De regreso del fútbol, mi tío me sigue dando placer. (Mi historia con mi tío IV)
Después de ser desvirgado, aún sigo disfrutando de los placeres del sexo..
Desde que el día de mi cumpleaños descubrí el placer de ser cogido, me di cuenta de que ansiaba cada noche coger con mi tío. Sin embargo, alguna que otra noche mi tío no podía ir a mi cuarto ya sea porque se iba de fiesta o porque no tenía ganas. Esas noches solo me hacían sentir mal.
Pero aparte de eso mi tío me complacía cada noche con sus «juegos» en dónde cogíamos como locos. Yo gemía despacio y sudaba mientras el me besaba la boca o me mordía suávemente el cuello, pero todas aquellas sesiones de placer habían sido de noche pues mi familia siempre está en casa, ya sea mi tío Jorge, mi mamá (pues no tengo papá), mis abuelos o mis hermanos menores y aprovechamos la oscuridad y el sueño de las noches para dar paso a nuestros deliciosos roces.
Un día todos en mi familia salieron a ver a una tía que vivía en una comunidad fuera de de la ciudad de Silao, llamada el Monte, todos tardarían allí pues aparte de que el viaje tarda al menos una hora, estarían con mi tía más allá de las 7 de la noche.
Me alegré cuando mi tío dijo que no quería ir pues tenía juego de fútbol, le rogué a mi mamá de que me dejara quedarme con mi tío, pero ella no aceptaba hasta que el le dice que me deje con el, que me cuidará y llevará al partido para que lo vea. Mi mamá más segura acepta pero con la condición de que me haga algo para comer en la tarde (pues en ese momento eran las 10 de la mañana).
Y pues todos excepto mi tío y yo sé fueron. Me dijo que me cambiara de ropa pues va a ir a jugar fútbol (a unas canchas en otra colonia) y quiere que lo acompañe. Yo enseguida subí a mi cuarto para cambiarme y en menos de cinco minutos ya estaba listo. Mi tío ya estaba con su uniforme en cuanto bajo me da un beso y me dice –no te desesperes Bryan, en cuanto lleguemos del partido vamos a jugar a lo de siempre. Me emocioné al escuchar eso y ambos nos fuimos.
El juego transcurrió normal, el equipo de mi tío iba perdiendo pero no pasó nada más. Bueno, solo paso de que algunos jugadores con el calor que hacía se quitaron la camisa entre ellos mi tío. Al ver a mi tío con su torso moreno desnudo y sudado de me paró mi penecito. Así siguió jugando dándome un adelanto de lo que vería al rato.
Termino el partido perdiendo el equipo de mi tío, cuando salimos le di un abrazo y le dije que me gustó cómo jugó. Enseguida nos fuimos a la casa sin detenernos.
Dentro, en cuanto mi tío cerró la puerta comenzamos a atacarnos a besos. A frotarnos nuestras lenguas y quitándonos la ropa. En cuanto mi tío me quitó la camisa se abalanzó a mi cuello y tetillas para morderlas suavemente y lamerlas. Después me bajo los pantalones y mis calzones dejándome solo con los zapatos, sin avisar se pone a chupar mi penecito de manera frenética en la que no tardé en dar un gemido agudo. Me sentía en el cielo, quería más, quería que jamás terminará esa chupada.
Después deja de chuparmela para voltearme y chupar mi culito haciendo énfasis en mi ano. De nuevo me siento en la gloria, y mi placer se eleva cuando me empieza a dedear con dos dedos rápidamente. Cómo no había nadie me puse a hacer gritos de placer y dolor pues no estaba acostumbrado a cómo movía los dedos mi tío. Los movía dentro de mi culo por todos lados abriéndomelo más. Al terminar me pone sus dedos en frente mío los cuales no dudo en chupar como si de una paleta de tratase.
En breve mi tío deja de hacer eso para desnudarse completamente. Me dice que haga lo mismo y me quitó los zapatos. Ya desnudo me avienta al sofá de la sala quedando en la pose del misionero dándome una estocada con su verga la cual entra de golpe. Yo solo pegué un grito fuerte de dolor. Antes mi tío había sido gentil, pero ahora parecía un animal hambriento de sexo. –¿Te está gustando pequeña perrita? Me pregunta mi tío a lo que asiento. Enseguida empieza su mete y saca de manera rápida, yo estaba que me moría del placer.
Solo gemía sin control deseando que esa cogida jamás terminara, mientras me seguia cogiendo mi tío me da una fuerte nalgada cuyo dolor me hace sacar lágrimas. Di un quejido diciéndole a mi tío porque me había nalgueado. –Es porque eres mi pequeña perrita, y su dueño debe educarla. No entendía del todo lo que dijo, yo solo quería que me siguiera cogiendo.
Seguían sus estocadas fuertes, mi culito se sentía caliente, derritiéndose. De nuevo sigue dándome nalgadas que me siguen molestando. Pero no le doy demasiada importancia pues mi tío me sigue cogiendo duro. Seguimos así por varios minutos hasta que se corre dentro de mi. Saca su verga de dentro mío y me la da para que se la limpie. Después de esa intensa cogida nos fuimos a bañar y seguimos el día como siempre.
Muy bueno este relato, muy excitante y caliente- Ojala haya otra parte. saludos me encanto.