De viaje con un amigo
¡Hola! Me llamo Ricardo y hoy vengo a contarles la historia de un viaje que me hizo querer conocer el Sur de México más profundamente (Introducción, no hay sexo en esta parte)..
Primero que nada, me voy a presentar: Tengo 25 años, soy originario de Zapata, Tabasco. Mido 1.70m, soy de piel muy blanca y por alguna extraña combinación genética soy pelirrojo, de los pocos que habemos en México.
Soy de complexión delgada de toda la vida, pero desde que empecé a adentrarme en el mundo del porno y descubrir que los cuerpos que más le gustan a otros hombres, decidí meterme al gimnasio como a mis 17 años, pero nunca me he matado. Tengo los brazos algo marcados, al igual que el abdomen y pecho. Pero estos años me he enfocado en hacer crecer mis nalgas y piernas, eso me ha ayudado mucho. La verdad nunca me he considerado guapo, pero siempre me dicen que mi nariz es muy bonita e inclusive me preguntan si es operada.
Actualmente trabajo en una empresa de paquetería que hace envíos a toda la República Mexicana. Soy administrativo, básicamente mi trabajo es ver que todo salga y todo llegue a su destino.
En los dos años que llevo aquí me hice muy amigo de Alberto, uno de los repartidores. Él es mayor que yo, tiene 30 años y es todo lo opuesto a mi. Somos de la misma altura, pero él es moreno y por estar bajo el sol todo el día, su piel está más morena. Es un hombre de complexión media, con el uniforme de trabajo se ven siempre sus brazos muy velludos y fuertes. No tiene el mejor cuerpo del mundo, tiene pancita, pero se ve que más joven era fan del ejercicio.
Regularmente Alberto ocupa toda la zona de Tabasco y un poco de Veracruz, realmente lo veo muy poco en las oficinas, pero cuando está en la ciudad, salimos a comer juntos o a tomar unas cervezas. Nuestra relación es de amistad total, sin morbo ni nada de por medio. Hasta donde me ha contado es 100% heterosexual, pero al momento anda soltero, aunque no le faltan aventuras de una noche (o día), especialmente en Villahermosa y Veracruz.
Recuerdo muy bien que un martes llegó y me preguntó que si quería ir a comer algo a la cocina económica que se encuentra a unas cuadras de las oficinas. Sin pensarlo le dije que sí.
Llegó la hora de la comida y nos dirigimos a comer. Durante la comida platicamos de cosas sin sentido, hasta que me contó que tenía que realizar un viaje de aproximadamente una semana para ir a Campeche, Yucatán y Quintana Roo para ver unos asuntos legales familiares.
Yo sabía que su abuelita había fallecido unas semanas antes y como siempre, hay que ver todos los trámites legales que siempre son fastidiosos.
Me preguntó que si le podía acompañar a hacer el viaje, ya que no está familiarizado con esas carreteras y sería probable que tuviese que manejar día y noche para poder terminar con todas las vueltas.
Se me hacía una petición extraña, parte de mí de verdad quería ir, pero otra parte de mi tenía dudas al respecto. Además, tenía que hablar todavía con mi jefe para pedir el permiso correspondiente.
Alberto estuvo muy insistente así que decidí hablar con mi jefe tan pronto como terminamos de comer. Mi jefe me dijo que no había ningún problema por tomarme los días sin paga, o que podría dármelos con media paga si llevaba mi computadora y prometía estar pendiente. Evidentemente preferí la segunda opción.
Le avisé a Alberto que me habían dado el permiso de salir, él se emocionó mucho y me dijo que me prepare para salir el jueves a las 6am para poder llegar a Ciudad del Carmen, Campeche, aproximadamente a las 10am.
No me encantaba la idea de madrugar, pero tenía un buen presentimiento de esta experiencia.
Hola,me gustan tus relatos, me gustaría conocerte
Como te puedo contactar?