Descubrí que mi sobrino era todo un putito a sus 8 años pt 24
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por relojde1988.
Vino el señor que estaba atendiendo y don Evaristo pidió un cartón de cervezas, pensé que saldría caro pero no era 24 cervezas y 240 pesos destaparon 3 y comenzamos a tomárnoslas.
Ya habían pasado tal vez media hora en que tomábamos cervezas, y la plática no fluía con interés, cosas del campo, que es lo que sembraba y a que se dedicaba… cosas que para mí no tenían importancia… hasta que interrumpí abruptamente…
– Rodrigo – ¿que, tal Vicente te dejarías coger por esos tres… al mismo tiempo?
– Vicente – no, ya no, me duele el culo… pero si me gustaría… pero ellos son de tercero, ya es su último año…
– Rodrigo – ¿los conoces?
– Vicente – solo, cómo les dices, el delgado le dicen, “Jaime”, el más chaparro le dicen “pato” por qué está bien nalgoncito jajaja y al otro le dicen “negro”, pero son de los más burros y casi siempre están tomando.
– Don Evaristo – pero, no creo que sean putos como tu… ahijado…
– Rodrigo – oiga y cómo fue que se lo empezó a coger o cómo fue que paso lo de hace rato entre ustedes…
– Don Evaristo – ¿Cuánto años tienes ahijado?…
– Vicente – 13 ya casi 14…
– Bueno fue hace dos años…
– Vicente – si fue cuando tenía 11 años
– Don Evaristo – él va a cuidar sus chivos al campo para que coman… y eran como las 5 de la tarde cuando me vio en el rio, yo me estaba bañando como de costumbre solo en trusa… en eso el paso y se me quedaba viendo… a mi entrepierna… me saludo a los lejos con la mano y se fue.
– Yo pensé en ese momento que a lo mejor era puto y como que se me paro la verga… en eso me salí y me puse la ropa, lo alcance, le fui haciendo platica pero faltaba mucho para llegar al pueblo… le dije:
…
– Don Evaristo – me estabas viendo el pito en el rio, ¿verdad?
– Vicente – no… no señor…
– Don Evaristo – no te hagas el menso, si me la quieres ver, yo te la enseño… vente vamos a donde hay más árboles y me la ves…
– Vicente – no señor, no soy puto… y no quiero…
…
– Rodrigo – y que, luego… que paso…
– Don Evaristo – pues no lo vi en días, hasta que una tarde estaba bañándome un poco cerca de mi terreno cuando veo que se viene acercando, solo con una red de pescar en el hombro, traía un pequeño short negro con azul y una camiseta roja… esta vez no lo salude… él se metió al rio, estuvo tirando la red pero no pescaba nada… en eso me dijo:
…
– Vicente – no hay peses por aquí… ¿verdad?
– Don Evaristo – sí, aquí hay peses… pero tienes que venir en la noche o por la mañanita… o quieres ver otro tipo de carne…
– Vicente – no se la verdad, me dejo pensando… aquella vez… si me lo quiere enseñar, está bien, no sé cómo se dio cuenta, pero a veces no puedo evitarlo, verles a los hombres, sus penes.
– Don Evaristo – ya vez si no me equivoco cuando alguien es puto, lo trae desde niño y por la forma en como vistes y como te le quedas viendo a los bultos de los hombres… se ve que quieres que te den verga…
– Vicente – “No manches” don ya se le está parando
– Don Evaristo – ya vez… a mí se me para muy rápido…
– Don Evaristo – ¿ya te masturbas niño?
– Vicente – ¿no que es eso…?
– Don Evaristo – que te juegues el pito que te bajes y subas el cuerito
– Vicente – a no señor, mi papa me regaña cuando me rasco el pene por encima de la ropa…
– Don Evaristo – vente, vamos a la parte más escondida de esos arboles
– ….
– Caminamos entre el rio hasta una parte arbolada… ahí lo puse enfrente de mí, me baje la trusa y mi verga se liberó… lo primero que salió de la boca de Vicente fue un:
…
– Vicente – “haaggg… que grande”
– Don Evaristo – a ver préstame tu mano…
– Vicente – ¿para qué?
– Don Evaristo – para que me la chaquetees… a ver dámela… le tome de la mano y se la puse en mi verga…
– Vicente – que suave y caliente la tiene señor… pero también está bien dura…
– Don Evaristo – ahora, mejor agárrala con las dos manos y subes y bajas la piel… primero lento y después rápido y luego lento y así… lo haces por un rato…
– Tal vez pasaron unos 10 minutos en que Vicente me masturbaba y cuando me salía el líquido del pene, me lavaba con agua y seguía masturbando.
– Don Evaristo – ahora voltéate y bájate el short.
– Vicente se volteó y solo se bajó el short y no traía ropa interior… yo me puse detrás de él y acomodé mi pene en su colita, me ensalive mi pene y subía y bajaba el glande por toda su raya… y de vez en cuando le punteaba el ano… los gemiditos de Vicente cada vez que le punteaba el ano, eran de dolor y gozo a la vez.
– Don Evaristo – ¿te gusta? Niño…
– Vicente – no se señor, me dan cosquillas y siento raro cuando me la quiere pasar por mi culo,
– Don Evaristo – tu culo pide a gritos que yo le meta mi pito…
– Vicente – pero está muy grande, señor…
– Don Evaristo – no te preocupes… solo te meto la cabeza y nada más…
– Vicente – pero me va a doler mucho…
– Don Evaristo – si… si te va doler… como si un caballo te patera las bolas, pero después vas a sentir muy rico… tanto que me vas a buscar todos los días para que te de mi leche…
– Vicente – ¿y yo para que quiero leche?
– Don Evaristo – leche de hombre, cabroncito…
– Vicente – aaahhh no sé qué es eso…
– Don Evaristo – abre bien las piernas y ponte mucha saliva en tu culito…
– Ya que estaba en posición y sacando el culo… le puse en el centro de ano mi pene… se la fui empujando, hasta que se metió la cabeza…sentí como me apretaba su esfínter todo la división del glande y el tronco del pene… y no tardo en escucharse su haaaiiiii… ai, ai… en eso se separó de mí con fuerza, le dolió más sacársela brutamente que cuando se la metí… quería llorar pero le dije:
– Don Evaristo – cálmate no llores… está bien que seas puto, pero no llores aguántate como los hombres… te dije que te iba a doler… a ver voltéate… te voy a sobar a ver si no te lastimaste…
– Vicente – pero no me la valla a meter, porque me duele…
– Don Evaristo – te voy a poner más saliva y te voy a sobar con los dedos…pero te abres las nalgas
– Le estuve sobando con el dedo un buen ratito… después le puse el pene, como que se asustó, pero no se quitó… movía el glande de arriba abajo y se volvía a puntear, cada vez que quería puntar, jalaba aire y se los aguantaba, hasta que notaba que no se la metía, volvía a soltar el aire… le dije que ya iba a acabar… que se la iba a meter la pura cabeza y que esta vez no le dolería tanto… el primer chorro de semen cayo fuera pero en su anito… se la metí rápido y termine de venirme dentro de su culito, Vicente se quejaba con la boca cerrada sin tener que decírselo, el solo cooperaba por su propio gusto…
…
– Desde ese día… hasta la fecha le enseñe como aguantar la verga y que me la chupe, cuando baja de cuidar sus chivos, él es un chico muy obediente
– Vicente – si la verdad, me dolió demasiado ese día… pero me gusto fue lo raro… después de que se vino dentro de mi…metí mu cuerpo al completo al rio y saque todo su semen, me ardió mucho cuando estaba sacando todo…
– Don Evaristo – si pues como estuvimos en el agua todo el tiempo nos lavamos hay mismo…
– Vicente – ya después nos fuimos pues ya era un poco tarde…
La plática volvía a tratar del sexo, sexo y más sexo… eso me prendía hasta tener la verga bien parada lubricando, tomando cervezas con 2 descocidos, la verdad… no me acordaba de mi hermano en ese entonces… hasta que recibí una llamada.
– Carlos – ¿dónde andas cabron?
– Rodrigo – pase a tomarme unas cervezas…
– Carlos – donde andas para ir por ti o en cuanto tiempo llegas…
– Rodrigo – como en 2 horas más o menos…
Me colgó mi hermano…
– Don Evaristo – ¿que ya lo están apurando?
– Rodrigo – si un poco, será mejor que ya me valla, si quiere puedo pasar a dejarlos a sus casas…
– Don Evaristo – y las cervezas, aún faltan 9
– Rodrigo – si quiere se las dejamos al señor que las vende y pasamos otro día a chingarnoslas (bebérnoslas) o usted pasa…
– Don Evaristo – no pues sí, pues ya sabe dónde encontrarme, más o menos donde me anduve cogiendo a mi ahijado, más arriba a tres terrenos es el mío, cuando quiera pasar hay estoy…
– Rodrigo – la verdad quiero pasar, me quede con las ganas de darle a su ahijado el más chico.
Nos terminamos de tomar las cervezas y nos subimos al carro, el primero en bajar fue Don Evaristo, doble por varias calles hasta llegar a la casa de Vicente… ya venía algo tomado, me acariciaba el paquete por encima del pantalón… no me preocupaba por que estaba un poco sola la calle…
– Rodrigo – oye Vicente y tu padrino es el único que te la ha metido…
– Vicente – no… no… él fue el primero… en cogerme, pero no es el único… por donde voy a cuidar los chivos, hay un rancho de vacas y hay trabaja un vecino… creo que fue dos meses después de que me estuviera cogiendo mi padrino…
– Vicente – él tenía 20 años, alto, tiene buen cuerpo y unos brazos bien grandes, y unos ojos cafés y enormes… no sé qué tiene pero y un pene que me dejo sin poder sentarme 2 días…
– Vicente – a él se la vi primero, pero me trajo al velador del rancho para que me cogiera, porque él ya se había cogido a alguien más, esa cogida la recuerdo bien… fue en el mes de abril un día miércoles a las 2 de la tarde… es un tipo muy guapo pero muy mal hablado… se llama Cándido… recuerdo que ese día, yo pase cerca del rancho, por el área donde almacenan riatas, costales y pacas de zacate y el alimento… en eso escucho su voz…
– Cándido – que haces por aquí pinche puto
– Vicente – ¡que hay cándido…! ¿qué haces…?
– Cándido – nada que le interese a los maricones… que ya andas buscando verga…
– Vicente – ¿qué dices? Estás loco…
– Cándido – mira lo que tengo en mis manos… es una verga más grande que la del viejo indio de tu marido
– Vicente – estas bien pendejo… yo solo estoy cuidando los chivos… ya vete a trabajar…
– Cándido – pero si tiene huevitos el niño, pensé que tenías tu conejito, por donde te dan verga, cuando bajas de cuidar los chivos…
– Vicente – vete a la verga…
– Cándido – tranquilízate maricón… mira que un culito a mi verga no se le resiste… o que estoy feo, como para que no me quieras dar el culito
– Vicente – no te voy a dar nada… estas bien wey…
En eso se bajó el cierre y se sacó su pene bien parado… al ver su pene me dio vergüenza y voltee a ver a otro lado y me di cuenta de que los chivos ya se estaban alejando del lugar lo único que le dije fue:
– Vicente – vete a la verga
– Cándido – cuando quieras maricón, aquí tengo esto para ti…
Esa fue la segunda vez que vi el pene de un adulto y me dejo con muchas ganas de tocarlo… una tarde en que mi papa se llevó los chivos, porque yo fui a hacer un trabajo de la escuela… después de terminarlo, les dije a mis compañeros que ya me iba, porque se me hacía tarde, pero; pensaba en ir al rancho donde trabajaba Cándido y pues quería estar con él, desde que me la enseño, quería tenerla dentro aunque me daba miedo de que mi padrino se diera cuenta o alguien más supiera de que me gusta el pene…
Llegue hasta el almacén, ya era un poco tarde… mire a través de la ventana… tenía un vidrio roto, lo que vi, hizo que se me botara el corazón del pecho… jejeje…
Cándido estaba sentado en una paca de sácate… y tenía bien sentadito a uno como de 11 años, Cándido tenía una camisa anaranjada con rayas blancas, su pantalón azul y unas botas de hule… y el niño tenía un short amarillo, y una sudadera como blanca y sus botas de hule, pensé que era otro trabajador del rancho…
Hasta que escuche lo que le decía Cándido al niño…
– Cándido – tranquilo patroncito… tranquilo.
El niño le dijo… siiii… haaahhhg no empujes solo no empujes…
El niño se agarraba del cuello con una mano y con la otra del sobaco (axila) de Cándido, él bajaba y subía de poco en poco… aun con su short puesto… tenía sus piernas a los lados… de Cándido entonces Cándido lo agarro de la cintura y comenzó a moverse, yo me sobaba mis nalguitas… pues quería ser yo, el niño al que se cogían… ver entrar y salir su pene del culo del niño me encanto… el niño casi no hablaba, solo que quejaba y como que le dolía mucho… porque Cándido le decía… “tranquilo, relaja el culito, no aprietes para que no te duela…” y le niño le dijo, “si lose… deja que se me pase el dolor…”
– Cándido – hay Brunito… toda vía no me la creo… que te guste la verga y de esta forma…
– Bruno – pero si no es la primera…
– Cándido – lo se… pero no me la creo que seas tan putito y más siendo mi patroncito…
– Bruno – si lo sé, pero no le vallas a decir a mi papa…por qué me va a pegar
– Cándido – no como cree, patroncito… además a quien le voy a dar mi leche, si no a usted… ni las viejas se quejan como tu…
– Bruno – si te gusta cómo me quejo cuando me duele…
– Cándido – me encanta… y más con un niñito como tu…
– Bruno – houuuu…. Despacio, despacio aun me duele…
En lo que ellos platicaban no se quitaba de esa posición… Cándido le acariciaba sus piernitas y sus nalguitas y de vez en cuando le daba una nalgadita muy suave… se movía lento muy lento… y descansaba un poco…. Estuvieron un rato luego Cándido comenzó a meterla y a sacarla más rápido… por momentos se la quería meter toda pero el niño se quejaba de dolor…
Entonces Cándido se fue poniendo de pie cargando al niño, y se fue poniendo de rodillas encima del zacate, luego lo fue acostando de espaldas… Cándido lo fue jalando hasta quedar su culo levantado… lo agarro de las botas y comenzó a meterla y a sacarla un poco rápido… y se la metía más de lo que bruno aguantaba porque le ponía sus manos en sus piernas empujándolo, para que no se la metiera toda…
– Bruno – haaaaagggg haaaa haaaa mmmmiiihgg…
– Cándido – eso… eso… quéjese… quéjese de gusto… eso mi cabroncito… sienta como le abro el culo…
– Bruno – aja…. Mmmmm hooouuuugggfff… aai, aii…
– Cándido – ¡le gusta… le gusta verdad… le gusta…!
– Bruno – siiii…. Siii… Siii…
– Cándido – lo sé, lo sé… ya falta poco para te la meta toda…
– Bruno – no toda, no…
– Cándido – tranquilo, tranquilícese, cuando la tenga toda ni va a saber…
– Bruno – es que me duele cuando la metes toda…
– Cándido – ¿si te duele…?
– Bruno – si
Estuvieron hablando de lo que le dolía… y Cándido, más se movía… a veces se la metía mucho… y bruno solo apretaba los dientes…
– Cándido – te la voy a sacar tantito… ya me quiero venir, y la trusa me estorba…
– Bruno – pero me la sacas despacio y me la metes también despacio…
– Cándido – siii
Cándido se la fue sacando muy lento… luego se bajó su trusa… y jalo a bruno hasta la orilla de la paca…
– Bruno – despacio ¿he?
– Cándido – si… patroncito… abre bien las piernas y no las cierres que te voy a dar mi semen en menos de 5 minutos… vas a aguatar las metidas y no vayas a quejarte mucho… toma muerde esta espiga…
– Bruno – si… no te tardes mucho porque luego me arde…
Cándido escupió en su pene… le agarra una piernita… y se la empieza a mater despacio… pude ver como la cabeza se fue metiendo lento… como se fue abriendo su ano… fue bien rico ver eso… entonces comenzó a meterla y a sacarla lento y luego más y más rápido…
PLAS… PLASSSS… PLAS…
– Cándido – ya viene… ya viene…
– Bruno – sii…. Hai, ai, ai,aiiii…
– Cándido – te los voy echar adentro… como siempre…
– Bruno – si adentro se siente bien rico… adentro… yaaaa..
– Cándido – aguanta guanta… aguántala…
– Bruno – sí, te la aguanto… siii..
– Cándido – haaaaaaaaagggg mmmm ggggaaaahhhh…. Haaagggckkk…
– Bruno – haaaaa…. Que rico, coges bien rico, Cándido…
– Cándido – todo… bien… no aprietes….
– Bruno – hay déjala… hasta que se te baje…
– Cándido – claro…
– Bruno – dame un beso, ¿sí?
– Cándido – no… solo a la viejas las beso… confórmese con que le de mi verga cuando su padre, no está…
– Bruno – bueno pues…
Luego los dos se pusieron de pie, cuando se le bajo su pene a Cándido… sacaron un papel de baño y cada quien se limpió… entonces se acomodaron al ropa…
– Bruno – con ropa es un poco incómodo…
– Cándido – pero si es más rápido…
– Bruno – jejeje si, pues…
– Cándido – la otra vez corrimos con suerte, de que su papa no se acerca más… y que me creyera que estaba haciendo ejercicio, porque si no la que se arma…
– Bruno – si por eso… mejor vengo cuando mi papa no está en la casa
– Cándido – para la otra te cojo bien sin ropa, pero hay que estar seguro de que tu papa no va a estar un buen rato…
– Cándido – y el velador, que tal te sigue cogiendo
– Bruno – sí, pero él le tiene más miedo a mi papa…
– Cándido – pinche Samuel…la tienes bien cabezona
– Bruno – si pero más chica…
– Cándido – a ver cuando hacemos más tríos con el…
– Bruno – si me gusta cuando tú me coges y el me la da para que se la chupe…
– Cándido – si cabroncito… cuando te tenemos en 4 es lo mejor… pera ya vete, para que tu papa te encuentre en casa y no en las orillas del rancho y derechito a tu casa, no vayas a buscar más verga
– Bruno – no ya no, hasta que se me quite el ardor jejeje…
Allí fue cuando bruno camino hasta la puerta, primero saco la cabeza y después se fue sin decir nada… luego Cándido tomo una cubeta con agua y empezó a lavarse su pene… se secó y se fue para la parte de atrás… yo seguía viendo por la ventana pero ya no lo veía… hasta que sentí como alguien me toco el hombro por atrás… y…
– Cándido – hola…. Veo que te gusto lo que viste…
– Vicente – he…. No, no, he visto nada
– Cándido – vamos desde hace rato he visto que me estabas espiando…
– Vicente – ven, vamos a adentro…
Me tomo de la mano, y camine hipnotizado hasta que estuvimos dentro del almacén…
– Cándido – siéntate… y dime que te pareció lo que viste…sé que te gusta la verga…, así que conmigo puedes hablar bien, ama también me gusta darle a los hombres, y si son pequeños como tú me fascinan, aunque las mujeres me gustan más.
– Vicente – pero como te gustan más, si, vi que te estabas cogiendo a bruno…
– Cándido – ohhh, ¿lo conoces?
– Vicente – no, solo sé que se llama si porque tú lo llamaste así
– Cándido – ho bueno, el me pide que me lo coja, y si él quiere, yo no me voy a negar… como ya te lo dije antes…no niego mi verga ni me gusta que me nieguen un buen par de nalgas.
– Vicente – mmmm bueno pues.
– Cándido – y que viniste por esto verdad.
Me decía mientras se sobaba su pene encima de su pantalón…
– Vicente – no, bueno si…, pues si venia para que cogiéramos.
– Cándido – no que no, si se ve que te encanta como al patroncito.
– Vicente – ¿él es tu patrón?
– Cándido – no, él es el hijo del dueño de todo esto. Y le gusta que le den por el culo como a ti, también es puto como tú.
– Vicente – quieres que te la agarre…
– Cándido – no ya no quiero… no vez que me acabo de coger a otro puto…
– Vicente – sí, lo vi, pero pensé que querías… por eso te lo sobabas
– Cándido – ya no tarda en llegar el otro trabajador… pero si quieres vamos al rio, que me quiero lavar bien el pito… pero si quieres…
– Vicente – sí, si quieres allí te la chupo…
– Cándido – espera, espera… ¿puedes llegar tarde a tu casa?
– Vicente – sí, pero no muy tarde…
– Cándido – bueno, vente vamos para una cabaña abandonada
Nos fuimos a la cabaña abandonada… para llegar allí solo había un camino un poco chico, entramos, me dijo que lo esperara allí, que ahorita venia…yo lo estuve esperando, a veces me quería ir… y por ratos me arrepentía, pasó un rato y no llegaba… pensé que era una broma y mejor me fui… ya iba a medio camino cuando vi que venía Cándido con otro hombre, con una pistola en la cadera… me asusté mucho y corrí de nuevo a la cabaña y me escondí como pude. Ya se veía grande el señor… como de 35 años, doble… traía una gorra, un pantalón negro y una camisa roja y un chaleco rojo con blanco… y unos zapatos cafés claros…
– Cándido – verga, ¿dónde está, esté mocoso?, Hay pinche Samuel, creo se espantó de ver a dos hombres queriendo su culito.
– Samuel – para mí que lo asustaste con tremenda riata que te cargas Cándido
– Cándido – y yo que quería una buena mamada y si me calentaba bien hasta me lo andaba cogiendo
– Samuel – y yo que traigo la verga hinchada…
– Cándido – si verdad, esta chavito el cabron y anda buscando verga…
– Samuel – bueno, ni pedo, voy a dar una vuelta, no sea la de malas y quieran robar
– Cándido – si nunca le han robado nada al patrón, no sé ni para que te contrato…
– Samuel – pues… para tener a su hijito contento jajaja, que no…
– Cándido – jajaja, si serás cabron… vámonos mejor, este ya se largo
– Vicente – no, no se vallan… ya salgo
– Cándido – ¿pero qué hacías escondido?, ¡no te dije que aquí me esperaras!
– Vicente – es que me asuste por que el señor trae un arma
– Cándido – no te asustes con lo único que te voy a disparar es con la pistola de leche…
– Vicente – jejeje bueno pues… ¿ya, no?
– Cándido – a ver pues, Samuel ya bájate el pantalón que ya es tarde
– Samuel – claro a ver vamos a donde nos cogemos al patroncito.
Caminamos un poquito, estaba un lugar de 3 pacas de zacate dos abajo y una arriba con cobertores arriba de las pacas de zacate.
– Samuel – así que te gusta la verga, venga, pues y dame una chupadita.
Samuel se desabotono su camisa y se bajó su pantalón hasta los tobillos y me gusto que no traía bóxer… le vi su pene un poco parado, y se veía que tenía una cabezota… yo me hinque en una paca y Samuel me tomo de la mano y me jalo hasta quedar cerca de su pene… le sobe sus huevos por un rato, los tenia grandecitos… se me hizo agua la boca… le agarre su pene y me lo lleve a la boca…
– Samuel – hoooooggghhh… eso la cabecita…
Sentí como poco a poco se le fue poniendo dura… dentro de mi boca… y sentí como se le fue inflando su cabezota… me llenaba la boca de lo grade que la tenía… así que casi nada más, lo que podía chupar era su cabezota y un poco más… cuando Samuel me agarraba de la cabeza y me empujaba su pene para que se metiera más y más… sentía como me ahogaba con la saliva… eso solo por ratitos, luego me soltaba…
Samuel se recostó un poco y me dejaba chuparle el pene por mí solo sin hacer nada, solo gemía y hablaba…
– Samuel – hoooo venga, venga… chupa lo más que puedas…
– Vicente – es que la tienes bien cabezona y no me entra mucho…
– Samuel – como vez, pinche Cándido… la chupa mejor que el patroncito o como vez…
– Cándido – no pues sí, se ve que se esfuerza…
– Samuel – está bien… me gusta como la chupa… hoooouuuggg, siii… eres bien putito… si así me la chupara mi esposa, no me dejaría que la chuparan los putitos…
– Cándido – si cabron… esto es del diablo, pero pinches putos como les gusta la verga… tú disfruta, pinche Samuel… que te saque la leche…
Cuando hablaban así, no me sentía mal al contrario más me calentaba… así que me saque la playera que traía y me acerque bien a su pene… podía sentir sus huevos en mi pecho y cuello… con una mano le agarraba su pene y trataba de meterlo lo más que se pudiera… chupando bien su cabezota….
– Samuel – creo que le gusta que le digan puto… ya me la está chupando con más ganas jajaja…
– Samuel – si… si puto… eso es, a ver álzate poquito…
Después Samuel se alzó un poco y comenzó a moverse como si me estuviera cogiendo… yo me quede quito…, entonces sentí como Cándido me desabotono el pantalón y me lo fue bajando con cuidado para que Samuel siguiera con su mamada… yo me quite lo tenis con los pies… y Cándido me saco el pantalón junto con mi trusa… quedando desnudo…
– Samuel – a ver putito, ya te llego tu hora… acuéstate de ladito… sacando bien el culito…
– Vicente – si…
Yo me subí en las pacas me acosté mientras Samuel se quitaba su ropa por completo… me tomo de las piernas y me dejo con el culo volando… me dijo.
– Samuel – ahora si putito… abre bien esas nalguitas… y las cierres…
Solo le dije un “aja”… Samuel escupió en su mano y me paso su saliva poco el culo… al sentir su mano dura, no pude evitar quejarme… lo que lo calentó más y me metió un dedo con su saliva… yo arquee la espalda…
– Vicente – haaaaaaa aaaauuu…
– Samuel – y eso, es el dedo… pero te encanta…
Samuel tomo uno de mis pies y con la otra agarro su pene… lo puso en la entrada y comenzó a empujar… pero su cabeza no lo dejaba… tomo más saliva y volvió a empujar… sentí como me iba abriendo su cabezota… cuando me la metió… me dolió muchísimo si abdomen… tanto que empecé a sudar frio… me dolía muchísimo….
– Vicente – me duele… me duele sáquela…
– Samuel – tranquilo apoco no te duele cuando te coge el campesino… y después se te quita, ¿qué no?
– Vicente – si pero me duele muchísimo…
– Cándido – tranquilo, mariconsito, que no esto, es lo que buscabas…
Sentía como me partía en dos… pero cuando se me fue bajando el dolor, cuando entro un poco más ya no me dolía tanto, porque tenía su pene delgado solo su cabezota me iba lastimando… dejo de empujar cuando ya la tenía casi toda dentro…, luego, luego se empezó amover… aun me dolía y más como la iba sacando y metiendo… era un dolor muy rico…
– Samuel – siiii… que apretadito estas cabroncito… me gusta cómo me aprietas la verga…
– Cándido – dale sabroso cabron… dale que te busque después…
– Samuel – eso si… que quiera verga después… aunque le vuelva a doler…
– Vicente – haaaa haaaagggg ooohhhgggfff…
– Samuel – ándale chiquita… gózala como la puta que eres…
– Vicente – haiii… se siente bien rico… que rico…
– Samuel – ¿la gozas verdad?, maricón… ahora te la vas a comer sentadito…
Samuel me la saco muy rápido tanto que me dolió… se sentó en la paca… me dijo que pusiera mis piernas abiertas cerca de sus piernas y me le fuera sentando hasta que me metiera casi todo su pene…
Así lo fui haciendo… cuando me iba entrado su cabeza… tuve que hacer fuerza para sentarme porque, como que no quería entrar… pero cuando me la metí… no deje de presionar aunque me dolía mucho, quería tenerlo dentro de mí lo más que se pudiera…
– Vicente – haaaaaaaaiiii ai aiiii… ooouuuu huuu uuhhh…
– Samuel – pendejo te la metéis muy rápido, si te lastimas ni te quejes… ahora sube y baja… no te quedes quieto…
Entre que me dolía y me gustaba… comencé a bajar ya subir como haciendo sentadillas, pero con un pene dentro de mi jejeje… ya no sentía dolor… solo como entraba y salía su pene de mi… lo estuve montando un buen rato…
– Cándido – si cabron ábrelo… que te monte… así lo abre más adentro… déjalo que se mate solito…
– Samuel – que va… es bueno montando verga este pendejo… se ve que le encanta, para mí que es más puto que el patroncito…
– Samuel – verga quítate, te paras y te volteas y te agachas sobre la paca.. que te voy a llenar el culo de semen…
Yo me puse como él me pidió con las manos sobre la paca, y paré bien mis nalgas sin que me lo pidiera… yo solito me puse más saliva para que resbalara bien… cuando sentí me tomo de las caderas y su pene se fue metiendo solo… de repente se empezó a mover muy rápido, pero rápido… sentía como me pegaba sus huevos muy duro… y como sonaba su piel con la mía…
– Samuel – hay cabroncito… aprieta, aprieta… que estoy a punto de llenarte el culo…
– Vicente- haiiiiaaa ai ai aiiii… hay…
– Samuel – haaaaaaaaaooooo hoooggg ufffff hoooo oohhh…
– Vicente – ¿ya se está viniendo señor?
– Samuel – yaaaa… yaaaaaa aaahhh… ahhhh… te- te… te voy a preñar maricón…
Samuel se movía muy lento mientras me llenaba con su semen… la verdad me encanto como lleno de semen… es de lo más rico que hay en la vida…
Cuando me la saco… sentí como si se me saliera todo su semen de lo abierto que me dejo… se limpió su pene con papel higiénico… me dio un poco y me dijo que me vistiera… cuando ya estaba vestido él se fue poniendo su ropa… saludo a Cándido y le dijo que gracias… por darme este culito… después me dijo Cándido que nos fuéramos para el pueblo, después de esa vez, los hemos hecho muchas veces, a veces los tres… juntos… y con mi padrino lo hacía muy seguido… y toda vía los hacemos como 3 veces por semana… y con unos que otros que conozco…
Pero nunca me he quedado con las ganas…
– Rodrigo – pues hoy si te quedas con las ganas por que ya me tengo que ir a mi casa…
– Vicente – pues cuando quiera… ya sabe dónde vivo… o con mi padrino… él sabe dónde buscarme…
– Rodrigo – pues, primero preséntame al otro ahijadito de tu padrino… que le quiero reventar el culo con mi verga…
– Vicente – pero le va doler muchísimo…
– Rodrigo – lo voy a tratar muy bien…
– Vicente – bueno pues…
Salude a Rodrigo de la mano, encendí el carro y me fui derecho a la casa con la verga bien mojada por lo que Vicente me había contado…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!