Descubrí que mi sobrino era todo un putito a sus 8 años pt 22
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por relojde1988.
Después de haber discutido con mi mujer, y tal vez era el motivo que esperaba para poder divórciame de ella y empezar una vida de productor al lado de mi hermano Carlos, después de todo ya habían pasado 2 años que había estado alejado de él…
Como estarían sus hijos… Leandrito ya tendría 10 añitos… ya sería un niño más altito… Mario ya sería todo un adolecente de 16 años y Dieguito con 13 años, ¿acaso seria su último año en las fiestas privadas de mi hermano?…
Me decidí… con las llaves del carro en mano… ir rumbo a la dirección de la granja, estaba en la salida de la ciudad en la gasolinera…, aunque no sabía muy bien lo que hacía… un recuerdo muy grato me llego a la mente de las fotos de los compañeros de fut bol de Hernán… en eso recordé la memoria y el oso con la cámara oculta…
Llame a mi hijo Fernando y le dije que me trajera las cosas a la gasolinera que estaba en la salida de la ciudad… pasaron tal vez 20 minutos, en eso llego con una pequeña maleta en mano…, baje del carro.
– Fernando – ¿papa? ¿Qué paso que haces aquí?, ¿A dónde pretendes ir?
– Rodrigo – tengo que pensar las cosas… tal vez vaya con mi hermano.
– Fernando – pero papa, lo de mama no es para tanto… tú le has sido infiel muchas veces… incluso con mi…
– Rodrigo – pero no es lo mismo, hijo…
– Fernando – como, no va a ser los mismo… lo único que cambia es que tú la descubriste en el momento… y si ella te hubiera descubierto conmigo o con Hernán en brazos…
– Rodrigo – hay cosas que no entiendes hijo… las cosas están mal con ella desde hace muchos años y creo es el momento de dejar las cosas, antes de que nos ágamos algún daño físico…
– Fernando – bueno papa… solo piensa en mis hermanos… ellos o tienen la culpa de sus infidelidades…
– Rodrigo – tienes toda la razón, pero necesito aclarar la mente… solo te pido que no le digas nada a tu madre que me voy unos días con mi hermano…
Tome las cosas y las subí al carro… en eso me despedí de mi hijo… me dijo, que me quería y que estuviera bien… pero lo que no me esperaba es que me diera un beso en la boca… incluso con lengua… tal vez el beso duro 2 minutos… en eso nos separamos, espere que tomara un taxi… para poder tomar camino, en dirección a la granja.
Llegue a la granja casi a las 2 de la madruga del día domingo… un hombre salió a la puerta antes de que me bajara del carro… camine hasta la puerta todo en penumbras… al estar frente al hombre me di cuenta de que era Mario más alto y corpulento, se había dejado el bigote, aunque no tenía mucho… al verlo me dio mucho gusto, le quise dar un beso en la boca, pero él me detuvo con ambas manos…
– Mario – ¡que pasa!… tío que haces aquí a estas horas y después de tanto tiempo de no vernos…
– Rodrigo – pues… quería ver a mi familia…
– Mario – bueno pues tío pásale…
– Rodrigo – puedo dormir en el sofá… estoy algo cansado…
Mi sobrino Mario me dejo pasar… él se metió a su habitación… al sentarme en el sofá… recordé la primera vez que tuve a Mario en ese mismo lugar… pero me gano el sueño…
Desperté a las 11 de la mañana del día lunes… estaba un recado pegado a la televisión, frente a mí… que decía:
“hermano cuando despiertes… te calientas el almuerzo”
En la casa no había nadie… al parecer todos estaban en sus labores… o en la escuela… salí a estacionar el carro, para que no estorbara en la camino… en eso me saludo un joven tal vez de 23 años… alto, de piernas largas, de brazos gruesos, con unos ojos color verde, y una barba de candado de pelo castaño claro, asemejándose al rubio, pero natural… un hombre demasiado a tractivo…
– Buenas días…
– Rodrigo – buenos días
– Disculpe, no veo a Don Carlos, para decirle que ya regrese del entrego y voy a comer, si lo ve le puede decir eso, de parte de Orestes…
En eso se retiró y camino en dirección de una pequeña bodega de madera… me le quede viendo, pues en verdad era un hombre muy atractivo… vi a un niño parado en la puerta de la bodega con una bolsa en mano… vi que se saludaron y entraron.
Me fui a sentar en las gradas de la puerta de la casa, pasaron unos 20 minutos y el niño no salía… en eso Orestes salió y vio para ambos lados y se volvió a meter… mi corazón empezó a palpitar muy fuerte… mi cuerpo empezó a temblar de excitación al pensar que ese hombre de ojos verdes tendría en sus brazos a ese niño…
Camine hasta donde la bodega, no había sonido alguno y la puerta cerrada… busque alguna tabla mal puesta, para ver en el interior… el hombre estaba sin camisa, solo con el pantalón azul y una botas cafés de tono oscuro, mientras el niño estaba de espaladas a él, bajándose su pantalón color guinda, tal vez parte del uniforme de la primera, con unos huaraches…
Despacio… primo… no me vallas a lastimar, ponte mucha saliva… en tu pene… fueron las palabras que oí salir de los labios morenos de ese niño… en eso Orestes le dijo:
– Orestes – no hables… nachito…
– Nachito – bueno… pues, pero despacio…
– Orestes – si pero no hables ni te quejes… que después viene lo bueno…
Orestes miro en dirección a la puerta… y se escupió en la mano y le metió un dedo a su pequeño primo… después lo tomo de sus caderitas… y le fue metiendo su pene en su ano morenito… el cambio de color entre los primos era fantástico… un trozo de carne claro perdiéndose en un par de nalguitas morenitas…
Lo estuvo punteando en silencio… solo se podía escuchar el chasquido de su pene entrado en su pequeña cuevita… no se la metía toda solo la mitad o un poco más… el niño apretaba los dientes para no gritar, del dolor o placer… no se…
En esa posición me permitía ver, como salía y entraba su pene… la cara de gusto de Orestes, era sublime… todo un macho dominando un pequeño potrillo… en eso se agachó, y le tapó la boca… y empezó un vaivén más agresivo… se la trataba de meter toda… el niño empezó a llorar… pero por la mano de su primo no se escuchaba lo que su primito trataba de decir… Orestes acelero sus metidas hasta quedarse quieto… volteo la cabecita de su primito y le dio un beso en los labios… se la fue sacando, hasta quedar de frente y se seguían besando…
Orestes le fue acomodando su ropa mientras sus labios jugaban… hasta que Nachito dejo de llorar…
– Orestes – aguantaste… muy bien… ahora si no lloraste mucho… no sabes cómo te quiero tener sin ropa… y estar sobre ti más tiempo… pero aquí no lo tenemos…
– Nachito – si primo… ya me estoy acostumbrando a tu pene… pero aun así me duele… hay primo… después lo hacemos con más calma…
– Orestes – claro que te duele… la tengo un poco grande… y gruesa… pero anda ya vete… para que regreses a la escuela… y recuerda que solo es entre nosotros dos… no le vallas a decir a nadie de lo mucho que nos queremos…
– Nachito – primo, me das 20 pesos…
– Orestes – claro, peque… anda ya vete… nos vemos en la noche…
– Nachito – hay primo… eres bien caliente…
Fue una cogida de tal vez 15 minutos muy rápida… y en usa sola posición… prácticamente un rapidín…
En eso, se acomodaron las trastes del almuerzo en la bolsa, empecé a caminar hacia la casa… después de más de 10 minutos de haber acabado, salió a ver de nuevo Orestes en ambas dirección… cuando vio para la casa… mire en dirección contraria… al ver que no salía nachito… decidí meterme a la casa… como en cinco minutos vi pasar a nachito con la bolsa del almuerzo… no deje de verlo hasta que se perdió entre la calle y los arboles…
…
Me puse a ver la tv, en eso escucho una vocecita… y la voz de Orestes, que le dice:
– Orestes – cálmate… no seas mentiroso leoncito…
En eso volteo a ver quiénes eran y para mi suerte… miré a Leandro, un poco más crecido ya con 10 añitos y con su uniforme de la primeria… un pantalón guinda y una camisa de manga corta color blanca…
– Leandro – hola… tío… que bueno que ya despertaste…
– Rodrigo – si… aunque toda vía creo que tengo sueño… veo que ya creciste un poco más…
– Leandro – si… tío ya crecí mucho… bueno no he cierto jejeje… pero si ya crecí…
– Orestes – bueno, mejor los dejo solos… voy a subir tu mochila… y más al rato bajo… creo que me voy a dar un baño… ¿me prestas tu baño leoncito…para ducharme?
– Leandro – claro… nada mas no te seques con mi toalla, agarras otra, ¡está bien!
– Orestes – lo que tú digas leoncito…
Estuve charlando un poco con mi sobrino… cuando escuchamos el agua del baño… mi sobrino se acomodó de pie, entre mis piernas quedando… su colita justo en mi paquete… que no se hizo esperar para ponerse duro.
– Leandro – hay tío… te extrañamos mucho…
– Rodrigo – y yo a ustedes… no sabes cuantas noches… deseaba estar aquí con ustedes…
Mientras platicábamos no dejaba de mover su colita… hasta que Orestes grito:
– Orestes – ¡no hay jabón… me puedes subir uno!
Leandrito se quitó muy rápido y casi, casi salió corriendo a llevarle un jabón… en el momento en que subió, me saque el pene… pues quería que me diera una mamadita… antes de que llegaran los demás…
Tardo un poco… y no bajaba de su habitación y también se me bajo la erección, en eso subí a las recamaras del segundo piso…
La puerta era la misma, aún tenía el hoyito entre las maderas… observe que Orestes estaba de pie con una toalla en la cintura mientras Leandrito estaba sentado en su cama solo con su pantalón puesto…
– Orestes – ¿qué haces leoncito?
– Leandro – me voy a quitar mi uniforme, para que no se ensucie…
– Leandro – ¿y por qué siempre sales desnudo del baño?
– Orestes – porque me baño desnudo…
– Leandro – ¿y porque no tienes pelos en tu pene…?
– Orestes – porque tengo poquito y mejor me los quito… así se ve mejor… o ¿tú que dices se ve mejor o no?
– Leandro – no se… a mi da igual…
– Orestes – jajaja mejor me pongo mi pantalón, porque si no se me va a parar, porque me estás viendo…
– Leandro – pues que se te pare… así nos la medimos…
– Orestes – mejor otro día jugamos a las espaditas…
En eso Orestes se puso su pantalón y antes de que se los abrochara, Leandrito ya se había sacado su pantalón y estaba en una pequeña trusa blanca, se puso de pie en su cama y salto hacia Orestes, este lo agarro de la espalda y lo fue a acomodando hasta que las piernas de Leandrito rodearon su cintura y sus manos alrededor de su cuello… Leandrito movía sus piernas haciendo que el pantalón de Orestes se le baja un poco hasta que vi que se le salió su pene del pantalón…
– Orestes – tranquilo leoncito… o se me van a caer los pantalones…
– Leandro – no importa… hazme caballito…
– Orestes – bueno pues…
En eso Orestes se deja caer de espaldas en la cama, y Herman se sienta en su abdomen… Orestes lo toma de la cintura, Leandrito empieza a brincar y por los resortes de la cama… pareciera lo que estuviera montando… poco a poco Leandrito se fue a acomodando en su entrepierna… así estuvieron un rato… en eso se le empezó a poner duro su pene… pero.
– Orestes – ya leoncito… ya es mucho juego por el día de hoy…
Al ver que no había malicia más intenciones en Orestes que bañarse… me baje a la sala y después de un rato bajó Orestes, se despidió y salió por la puerta… en cuanto se cerró la puerta Leandrito bajo en su trusita con una erección notable… y se acomodó entre mis piernas de nuevo…
– Rodrigo – ¿pero que era todo ese ruido allá arriba?
– Leandro – nada tío solo estábamos jugando al caballito…
– Leandro – tío… ¿por qué no?, jugamos tu y yo a que te picaba una víbora y yo te saco el veneno…
– Rodrigo – pero ese juego, ¿cómo se juega?
– Leandro – es una sorpresa… cierra los ojos y acuéstate
– Rodrigo – no vas a traer una culebra verdad…
– Leandro – no menso… tú ya tienes la culebra…
Me acuesto y cierro los ojos… siento las manitas de Leandro acariciando mi pene por encima de la ropa… siento como me va bajando short azul junto como ni bóxer hasta liberar mi pene bien parado y lo toma con sus manitas… siento su lengüita lamer mi glande, siento como se va metiendo mi glande en su boquita….
Chupaba, succiona… y lamia… se estaba metiendo lo que podía y se la sacaba… empezó a masturbarme con sus dos manitas y a chuparme el puro glande… lo hacía muy rico… ya tenía más experiencia… era único… sentía que me corría… y me concentraba para no terminar muy pronto…
Succionaba y succionaba, movía su lengua en círculos, mientras seguía masturbándome….
– Rodrigo – veo que tengo mucho veneno y no tarda en salir…
– Leandro – si tío… pero ese veneno te lo tengo que sacar con la boca… pero no hables…
Lamia desde la base hasta la cabeza y se la volvía meter en la boquita… la verdad no me pude contener y sentí llegar unos de los orgasmos más ricos que había tenido… mientras Leandro seguía con la verga en la boquita…. No la saco hasta que se puso flácida…
Después de terminar, Leandrito subió a ponerse un short y una camiseta… yo a un seguía costado en cuanto llego se acomodó de espaldas a mí y comenzamos a ver la tele… en eso le fui bajando su short con todo y su trusita… y le acomode mi pene flácido en su anito…y comencé a sobarle su pancita… así nos quedamos hasta que escuchamos que se abría la puerta de la entrada… entonces nos acomodamos la ropa.
Al poco momento llego mi hermano… vestía una camisa a cuadros de blanco con rojo… y un pantalón negro… y unos botines cafés de trabajo…
– Carlos – valla… no pierdes el tiempo… mira como tienes a mi pequeño Leandrito…
– Rodrigo – hermano, que tal me da gusto volver a verte…
– Carlos – pero no tanto, como a mi hijo el más chico…
– Rodrigo – es un buen chico… muy cariñoso, como no encariñarse con él…
– Rodrigo – por cierto, me dijo Orestes que ya había hecho lo que me le mandaste a hacer…
– Carlos – que bueno… estaba con el pendiente. ¿Qué tal la escuela Leandro?
– Leandro – bien papi… todo tranquilo… nada nuevo.
– Carlos – pero que son esos modales… deja a tu tío descansar y salúdame…
Mi sobrino se puso de pie, camino hasta quedar frente a su padre, lo abrazo por la cintura… y mi hermano se agacho y le dio un beso de piquito su pequeño hijo… mi hermano le dio una suave nalgadita y le dijo que se fuera a hacer su tarea…
Le comente como estaban las cosas con mi mujer… y por qué había llegado en la noche, ya en la madrugada a su casa… lo puse al tanto de Hernán y sus compañeros de equipo… así como los primos Isaac y quique… y de los militares y de todo lo que había pasado y del porque había tardado en venir…
…
– Carlos – ¿qué te pareció Orestes?, es muy guapo ¿no?
– Rodrigo – sí, demasiado… ha de ser muy caliente…
– Carlos – si mis hijos están encantados con él, sobre todo Mario… cree que le pertenece… y si mi experiencia no me engaña, se está cogiendo a su primito…
– Rodrigo – ¿Por qué dices eso?, ya lo has visto…
– Carlos – no, pero se por parte de Mario… que ya se cogió él y a su hermano Diego…
– Rodrigo – no es por ofender, pero con esos dos… no era una sorpresa… que los buscaran…
– Carlos – se ve que le trae unas ganas a Leandrito y Leandrito se muere por estar en sus brazos…
– Rodrigo – pues no es para menos… está tomando buen cuerpo…
– Carlos – si… ya está bien cogidito mi Leandrito… y yo que lo quería desvirgar en su décimo cumpleaños…
– Rodrigo – como ¿ya penetraste a Leandro?
– Carlos – ya… después de su fiesta de cumpleaños y no fue en nada lo que me esperaba…
– Rodrigo – ¿y que como fue?…a ver dime…
Carlos, mi hermano me empezó a relatar los hechos…
– Le dije a mi hijo que para su fiesta invitara a todos sus compañeros del salón, pero pues no llegaron todos, solo unos cuantos en su mayoría niños… un poco tarde llego Ignacio, le dicen Nachito… es el primito de Orestes, en eso empezaron a jugar a las escondidas los niños…
– En una de tantas idas… se me acercó Orestes, para decirme que si podría ir por su primo, porque ya se tenían que retirar… los fui a buscar y los encontré en el closet del cuarto de
Leandrito… dándose unos besos y jugándose sus penes… o por cierto ya todos mis hijos tienen sus cuartos por separado…
– Le dije a nachito que su primo lo buscaba porque ya se tenían que ir… y me quede con Leandro en su cuarto… y le dije:
– Carlos – más tarde cuando todos se duerman te voy a dar tu regalo…
– Leandro – pero, ¿no estas, enojado… conmigo y Nachito…?
– Carlos – no, ya lo sospechaba desde hace años… ahora ve a jugar, porque esta noche será nuestra noche especial…
– Ya que se habían ido todos y mis hijos ya estaban dormidos… tal vez eran las 3 de la madrugada… al entrar aún tenía puesto su pijama de Superman, bueno solo una sudadera con una “S” en el pecho y una trusita roja, que le había comprado, para que se durmiera así todas las noches. Le toque el hombro para despertarlo, y me dijo:
– Leandro – papi, pensé que no vendrías…
– Carlos – ya vez, estuve esperando a que tus hermanos se durmieran, para que no nos interrumpan. Es hora de que apagues la vela de tu cumpleaños…
– En eso me saque el pene que ya lo tenía parado, Leandrito se sentó en la cama… lo agarro y me dijo:
– Leandro – papi, lo tienes bien grande…
– Carlos – ¡sí!, hijo pero esta noche, vas a sentir las estrellas con mi pene… dale unos besitos y límpiame la babita y dale muchos, pero muchos besitos…
– Mi hijo le dio besitos en la cabeza… y empezó a lamer la cabeza de mi pene, se metió la cabeza completa y le daba vueltas con su lengüita… entonces comprendí, lo que no quería aceptar… mi Leandrito ya tenía experiencia mamando verga… empezó a meter y a sacar mi pene… y lamia la cabeza al final…
– Carlos – que rico… ¡se ve que te gusta mucho…!
– Leandro – si papi… he estado esperando mucho tiempo… para poder chupártela y que me la metas como a los otros niños… de las películas…
– Carlos – ¿has visto las películas?…
– Leandro – sí, muchas veces junto como mis hermanos, y también he visto como Diego se la come por la cola… yo quiero que me la metas…
– Carlos – claro… pero no dejes de chupar…
– Leandro – mmmg…
– Se metió de nuevo la verga… podía meterse un poco más de la cabeza… sobre todo por lo grueso y su boquita tan pequeña…
– Me la estuvo chupando, tal vez por 15 minutos…
– Leandro – papi… chúpame atrás…
– Carlos – claro que si… pero no dejes de chupármela…
– En eso se quitó su trusita… yo me tire en la cama y él se acostó encima de mí… haciendo un rico 69, mientras le metía la lengua entre sus nalgas, buscando su anito… empezó a gemir… “mmmmmiiigggjjkk oommmhhh papi, que rico”
– Carlos – ¿te gusta?
– Leandro –si papi no te detengas, méteme los dedos a la vez…
– Carlos – si cariño
– Comencé a chuparle su anito… ya se notaba abierto… y cuando le mande meter un dedo le entro fácil… luego metí dos… hay se empezó a quejar de gusto
– Leandro – ai, si papi… que rico… siento… ahora muévelos dentro de mi… muévelos…
– Me estaba guiando mi pequeño hijo de 10 añitos, estuvimos así un rato, hasta que sentí que su anito ya estaba bien dilatado lo acomode en cuatro al filo de la cama, empecé a presionar su anito con mi verga… pero no necesito mucha presión para que se le metiera la cabeza, solo escuche: “ouuuu despacio, que la tienes muy gruesa…”
– Leandro – ooouuhhhgg… mmmigii
– Carlos – hijo, estas muy abierto…
– Leandro – solo un poco papi… ¡pero así va ser más fácil de que entre toda!
– Carlos – ¿toda?
– Leandro – si papi… ¡toda!… quiero que me la metas toda de una vez… pero despacio y después ya te mueves…
– Carlos – pero no te va a caber toda…
– Leandro –pues lo que entre papi…
Yo le hice caso, y le tome bien sus piernitas y las fui jalando, mientras iba presionando, me iba abriendo paso en su interior… hasta que mis huevos toparon con sus nalguitas… no me lo podía creer, pero mi hijo se había comido toda de una sola vez… entonces lo mire en espejo que estaba frente a nosotros, vi que de sus ojos brotaban lagrimas mientras se mordía el labio inferior….
– Carlos – ¿te duele hijo?
– Leandro – si papi…pero lo estoy disfrutando como nunca…
– Carlos – ¿quieres que continuemos o te la saco?
– Leandro – no… no papi hay déjala… me tengo que acostumbrar… para que no sea la última vez… que este contigo
– Leandro – papi… ya muévete y no te detengas hasta que acabes ¿si, papi?
Le hice caso a mi hijo, empecé a moverme lento pero suave… podía ver como se estibara su ano cuando se la sacaba un poco y como se hundía cuando se la metía… escuchaba como chillaba… y mordía las sabanas… sus gemiditos… “mmmmmggiiikk tickkks”… ahu… ahu… mmmmmnnnoooo…
Ver como apretaba las sabanas… como apretaba su anito… no pude contenerme por mucho tiempo, así que termine por llenarle su rectito con mi semen… me deje caer sobre el… y nos fuimos acomodando para quedar dormidos con mi pene dentro de él, mientras lo abrazaba… mi hijo me despertó en la madrugada… mientras se movía un poco… y sentí como tenía mi pene erecto aún estaba dentro de mi hijo…
– Leandro – hay papi… que rico me lo hiciste… siempre pensaba en ti cuando me lo hacían…
– Carlos – ¿te lo hacían…? ¡siempre note que te gustan los hombres…!
– Carlos – ¿porque no me dijiste que ya lo hacías?
– Leandro – tenía miedo de saber qué harías si te enterabas… mis hermanos me decían que, tú te enojarías mucho si te enterabas, que ya me dejaba coger y por eso no te lo quería decir…
– Carlos – Pues no se… creo que te cupo toda… porque ya tienes experiencia, pero no te niego que me hubiera gustado ser el primero…
– Leandro – lo siento papi, ¿me perdonas?, pero papa… te la pude aguantar bien… porque ya me habían cogido…
– Carlos – claro que se perdonó eres mi consentido, pero no se lo digas a tus hermanos…
– Leandro – siempre que me la metía… y se la chupaba… pero cuando se fue me sentí muy triste… pues siempre me acariciaba…
– Carlos – hijo… hablas muy bien de ese tipo…
– Leandro – si papi… me hizo sentir muchas cosas… con su pipi (pene)… pero bueno yo siempre lo buscaba antes y después de que me cogió…
– Carlos – hijo, me tienes la confianza para decir quién te lo hizo por primera vez…
– Leandro – si papi pero no te vayas a enojar conmigo… aunque no sabía muy bien lo que hacía… ese día… pero me gustó mucho después del dolor…
– En eso sonó su alarma para irse a la escuela…. Y hasta el día de hoy no he sabido quien fue el tipo que lo desvirgo… pues no hemos tocado el tema… porque no quiero saber quién fue quien me quito su virginidad de mis manos…
…
Estuve a casi nada de decirle que ya había estado con Leandrito cuando tenía 8 añitos y que le rompí su ano… pero en eso llego Diego… con su uniforme de la secundaria… ya con 13 añitos… todo un adolecente en cambios hormonales… los tres hijos de mi hermano aunque muy putitos, ni uno de ellos era afeminado…
Por la tarde nos sentamos a ver la televisión, mi hermano, su hijo Diego y yo, después se nos unieron Leandro y Mario al final, Mario nos platicó que tenía novia desde hace meses y que se lo hacía muy seguido…, mi hermano Carlos le dijo que estaba muy contento por él… y que siguiera así… que él esperaba tener nietos alguna vez…
El día transcurrió normal… ya por la noche… me quede a dormir con mi hermano y cada uno de sus hijos en sus cuartos…los cuartos de Diego y Leandrito estaba aún lado del cuarto de mi hermano, y el cuarto de Mario estaba en la planta baja a un lado dela cocina…
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