De viaje #3 Parte VI
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Hogan211.
Le hablaba yo al oído mientras estaba penetrándolo.
La cabeza por fin entró completa y escuché un “emmmmm” de Juan.
La parte más complicada ya había pasado.
Ahora era cuestión de disfrutar, empecé a empujar poco a poco mi pene y el gemía de gusto, me arañaba los brazos, por fin Juan lo estaba disfrutando en serio.
Yo era la persona que lo estaba desvirgando, que placer haber sido yo, y que placer estaba sintiendo en mi pene.
Sentía que me oprimía, que me succionaba hacia dentro de él.
Era increíble la sensación que yo tenía.
Podía sentir las paredes de su ano aprisionando y masajeando mi pene, lo tallaba con su suavidad y a mí me daba un escalofrío que me llegaba hasta el cerebro.
Juan me estaba haciendo tocar las estrellas.
Abrí los ojos y vi a Juan mordiéndose los labios y con los ojos casi en blanco.
Creo estaba yo cumpliendo mi cometido, hacer que Juan disfrutara su primera vez por el culito.
Mi bombeo era muy intenso.
Juan me sujetó con sus piernas y brazos por el cuello.
Yo aproveché esta oportunidad y lo levanté de la cama sin sacarle mi pene.
Juan era mucho más liviano que Javier, eso ni loco podría hacerlo con mi Javi.
El era una piedra, un hombre lleno de musculos y digamos que yo no soy Hulk, no podría aguantar mucho.
Pero Juan era más delgado, más bajito que yo y claro más manejable.
Me senté en la cama enchufado de Juan.
Creo que esos movimientos lo volvían loco, me empezó a besar intensamente.
Ya sentado en la cama, lo sujeté de sus nalgas y lo empecé a levantar arriba hacia abajo, ese movimiento me estaba volviendo loco, sentía que me venía, ya de un momento a otro lo iba a hacer, y aún faltaba Javier, que iba a hacer????
Juan estaba vuelto loco también.
Me arañaba la espalda, los brazos, me mordía los labios, el pecho, me besaba el cuello, la boca, las orejas, me hablaba y pujia en el oído.
Esto me estaba excitando demasiado, se estaba saliendo de control.
Levanté nuevamente a Juan en el aire, ya que me puse de pie y lo llevé contra un pequeño mueble que había en la habitación.
Lo senté y ahí mismo empecé a bombear, esto estaba a punto de reventar, mi pene de verdad estaba que no podía más.
Le di unos cuantos metidas más y me vine sin poder evitarlo dentro de Juan, yo grité casi de placer, 20 segundos después Juan empezó a venirse también.
Sentí en mi panza moverse su pene y salir el chorro de semen que cayó entre ambos.
Nos quedamos abrazados como un minuto más, mientras mi pene volvía a la normalidad y salía de la prisión que era el culito de Juan.
Mientras seguíamos besándonos y nos tocábamos todo.
Volví a cargar a Juan y lo llevé hasta la cama.
Me recosté y seguía dentro de Juan, mi pene aún no perdía totalmente la dureza y Juan estaba sentado aún sobre mí, empezó a hacer movimientos de cabalgata, que me hacían rasgar las sábanas, había yo liberado gran cantidad de semen previamente y Juan seguía haciéndome arañar el mundo con ese culo.
Creo hasta el día de hoy ha sido uno de las mejores cogidas que he dado.
Había perdido totalmente la conciencia de que Javier y Gustavo estaban en la misma habitación, voltee hacia un lado y vi que Javier estaba boca abajo, mientras Gustavo le lamía sus nalgas, yo creo el plan de Gustavo era penetrar a Javier, yo solo los empecé a observar.
Juan se salió de mí por fin y se recostó por un lado, muy cerca y me abrazó por la cintura.
Mi atención estaba en Gustavo y Javier.
Gustavo tenía el pene a tope mientras lamia la entrada del ano de Javier y acercaba su pene a la entrada de Javier, intentando penetrarlo.
Yo me levanté y me puse atrás de Gustavo.
Puse mi pene rozando sus nalgas, el volteo y me vio, puse mi mano en su abdomen y la otra en sus labios, los rozaba con mis dedos.
Le tocaba sus pezones y bajaba por la línea de sus abdominales, le pegaba totalmente mi pene en sus nalgas, el las hacía para atrás y las movía un poco para activar mi pene.
El intentaba besarme y yo le besaba el cuello por atrás, no permitía que alcanzara mi boca.
La verdad es que no tenía intención de que Gustavo tocara a Javier.
Él era mío y solo mío.
Yo vi que Javier volteó a ver porque Gustavo había frenado sus lengüetazos y pude notar unos ojos llenos de agua.
Como si hubiera soltado unas lágrimas.
Juan se levantó y se hincó junto a Gustavo y le empezó a besar la boca, con mis dedos entre los labios de ambos.
Gustavo le sujetó el pene y este reaccionó.
Juan también le tocó el pene a Gustavo y empezaron a masturbarse y besarse.
Juan jaló a Gustavo hacia el lado de la cama donde había estado antes.
Javier seguía con la cara metida en la almohada, acostado boca abajo, con sus nalgas expuestas un poco paradas, al servicio de Gustavo.
Yo empecé a gatear sobre él y puse mi pene en sus nalgas y mi pecho en su espalda, mi boca muy cerca del oído.
Yo: ¿estás bien?
No hubo respuesta.
Sentí que me aventaba un poco con su hombro.
Yo: Amor ¿estás bien?
Nada.
Le besé su espalda, su cuello, le pasaba mi pene por sus nalgas.
Mis dedos por su cabello.
Recorrí con mis labios su espina dorsal hasta llegar a sus nalgas, las besé un poco, bajé hasta donde se acaban sus nalgas, esa línea hermosa entre piernas y glúteos.
Las besé.
Subí nuevamente hasta su cuello.
Pasé mis brazos por debajo de sus axilas y puse mis manos en su pecho.
Lo abracé fuertemente y no había respuesta.
Nuevamente me acerqué a su oído.
Yo: Mi amor, me acompañas afuera.
Javier: No, gracias.
Yo: Es importante, me acompañas afuera por favor.
Javier dijo que no con la cabeza.
Saqué mis brazos de con él, me levanté y fui al baño.
Estaba desconcertado y un poco molesto.
Yo sabía que tenía Javier.
Era normal.
Le pasó lo mismo que a mí cuando vi a Gustavo intentado penetrarlo.
Aproveché que me levanté y fui al baño.
Me costó orinar por esa venida tan glorias que había tenido.
Me lavé un poco la cara y los dientes.
Me puse desodorante y un poco de loción.
El cuarto olía demasiado a sexo, que ese pequeño toque podía hacer la diferencia.
Cuando volví Juan y Gustavo estaban abrazados en la cama desnudos y a punto de dormir.
Javie a la orilla dormido y cubierto con una cobija.
Pensé en lo peor, pero decidí dejar las cosas como estaban esa noche y me recosté en el suelo, en la alfombra, desnudo como estaba.
No queria molestar a Javier.
El lo notó y me dijo.
Javier: No seas ridiculo y ven acá a la cama Carlos.
Yo: Aquí estoy bien, gracias.
Javier: Vienes acá o yo me voy allá contigo.
Me levanté de inmediato y me recosté junto a él.
No lo toqué en ningun momento.
Estaba mucho más cerca de JAvier que de los otros dos, pero aún así nuestros cuerpos estaban separados.
Juan tenía abrazado a Gustavo de los hombros y con la mano que le quedaba libre, empezó a urgar en la obscuridad de la habitación y entre las sabanas a mi pito.
Lo encontró y yo de inmediato le quité la mano.
NO quería ningun conflicto más con Javier.
El entendió el mensaje y se acomodó de cuchara con Gustavo.
Javier no soportó más y se acostó muy cerca de mi.
Me tomó de la mano y me obligó a abrazarlo por la cintura.
En ese momento sabía que las cosas no estaban tan mal.
Me pegó sus nalgas a mi pene y los dos dormimos abrazados.
Les hjuro que no podía dormir.
Tan solo de pensar todo lo que habiamos pasado esa noche, me volvia a poner tieso el mástil.
Javier fue el primero en darse cuenta.
Pues mi pene se encontraba acomodado en su raya.
Javier: Vale más que empieces a pensar en otra cosa, porque ya es tarde y hay que dormir Carlitos.
Yo: Si mi amor.
Lo que tu digas.
Le besé la boca y el soltó una breve carcajada y cerró los ojos nuevamente.
Esa noche dormimos como nunca.
El cansancio me dominó.
Habia sido una gran noche y yo la verdad estaba agotado.
No se imaginan lo que pasó a la mañana siguiente.
Continuará.
Que paso después sube la continuación de la historia por favor quisiera leer esa continuación
Espero la continuación tu relato fue muy bueno