Descubrí que mi sobrino era todo un putito a sus 8 años pt 30
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por relojde1988.
porfavor no bloqueen los comentarios.
como autor, necesito leer las respuestas al texto, presentado.
gracias
Rectifico edades
Leandrito 10 años
Diego 13 años
Mario 16-17 años
Leandrito que ya estaba en 5to de primaria, (dije que hiba a la secundaria, pero me equivoque, ese sería DIEGO, en la versión final que publicare en pdf, lo comprenderán mejor, sorry).
Leandrito que tenía 10 añitos ya casi 11, estaba por finalizar el grado y con el cierre de las fiestas del pueblo, estaba feliz, eran las últimas semanas de clases.
El sábado que fue el final del cierre de la feria… salí de mi “casa” a la casa de mi hermano en donde estaba la oficina.
Revise papeles y deduje cantidades para hacer pedidos de alimentos balanceados y así como los estados de cuenta de las ultimas entradas y salidas de insumos.
Termine como a las 3 de la tarde de revisar.
Baje a la sala y vi a los chicos jugando su consola.
Mi hermano no estaba como de costumbre.
Mario preparo la comida, sirvió y comimos platicando de todo un poco.
– Mario – ¿sabes tío?, ese Leandrito lo vas a dejar bien aguado del culo.
– Rodrigo – jajaja que cosas dices…
– Diego – la neta…
– Mario – si me imagino que todas las noches te lo has de estar cogiendo… y apenas tiene 10, ya me lo imagino en 2 años… así ira tío… – hizo un diámetro con las manos alrededor de 20 cm y se echó a reír a carcajadas…
– Rodrigo – no que va, no es lo que te imaginas… así quisieras que te deje a ti, nomás andas de envidioso.
– Diego – jajaja….
Pa`que te calles… jejeje tío te manchaste.
– Leandro – si… nomas estas de envidioso como yo si me la como y tu no.
Por tu noviecita…
– Rodrigo – oye deberás, sobrino y si la dejas satisfecha, porque si no préstala y veras como te la regreso… mansita, mansita…
– Mario – que paso tío… si la tengo comiendo de mi mano… y de otro lado más.
– Rodrigo – pinche Mario.
Nomás por que se te gusta que te rellenen el culo cual pavo en navidad.
– Mario – y eso que… tú también tienes hijos y ya te rellenaron el culo, también… además me considero bisexual… y si quiero a mi chava… y chance con ella le regale nietos a mi papa, y si no pues con otra.
…
Dieron las 5 de la tarde y mi hermano Carlos regreso, sucio y oliendo a cerveza, pero todo tranquilo.
Mientras el comía… le dijo a Mario que se vistiera, él y Diego… los dos subieron a sus habitaciones… y bajaron como en 20 minutos.
Los dos de pantalón negro, con unos botines color rojo, con una camisa de color café claro y con un sombrero color canela…, mi hermano en cuanto acabo de comer se desnudó en la cocina y se puso la ropa del mismo color que sus hijos, solo que su sombrero era negro y unas botas color melón.
– Rodrigo – epa… epa… epa… ¿y el desfile donde es?
– Carlos – ¡¿he…?!, oooohhhh, deberás nosotros saldremos en la cabalgata al final de todo el recorrido, con los demás señores que montan a caballo.
– Carlos – tu hermano te llevas a Leandrito al final o nos encuentras en el centro al final de todo… no te dije nada porque sé que no montas a caballo.
Pero pues nosotros ya a prendimos… y Leandrito le tiene algo de miedo todavía.
– Carlos – es que míralo es mi bebe todavía… no montara caballo, pero bien que monta otras cosas… jejeje
Cuando salieron los tres de la casa, se fueron a donde estaban la camioneta, y se la llevaron al terreno donde esta al establo de mi hermano.
Dentro de una hora más o menos regreso Mario con la camioneta y un caballo amarrado en la parte trasera.
La estaciono, entró a la cocina y tomo agua y se despidió… ya nada más se escuchó el trote del caballo.
– Rodrigo – te imaginas que te llevara bien ensartado en un caballo…
– Leandrito – a ver tío como me llevarías…
Y Leandrito se acomodó de frente a mi quedando el sentado en mi entrepierna, y como estábamos viendo la tv… comencé a moverme como si yo fuera el caballo al ritmo del trote… mientras lo acariciaba por todo su cuerpecito de 10 años… los dos nos comenzamos a excitar y nos besábamos y le comía le cuello y le sobaba las nalgas… hasta que llegaba a su culito y le trataba de meter un dedo pero como su lo estaba seco… nomás no entraba… nos estuvimos agasajando por un rato más… hasta que vi la hora… le dije a Leandrito que se fuera a bañar y yo igual… pero cuando me metí a la regadera… entre Leandrito desnudo al cuarto de baño de mi hermano y ahí continuamos con el faje… debajo de la regadera… dejamos que el agua callera sobre nosotros.
Tal vez estuvimos más de media hora… hasta que el agua caía cada vez menos… y dimos por terminado el faje.
Una vez vestidos, no subimos a la camioneta y maneje hasta el centro del pueblo, ya pasaban de las 7 de la noche, apenas estaba oscureciendo, pero no encontré un lugar para estacionarme.
Le marque a mi hermano y me dijo que ellos estaban en el corral de toros.
Deje la camioneta en una calle un poco alejada del centro y le dije a Leandrito que me digiera por donde era el corral de toros.
Una vez que entramos al corral y nos sentamos en las gradas de metal… el corral estaba casi lleno.
Leandrito estaba viendo por todos lados, yo pensé que estaba buscando a su padre… pero cuando acabo de tocar la banda y la mayoría del pueblo se había reunido, ya sentado en las gradas… después de más de 40 minutos de estar sentados.
Empezaron a nombrar a los montadores y estos fueron levantando la mano y haciendo reverencias algunos.
Presentaron de los más chicos que eran unos niños hasta los hombres adultos… todos caracterizados de montadores.
Jeans ajustados, camisas, botines o botas con espuelas, y uno que otro con chaquetas.
Los niños empezaron montando borregos, con lo cual la gente reía y se carcajeaba… para entrar en ambiente comencé a tomar unas cervezas.
Y Leandrito a mi lado… tomando refresco y con sus palomitas.
Cuando paso un chico que se veía entre los 15 y 18 años, Leandrito lo señalo y chiflo con los dedos en la boca… y le grito “perico”… anteriormente el animador lo habría presentado como el perico de x lugar… por lo alejado que estaba, no le presente mucha atención.
Hasta que Leandrito comenzó a hacer alboroto….
– Leandrito – tio…tio mira… ese es mi amigo… y es montador…
– Rodrigo – ese flacucho es tu amigo… pero está bien seco… de seguro el toro lo tira por desnutrido…
– Leandrito – aiii, te pasas tío… al rato te lo presento…
En cuanto paso su toro “un becerro”, pues el montador era apenas un adolecente y estaba en sus inicios… una vez que se le subió… el becerro dio 5 brincos y comenzó a medio correr buscando una salida… pero el chico sintió que le había montado a un toro experimentado, porque bajo del animal una vez lazado y alzo la mano… Leandrito por lo más hacia fiesta y sentía que el culo se le habría… hasta que el chico sonrió… y la cara se le figuro la típica carita del chico que parece que siempre está feliz.
– Leandro – vente tío vamos a saludarlo y a felicitarlo…
Ante la insistencia de Leandrito, nos abrimos paso entre la gente y las gradas hasta que bajamos para encontrar el área donde estaban los montadores, el olor a toro me llego de sopetón y me dio asco en primer lugar pero después me fui acostumbrando… Leandrito corrió, hasta donde estaba ese chico… y lo abrazo… rodeando toda su cintura.
Los montadores tenían una pequeña camparta improvisada.
Había varios como 10, algunos fumando marihuana, y otros con unas cervezas, una vez que Leandrito lo tuvo rodeado de la cintura, el muchacho se volteó y le sonrió… y dejo de platicar con los demás montadores, cuando lo vi de más cerca, era un chico de ojo de color verde, blanco, con las mejillas con poco rosadas y unos labios finos… de cara cuadrada… de brazos fuertes y dobles… pero cuando fui bajando la mirada… cada vez se me hacía más delgada su figura… y pues de lo guapo que estaba el chico, sus piernas y glúteos se hacían delgados, pero de consistencia maciza.
El chico volteo a varios lados y al no ver a su padre o hermanos de Leandrito, le dio una nalgada, que pareció caricia…
– Perico – que hay loquito….
Te busque en la cabalgata… mire a tu papa, pero no te vi…
– Leandrito – no pude ir.
Pero ya llegue y vi como montantes….
Casi te tira… pensé que te iba amatar…
– Perico – no manches… no seas sonso… es un becerro a penas… más tarde tú te vas a montar ¡que…!
– Leandrito – jejeje ya sabes… mira te presento a mi tío, el me trajo… ¿verdad tío que casi, lo tira el toro?
– Perico – buenas….
Buenas…
– Rodrigo – que tal….
Mucho gusto….
Señor… – le dije cuando me acerque a darle la mano.
Cuando se quitó el sombrero y la camisa para quedar en una camiseta de color blanca, mire a un chico de 17 años, muy guapo con el cabello cortito y al parecer un poco ondulado, por los remolinos que se le hacían en la cabeza… al verlo de cerca y de frente se me asemejó a Orestes…
– Rodrigo – disculpa, te m haces conocido…
– Perico – no que va es la primera vez que lo miro.
Vea tú…
– Leandrito – mmm, es que mi tío ya conoce a tu hermano…
– Perico – ya conoce al ¡oros!
– Rodrigo – ¿oros? Y ¿ese quien es…?
– Perico – es mi hermano Orestes… así le decían cuando también quería ser montador, pero al wey lo piso un becerro y ya no quiso montar… estaba bien chamaco… pero yo si soy valiente…
Leandrito le dijo a perico que nos fuéramos a sentar los tres… el joven me hizo platica, era un chico que nunca se callaba y siempre tenía tema de conversación.
Le mande un mensaje a mi hermano que nos encontráramos más tarde en el centro porque había mucha gente.
PEPE que era su nombre real de perico, le dijo a Leandrito que cuando terminaran los toros, se quería ir a bañar y que si lo acompañaba al hotel.
Y que si yo quería podríamos ir por unas cervezas en lo que nos encontrábamos con mi hermano.
Ese chico blanquito de ojos de color verdoso, hizo que se me vinieran miles de imágenes a la cabeza.
Estuve pidiendo varias cervezas para contralar mis impulsos, al cabo de terminar todas las montas la banda siguió sonando, y fue el momento preciso para salir de allí.
Caminamos hasta el hotel del centro.
Un hotel de color banco, pidió las llaves al recepcionista y subimos por las escaleras hasta el 3er piso, en la habitación 18, al entrar en la habitación vi que solo había una cama, una televisión de las redondas, sobre lo alto de una pared.
El colchón de la cama estaba cubierta por unas cobijas anaranjadas y todo el cuarto de blanco, y un balcón que daba a la calle y donde se podía ver la actividad de la fiesta y los arboles de tamarindo en las orillas del parque central del pueblo que cubrían un poco a las personas.
Perico comenzó a quitarse su ropa frente a nosotros sin ningún pudor, hasta quedar solo en una trusa color negra un poco chica, se le marco un paquete normal… y comenzó a sobarse, hasta que comenzó a excitarse un poco, yo no le quitaba la mirada de encima, un chico, flacucho muy guapo de rostro, y macizo de músculos.
Al darse la vuelta mostró un culito paradito, se agacho un poco y se bajó la trusa dejando ver sus nalgas abiertas… se volteó y le guiño un ojo a Leandrito… cuando el agua comenzó a caer de la regadera… Leandrito que estaba sentado en la cama me llamo para que me sentara a su lado… cuando estuve junto a él.
Leandrito comenzó a acariciarme el pene que estaba más que parado…
– Leandrito – hay tío… ya se te paro…
– Leandrito – verdad que está bien guapo… y se parece un poco a Orestes verdad…
– Rodrigo – solo un poco… un poco nomas.
Mientras Leandrito hablaba me fue bajando el cierre y comenzó a masturbarme, desde los huevos hasta el glande para que saliera un poco de líquido seminal… y me lamia la cabeza cuando obtenía su premio.
Mientras me comenzaba a chupar la cabeza, comenzó a desnudarse… se incoó y se puso entre mis piernas, yo tome el control remoto de la tv y la prendí para que hiciera ruido… y puse unas caricaturas, en cuanto la regadera se cerró, mi corazón comenzó a bombear más de lo normal, tenía miedo y excitación… abrí la única cerveza que me quedaba.
Y me la tome un solo trago.
Cuando se escuchó abrir la puerta del baño, Leandrito comenzó a chupar lo más rico que podía, tratando de comerse hasta donde su garganta le permitía…
– Perico – fierro, fierro… a que chamaco, no pierdes el tiempo.
Y con tu tío he…
– Rodrigo – si cabròn, la chupa riquísimo… ya lo sabes, creo…
– Perico – claro que lo se… y ese culito es bien tragón… por eso le dije que me acompañara la hotel pero no pensé que tan pronto se le calentaría el culo, yo pensé que lo tendría pa mi solito… pero veo que otra vez lo tengo que compartir.
– Rodrigo – ¿otra vez?
– Perico – jejeje si otra vez.
Perico traía la toalla en la cintura y ya se le marcaba la erección debajo de la toalla.
Se la quitó y comenzó a masturbarse… se le figuraban unos 16 – 17 cm un poco delgada de la cabeza y se iba engrosando hasta el tronco, un poco curva hacia abajo y unos huevos un poco grandes para su pene que le colgaban flácidos…
Perico tomo su sombrero – este becerrito me lo voy a montar a grapa… fue lo que dijo, se puso el sombrero y se fue hincando hasta quedar detrás de mi sobrino de 10 años… se puso saliva en el glande y le puso en su culito.
metiendo el dedo hasta dentro.
– Perico – ha su pinche madre… quien te trae así el culo…
– Rodrigo – yo… he yo…
– Perio – a ver… a su pinche madre… eso entra en este culito….
Perico se sorprendió un poco por el tamaño de mi pene y sonrió….
– pinche Leandrito, creo que ya no te tengo que meter los dedos para acostumbrarte.
– Leandrito – mmmmaaaaaaajaaaa… – Leandrito se acomodó bien hasta parar bien el culo…
– Perico – bueno pues siendo así… – lo tomo de la cintura y le acomodo el pene en el culito, y se la fue metiendo, poco a poco sin detenerse, hasta quedar pegado a él.
Leandrito se había a quejar del dolor, pero detuve su cabeza para que no sacara el glande de la boca, mientras perico se movida de izquierda a derecha sin sacársela.
– Perico – caray, pinche leoncito ya te dejaron aguadito… jejeje ya ni te ha de doler… – todo lo que decíamos lo hablábamos en voz baja, para que no nos escucharan fuera.
Entonces perico lo tomo de las caderas y se fue poniendo de pie, con Leandrito pegado a él, se abrió un poco sus piernas y cargo a Leandrito, el flaquito tenía mucha fuerza… lo mantuvo en el aire quedando sus manos sobre mis piernas, sus pies quedaron colgando, entonces comenzó a moverse un poco rápido… cuando sus pieles comenzaron a golpear, le subí el volumen a la tv, mientras Leandrito intentaba mantener mi glande en su boca , aunque por el moviente que hacía, se le salía a cada rato…
Ver como mi sobrino de 10 años era sodomizado por ese chico de ojos verdosos… flaquito, que hasta sus fibras musculares se le marcaban, por el esfuerzo de estar cargando a Leandrito.
Perico, ya estaba muy sudado… pero no bajaba a Leandrito, lo mantenía en esa pose, bajo un poco a Leandrito hasta que este se puso de pie, entonces perico lo volteo hacia él, y le metió un brazo en cada una de sus piernas y lo fue alzando hasta que sus piernas rodearon sus caderas y acomodo sus brazos de Leandrito en su cuello, y ya que lo tenía asegurado, este le acomodo el pene en su ano y le dijo que fuera bajando, estando yo delante podía ver como entraba el pene de perico… perico comenzó a moverse muy rápido, parecía que penetraba a una mujer por su vagina… Leandrito apretaba los dientes para no gemir, pero era imposible, a cada nada se le escapaban los gemidos de placer y dolor… los dos estaban sudados… pero perico no se detenía….
Lo estuvo penetrando así parado como unos 15 minutos solo se detenía para limpiarse la cara y volvía a penetrar violentamente a Leandrito…
Después de eso, perico camino hasta la cama y se dejó caer sobre Leandrito en la cama… y así lo siguió penetrando, Leandrito respiraba hondo y mantenía la respiración por el peso de perico sobre su cuerpo…
Después perico se fue poniendo de rodillas sobre el colchón y fue acomodando a Leandrito de costado, con las piernas dobladas le tomo una y la levanto, para que perico viera como entraba y salía su verga de su culito.
Leandrito agarraba las cobijas con los puños serrados queriéndolas romper y apretaba los labios fuertemente, yo me acerque a s u carita y le pregunte al oído: ¿te está lastimando?
– Leandrito – un poco…
– Rodrigo – quieres que le diga que pare…
– Leandrito – nooooo….
Aaaaaaiiiii… no, me coge muy rico… y está bien guapote… déjelo él sabe que así me gusta.
– Leandrito – mejor démela por la boca… quiero chupártela tío… si porfis… jejej ahhh.
ai… ai… aaaiiiii.
Le metí un dedo a Leandrito por la boca y comenzaba a sacárselo y a metérselo.
Me acomode de costado y le puse la verga a la altura de su boca, él la abrió y se metió un poco más del glande, ferozmente… como desesperado…
– Perico – oooohhh… siiiiii, siii, siiii haaaaaa – daba quejidos en voz baja.
Sus movimientos se fueron haciendo más lentos… hasta agacharse que dar sobre Leandrito… acariciando su cabecita y dándole besitos en las mejillas…
– Perico – ya bebe… ya ooooohhhhhhgggfff….
– Leandrito – haaaaaaa… si sentí como te salía tu leche jeje….
Ya quítate de encima…
Perico se la saco muy rápido… tanto que Leandrito se quejó… y cuando este se puso a su lado sobre la cama, Leandrito estiro las piernas, y arqueo la espalda hacia atrás, apretando sus nalguitas lo más que pudo, gimiendo de placer… y se llevó los dedos al culo… y se los metió jugando con su ano…
– Leandrito – hay que rico… ya te extrañaba, y como me coges… bien fuerte.
– Perico – no que va, si ya estás bien flojo del culo, se ve que tu tío te trata bien en la cama.
– Leandrito – hay pues, también tú te desapareces…
– Perico – ya vez, la vida de un montador es ir por todos lados, montando toros, y uno que otro culito, jejeje, cuando hay ocasión.
– Leandrito – si pues… me gusta cómo me montas, eres bien salvaje.
– Perico – que va, metete a bañar pues, que no tardan en pasar por mí los otros montadores, para irnos a chelear.
Leandrito se quedó un ratito en la cama y luego se fue al baño, en cuanto el agua se escuchó caer, perico me empezó a hacer plática.
– Perico – Hace un año cuando lo conocí, estaba más apretado, ahorita ya está bien flojito.
Pero gusta chingarmelo, por lo chico que es y lo caliente que se le pone el culo.
– Rodrigo – sí, ya casi esta acoplado a mi verga.
La primera vez que se la metí, lo lastime, ahorita ya se la aguanta riendo.
– Perico – jajaja, esa estuvo buena… cuando mi hermano entro a trabajar con don Carlos, leoncito no me quitaba la mirada de encima, cuando iba con mi hermano a su casa, y una vez que fui a orinar y este chamaco me vio, luego, luego se le caía la baba, y como estaba caliente, nomás comencé a sobármela, y le hice con la cabeza que viniera, se acercó y él solito comenzó a mamarla, le hizo un ratito y le dije que nos fuéramos donde estaban los arboles cerca del rio.
Y allí, pase de su boquita a su colita.
Primero se me resistía, que el dolía, pero después más paraba la colita, me dijo que soy muy bruto, pero el cabròn acababa bien adolorido, pero bien complacido…
– Rodrigo – si… ehh.
– Perico – no espera… y como le gustaba que me viniera en su boquita… cuando el pregunte que cuantos años tenía me dijo que nueve.
– Rodrigo – ¿si…?
– Perico – pero me dijo que no me preocupara, que él no se lo diría nadie, y que le habían gustado mis ojos.
– Rodrigo – jejeje…
– Perico – si cabròn, es buen putito, por eso cuando vengo aquí, le mando un mensaje con mi hermano, para que su patroncito, tenga listo su culito.
Perico casi no dejaba que yo hablara, en todo el rato que Leandrito estuvo en el baño, hasta que salió, se cambió, y nos salimos del hotel como si nada.
Ya estaba muy oscuro, y le marque a mi hermano, para ver donde estaban, igual, perico, saco su celular y se despidió, de nosotros, diciéndole a Leandrito, que más tarde lo vería, a lo que Leandrito le dijo que sí.
– Leandrito – ya no me va a ver hasta a ver cuándo, ya se va a ir de borracho con su amigos y sus novias…
– Rodridgo – si, se ve que es medio cabròn, pero tú ya lo gozaste no seas envidioso, jejeje…
– Leandrito – no que va tío, además yo tengo mi lechita segura, verdad, tío…
– Rodrigo – a pero que cosas dices sobrino…
Nos encontramos con mi hermano y sus hijos, Mario estaba con su novia, después de un rato se fueron, solo quedamos con diego y Leandrito, nos fuimos a cenar, y dimos varias vueltas, hasta que nos pusimos a tomar con mi hermano en un lugar donde también vendían cena, nos dieron las a las 10:30 diego dijo que daría una vuelta a ver si se encontraba con sus compañeros de la secundaria, Leandrito se quedó con nosotros, hasta las 12 de la noche, Leandrito estaba acostado en dos sillas recostando su cabecita en mi entrepierna, hasta que comenzaron a lanzar las bombas pirotécnicas al cielo y estallaban, y del lado derecho comenzaba la humareda del castillo, levanté a Leandrito para que viera el espectáculo, sonrió cuando el espectáculo estaba en su apogeo.
Hasta que termino todo, la gente comenzó a dispersarse poco a poco.
Quedando el centro un poco vacío, solo por los borrachos, y jóvenes que jugaban con cuetes de diferentes tipos.
Mi hermano Carlos que ya había tomado demasiado, pero aun así se mantenía en sus cinco sentidos, en cambio a mí me pegaba mucho, y más por el viento que soplaba en todas las direcciones.
En ese momento llego Mario, con diego, venían riendo, Mario abrazando a su novia, y junto a diego venia su mejor amigo, que se veía de su misma edad, y venia un niño más chico como de 8-9 años… y otros chicos de diferentes edades.
Eran como unos 7, después llego un compadre de mi hermano, un señor como de 45 años, con barba y bigotes recortados, y con su mujer a un lado, y unos tres chicos, un niño como de 6, una niña de 11 y un adolecente de 17 años.
Todos, se juntaron cerca de nosotros, los chicos comenzaron, a jugar cerca, el compadre de mi hermano mando a su mujer por dos botellas de whisky, mientras me presentaba a su familia, empezando por el, se llamaba adriel, el más chico el pequeño se llamaba, narciso, la niña se llama Lorena, y el más grande se llamaba patricio.
En cuanto su mujer llego, le dijo a su esposo, que ella no lo aguantaría con sus borracheras y que ella se iría a acostar, que nada mas no se pusiera loco.
Y le dijo que la niña se quería a vigilarlo, le encargo a su hijo más grande que cuidara del más chico.
En cuanto su mujer se fue, le dijo a su compadre que mejor se fueran para su casa, que allá se tomarían las botellas, que ya empezaba a hacer frio.
Diego se despidió de los demás chicos, que, menos de su amigo y el hermanito de su amigo.
Los 11 nos acomodamos dentro y fuera de la camioneta, y nos dirigimos a la casa, mi hermanos les dijo a los chicos que si quería seguir jugando con los cuates que les prestaran unos suertes, o chamarras a los demás chicos para que no se enfermaran y que no estuvieran jugando lejos de donde los adultos estuviéramos tomando.
Cuando hubiéramos llegado a la casa.
Cuando todos nos bajamos de la camioneta, mi hermano fuer por una mesa una mesa chica de 4 lados de plástico, los 5 más grandes comenzamos a tomar, en cuanto una se acabó mi hermano mando a Mario por tres botellas que estaban en su recámara.
Ya pasaban de las 2 de la madrugada, y Mario estaba mareadísimo, y sin darnos cuenta Mario se quedó dormido en la silla, aunque su novia y Carlos le daban de cachetadas, pero Mario nada más movía la cara de un lado a otro, y eso les divertía a los dos, que comenzaron a charlar muy alegremente, igual la chica estaba muy tomada.
El compadre de mi hermano era un bromista y a cada rato nos albureaba a todos, también a la novia de Mario disculpándose siempre al final, pero todos ya tomados nos reíamos de por todo y de todos.
Yo trataba de tomar lo menos posible aunque de vez en cuando me veía obligado a tomar a la par de los demás.
Cuando la hija de adriel, iba al baño, siempre la acompañaba su hermano el mayor, al igual que con el chico, a veces se tardaban un poco.
El ambiente comenzaba a ponerse tenso, entre que el compadre de mi hermano se le queda la mirada fija en los pechos de la chica, y al igual mi hermano, y la chica de vez en cuando se echaba aire con la mano, y se acomodaba el cabello suelto de un lado.
– adriel – oye compadre, porque no, nos damos una vuelta por las granjas a ver si casamos un fantasma.
– Sandra – hay no que miedo, si hay fantasmas no quiero ir… mejor aquí me quedo cuidando a mi novio.
– Carlos – no que va, si sale un fantasma, pues lo asustamos, jajaja
– Adriel – claro además hay que tenerle miedo a los VIVOS NO A LOS MUERTOS, además ya sabes lo que dicen, el vivo al gozo y el muerto al pozo.
– Sandra – hay que cosas dices, don adriel.
Pero si sale un fantasmin, yo me regreso he, además soy bien miedosa.
– Adriel – oye hijo, ve y te quedas a cuidar a los niños en especial tu hermanita, no quiero que tu madre me regañe cuando regresemos a la casa.
En cada palabra que salía de los tres había una tensión muy nerviosa.
Igual yo estaba con al verga bien parada.
Esa sensación de saber que algo puede pasar, esa tensión sexual, ese bombeo del corazón, que intuye lo peor o lo mejor, según a quien el convenga.
– Carlos – diegooooo….
Diegooo… – diego llego corriendo…
– Carlos – ahorita venimos vamos darnos una vuelta, cuidas que no le caiga ningún cuete a tu hermano, por favor…
– Diego – si papa, no te preocupes, y adonde van…
– Carlos – por ahí vamos a dar una vuelta, no te digo, pues…
– Sandra – vamos a quemarle las patas al diablo…
– Diego – hora estás loca.
– Sandra – vamos a fumar esto… y no queremos ser una mala influencia para los niños… jajaja ¿o que no suegro? – dijo Sandra cuando saco de su monedero uno bolsita de marihuana…
– Carlos – guarda eso…
– Diego – pero si yo ya la he fumado… no me asusto…
– Carlos – bueno pues… si nos tardamos, se meten a dormir…
Patricio en cuanto vio la bolsita de marihuana iba a decir algo, pero su padre se le quedo viendo muy serio, que prefirió dar una palmada al aire y camino en dirección donde los chicos estaban jugando hasta sentarse en el pasto, cerca de la puerta de la casa.
Al igual diego salió corriendo para estar con su amigo.
Y seguir lanzando cuetitos de chispas al aire.
Los cuatro tomamos nuestros vasos, y Sandra agarro la botella, y comenzamos a caminar torpemente sobre el paso y la tierra, cuando estamos algo lejos de los demás, Carlos hizo como que se tropezara, y se caía, en eso Sandrita, se agacho a darle la mano y mi hermano la jalo hacia ella, haciendo que el líquido se su vaso cayera sobre la cara y la boca de mi hermano.
Y Sandra casi cayó acostada sobre el cuerpo de mi hermano…
– Sandra – aiii… suegro casi, casi lo aplasto…
– Carlos – no… no te fijes jeje mejor me limpio la cara…
– Sandra – ha noooo… ahora se aguanta.
Y Sandra se montó sobre el pecho de mi hermano, cabe destacar que Sandra llevaba una falda floreada que le queda muy suelta de las piernas y llevaba una blusa blanca, escotada…
Sandra abrió la botella y la alzo como 40 cm sobre la cara de mi hermano y le vertió el líquido sobre la cara hasta que el líquido dio en la boca de mi hermano, Sandra conto hasta 5 segundo y la quito…
Los cuatro comenzamos a reírnos, entonces mi hermano comenzó a querer pararse, y Sandra en automático iba retrocediendo, hasta que quedo de piernas abiertas sobre las piernas de mi hermano.
– Carlos – mira como me has dejado, me mojaste toda la camisa…
– Sandra – no se preocupe, ahorita mismo se la quitamos y para que no se enferme jejeje…
– Carlos – si verdad… jajaja.
– Sandra comenzó a desabotonar la camisa y cuando vio el cuerpo trabajando de mi hermano, acaricio los hombros y los pectorales de mi hermano.
Carlos mi hermano tomo de la nuca a Sandra y la jalo hacia a él, mufando entre cada beso y beso que se daban los dos.
Sandra emitía pequeños gemiditos…
Adriel se me quedo mirando, con una sonrisa y riéndose entre dientes, mientras le tomaba a su vaso.
– Carlos – compadre… compadre… quítemela de encima…
– Adriel – ahorita compadre… páreme tantito… a que pinche compadre…
Adriel camino un poco torpe para quedar detrás de Sandrita, y este la tomo de la cintura queriendo pararla, pero en vez de levantarla le quito su blusa… y Sandrita quedo desnuda de sus pechos… que no traía brazier, en cuanto Sandrita se acomodó de nuevo su pelo… volvió a besar a mi hermano Carlos, mientras Sandrita le ponía sus manos en sus pequeños…
Sandrita fue haciendo presión para que mi hermano se recostara sobre la tierra, y Sandrita se fue poniendo en 4, mientras no dejaba de besar a Carlos.
– Carlos- sobres compadre sírvete…
– Adriel – ya te estabas tardando en compartir compadre…
El compadre de mi hermano Carlos ya tenía el pantalón hasta las rodillas y con la verga bien parada, la tenía bien peluda en la base, la mediría como unos 18 cm, gruesa y cabezona… un poco curva hasta la izquierda.
Se fue poniendo de rodillas, detrás de los dos y le alzo al falta a Sandrita….
– Ariel – compadre, no tiene nada de bajo…
– Carlos – pues mejor compadre… dale sus buenas lamidas.
Préndela compadre… que está que arde mi mocosita…
Adriel se terminó de desnudar, de la parte de abajo, y se agacho casi se acostó y tomo de la cintura a Sandrita para que levantara la cola… permitiéndole saborear los labios bulbares de la novia de mi sobrino Mario… el compadre de mi hermano, sabía muy bien mover la lengua, porque Sandrita se retorcía de placer… mientras que con una mano ella misma se frotaba el clítoris.
Adriel se acomodó detrás de la Sandra y se la fue metiendo… poco a poco… pero cuando ya le tenía dentro comenzó a moverse velozmente y se detenía por ratitos… hasta que Sandrita apagaba sus gemidos… tratando de no hacer mucho ruido, de las pieles al chocar… mientras Carlos pasaba la lengua de un peso a otro, mientras acariciaba con una mana un pecho de Sandrita.
– Adriel – hay compadre, la chamaca esta deliciosa… venga pruébela…
Adriel le quito el cinturón a mi hermano y le bajo el pantalón hasta donde pudo… le sacudió el pene y se lo masturbo un poquito, hasta dejarlo bien peladito… y lo acomodo en la entrada de la chica.
La chica al sentir el glande… bajaba y subía de poco en poco… hay suegro… no resbala y estoy bien mojada…
– Adriel – a ver aguanta… – en eso el compadre se bajó y comenzó a chuparle la vulva a Sandrita…
– Adriel – dale compa…
– Carlos – dame una chupadita también compa, para que resbale mejor… – su compadre adriel me miro, como diciendo que estaba pendejo mi hermano… pero yo le insinué que se la diera…
– Adriel – hay compadre, nomás no ande de hocicón… – y adriel… comenzó a meterse el glande en la boca… se metía el pene lo más que pudo… y se lo saco, escupiendo la saliva en su glande…
– Adriel – ahí esta compadre… ahora sí, reviéntela…
Sandrita se la acomodo bien, pero el pene de mi hermano Carlos es grueso… y eso le costó, a Sandrita, gemía de dolor la chamaca, pero hacia movimientos de ensartársela solita…
– Sandra – hay suegro, la tiene bien gruesa… su hijo no la tiene como usted… es un burro…
Sandrita quedo bien sentada, sobre mi hermano…
– Carlos – hay canija, tienes perrito… que chingòn se siente…
– Adriel – a ver compa, préstala…
Sandrita se volvió aponer en 4 y adriel se arrodillo dentro de ella y se la ensarto y se quedó quieto… Sandrita se movía un poquito y le succionaba con las paredes vaginales el pene de adriel… este se mordía los labios y gemía de placer…
– Adriel – hay que chingòn compadre… que suerte tiene tu hijo, con razón esta culeado con esta chavita…
– Sandra – si verdad…
Adriel comenzó a moverse… rítmicamente, los movimientos eran rápidos… mientras Sandrita se comía a besos a mi hermano… hasta que no pudo a aguantar más y termino vaciándose dentro de la chica…
– Adriel – haaaaaahhhh… aAGGGGG… Aahhhggg compadre, ahora si te la deje bien ojadita…
Carlos mi hermano le dijo a Sandra que se pusiera de pie contra un árbol que estaba cerca… la chica le hizo caso y Carlos se puso detrás de ella, le acomodo su pene y se la clavo hasta el fondo… haciendo que Sandrita gimiera hondo…
– Sandra – AAAAGGGHHHHHOOOOOIIII
– Carlos – aiiii mamita… que apretaditas…, háchale tu perrito… mami….
Carlos, comenzaba a penetrarla velozmente, por ratos y se detenía para que Sandra moviera sus paredes vaginales… mientras Carlos le acariciaba sus pesoncillos… y Sandra se acariciaba su clítoris.
Habíamos perdido la razón del tiempo, entre cada embestida que daba mi hermano Carlos… y como sometía a Sandrita, mientras tanto yo y el compadre seguíamos tomando.
Yo de pie viendo a oscuras como sodomizaban a Sandra, con la verga parada toda vía dentro del pantalón…
Al parecer a adriel, se le había salido el alma con el semen, ya que se sentó con la espalda recargada en un árbol, por que comenzó a roncar… mientras los dos amantes disfrutaban de la sesión sexual.
Yo al no querer participar, le dije a Carlos que iría por más alcohol, pero no me hizo caso, y continúo en su faena.
Cuando estuve cerca de la casa, lo chicos ya no estaban, vi mi reloj y ya eran más de las 2 a.m.
y vi a Mario con una cobija sobre su cuerpo, pues no lo habían metido a la casa, por lo alcoholizado que estaba.
Entre la casa, pero me quite lo zapatos por que traía suciedad del terreno.
Volteé hacia Mario, me dio un poco de lastima, camine hacia él lo tome del brazo y me lo acomode atrás en el cuello.
Le dio unas cachetadas fuertes y medio se despertó, lo cargue y él intento ponerse de pie pero estaba muy torpe.
Comencé a caminar, volteé a ver atrás, y no vi que los demás vinieran, y le metí la mano dentro del pantalón, tratando de poner la mano derecha entre las nalgas de mi sobrino, y me lo lleve cargando sintiendo su ano caliente con mi dedo… hasta que lo tire en su cama y volvió dormirse en un instante.
Me die mi vuelta, y camine hacia la sala y ahí estaba Leandrito tapado sobre el sofá, mientras la tv estaba prendida en una canal de películas y series animadas.
Subí a la recamara de diego y allí estaba acostado diego con su amigo, y el otro niño.
Diego estaba del lado derecho el niño más chico en medio y el amigo de diego del lado izquierdo abrazando al más chico.
Por las cortinas que estaban abiertas y la luz que estaba prendida en el patio.
Podía ver claramente sus siluetas.
Iba a prender la luz, cuando me gano la curiosidad, y camine hacia donde están ellos, acostados, fui quitando la sabana con mucho cuidado, y los tres estaban desnudos… nada más el niño más chico tenía su trusita puesta… con cuidado le revise el culito al amigo de diego y le pase un dedo entre la división de sus glúteos y lo sentí húmedo… y se sentía aguadito.
Me senté en la cama con mucho cuidado y comencé a dedearlo.
Cuando el chico comenzó a verse, me detuve y le saque el dedo…
El chico se volvió a quedar dormido.
Entonces lo retire un poco, del chico que estaba abrazando, se movió de poco en poco, hasta que quedo boca arriba, su penecito flácido se vea como de unos 5 cm medio gruesecito y acomode al niño más chico boca abajo, tenía el sueño tan pesado que no sintió, cuando le baje su trusita y le abrí sus nalguitas… se sentían suaves y tersas… aunque su culito estaba seco y muy cerradito… me agache un poco, y olía a jabón de baño, entonces le abrí sus nalgas con los dedos con una sola mano y comencé a lamerlo, hasta que se movió un poco, me detuve, me espere un rato y volví a lamerlo… le intente meter el dedo meñique, pero apretó el culito, cuando iba entrando un poco… y se movió un poco… me puse de pie, espere a ver si se despertaba, pero no.
Le acomode su trusita y salí de la habitación de diego.
– Patricio – espérate Narciso, a ti ya te toco hace rato…
– Narciso – pero quiero de nuevo…
– Patricio – shhhhiiii no me dejas oír, los pasos del otro cuarto.
– Narciso – estás loco, ya se durmieron desde hace rato.
– Patricio – estoy seguro que escuché algo…
Esas vocecitas, me erizaron la piel… por lo cerca y lo bajito que hablaron, deduje que estaban en la habitación de Leandrito que estaba a un lado de la de diego.
– Narciso – pero quiero más… siempre juegas más con lore y conmigo no…
– Lorena – ya narciso… espérate tantito… ya no se escuchan nada de la otra habitación.
– Narciso – por eso, yo me quede callado, cuando haya jugaban también.
– Patricio – espérate narciso, chingada madre…
– Patricio – cuenta 15 minutos y ya sigues tú de nuevo, ¿va?
– Patricio – o vete a cuidar que no venga papa y sus amigos… y ya cuando yo te grites es tu runo, si, por fa… ándale…
– Narciso – está bien… pero déjame ver cómo le entra a lore.
Mi corazón empezaba a latir apresuradamente… pasaron como unos 5 minutos que se me hacían eternos, hasta que escuche como rechinaban los tenis del niño al caminar e intentar no hacer ruido.
Baje las escaleras y como estaba recaliente, me fui quitando el pantalón, y agarre una silla lo más rápido que pude, y me mal senté al lado de las escaleras, como si me hubiera quedado dormido, al intentar quitarme el pantalón, la trusa la tenía mal puesta, dejando ver parte de mi pene erecto… cuando el chico, llego cerca de mí, se detuvo fríamente, e intento subir pero la curiosidad de verme mal vestido, le gano… descendió los últimos escalones sin hacer ruido, hasta quedar al lado mío, podía sentir su nerviosismo, pues su manita temblaba de excitación, me iba a agarrar el pene, pero se detuvo a punto de llegar, creo que lo pensó mucho, volvió a subir unos escalones, se detuvo y volvió a bajar, esta vez se animó a tocar con las yemas de los dedos, a ver si despertaba, al ver que yo no respondía, me estiro el resorte de al trusa y mi pene salió erecto y se balanceó un poco… el niño espero a que se acostara el pene sobre mi estómago… y lo agarro con sus manitas, la dos no le alcanzaron para rodearlo bien.
Se puso un poco de saliva en los dedos y agarraba mi glande y lo presionaba, por más que me controlaba era imposible.
Se agacho y lo olio, de lo silenciosa que estaba la casa se escuchó como inhalo…
– Narciso – que rico, huele…
Paso su lengüita por mi glande, alzo la mirada y me estuvo observando por uno rato, volvió a pasar la alengua, y se me quedaba mirando… eso lo hizo como unas diez veces… hasta que se metió el glande en la boca, sus dientes me lastimaban, por el tamaño de su boquita… lo deje hacer tal vez como unos 8 minutos cuando mucho, ya no pude contenerme, y comencé a acariciar su nuca…
– Rodrigo – que rico lo haces… – Narciso alzo la cabeza y se me quedo mirando, muy nervioso.
– Narciso – se- se… señor yo…
– Rodrigo – tú lo haces muy rico, y no te preocupes por tu papa, está dormido de borracho…
– Rodrigo – síguele, ya lo haces muy rico…
– Narciso – ¿le gusta?.
no se enoja…
– Rodrigo – claro que me gusta… no te preocupes, síguele… nada más abre un poquito más tu boquita… para que entre mas adentro.
Entonces le dije – Pero vente vamos a la cama de mi hermano, no nos vallan a ver aquí.
– Hasta ese momento me quede pensando, que hubiera pasado si nos hubiera visto Sandra la novia de mi hermano.
– Rodrigo – no mejor vente vámonos al cuarto de allá afuera…
– Hasta ese momento me había percatado de que el niño solo tenía un bóxer, de color blanco… y sus tenis azules.
Lo cargue en los brazos y entramos a mi cuarto le puse seguro.
Y lo acosté en la cama… me desnudo por completo y él se me quedo mirando asombrado, y más cuando me vio como me colgaban los huevos y el pene.
Me acosté en la cama
– Narciso – señor lo tiene enorme… bien grandote…
– Rodrigo – solo un poco…
– Narciso – no, que esta re bien grandote y grueso… – le fui sobando su espaldita y sus hombros para relajarlo, pues era un niño y se había asustado del tamaño de mi pene.
Le dije que se pusiera sobre mí con sus pies en dirección de mi cabeza, él se acomodó a la altura de que mi pene quedo en su boquita, mientras yo le acariciaba, su ano, que ya se notaba húmedo, y un poco aguadito… podía sentir su penecito erecto sobre mi pecho, mi dedo índice entraba fácilmente, hasta llegar mi palma de la mano… el chico se retorcía.
Y comenzaba a chuparme más rápido la cabeza… mientras que con una mano me intentaba masturbar y con la otra me masajeaba los huevos… el chamaco tenía experiencia, mamando, aunque no le entraba más que el glande…
En esa pose lo tuve un buen rato… hasta que me dijo que ya le dolía la boca de la mamada que me estaba dando… lo acomode boca arriba sobre la cama, acomode dos almohadas debajo suyo de tal modo que su colita quedara levantada.
Con una mano me masturbaba y con la otra le seguía metiendo el dedo… llegando lo más hondo que se podía.
Entonces me abrí lo más piernas lo más que pude, me acerqué lo más pegado al niño y le acomode el glande en su anito y le hacía presión, pero su ano no cedía paso… y el niño se quejaba…
– Narsico – aiiiiii, me duele… me duele… nomas sóbalo, con la cabeza… eso chií me gusta…
Le quitaba el glande y le volvi a meter el dedo… el niño disfrutaba surtirse lleno…
– Rodrigo – ¿te gusta…?
– Narciso – siii… si me gusta…
– Rodrigo – sí, te escuche como le pedías a tu hermano que te diera verga…
– Narciso – ¿nos escuchó…?
– Rodrigo – no te preocupes, su secreto está seguro conmigo.
– Narciso – por favor no le diga nada a mi papa… si no, nos va a pegar.
– Rodrigo – bueno si no quieres que le diga déjame meterte la cabeza, nada mas
– Narciso – pero es que me duele mucho… y con mi hermano no me duele mucho, porque ya tiene años que me coge…
– Rodrigo – ¿años?, ¿pues cuantos tienes?
– Narciso – 6 ya casi 7…
– Rodrigo – y desde cuando te coge…
– Narciso – no se… desde que recuerdo, ya me la daba para que se la chupara, pero también con mi hermana, nada más que conmigo ya casi no quiere desde que juega con ella por delante.
Y conmigo solo por atrás, y dice que ya casi no le gusta.
– Narciso – él me dice que yo también juegue con mi hermana, pero a mí me gusta que él juegue conmigo, que me meta su pilin.
Mientras el me iba platicando yo le acomode el glande en su ano y le iba poniendo saliva, le hacía presión y aflojaba cada vez que él se quejaba, por le jugueteo de mi glande y su anito, este se iba estirando poquito a poquito… su ano se iba expandiendo, cada vez más… y mi glande entraba poco a poco… hasta que un intento fallido, le hice presión de más y le metí más de la cuenta, y el chiquito comenzó a llorar… dio un grito fuerte, pero ya estaba preparado para eso y me puse la mano en la boca para que sus quejidos se ahogaran las lágrimas empezaron a resbalar de sus mejillas.
El niño casi se convulsionaba del dolor… Yo me retire, y me baje a chuparle su ano… le lamia todo alrededor, hasta que se fue calmando.
Sus gemidos entrecortado se hacían más pausados, su intensidad se fue apagando, hasta que se tranquilizó… las ultimas lagrimas resbalaban y se las secaba con las manos sus bracitos…
– Rodrigo – perdón, perdón, no te quería lastimar…
– Narciso – me dolió, mucho.
aquí en la panza…
– Rodrigo – sígueme contando, nada más te voy a sobar con la cabecita…
– Narciso – también con mi hermano me dolía mucho al principio, el me llevaba al rio o al terreno de mi papa y me dolía… me dolía mucho, pero después me gustaba… él siempre me daba su lechita dentro, porque decía que yo crecería más rápido.
– Rodrigo – que cabròn… y dime siempre te duele cuando te la empiezan a meter…
– Narciso – si… pero después ya no, me gusta mucho…
Mientras el me seguía platicando volvía a flejar su esfínter esta vez, ya no se resistía tanto… hasta que le volví a meter todo el glande, podía sentir su esfínter presionando todo el cuello entre el tronco y el glande… el niño dio un respiro hondo y se quedó mirando fijo el techo, quería comenzar a llorar…
– Rodrigo – ya….
Ya tranquilo así nomas, no aprietes… quédate flojito…
– Narciso – si… ya se… porque si no me duele más.
Le sobaba su pancita y sus piernitas… comencé a masturbarme mientras le preguntaba que si le gusta, a lo que él me decía que si, pero que todavía le dolía… que era el primer señor que se la metía, además de su hermano.
– Rodrigo – oye y recuerdas cuando te cogió por primera vez tu hermano.
– Narciso – si… fue en Navidad.
– narciso – mis papas nos dejaron solos, porque se fueron, con unos amigos… fue hace como 2 navidades…
– Rodrigo – pero antes ya se la chupabas, ¿verdad?
– Narciso – si… no sé cuándo me comenzó a dar su pilin, pero siempre me daba lechita…
– Rodrigo – y te gusta como sabe la leche de tu hermano.
– Narciso – a veces sí y a veces no…
– Rodrigo – y a tu hermana, desde cuando se la está cogiendo…
– Narciso – por delante, hace como un año… una navidad después que a mí, por atrás no se…
Al escuchar cómo me platicaba con tanta naturalidad más me prendía, y sin quererlo inflamaba el glande y eso hacía que el niño diera quejidos de dolor… “aaauuuuu….
au… mmmmiiiiggg…” Comencé a moverme un poco intentando entrar un poco más, pero su interior no me permitía, por mucho había entrado como 5 m, aunque me tenía que retirar, después de un rato, por que intentaba pararse y no lo quería asustar o lastimar… se le metía y le sacaba, hasta que la cabeza estaba a punto de salirse…
Él ya estaba sudando, y se quitaba el sudor con el brazo de la cara, no sé cuánto tiempo estuve dentro del niño, pero me pareció que menos de 15 minutos, hasta que mi glande comenzó a expulsar el semen… en cada venida, el sufría por que hinchaba el glande… pero se aguantaba, hasta que mi pene se fue contrayendo y se salió de su recto, haciendo que le dolería cuando el glande se salió de él… y las almohadas quedaron mojadas del semen que salía de su huequito… me agache a chuparle sus pesoncitos… hasta que el dolor se le hubiera pasado… entonces le dije que se fuera al baño y sacara lo que le hubiera quedado dentro.
El niño después de un rato regreso asustado, porque su culito le había quedado muy abierto, le dije que no se preocupara que solito se le iba a cerrar.
Lo senté en mis piernas y le acariciaba todo su cuerpecito… él ya estaba cabeceando de sueño, entonces le dije que lo llevaría dentro de la casa.
Desde que lo lleve a mi cuarto ya habían pasado más de 40 minutos…
Cuando quise entrar con el niño en mis brazos, ya lo traía dormidito, en la recamara de Mario, estaba acostado él y a su lado Sandra, completamente dormidos, en la sala ya no estaba Leandrito, subí arriba pase primero al cuarto de mi hermano, allí estaban tendidos en la cama, mi hermano su compadre y Leandrito todos complementen dormidos, entonces intente abrir la puerta del cuarto de Leandrito, y para mi sorpresa estaba abierta, la niña estaba cubierta de pies a cabeza, aunque las cobijas estaban mal puestas y su hermano patricio estaba en el suelo, acomodé al niño junto a su hermana, me iba a salir de al habitación.
Tratando de no hacer ruido… pero me dio lástima que el hermano mayor, durmiera en el suelo.
Me hinque cerca de donde estaba patricio, y le sacudí el hombro…
– Rodrigo – oye… oye… levántate, súbete a la cama…
– Patricio – heeeee… eh… eh… pero no vamos a caber… además está durmiendo hay mi hermanita y mi papa va a pensar mal si me ve durmiendo ella.
– Rodrigo – no te preocupes.
Él está muy borracho y ya está dormido…
Patricio estaba medio borracho y medio dormido… así que medio se levantó, lo cargue del hombro hasta ponerlo de pie… y el sarape que lo cubría cayó al suelo, el intento detenerlo, pero le quite la mano para ponérmela sobre el hombro y vi que toda vía tenía el pene erecto, y se le notaba húmedo, se lo toque, el me quito la mano de un golpe, y me di cuenta que solo se hacia el dormido.
Entonces me hable lo más bajo que pude muy pegado a su oreja…
– Rodrigo – todavía se la sigues metiendo…
– Patricio – no sé de qué habla… solo me estaba masturbando…
– Rodrigo – desde hace rato supe que te la estabas cogiendo… no te espantes… déjame probar su conchita un rato y nadie va decir nada, está bien.
Patricio bajo la mirada y le dio un escalofrió en todo el cuerpo.
Yo le tome la quijada y le levante la cabeza…
– Patricio – si… solo un poco… nadie más la ha tocado aparte de mí… no la lastime por favor…
Camine hacia la niña, le quite con cuidado las sabanas, también estaba desnuda, bajo las sabanas y le toque su vulva también estaba mojada, por la lubricación…
– Lorena – ayyy, patricio, ya se fue el señor…
– Patricio – cállate Lorena, no soy yo…
– Rodrigo – soy el señor, niña…
– Lorena – ho – oh… ahhhh… ahhhhh… ahhhh.
Comencé a pasarle el dedo por toda su rajadita y haciendo presión circular sobre su clítoris… le dije a patricio que se acercara para que viera, acomode a la niña con los pies al filo de la cama me hinqué y alce sus piernas alrededor de mi cuello.
Acerque mi boca y comencé a chuparle los labios bulbares… en especial daba más énfasis en el clítoris… la niña comenzó a abrir las piernas y comenzó a gemir… ella solita se llevó la manos a la boca y gemía… hasta que empezó a temblar… y sentí como había tenido un pequeño orgasmos después de más de 15 minutos de estarle mamando su vaginita.
Patricio estaba acariciándose el pene… yo le comencé a meter el dedo a la niña, mientras que su hermano se masturbaba frenéticamente… hasta que termino, pero solo le salió como 3 gotitas… el adolecente se había calentado de mas, viendo como le hacia el oral a su hermanita.
Y decidí que mi trabajo había terminado…
Me puse a su lado y le dije:
– Rodrigo – tan poquito…
– Patricio – ya es la cuarta vez que termino… señor… ya se los hecho dos veces a dentro y una en la boca.
Baje el tono de mi voz hasta quedar cerca de su oído y el dije.
– Rodrigo – cuidado, nada más y la vayas a dejar embarazada…
– Patricio – no se… no se preocupe señor… toda vida no mestura.
– Rodrigo – bueno si le van a seguir nomas con cuidado, además tu hermanito ya no te va a pedir más verga, ya le di su lechita calientita…
Patricio se enojó, pero no dijo nada, le guiñe un ojo y le dije: es más si quieres me lo llevo a mi cama, por si quieren hacharse u mañanero.
El chico alzo los hombros como si no le hubiera importado… cargue al niño y me lo lleve de nuevo a mi cama, sin despertarlo.
Lo acosté desnudito y yo detrás de él… sin antes ponerle seguro a la puerta.
Hasta que abrí los ojos, mire mi reloj y eran las 9 de la mañana.
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