culeada que me propinaría sería aún mas intensa.
Me apoyé en uno de los brazos de un antiguo sofá de cuero desgastado por los años y me relajé para disfrutar de la culeada que me estaba poniendo el profe que tantos desvelos me había provocado durante el año anterior
por no atreverme a coquetearle y dejarme montar por el.
De haber entrado el Inspector General o algún otro profe se habría encontrado con el grotesco espectáculo de ver a un alumno casi completamente desnudo exceptuando sus zapatos y calcetines apoyado en uno de los desvencijados muebles y con la colita parada y complaciente para recibir tras de el un profe muy guapo que le cogía desesperadamente vestido solo con su camisa y aserruchando a un chico mientras sujetaba su corbata con los dientes.
Tuvimos suerte ( o tal vez preparación por parte del profe ) pero nadie entró en esos momentos, lo que me permitió disfrutar de una buena, potente y jugosa cacha.
Ya casi al acabar, le abrace por encima de mi cabeza y mientras le besaba le pregunté si me había extrañado a lo que sólo respondió con un bufido y 4 o 5 empellones que me demostraron que mi adorado profesor había eyaculado dentro de mi.
una vez mas.
Cuando me sacó la verga desde dentro de mi cálido nidito de amor, numerosas gotas de su semen cayeron al piso con un arrítmico sonido quedando como mudas testigos del homosexual acto de amor entre un profe y su alumno adolecente.
Me di vueltas, le abracé y bese como si se tratase de una ocasión especial y mientras le decía al oído lo que iba yo a hacer para su deleite, me arrojé al piso en 4 patas y procedí a lamer desde el parqué de madera todo el jugo que había salido de mi cálido, flojito y trajinado recto.
Gota a gota paladee desde el suelo todo su semen mientras le miraba pícaramente hacia arriba como diciéndole tácitamente " esto no te lo había hecho nunca nadie".
Después me limpié la boca con el dorso de la mano y tomándolo agresivamente por el cuello le besé con restos de su semen en un concupiscente beso blanco que le dejó loco.
Yo sabía como debía tratar a mis machos para que cada dia quisiesen volver a follarme, sin importar las circunstancias que nos rodeaban.
Me gustaba saber que los tipos que me culeaban poco a poco se enamoraban de mi manera de follar.
Antes de vestirme me dio su pañuelo para que lo usase como una toalla higiénica femenina y evitase que su semen manchase mis pantalones, poniéndonos a los dos en evidencia.
Acto seguido me propinó un coqueto pellizco en una de mis turgentes y levantaditas nalgas mientras me decía despacito que me fuera a clases y que de tener problemas con el profesor que había comenzado la clase sin mi, le dijese que estaba en la Inspectoría General a instancias de un profesor.
Entré a clases sin mayor problema y al mencionar la mentira que causaba mi ausencia, el profesor movió la cabeza sin hacer mayores comentarios.
Yo creo que sospechaba los motivos de mi ausencia pero no hizo mayores comentarios, no obstante que durante la clase, su mirada se encontraba a cada rato con la mía lo que me llevó a maquinar que sería ese el próximo amante en disfrutar de mis favores sexuales.
Era un tipo mayor pero bastante guapo y casualmente su ramo era uno de los yo flaqueaba asi que, el que me culeara me traería aparejados dos beneficios.
Un nuevo macho para vaciar dentro de mi inagotable culito y un mejor promedio en ese ramo.
Terminé la mañana sin mayores sobresaltos y cuando llegaba a mi casa, se me acercaron dos de los empleados del servicentro diciéndome que estarían toda la tarde de turno por si yo quería bajar a compartir un rato con ellos.
Para que vean sin proponérmelo, ya tenía panorama sexual con dos machotes para la tarde hay que si bien la culeada que me propinó el profesor había sido jugosa, sabrosa y gentil, yo ansiaba ser taladrado por machos que me tratasen rudamente.
Mañana les cuento como fue ese episodio sexual con los empleados que me repasaron el culito.
Dolmance2016
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!