De regreso a Santiago y al cambio de turno , me entretengo en simultáneocon 5 empleados de la estacion de servicio.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como no tenía excusa para salir de mi casa alrededor de las veinte horas, le mostré a mamá algo de la plata en propinas que había ganado en la tarde surtiendo kerosene, limpiando ventanas e inflando llantas y le rogué que me dejara ir a un negocito de abastos que quedaba como a dos cuadras con el objeto de comprar algunas golosinas para que ella no tuviese que levantarse tan temprano para haceme los emparedados que llevaría a mi cole al día siguiente.
Medio a regañadientes aceptó que yo fuera a comprar pero que no me demorase mas de lo necesario en ir, comprar y regresar a casa.
Salí del departamentito corriendo a comprar al mercadito y elegí al azar cualquier golosina que me sirviese para justificar mi escapada cuando ya estaba de noche, considerando que aún era invierno y se oscurecía temprano.
Me regrese corriendo al cuarto de los lockers donde me habían dicho que me esperarían los empleados para darme una ración de sexo que hasta ese momento era desconocida para mi.
Había culeado con tres en simultáneo y con ocho en toda una tarde pero jamas se me había dado la oportunidad de culear con cinco machos bien cargados.
Agitado por la carrera, toque la puerta y entré al cuarto de los lockers que era donde los empleados se cambiaban de ropa.
Allí estaban a medio vestir, unos saliendo y otros entrando; cinco de los mas guapos empleados del servicentro.
Los dos que me habían hecho ver estrellas en la tarde y a quienes yo había dejado con las piernas tiritando y, otros 3 a quienes les correspondía trabajar el turno de noche y que yo suponía que estaban con su bolas bien cargadas de semen.
Los fui besando uno a uno, algunos en los labios tipo piquito, a otro en las mejillas ya que me constaba que no se sentía cómodo besando a otro hombre y que, me culeaba solo por que mi juvenil cuerpo aún no desarrollaba carteres sexuales de hombre y mis curvas eran bastante femeninas.
Pero, hubo dos a quienes besé con pasión metiendo toda mi lengua en su cavidad bucar para deleite de ellos.
a mi me gustaba y me recalentaba besar asi y ser besado como una mujer.
Me saque los pantalones y slip al igual que en la tarde y quedándome solo en polera me arrodillé frente a aquellos que estaban al igual que yo desnudos de la cintura hacia abajo y comence a practicarles sexo oral uno tras otro.
Los puse en redondo y fui zampándome sus vergas una a una.
Me esmeré en calentarlos a full y cuando uno quedaba desocupado de la deliciosa experiencia, se prendía de mis nalgas y comenzaba a besarlas y a mordisquearlas.
Incluso, dos de ellos me hicieron sendos besos negros minttas yo mamaba con fruición a sus otros tres colegas.
Cuando terminamos de dar y recibir sexo oral, me tendí sobre una larga banqueta que cruzaba la habitación de punta a punta y separando mis piernas me ofrecí sin ningu tipo de verguenza al primero de esos cinco machos que me quisiese tomar.
Paradojalmente fue aquel a quien no le gustaba besarme en la boca, por considerarlo una "mariconada" quien primero me tomó por los tobillos y levantandolos a la altura de sus hombros me propinó una profunda estocada con su verga que estaba a esas alturas dura como un fierro, sientiendo como su barra de carne me perforaba hasta lo mas profundo de mi intestino, donde se dedicó a culearme bien sabroso.
Sabía follar bien el tipo.
Me hacía gozar y por ese medio el también disfrutaba sin tapujos de la "mariconada" que estaba realizando.
Si bien el acto homosexual fue mas bien mecánico y sin ningún tipo de cariño, su acabada fue abundante y profunda lo que hizo que yo me tuviese que controlar para no eyacular en su vientre.
Me la sacó de un tirón arrastrando consigo una abundante cantidad de semen que se regó por el asiento de la banqueta.
No tuve que esperar nada cuando el segundo de los empleados aprovechando la pose en que yo había quedado, me sujetó a su vez por mis tobillos y me mando a guardar su verga dentro de mi jugoso recto.
Que delicia sentir como la verga del segundo de los machos resbalaba sin oposición hasta el fondo y continuaba culeándome como si el polvo hubiese sido uno solo sin interrupciones.
Los sonidos de chapoteo que salían de mi jugosos culito hizo que un segundo hombronazo se calentara a mas no poder y tomándome por la cabeza , me pusiera su verga en mi boca y me comenzara a hacer un delicioso y profundo "face fucking".
Ya tenía a dos disfrutando mientras otro par solo miraban , lo que me pareció un acto de egoísmo de mi parte por lo que medio incorporándome sujeté sus mastiles de carne y comence a hacerles a los dos una paja en simultáneo.
Me esmeré tanto en darles placer que, los cuatro hombretones acabaron casí al unísono.
Uno en mi jugoso culito, otro en mi garganta y los otros dos mientras eran mansturbados deliciosamente por lo que mi aparentemente frágil cuerpito quedó literalmente bañado en calido semen.
Mientras me limpiaba los restos de crema de macho que no había alcanzado a tragar, el primero que me culeó, aquel que consideraba que follar con hombres era una "mariconada" , se tendió de espaldas en la banca y acostándome sobre su pecho me la volvió a enterrar hasta lo mas profundo mientras invitaba a uno de los dos a quienes solo había hecho gozar con una paja, que me le metiera junto con el para practicarme entre ambos una "doble romana".
El segundo de los machos invadió mi cuerpo por encima de la verga del primero y entre ambos me comenzaron a culear como poseídos.
Esta vez si me besaron con lengua y poco les importó que yo no tuviese vagina sino un jugoso culito que les hacía llegar al paroxismo del placer.
Ya los tenía en mi poder, lo que hizo que yo me esmerase en hacerles gozar mientras ellos trataban de coordinar sus embates, yo aprietaba y soltaba mis esfínteres para hacerles conocer un placer que hasta alli les había sido vedado; llevandolos a acabar en menos toiempo del que a ellos les hubiese gustado y dejándolos laxos y sin aliento.
Los otros tres machos que observaban incrédulos el espectaculo que se ofrecía ante sus ojos, se acomodaron en la banqueta para hacerme un par de ellos a su vez una "doble romana".
Me senté sobre la verga de uno y me enterré su instrumento hasta lo mas al fondo que podía mientras con una de mis manos sujetaba al otro para guiarle también dentro de mi culito el que a esas alturas se encontraba absolutamente suelto por la cantidad de vergas que me había comido en tan poco rato.
La nueva pareja comenzó a culearme al revés que los primeros.
Yo me tendi de espaldas sobre el pecho de uno de los empleados y el segundo mientras subía mis pantorrillas, me culeaba a todo dar sujetándome de mis corvas, logrando que la verga del ultimo presionase deliciosamente mi juveníl prostata y me hiciese acabar a gemidos.
Ya poco me importaba que alguien de afuera me escuchara.
El placer de lo que estaba sintiendo superaba con creces cualquier tipo de escrúpulo o verguenza.
El empleado que quedaba sin culearme, se acercó por el costado y mientras me giraba mi cabeza hacia el, puso su verga en mi boca y comence en simultáneo con los otros dos a hacele una rica mamada, artes en las cuales yo sabía que era un experto por lo que le hice eyacular copiosamente mientras trabajosamente me comía todos su semen.
Los otros dos tipos acabaron casi al unísono dejandome repleto de semen hasta el mas recóndito espacio de mis intestinos.
Los tres jadeábamos como animales y mientras cada uno de ellos se iba retirando desde el interior de mi cuerpo, rios de semen oloroso se escurrían afuera por mi abierto anito.
Realmente había gozado a esos cinco machos repletos de semen y que se habían descargado uno a uno en mis interiores.
Yo había gozado hasta lo indecible y mientras me recuperaba de la experiencia vivida, uno de los machos de la tarde me tomó delicadamente en sus brazos y mientras me giraba para acostarme de pancita en la banqueta, con sus dos manos separaba mis gluteos y metiendo su boca en mi ominosa cavidad anal, comenzó a chupar todo el semen que escurría afuera de mi para, acto seguido, besarme con toda la lengua para hacerme compartir su semen y el de sus otros cuatro colegas en un delicioso " beso blanco".
Permanecimos un rato mas besándonos y explorando mis cavidades para, momwntos mas tarde mientras me pasaba una tohalla me comenzó a secar el semen que pringaba casi todo mi cuertpo.
Al consultarle el por que se tomaba tantos cuidados para conmigo, me confesó que le fascinaba culearme y comotal debía cuidarme para evitar que yo fuese sorprendido por mi mama y eso nos obligara a mudarnos de casa.
Pensé para mis adentros que este tipo se había enamorado y por tanto con el tenía aseguradas mir buenas raciones de semen fresquito y que sería el quien me trajese nuevos machos para disfrutar en grupo.
Lo bese en los labios tiernamente y mientras subía a mi depa.
para encontrarme con mi madre, comprobé que ella ya dormía y por tanto no sería capaz de notar el fuerte e innegable olor a semen que se desprendía de su adorado hijito.
Escriban y comenten
Dolmance2016
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!