Dejándose llevar: Miguel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Crazzy.
Mi nombre es Gabriel, vivo en una gran metrópoli de nombre Guadalajara, llegue a esta ciudad cuando cumplía mi diez y ochava primavera. Desde siempre estuve consiente de mi gusto por los hombres, pero no fue hasta que cumplí los 23 años cuando empecé a descubrir sus placeres y una vez descubiertos en lugar de ir lento pise el acelerador a fondo.
Recuerdo con especial gusto mis primeros roces con un chico de mi edad, quizás un año menor o mayor, lo conocí en un empleo en tienda departamental, ambos éramos de ventas; el de piel trigueña, delgado, labios delgados, ojos castaños y un pelo corto casi al ras, yo por el contrario soy velludo, moreno, labios gruesos ojos cafés, atractivo a mi modo, muy social desde siempre. Él por el contrario es más reservado y callado. Desde la sala de contratación hicimos química, tímidos al hablarnos y al acercarnos.
-Me llamo miguel ¿para qué departamento vas? pregunto intrigado, ventas le respondí, un poco cautivado debo admitir. Él sonrió y se alegró de que coincidiéramos, platicamos un poco, me conto que trabajaba por ahora no podía estudiar, por otro lado para mí era mi única opción en ese momento ganarme la vida de alguna manera.
Desde el primer día de capacitación el supervisor nos bautizó como el batí equipo, ninguno salía a ningún lado sin el otro, los supervisores no nos separaban por el buen equipo que hacíamos. Poco a poco se fue desenvolviendo bromeábamos, jugábamos y era entre esos juegos que las caricias se iban intensificando.
Me viene a la mente una ovación que nos castigaron y nos mandaron a acomodar almacén, una vieja bodega detrás de la tienda llena de cartones y mercancía que jamás se vendió, ni se vendería.
-Como que esto está de flojera, deberíamos dormir un rato- dije sin mucho ánimo de recoger el cartón regado por el piso, me tire en un montón de cartones con los brazos cruzados sobre la cabeza.
– bien si insistes- entre risas se acomodó de un salto al lado mío, pero el cálculo mal de distancias hizo que los dos nos cayéramos de la torre de cartones quedando un poco enterrados y su cuerpo sobre el mío.
-¡que puto! ¿Quieres que te toque?- dije apenas reaccione, dije entre risas mientras le manoseaba el pecho, en un forcejeo quito mis manos y dimos una vuelta, ahora yo estaba encima de él.
-si querías manosearme, mínimo una chela- dijo entre risas mientras disimuladamente nuestros paquetes se rosaban entre sí.
-serás puto-dije apartándome.
A partir de ese momento los días se volvieron en un juego de agarrones de paquete, llegues, nalgadas, comentarios sexosos, señas obscenas, lejos de ser una historia romántica aquello se comenzó a tornar de un modo más morboso y de exploración.
-En otra ocasión haciendo el inventario, intentando mover mercancía resbale quedando atorado en uno de los anaqueles con pompa al aire, hay me encontraba yo con el culo empinado y buscando la manera de zafarme, cuando escuche sus pasos.
-wey no andes de ofrecido, qué urgido-
-¡cállate puto! y ayúdame a salir de aquí.
-nel we si me lo estás dando lo tengo que tomar- dijo a la vez que se colocaba detrás de mí y pegaba su paquete en mi culo- a pesar de la mezclilla se sentía caliente y palpitante, solo lo re pego por un momento
-he puto hazte para haya- forceje un poco intentando esconder que no me gustaba, solo al escuchar sus palabras mi corazón se aceleró y empezó a disparar sangre a todo el cuerpo poniendo duro cada una de mis extremidades, mi verga estaba amenazando con escapar de mis pantalones en cualquier momento. Él se acercó y fingió que me cogía dando cabezazos en mi culo y nalgueando como si me cogiera, yo forcejeaba y el meneaba sus caderas. No sé cuánto duro aquello pudieron ser segundo o horas, para mí solo fue un placer fugaz que me abrazaba como el fuego consumiendo el papel y fue quebrantados por unos pasos.
En cuanto los escucho, me jalo hacia arriba intentando zafarme, por la fuerza caímos los dos al piso y soltamos las carcajada el supervisor que nos interrumpió simplemente gruño que dejáramos de hacernos pendejos y termináramos con lo asignado.
Días después le ayude a cambiar unas cosas de su padre de casa y en cuanto estuvimos solos lo empine en un forcejeo y comencé a hacer como si me lo cogiera sujetándolo de la cadera arrimando mi verga a su culo.
Todo quedo en risas, ese día quedamos en salir con los chicos del trabajo; él se veía impecable, unos jans ajustados color negro una camisa a cuadros abierta hasta el pecho y su hermosa sonrisa.
-Te ves como para romperte el culo- le dije cuando lo vi
-ya quisieras puton- respondió entre risas.
La noche fue amena, platica y risas, se nos subieron un poco, por decir algo las copas, quedamos unos cuatro al final y comenzamos a jugar verdad o reto, verdades salieron a la luz, me retaron a besarlo, nos besamos. No fue un beso tierno, si no uno seco sin chiste. Eran cerca de las 3am de la madrugada cuando nos retiramos del lugar, los otros querían seguir la fiesta en un antro pero ya andamos bastante ebrios o solo queríamos estar solos y quien sabe, el alcohol nos daba las ideas y el valor.
-wey! que pendejo, deje las llaves de mi casa y si despierto a mis papas me van a matar-dijo todo preocupado mientras se buscaba por las bolsas
– ¡no mames cabrán!-dije yo- ¿no es una excusa para pasar la noche en mi casa? puton- dije entre risas mientras le daba un golpe en el brazo.
-wey si no quieres te llevo a un motel- sentencio
-jodete ya quieras, pues pasa la noche en mi casa sabes que no hay pedo- le dije resignado y un poco emocionado, no tenía planes solo era la idea de ayudar a un amigo.
El viaje de ida nos tomó unos 20 minutos mientras platicábamos de cosas triviales, nos dejó el taxi a unas cuadras de la casa, llegamos a un 7eleven a comprar cigarros, y caminábamos en las calles ocultas por la oscuridad
-wey ¿verdad o reto?-dijo juguetón
-no mames ya terminamos de jugar-
-verdad o reto
-am verdad
-Una fantasía que tengas. Pensé un rato y lo que se me ocurrió fue decir que me la chuparan en la calle. Se rio caminamos unos metros cuando el valor del alcohol salto
-Verdad o reto- mate el silencio por fin
-reto…-dijo nervioso.
Camine hasta un carro aparcado debajo de un árbol done estaba oscuro y las luces de las farolas no llegaban y no transitaban autos.
-chúpamela- dije jugando
-¡no mames cabron! -se rio incrédulo
-tu comenzaste a jugar- me la saque en medio de la calle. Dudo unos segundos antes de arrodillarse y metérsela en la boca
sus labios comenzaron a engullirla, algo torpe pero excitante, le acariciaba la cabellera mientras dejaba escapara uno que otro pujido.
-eres un cabron!- dijo cuándo se puso de pie-ya vamos quiero dormir.
-espera-lo detuve del brazo al tiempo que lo lanzaba al carro donde estaba yo- las chupas rico nos reímos y se me quedo viendo en silencio. Me arrodille sin decir nada, él se desabrocho el pantalón y entendió que quería corresponderle. Deslice su bóxer rojo hacia abajo y salto hacia mi aquel gigante de un ojo, lleno de vena, lambí desde el tronco hasta la cabeza que abrase con mis labios y lentamente comencé un entra-sale y jugaba con mi lengua, el pujaba, con una de mis manos acariciaba sus huevos y con otra rodeaba la base de su pene.
-Hijos de puta!! Par de maricones- se escuchó de un segundo piso la voz de un viejo cuando encendía la luz de su recamara.
Sin pensarlo salimos corriendo, Miguel aun con el pantalón desbrochado. Nos detuvimos un par de calles adelante y solo reímos.
-pasa un cigarro para quitarme el mal sabor de boca-le extendí la mano buscando el tabaco.
Solo se rio y encendió uno el resto del camino solo fueron miradas traviesas y cómplices como de niños que acaban de hacer una travesura.
Cuando llegamos a mi casa le pregunte que si quería algo e cenar, solo dijo que quería dormir, nos fuimos a mi cuarto y le advertí que solo tenía una cama individual, le ofrecí inflar un colchón-
-wey nos la acabamos de chupar y te da miedo que te de unos lleguesillos- dijo en broma y se tiro a la cama, le di la razón, me desvestí quedando solo en bóxer cachetero, el me imito.
Se le notaba un paquete aun erecto, lo vi de reojo nunca directo, lo descubrí mirandome.me agarre el bulto y le dije
-Que ya te dio curiosidad?-
-we te ves potente pero no más que yo- se agarró el paquete.
-¡¿quieres comparar o qué?¡- rete se la saco dejándola ver, él es casi lampiño sin un pelo lo tenía enfrente con su cuerpo bronceado y una verga apuntando hacia arriba, me acerque a el e hice lo mismo, los dos desnudos nos quedamos por un momento viéndonos a los ojos y cuando reaccione estaba metiendo mi lengua en su boca y mis manos en su culo, nuestras vergas peleaban dándose rosos, sus manos recorrían todo mi cuerpo, tocaban mis piernas, nalgas, yo hacia lo mismo lo tire en la cama y camine con las piernas abiertas hasta llegar a su boca, di unos vergasos en su cara y sonreí con malicia.
-chupa-el me miro y puso esa sonrisa de travieso y se la metió en la boca, primero la cabeza, soltaba pujidos y lo guiaba de la mano sujetando su nuca, sus manos inquietas recorrían mis piernas y luego mis nalgas, estaba perdido en ese escalofrió de placer y frenesí alcohólico, su duras manos se perdieron entre mis nalgas.
En cuanto uno de sus dedos toco mi ano un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me despego de la tierra, imposible no soltar un gemido.
Baje un poco mientras el subía besando mi pecho hasta llegar al cuello y luego de nuevo nuestras bocas se encontraron y forcejearon por el control, las lenguas chocaban y los labios chupaban una y otra vez, quede con mis piernas rodeando su cintura, sus brazos me rodeaban. Su verga erecta y palpitante quedo entre mis nalgas, lo jale de la nuca y lo obligue a verme a los ojos, comencé a menarme, sus manos hicieron un sándwich con mis nalgas envolviendo a su virilidad. Suavemente el masaje aumentamos el rito un poco y de nuevo me beso el cuello con lujuria, uno de sus dedos se dedicó a explorar mi virgen ano y de un momento invadió mi interior, pasaron minutos que sentí como segundo cuando me detuvo y me miro.
-¿quieres que …?-Lo interrumpí con un beso dándole acceso, nuestros cuerpos sudados se rosaban y cantaban en cada golpe, entre la penumbra de la noche, solo alumbrados por la farola que se metía furtiva por la ventana mostraba las muecas y las cubras de nuestras carnes ardiendo. Me estire al cajón a un lado de la cama, y saque un condón lo abrí y se lo di, luego sentí su cabeza en mi entrada, lo veía con preocupación solo sonreí y el arrempujo, su cabeza entro y el dolor se esparció en mi rostro, intento sacarla y lleve mi mano a su verga y la guie, poco a poco el fuego de la entre pierna de Miguel tomo mi interior, nos quedamos abrazados por unos instantes, sentía su corazón y el mío latir a contra parte.
Comencé a moverle lento para acostumbrarme, el gemía, no tenía experiencia pero recordaba las películas porno que había visto e imitaba sus movimientos suaves de cadera, comencé un lento sube y baja y el hizo lo mismo con sus caderas poco a poco sus movimientos y los míos aceleraron el ritmo y los sollozos y gemidos llenaban la atmosfera, sentía su cuerpo estremecerse debajo del mío y su sangre recorrer inundando de energía nuestros cuerpos. Se levantó y me hizo quedar debajo de él y yo con las piernas abiertas ahora embestía con fuerza y el ritmo aumento, escuchaba sus huevos chocar con mis nalgas una y otra vez hasta que sus brazos rodearon mi espalda y su cara quedo en mi oído.
Lo escuchaba gemir y sollozar, mis labios no dejaban de hacer lo mismo, solo sus caderas eran insaciables. El ritmo aumento y en un abrazo con fuerza sentí como un escalofrió nos recorría de la punta de los pies hasta estallar en un gemido de placer, cayo rendido sobre mí y yo intentaba recobrar la compostura y la temblorosa del cuerpo, nos quedamos así solo abrazados por unos minutos.
Lo bese un poco y sonreí estire mi mano y saque un condón más del mismo cajón, se rio como si hubiera entendido que no iba a quedar con las ganas, lo puse boca abajo y él levanto su culo, puse un almohada debajo de su abdomen para que fuera más fácil, bese su nuca y su espalda, abrí sus pequeñas y redondas nalgas, firmes y suaves sin ningún vello, comencé masajeando su ano, que se palpitaba y ardía con fuerza, un escupitajo para lubricar e introducir un dedos en forma circular, en cuanto sentí su interior él gimió y se retorció un poco, un segundo dedo para ampliar el camino y se erizaba como pidiendo sentirme de una vez por todas, ninguno decía nada, más que el lenguaje del placer y de nuestros cuerpos era lo único con lo que nos comunicábamos.
Abrí sus manos y puse mi cabeza preparada como una flecha para entrar a su ser, lentamente fue su culo cubriendo mi verga, cuando no se introdujo más, me detuve, podía ver su cara de dolor aun que estuviera de espaldas, sacaba y metía mi verga una y otra vez, paciente hasta que de un golpe se la metí hasta el fondo, soltó una maldición y me quede quieto, un poco para que se acostumbrara, su culo comenzó a moverse y yo a seguir el ritmo perforando, primero despacio sacándola completa y retacándosela de nuevo, así y otra vez, disfrutaba escuchar como mis huevos chocar con sus nalgas, debes en cuando soltaba una nalgada y el un gemido y una risilla.
Metí mi mano debajo de su abdomen y él se postro de perrito comencé a envestirlo con más fuerza cada impulso, sentir su culo abrazando mi vega hacían que aumentara cada vez más y más, pose mis manos en sus espalda y no daba con toda mi fuerza cada ida y venida de su culo, cuando no pude más se la saque del culo y me vine como loco en su espalda, caí rendido sudando a su lado, nos besamos y nos quedamos abrazado hasta dormirnos.
Por la mañana el sol nos despertó, el efecto del alcohol ya se había evaporado y su cuerpo ágil y bello era acariciado por el sol, me dolían los músculos pero estaba contento, estaba dormido de espalda y me acomode de cucharita, estaba despierto cuando su mano se fue a mi verga y la puso entre sus nalgas, nos quedamos así solo abrazados y dejando que la mañana corriera.
Nunca dijimos nada, ni comentamos del tema, hasta la fecha seguimos siendo buenos amigos, pero no fue la única vez que pasamos una noche así.
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