DEPREDADOR (3) Tiago el Brasileño 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ZLASKO.
DEPREDADOR (3)
Tiago el Brasileño 2
– Joder tíos.
¡Que pasada de polvazo.
Uffff!.
Ha sido alucinante y bueno.
pero bueno de verdad.
Eres un máquina Luis dando placer, y tu Tiago no te quedas atrás, menudo pollón te gastas cabrón.
no veas como me has dejado el culo tío, y eso que estoy acostumbrado a que me la metán por el culo, y me fóllen a saco.
pero tu polla colega, es enorme.
–
– Es la polla que me tocó cuando las repartieron, Jajaja.
gracias chaval, y me alegro de que te guste.
La tuya tampoco está mal que digamos, aúque no te voy a mentir.
yo prefiero quedarme tu culo, jajaja.
–
– Yo te lo regalo, si tu y Luis me regalaís vuestros pollones, jajaja.
Bueno tíos, me tengo que ir, que mañana es Lunes y tengo clase a primera hora.
Lo dicho, ha sido fantastico lo esta noche, y ya lo repetiremos otra vez con más tiempo.
Bye
Cuando Angel se salió del bar, cerré la puerta y fuí hacía la barra para preparar unos cubatas.
Los cargué bien de alcohol y al de Tiago, le eché dentro del vaso un regalito de los mios.
Nos sentamos en los sillones a fumarnos el porrito de mi compañero, mientras hablabamos y nos tomábamos la copa.
Al minuto, ya estabamos más que calientes y empalmados otra vez, con las pollas duras como estacas, y con ciego del copón super guapísimo.
– Menudo putón está hecho el niñato.
pffff, menuda pieza.
Por cierto Luis, antes cuando fuiste al servicio a mear y el chaval se estaba vistiendo, me ha dicho que lo de follar era solo contigo, y que verme a mi quedarme en el bar con vosotros, fue toda una sorpresa para él.
Aunque me ha comentado que le ha gustado mucho.
–
– Jejeje.
Ya, bueno.
¿Y a ti, te ha gustado quedarte Tiago? –
– He flipado colega, y he disfrutado como nunca, pero esa no es la cuestión Luis.
Si querías follar conmigo, habérmelo dicho tío.
–
– ¿Y Habrías follado conmigo, si te lo hubiera pedido? –
– Pues claro joder.
si estaba deseándolo tío.
O que te crees, ¿Qué siendo virgen del culo, voy a dejar a cualquiera que me meta la polla, y me reviente el ano como tú has hecho esta noche?.
¿Eh?.
Desde que Andy me dijo que habiaís follado, y me comentó lo grande que tenías la polla y lo bien que se lo había pasado, llevo dos semanas insinuándome y provocándote en el almacén cuando nos cambiamos de ropa, y nada colega.
Así que pensé que yo no te interesaba, o que no te gustaba como prototipo de tío que a ti te van.
–
– Eres idiota Tiago, claro que me gustas.
y claro que me he dado cuenta tío.
Digamos que estaba esperando el momento adecuado.
como ahora chaval.
Pero si me paso el día centrado en mirarte el culo, e imaginándome las mil maneras de follártelo.
Uffff, y tirarme a gusto ese culito que tienes.
–
– ¿SÍ?.
¿Me miras el culo cuando nos cambiamos, y te imaginas como me lo follarías?.
¡Uffff.
Que morbazo colega!.
Pues yo te miro el paquete y fantaseo que me arrodillo allí mismo, y te chupo la polla que escondes en el calzoncillo.
¿Sabes?, esto no lo sabe nadie, pero muchas veces, cuando estoy chupándole la polla a mi novio, cierro los ojos y me imagino que la polla que estoy chupando es la tuya.
y que conste, esto te lo cuento Luis, por qué estoy muy colocado, ciego y muy caliente.
–
– Bueno, colega, no tiene nada de malo que me lo hayas dicho, al contrarío, me pones a mil por hora el que me lo cuentes.
(Acercando mi cara a la suya) Y digo yo, después de sincerarnos un poco.
¿Vas a ser hoy mi putita, y me dejarás que sea tu macho? –
– ¡Mmmmm!.
Siiiii.
Mi macho.
¿Y que me va a hacer mi macho? –
Lo levanté del sillón de un tirón y me lo subí en brazos, poniendo su entre pierna pegada a mi abdomen, mientras él me rodeaba la cintura con sus piernas.
Lo llevé agarrado a mi hasta la barra, mientras nos ibamos besando, y lo senté encima bien espatarrado.
Cogí un tarrito de poper´s de los que vendemos en el bar, le quité el tapón, dí un par de olizcadas y se lo pasé abierto a Tiago para que también lo oliera.
El subidón fue apoteosico y bestial, agarré su pollón con la boca sujetándome a sus muslos con mis manos, y comencé a devorarlo como un puto salvaje.
Subía y bajaba mi cabeza a una velocidad de vértigo, mamándole la polla sin parar, sin descanso, y sin detenerme por nada.
Tiago olía poper´s continuamente sin pausa, y con cada exhalación que daba se retorcía de gusto, se le desencajaba la boca y le babeaba de puro gozo.
A mi me ponía el tarrito cerca de la nariz, para que aspirara mientras le chupaba el pollón, y de esa manera excitarme cada vez más y ponerme super vicioso.
Hubo un momento de tal extasis, que quería arrancarle la polla de cuajo a chupetones con mi boca, mordérsela fuerte con los dientes, saborearla a tope en mi paladar, apretarla con mis labios y sacarle la leche de los huevos para tragármela junto con mi saliva.
– ¡Ahhhh.
Que gusto Tío!.
Chupa cabrón.
Así, dame fuerte en la polla macho mio.
Sigue Luis, sigueeee.
¡Ohhhh! –
Lo cogí otra vez en brazos y me lo llevé hasta el almacén.
Con el subidón de la calentura quería follármelo allí y hacer realidad nuestra fantasía, para que cada vez que nos cambiáramos de ropa para trabajar, lo recordáramos siempre en nuestro pensamiento.
Me apoyó de espalda contra los palés de refrescos, se arrodilló en el suelo y comenzó a comerme la polla haciéndome delirar de gusto.
Desplazaba la lengua lamiendo cada centímetro de mi cipote, lo atrapaba amoldando sus labios al grosor del tronco y los deslizaba suavemente usando su saliva hasta llegar a mis huevos.
Cuando se sacaba mi polla de la boca por completo, me encantaba ver desde arriba como la sujetaba con una mano, y presionaba la piel hacía atrás dejando a la vista mi glande mojado de sus babas.
Entonces le cogí la cabeza con fuerza y empezé a follarle la boca como un poseso, provocándome arcadas que a punto estuvo de vomitar.
Mi polla era como un martillo pilón, que le iba destrozando el paladar cada vez que entraba en su boquino, y Tiago me agarraba de las caderas y me las empujaba hacía atrás, para contrarestar la velocidad de mis embestidas.
Yo me dejaba llevar por la excitación y la lujuria, me calentaba a tope verle la cara cuando me miraba, y la forma en la que ponía su boca mientras me mamaba la polla.
Entraba y salía brutalmente de su garganta al ritmo que yo le marcaba, estaba dispuesto a partirle la boca a pollazos, y a destrozarle la boca de guarra chupa pollas que tanto gusto me estaba dando.
Noté mi esperma en ebullición dentro de mis huevos, y en ese momento pensé, "Tienes que frenar un poco Luis.
no te corras todavía" y comencé a suavizar el bombeo en su hocico.
Ya más relajado, pero igual de caliente, Tiago pudo saborear tranquilamente mi polla, succionando el pre-cum que emanaba de mi glande y pasar su lengua a lo largo del tronco.
También me manoseaba el culo tocándome los apretados glúteos, y pegaba su nariz entre mis piernas, para olfatear como una perra en celo el olor a macho cachondo que yo desprendía.
Poco a poco fue bajando con su lengua, primero por mi escroto, lamiéndome los huevos uno a uno con delicadeza, y después continuó hasta llegar a la raja de mi culo, encontrándose con mi ano.
Cuando su lengua rozó mi agujero, me flaquearon hasta las piernas del gusto, estaba en medio de un sueño y no quería despertar jamás.
Me besaba y me mordía suavemente las nalgas sin dejar de apretármelas con sus manos.
Después ma las abrió todo lo que pudo, dejando ante sus ojos mi preciado boquete.
Yo me incliné un poco más, abriendo más las piernas para que Tiago pudiera chupar mejor, y él no tardó en sacar la lengua y pasarmela desde los huevos hasta el principio de la espalda.
Volvió a lamerme todo el culo, parándose un buen rato en mi agujero, lamiendo y jugando con su lengua mi lengua, e intentando penetrarme con ella.
– ¿Te gusta mi culo cabrón? –
– ¡Uffff.
Me encanta tío!.
Pero más me gusta tu polla.
–
– ¿Quieres que te folle otra vez, putilla brasileña?.
¿Quieres sentir mi pollón dentro de ti? –
– ¡Mmmmm!.
Siiiii.
Fóllame macho cabrón.
–
Me senté en uno de los sillones que guardábamos en el almacén, y Tiago se me subió encima de cara a mí, dispuesto a sentarse y empalarse el ano hasta el fondo con mi pollón.
Pero antes se lo restregó por toda la raja del culo, cogiéndolo del tronco con la mano y pegándose con él varias hostias en el agujero de entrada.
Después apuntó la punta de mi polla en el centro de su ano, y poco a poco se la fui colando hasta embucharle tres cuartos de carne dura.
Con un brusco movimiento y un buen meneo de culo, Tiago se encargó de empalarse mi pollón entero hasta los huevos, dejando caer todo su peso sobre lo que quedaba por tragarse.
Una vez dentro y con el boquete del culo todo lleno, Tiago empezó a pegar saltos y a cabalgarme la polla sin dejar un solo centímetro por recorrer.
El vaivén de arriba y abajo y la fuerza de la gravedad, se encargó de que mi polla fuera deslizándose fuertemente por dentro de su recto.
El dolor que sentía Tiago era intenso, lo escuchaba gritar mientras lo abría por la mitad, y se quedaba sin aliento.
Yo lo cogía por las caderas, presionando y empujando con fuerza hacia abajo, para que mi polla entrara hasta el fondo de su culo, y mis cojones chocaran con los suyos.
– Venga machooo.
¿No querías disfrutar de mi cuerpo?.
Estoy seguro que te has matado a pajas, pensando en este momento cabronazo.
¡Ohhhh! –
– A pajas no, putón.
pero a más de un niñato, me lo he follado por el culo pensando que era el tuyo.
este culito de pecado y de vicio.
¡Uffff.
Que gusto cabrón! –
Cuando me decía esas cosas, yo aumentaba la velocidad de las enculadas, que ya eran bastante fuertes y duras.
Tiago gritaba y jadeaba de placer, aúnque estuvíera reventándolo por dentro.
Él me abría la boca con los dedos y me escupía su saliva dentro, para luego besarme frenéticamente y saborearla mezclada con la mia.
Mientras yo seguía follándomelo sin parar, Tiago se restregaba y se masturbaba la polla contra mi abdomen, y no tardé mucho en notar un líquido caliente y pringoso mojándome el estómago.
era el aviso de la lechada que venía a continuación.
Se echó hacía atrás sujetándose con las manos a mis piernas, y dejando su enorme pollón ante mis ojos.
Cerró su ano completamente aprisionando mi polla con fuerza, contrayendo el esfinter varias veces mientras disparaba varios trayazos de semen hacía arriba, que mancharon su pecho y su cara, y que terminaron cayendo sobre mis abdominales.
Yo estaba a punto de correrme de un momento a otro, así que paré de follarle el culo y me puse de pie.
Le obligué a ponerse de rodillas con la cara a la altura de mi polla, para que notara el olor que desprendía a culo follado, y de paso admirara con sus ojos el cuerpazo del macho que se lo había follado a tope.
Le cogí la cabeza por la nuca y le metí mi pollón en la boca.
Se la sujetaba con fuerza para que no se pudíera escapar de mis embestidas, y de las envergadas brutales que le daba en el boquino con mi pollón.
Yo no paraba de jadear como un loco de placer, y Tiago de tragar y succionar por completo mi verga.
– Chupa mamón.
Así, fuerte.
Otro día te rellenaré el culo de semen, pero hoy quiero que pruebes mi leche y que la saborees bien.
¡Ohhh!.
¡Siiii!.
Ahora quiero que tragues.
¿Me has entendido putita?.
¡Ahhhh!.
Me corroooo.
¡Uffff!.
Siiii.
Sigueeee.
–
El gesto de mi cara cambió por excitación y el placer, y empecé a respirar super rápido con la boca abierta.
Le presioné su boca contra mi abdomen con violencia y comencé a soltar la lechada calentita dentro de su hocico, al tiempo que Tiago me agarraba el culo con sus manos empujándome contra él.
Un torrente cálido de semen comenzó a salir de mi polla, y que el niñato mamón empezó a tragar como un campeón, mientras yo gritaba gozando del gustazo tan grande.
Después de tragarse hasta la más mínima gota de esperma, le comí la boca un buen rato y nos quedamos sentados y relajados en el sillón.
Fin.
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