De Viaje #3 Parte III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Hogan211.
Pues como les contaba, esa noche estaba abrazado dormido junto al hombre de mis sueños, nuestros cuerpos pegados, sujetos de la mano y con mi otra debajo de él acariciando su pecho. Aún al escribirlo me causa erecciones. No podía creer el sueño que estaba viviendo. Esa noche ya dormíamos, cuando sentí entrar por la puerta de la cabaña a Ray y a Gustavo. Escuche y vi de reojo como entraban al cuarto los dos y buscaban cosas en su maleta. Supuse que se ponían su pijama o desvestían que se yo, la verdad no me importaba lo que pasara en el mundo, yo era feliz con ese monumento entre mis brazos. Intente dormir, estaba muy cansado y contento, mis ojos ya me traicionaban, tenía demasiado sueño. Siento como Gustavo se mete en la cama sin hacer demasiado ruido. Y yo me pierdo entre sueños y realidades. De repente soñaba con presas pestañeaba y estaba otra vez en la habitación abrazado de mi hombre.
Al estar adormilado siento como alguien me toca delicadamente una nalga, pero el efecto del sueño no me deja concentrarme, tal vez era Javier quien me sujetaba la nalga, pero ¿CÓMO JAVIER IBA A TENER SUJETA MI NALGA SI SU MANO ESTABA ENTRE LA MIA Y LA OTRA ESTABA EN EL COLCHON? Fue cuando desperté y bien despierto. No me moví, quería saber que estaba pasando. Efectivamente, Gustavo estaba acariciando mi nalga sobre el bóxer y la sábana. ¿Qué estaba pasando? Era mi semana de suerte o qué? O de mala suerte? Ya no entendía. Quería que alguien me explicara porque Gustavo me agarraba la nalga? Sería su misma borrachez? Calentura? Drogas? Ganas? Estaba muy confundido. No sabía si dejarlo actuar y averiguar que pasaba o despertar y pedirle que parara. Decidí lo primero. Sentía su mano estrujarme la nalga, eso me estaba excitando y el único recompensado iba a ser Javier, ya que me encontraba yo completamente pegado a él, mi pene estaba acomodado sobre la línea que formaban aquellas montañas hermosas, perfectamente acomodado.
En ese momento sentí como su mano empezó a buscar algo que por supuesto no encontró, ya que se encontraba hundido entre las nalgas de Javier. Fue cuando Gustavo quito su mano y escuche que se rio bajito. Se acercó a mi oído y me dijo “Ahora entiendo todo”. Se alejó y ya no volvió a hacer nada. Era el final de todo, si Javier se enteraba de lo que estaba pasando iba a morirse, Gustavo era su mejor amigo desde hace años. Son inseparables y que él se enterara de esa manera de lo que Javier estaba viviendo y experimentando lo podía afectar y eso me iba a afectar a mí, porque por supuesto Javier no querría verme nunca jamás.
Esa noche ya no pude dormir del nerviosismo que sentía. “Ahora entiendo todo” que habría querido decir. Yo lo único que pedía era que su borrachez no le permitiera entender y suponer nada y que su actuar fuera del alguien que había consumido alcohol en exceso. No sé en qué momento me dormí. Gustavo, Javier y Ray dormían y roncaban sonoramente. Mientras mi corazón latía a mil por hora. Desperté en la mañana antes que todos. Javier y yo estábamos separados por supuesto, de hecho amanecí más cerca de Gustavo que de Javier. Corrí al baño para prepararme antes que todos. Tenía que estar listo para hablar con Javier, tenía que contarle todo lo que pasó, él debía prepararse para lo que iba a acontecer. Me apuro a bañarme cuando siento que se abre la puerta del baño, esperaba que fuera Javier, él no se desveló ni tomó alcohol como los otros, ellos debían de estar casi desmayados de sueño. Abro poquito la puerta para ver quién es, y veo a Gustavo bajando su bóxer y empieza a orinar. GUSTAVO!!!!!!
El desmayado en ese momento iba a ser yo. Pero debía disimular, que tal si Gustavo no recordaba nada y yo estaba haciendo mucho drama. Abrí un poco más la puerta y le pregunté: “Que tal su noche? Como les fue?” Gustavo volteo a verme entre lagañas y ojos apeñuscados, solo se rio y se salió, cerrando la puerta y dejándome con la pregunta en la boca. MALA SEÑAL. Estaba preparado para perder todo lo ganado con Javier, seguramente ese era el fin. Javier jamás iba a permitir que se dañe su reputación por una simple aventurilla, una calentura, o peor aún, una confusión. Me termine de bañar, me puse el bóxer y salí. Ya estaba Javier despierto viendo el techo y con una sonrisa en la cara, Gustavo dormidísimo.
Me acerco a mi maleta, tomo mi ropa y me acerco a la cama al lado de Javier, me acerco, no sin antes verificar que nadie estuviera despierto y le doy un beso, despacio, húmedo y tierno, el acostado y yo parado. Que guapo es Javier, que lástima que lo voy a perder, pienso. Lo suelto y le digo que se vaya a bañar.
Tenemos que estar todos en el lobby a las 9 en punto. Apenas eran las 7:15 am pero yo quería sacarlo de ese lugar lo más pronto posible. Javier se fue a bañar mientras yo me arreglaba. Ellos seguían dormidos. Mientras yo veo salir a Javier de la regadera envuelto en la cintura con una toalla. DIOS!!!!! Eso es un hombre, es mi hombre, ese hombre que había sido mío una noche antes. Mi pene se pone al pedo inmediatamente, mientras Javier me dedica una de esas sonrisas que me derriten. Siguió cambiándose y en cuestión de minutos, ya estábamos los dos listos saliendo de la cabaña. Antes de pasar a desayunar y al Lobby lo lleve al árbol de siempre. Fumamos un cigarro. Yo estaba muy nervioso, no sabía si contarle o no. Debía pero no me animaba. Platicamos de muchas cosas, de nosotros, de lo que había pasado, de lo que nos gustaba lo que había pasado, de lo que iba a pasar después de este viaje, fue en ese momento que decidí interrumpirlo e ir a desayunar, la conversación se estaba poniendo un poco tensa. Javier quería seguir conmigo después del viaje. Pero como qué? Novios? Amigos? Si vamos a seguirlo ocultando, no entendía para que continuar.
Llegamos al restaurante de las cabañas y ya estaba servido el buffete, nos servimos Javier y yo y fuimos a sentarnos a la misma mesa para 4, para que cuando Ray y Gustavo se levantaran y alistaran nos buscaran en el restaurante. Así desayunamos, entre risas, platicas cachondas, manoseo por debajo de la mesa, pequeños y fugaces besos, la verdad yo estaba muy contento. Terminamos el desayuno, verificando que nadie haya visto en nosotros ninguna actitud sospechosa, había muy poquita gente en el restaurante, supongo que todos habian ido a tomar la noche de anoche al igual que nuestros compañeros. Por eso la soledad. Acabamos y recibo una llamada a mi cel., checo y era GUSTAVO!!! Le contesto o no??? -pensé- Contesta! Me dijo Javier, fue cuando volví en sí. Javier me quito el teléfono y contesto el y yo entré en pánico total.
Gustavo: Hola nalgón, buenos días.
Javier: Hola
Gustavo: Oye no viste donde deje mi iPod, es que no la encuentre y no creo haberlo perdido en el bar ayer, no me acuerdo. O pregúntale a tu Javiercito…
Javier me paso el teléfono y su sonrisa se quito de la cara. Supuse que algo había dicho Gustavo que podía delatarnos. Le colgué a Gustavo y le pregunte a Javier que le había dicho. Creyó que yo era tu y me te dijo "nalgón" y al final me pregunto por su iPod y me dijo "si no pregúntale a tu Javiercito" está muy raro eso, nunca había dicho ninguna de las dos cosas.
Lo tomo del hombro, lo paro y le digo que salgamos. Nos vamos a una parte más alejada donde había unos arbustos y unos árboles, sabía que nadie nos iba a escuchar ahí. Y empiezo a contarle lo que pasó.
Yo: Javier la neta no te había querido decir nada porque me dio miedo. Pero anoche que pasó lo que ya sabes, cuando estabas dormido, yo seguí abrazado a ti, hasta que llegaron Ray y Gustavo. Yo estaba pues muy cerca de ti tapado completamente para que no vieran nada. Cuando siento que Gustavo se mete a la cama yo me quede dormido y al rato me levanté porque sentí que alguien me estaba agarrando la nalga, al principio pensé que eras tú, pero no, era él.
Veo su cara de incredulidad completa y continuo con la historia.
Yo: No supe que hacer me quede frio, y después el empezó….
Javier: Empezó a que?? -un poco más molesto-
Yo: Empezó a meter su mano para agarrarme el pito, y cuando lo quiso agarrar se dio cuenta que pues, yo lo tenía acomodado en tus nalgas, casi pegado.
Javier se tapó la cara con las manos y yo me quería morir. Se puso rojo, azul, amarillo, verde, de todos colores.
Yo: Después se me acercó al oído y me dijo, ahora entiendo todo. No sé qué pasó, ni que pensó ni nada. Yo pensé que estaba borracho y que no se iba a acordar pero ya veo que no fue así.
Ahora yo me tapo la cara con las manos y me siento en el piso, empiezo a llorar un poco, con mucho miedo por la reacción que Javier pueda tomar. Javier se sienta a un lado mío y pone su cabeza en mi hombro y me dijo algo que nunca pensé escuchar.
Javier: Ya veremos cómo salimos de esta.
No estaba molesto?? No me iba a mandar por un tubo?? Acaso todo iba por camino real?
Todo era muy confuso para mí, lo que si es que Javier con cada acción y palabra hacia que me empezara a enamorar un poco de él.
Lo único que pude reaccionar fue en darle un beso profundo y largo en los labios, probablemente de los últimos besos que le iba a poder dar.
Decidimos ir a la cabaña a enfrentar lo que fuera a pasar. Llegamos y no estaban ni Ray ni Gustavo, nos imaginamos que estaban desayunando o algo así. Ya eran casi las 9, la hora de la salida. Fuimos a tomar nuestras mochilas Javier y yo y nos dirigimos a los autobuses, probablemente ahí estaría Gustavo. Efectivamente llegamos y ahí estaban, los dos nos sonrieron y fueron a saludarnos como si NADA hubiera pasado. Me dijo que ya había encontrado el iPod, que estaba en la cocina de la cabaña. Esa llamada me sonó más a un pretexto que a un extravío real. Nos subimos al camión y el día paso como siempre, largo, cansado, triste, lluvioso esta vez y muy pero muy aburrido. Llegamos a las cabañas como a las 7 pm al otro día sería el último día de presa y de ahí tendríamos dos días de "días libres" para ir al rio, a unas cascadas y unas partes boscosas que había en la zona. Llegamos a la cabaña y yo me metí a bañar para estar listo para cualquier cosa, además que apestábamos como cerdos. Salí del baño y el desfile de pieles a todo lo que daba. Llevaba mis boxers ya puestos y la toalla envuelta en los hombros. Ray corrió a bañarse después. Es ahí cuando yo no esperaba lo que pasó.
Javier: A ver Gustavo, me vas a decir porque andas awitado conmigo. Según yo, no te he hecho nada. Crees que no me di cuenta que anduviste de mamón todo el día esquivándome y volteándome la cara, eres mi mejor amigo no mames, no nos queda a nosotros hacer eso. Que tienes?
Gustavo: No, nada.
Javier: Como que nada? Y todo el pancho de hoy?
Gustavo: No es nada neta, olvídalo.
Javier: Seguro? Porque yo no quiero perder tu amistad, te quiero un chingo cabron.
Gustavo hace como una pequeña risa de decepción, tristeza o que se yo y se sale afuera a fumar algo. Javier quería salir detrás de él.
Yo: Déjalo, hasta que el esté listo para decirnos lo que nos tiene que decir, no hay que presionarlo.
Javier: Pero es que no estoy dispuesto a perderlo a él… y menos a ti.
En ese momento mi corazón se hizo como un frijol de chiquito, oí como campanas y la neta, sentí las fregadas mariposas en la panza. Escuche ruidos de Ray y mejor nos acomodamos como si nada hubiera pasado. Esa noche decidimos salir a un bar cerca del hotel a tomar algo leve y regresar temprano. Fuimos los 4, Juan y Paco, dos amigos de dos cabañas de a lado, ambos iban con Javier en su salón, también me trataban bien, eran chidos.
Llegamos al bar y pedimos una cubeta con 12 para los 6. Le advertimos a Ray que no se pisteara tanto, que si no lo íbamos a dejar ahí si así lo hacía. Empezamos a tomar tres, cuatro cubetas, y la verdad yo ya me sentía muy mareado, veía que todos estaban ya borrachos. Tomé a Javier del hombro para no caerme y me acerque y le digo que voy a salirme tantito a fumar. Salgo del bar y volteo y detrás de mi estaba Gustavo.
Gustavo: Ya se te subió? No mames estoy bien mareado
Yo: La neta sí, ya ando pedo jajaja, tu?
Gustavo: Yo también ya me siento pedo. -Saca sus cigarros y empieza a fumar, yo saco el mio-
Nos quedamos en silencio mientras fumamos. Yo me le quedo viendo por unos 4 segundos…
Gustavo: Sabes que él es mi mejor amigo verdad?
Yo: Lo se
Gustavo: Lo conozco desde hace, no sé cuanto años, muchos, chingos. Lo quiero más que a mi propia familia.
Yo solo asiento.
Gustavo baja su mirada y empieza a reír quedamente. Gustavo: No sé cuando me empezó a gustar tanto.
Me quede frio. Peor que el frio de esa noche.
Gustavo: Es que es tan amable, tan bueno, tan guapo el cabrón, no puedo creer que un día se agarró a putazos con otros dos porque me robaron la patineta, jajaja. Ese cabrón, jaja no se cuando me enamoré como un pendejo de él. Es más no supe en qué momento me hice maricon, nunca había sentido por ningún bato eso. NADA, yo no soy joto. Que me pasa? Mi Charlie dime que me pasa?
Gustavo empieza a llorar un poco y se pone las manos en la cara. Yo me acerco y le paso el brazo por los hombros. Gustavo era gay también. INCREIBLE. Los dos hombres más sexys del viaje….
Yo: Tranquilo Gus, estas confundido, es normal. Tu eres una buena persona y nunca dudes de eso. No te sientas mal por lo que sientes. Qué bueno que lo estas sintiendo, tu tranquilo.
Gustavo: Anoche que los vi… entendí. "Ahora entiendo…". Ahora entiendo porque Javier te trata tan bien, porque no deja de hablar de ti y de presumirte, de mencionarte. Porque se la pasa más tiempo contigo que con nosotros. Porque me cambio el asiento para que fueras con él, porque sacó a Juanito del cuarto para meterte a ti. Yo no lo veía, ni lo entendía. Para mí siempre lo que él diga es ley y yo hago caso. Pero no entendía por qué. Qué suerte tienes Carlos, que suerte…
Se limpia la cara y se mete al bar otra vez. Yo me quede petrificado en ese lugar. No entendía cómo es que las cosas habían llegado hasta ese punto. Javier al no ver que regresábamos y que después Gustavo regresó solo, salió a buscarme.
Javier: Todo bien? Estas bien? Te dijo algo?
Yo: Sabes que Javi, mañana hablamos de eso. Yo creo que es hora de que nos vayamos todos. Ya es mucha peda por hoy.
Javier: Si tienes razón.
Vamos por los demás y nos paramos, ya habían pagado la cuenta mientras iban pidiendo cubetas. Gustavo se quedó al final y venía abrazado de Juanito. El era muy bajito y no estaba de malos bigotes, pero nunca como mis roomates.
Llegamos a las cabañas y nos empezamos a quitar la ropa sin mucho que hablar. Solo Ray hablaba, o lo que se le entendía, que la cascada a la que íbamos a ir estaba bien chida y bla bla bla. Gustavo se acostó en la cama de Ray y le pidió si podía dormir ahí, el no tuvo problemas. Javier y yo nos volteamos a ver, pero al final era su decisión.
Esa noche yo no creía que fuera a pasar NADA. Como iba a pasar con todo lo acontecido. Ese día había sido el más raro de todos. Yo me quedé dormido en algún momento de la noche. Cuando me despiertan agitandome, era Javier. Me da un beso en la boca y me habla al oido.
Javier: Carlitos levantate.
Yo me despierto
Yo: Que pasa?????
Javier: Vente vamos!
Yo: a donde?
Javier: No preguntes.
Me paro de la cama, ya Javier estaba con una chamarra gruesa y con la mía en la mano. Era todo un caballero mi Javi. Me la pone y salimos sin hacer nada de ruido de la cabaña.
Yo: Javier que haces? A donde vamos?
Javier: shtttt…
Caminamos por los arbustos y llegamos a una pequeña cabañita como para dos personas. Como a unos 40 metros de donde estaba nuestra cabaña. Javier saca la llave de su bolsa y yo no daba crédito.
Javier: La renté para que pudieras vernos a gusto. No iba a permitir que esta noche durmiéramos con frio verdad?
No espere a que cerrara la puerta cuando me le aventé encima. Lo besé tanto que no se cuanto tiempo paso de eso. Ya estaba cerrado todo, cortinas, puertas, ventanas y la chimenea cerquita de la cama prendida. Ya para eso Javier estaba con ese cuerpo monumental desnudo. Lo acosté sobre la cama y lo besé, los labios lentamente, uno por uno, le mordía cada una y daba pequeños jalones. Le besé las orejas, la nariz, los ojos, las mejillas, me baje a su cuello, le di pequeños besos y mordidas. Baje hasta su pecho, le tentaba su piel con la yema de mis dedos, delicadamente, haciéndolo sentir y vibra con cada roce, le besé cada pezón. Era tan guapo, tan varonil.
Me quede bastante en sus pezones, el disfrutaba podía verlo, sentirlo, oírlo… Bajé a su abdomen y le besé y lamí toda esa superficie plana, con apena un hilo imperceptible de bello debajo de su ombligo. Javier al sentir todas mis caricias no aguanto y me aventó contra la cama y empezó su juego, hacia el mismo recorrido, labios, cuellos, pezones y abdomen. Mi pene a punto de reventar, bajó mi bóxer y me volteo a ver y se rio. Yo deseaba que lo metiera YA en su boca, que lo hiciera parte de sus labios. Así lo hizo lo tomo e hizo los movimientos que más me gustan. El alcohol hizo que no terminara en ese mismo instante, estaba disfrutando enormemente pero no eyaculaba, bendito alcohol. 10 minutos de eso y yo quería reventar. Mis huevos estaban como olla exprés. A punto de explotar. Despegué a Javier y lo subí hacia mi boca. Nos besamos mucho rato y nos acariciamos otro más. Me acerco a su oído.
Yo: eres lo mejor que me ha pasado en mucho, mucho tiempo.
Eso yo creo que lo emociono de sobre manera, porque me empezó a besar intensamente. Yo estaba en el verdadero cielo. Javier se separa y saca del cajón una botella de lubricante. Este hombre tenía todo preparado!!! Me la da y toma poquita y se la embarra en la entrada de su ano y yo en el pene. Nos empezamos a besar y me recuesta en la cama. Se sube encima de mí, viéndonos de frente y el mismo empieza a introducirse mi pene. Yo ahora me sentía más allá del cielo. WOW! Que placer tan grande, el sentir las paredes de su esfínter, el ver su cara disfrutándolo me tenía en la locura completa. Empezó a cabalgarme, placer tras placer después de cada cabalgada. Estuvimos mucho tiempo así, disfrutando los dos. Lo levanté y lo acomodé de perrito y le metí el pene en esa posición. Mi favorita como siempre. Javier empezó a jadear y pujar mucho más fuerte. Esta vez estábamos alejados de todos, en un cuarto particular, se podía dar el lujo de hacerlo, pagó por ese placer. Como disfrutábamos, estuvimos cogiendo como por 3 años, o al menos eso sentía. No sé si habían sido segundos, minutos u horas, estábamos perdidos en el tiempo, en el éxtasis. Cambiamos como 12 veces de posiciones, hasta que yo ya no podía aguantar y me vine bramando como toro pesado. Lo ayude a venir también, casi terminamos juntos.
Caímos rendidos en la cama, sudados, cansados, pero felices. Era mi sueño perfecto. Nos besamos por mucho rato, nos dimos cuenta que ya casi eran las 6 am. Que teníamos que desayunar a las 8:30. Así nos quedamos desnudos, abrazados, nuestras piernas cruzadas, besándonos. No sé si a ustedes les pasé (hombres) pero después del sexo, sea con quien sea, quieres que la otra persona te deje en paz aunque sea por unos minutos, que no te toque, no te abrace ni nada. Con Javier no me pasaba, cada vez quería estar más cerca de él. Antes, entre y después de hacer el amor. "HACER EL AMOR" eso sentía yo, ya no era sólo sexo. Nos besamos y nos miramos fijamente por un rato.
Javier: Estoy muy contento.
Yo: Yo también, mucho muy contento.
Javier: Sólo me preocupa Gustavo, no quiero que estropee esto.
Yo: No creo que lo haga.
Javier: Por cierto, que te dijo anoche? Lo vi llorando
Yo: Ay Javi, no lo vas a creer.
Javier: Que pasa???
Yo: Gustavo está enamorado… de ti.
Javier: QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?
Esto es todo por este relato. Más adelante subo el siguiente. Javier se sorprendió enormemente por la noticia, pero más adelante sabrán que paso, los sorprendidos van a ser ustedes con lo que sucedió después.
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