Descubriendo a papá By Kenwoodf.
Mis ojos se fueron a su vello púbico, denso y rizado del mismo color que el resto de su cuerpo, lo detallaba mientras caminaba hacia mí.
Antes de nada, quiero agradecer a todos por sus lecturas, a Fer Mzt Sants Jacs me agrada que te guste leer mis experiencias, alexpinwi12 que bueno que disfrutes “manualmente” la lectura.
Por otra parte, deseo agradecer al administrador de la página por continuar la libertad de expresión de la versión anterior, por ultimo y no por eso menos importante quiero desearles un productivo inicio de año, que se cumplan cada uno de sus más recónditos deseos y la felicidad llene sus corazones.
Después de finalizado el acto mi padre se levantó raudo, ajustando su pantalón que solo había bajado hasta sus tobillos, no hubo dialogo alguno solo unas miradas incomodas entre mi padre y su hermano, no me dio tiempo de ver cómo eran los genitales de mi padre.
Me dejaron en la casa para que me limpiara y no fuera a manchar el traje de primera comunión, la celebración en casa continuo sin mayores contratiempos, música, brindis y alcohol al por mayor, el día siguiente que era domingo de igual manera no se mencionó nada del asunto.
El día lunes asistí a la escuela, llegue como de costumbre a casa, comí, hice mis labores, no quise ir a la casa de mi tío pues sabía que estaría la bruja de su mujer ahí y no me hacía gracia ver su cara de “no fui invitada por tu culpa”
Como a las 6pm llego mi papa con cara de alegría, por supuesto que la mía fue el doble de felicidad al verlo entrar al recibidor.
- ¿Qué paso ´mijo? ¿No va a recibir a su papa?
- No, te esperaba tan temprano
- Le dije a tu mama que todavía me sentía cansado de la fiesta y me quería recostar un rato
- ¡Ah! (con cara de desilusión) ¿te vas a costar?
- ¡claro! Pero antes un palito ¿No?
Puse de cara de no entiendo y me quede viéndolo
- ¿quieres o no?
- ¿Qué?
- ¿Qué va a ser? ¿Qué si quieres coger? ¿O no te gusto?
- ¡Eh! Si
- Pues vente vamos a tu cuarto.
Entramos a mi recamara ubicada en el primer nivel de la casa, el de mis padres estaba en el piso superior, me sentía extraño como pollo que va al matadero, no entendía la razón o quizás sí, se me hacía tan frio y tan impersonal la situación, hoy con más discernimiento, creo que me sentía como prostituta con su cliente, más que una relación familiar o afectiva.
Me senté en orilla de la cama comenzando a descalzarme, me quité el pantalón y la playera de color verde que traía apuesta, quedándome en calzoncillos sentado en el lado izquierdo de mi cama tamaño matrimonial.
Observaba a papa que continuaba de pie frente a una cómoda color caoba que usaba para poner mi peine, gel y demás cosas de cuidado personal, mi padre hurgaba entre mis cosas tratando de encontrar algo, mientras yo detallaba su figura de 1.86 de estatura, su cabello castaño casi negro con algunas casi imperceptibles canas, un rostro blanco, su gesto es duro, aunque es muy noble de corazón.
Tomo un pomo de crema para el cuerpo, volviéndolo a colocar en su sitio, sujeto un tubo de plástico con gel que desecho enseguida, para finalmente tomar un ungüento que usaba para las rozaduras de la piel de textura bastante grasa.
Giro hacia mi caminado lentamente mientras se deshacía de su camisa blanca con rayas grises dejando ver un pecho blanco con un tapizado de vello negro, grueso y brillante, que continuaba por todo su abdomen, boto sus mocasines con los pies, inmediatamente gire mi cuerpo 90 grados para poder observar el espectáculo en primera fila.
Desabrocho su cinto y el botón de su pantalón del traje color azul marino, mostrando sus piernas gruesas y musculosas de 47 años bien vividos. Al igual que el resto de su cuerpo sus piernas eran cubiertas por un abundante vello negro.
Traía un bóxer holgado color azul rey con unas rayas verdes marcando unos cuadros, comenzó a rodear mi lecho al llegar a la altura de los pies dejo caer su última prenda, descubriendo su sexo erecto del mismo color de su piel, largo, grueso, coronado con un capullo color marrón, más grueso que el resto del tronco, sin prepucio, completamente chato es decir sin punta. era el primer pene que vería circunciso. Imposible no comparar el su sexo con el de mi tío, por mucho era más grande y grueso que el de mi tío, sin pasar por alto, unos testículos grandes, colgantes no se hacían bola como los de su hermano.
Mis ojos se fueron a su vello púbico, denso y rizado del mismo color que el resto de su cuerpo, lo detallaba mientras caminaba hacia mí, cuando se aproximó me percate de que su vello formaba un anillo en la base del pene que continuaba hacia sus testículos.
Era un vello corto, que solamente se alcanzaba a ver de cerca al igual que el vello que cubría sus testículos, yo estaba que babeaba con cada una de las características físicas que descubría de mi padre y que nunca hasta ese día había conocido.
Su pene desafiaba la gravedad, totalmente recto sin ninguna deformidad, se balanceaba al ritmo de sus pasos lentos y firmes, finalmente posándose junto a mi cuerpo que tiritaba de nervios y deseo, me intimidaba su sola presencia tan masculina y para mí 1.58 me parecía enorme.
Me rodeo por los hombros con su enorme brazo velludo atrayéndome a su cuerpo, como dándome el calor que en ese momento me faltaba.
- ¿Qué pasa ´mijo? ¿No te gusta el cuerpo de papa?
- Si, me encanta eres enorme
- Jajaja no tanto, está más grande que el de tu tío ¿verdad?
- Si, eso también jajaja…
- No, estés nervioso quiero que te relajes y la pasemos bien, que disfrutes como ya lo hiciste y yo disfrutar contigo.
- ¿De verdad te gustó?
- Si, si no hubiera sido así no estaría hoy aquí ¿No?
- Creo que si
Voltee a ver sus ojos de venado y me sonroje, me sentía abrumado y feliz de estar con él nuevamente, me sonrió tomándome del mentón nuestros rostros se aproximaron lo suficiente como para que nuestros labios se rosaran.
Me separo de él recostándose en la cama abriendo sus piernas para arrancarse los calcetines negros, quedando con sus muslos abiertos de par en par con su pene sobre su pubis, enseguida subí al colchón, tomé su miembro con una mano, la encontré pesada, tibia al tacto, totalmente erecto y por su uretra salió una enorme gota de lubricante natural .
- ¡ves ya lo hiciste llorar! Ahora consuélalo. Jajaja
Deslice mi mano hacia arriba y abajo rosando su glande con la palma sin lubricación alguna, cosa que hizo que mi papa se arremolinara sobre el cubrecama.
- ¿Te dolió?
- ¡Qué me va a doler! Me encanto nene sigue…
Volví a acariciar su mazo de carne que me tenía hechizado, era el pene más “guapo” que hubiera visto hasta ese entonces. Él aprovecho para sacar mi trusa, comenzó a acariciar mi ano inicio una suave roce en círculos, luego de arriba abajo, succiono su dedo e inserto una falange del dedo medio y yo brinque de incomodidad.
- ¿Te dolió?
- No, solo que se siente muy feo
- Jajaja es para que se te dilate y no te duela cuando te la meta
- Pues si siente muy feo mejor métemela así
- ¿Y si te duele?
- Me aguanto, pero no me metas el dedo, no me gusta.
Mi padre tomo la pomada que había seleccionado, esparciéndola abundantemente en su pene, giro mi cuerpo de espaldas contra el colchón, colocándose sobre mí, instintivamente alce mis piernas en forma de tijeras, soportando su peso con una mano con la otra tomo su pene guiándolo a mi esfínter.
Cerré los ojos para hacer frente a lo que se aproximaba, con mis manos tomé su rostro, mi padre no se movía ni un centímetro, abrí mis ojos encontrándome con su rostro ovalado, de mentón cuadrado, coloreado por la sombra de su barba, sus ojos diáfanos a la luz. Veía su nariz recta y sus dientes blancos, parejos esbozando una sonrisa.
Estaba esperando el momento exacto para introducir su enorme glande en mi ser, gemí por un instante que callo con sus labios finos y rojos, deslizo su lengua sobre la mía, la acariciaba, la surcaba y en momentos la atornillaba.
No sé en qué momento su pene anido en mí sin ápice de dolor de mi parte, paso sus brazos bajo mis axilas atrayéndome más a su cuerpo tibio y firme. Usaba sus antebrazos y codos para sostener su peso y no aplastar mi delgada humanidad, frotaba su pubis en mi casi inexistente trasero, que alojaba su miembro y sopesaban sus gónadas. Separamos nuestros labios por un momento para que me susurrara al oído.
- Me encanta tu cuerpecito frágil y resistente a la vez
- ¡Papá me besaste! (fue lo que alcance a decir antes de que sacara y metiera su pene en mi por primera vez es esa tarde)
- ¿Por qué no habría de hacerlo? Eres mi hijo y te quiero mucho
- ¡Pero nunca antes nadie lo había hecho!
- ¿Tu tío nunca te besa?
- No, nunca
- ¡Está mal! Si es maravilloso que me dejes entrar en tu cuerpo ¿porque no te habría de besar? ¡es lo mínimo que puedo hacer!
Papa me atrajo su boca otra vez volviéndome a besar, mientras comenzaba el baile de los amantes, su pene entraba y salía casi en totalidad, sus testículos campaneaban mi cuerpo, su torso permanecía casi inmóvil dejando que su cadera hiciera todo el trabajo.
Su aliento entraba en momentos en mí, en otros lo sentía en mi oreja, mis manos eran olas en su cuerpo subían y bajan como la marea en sus omóplatos, pasaban por sus bíceps, se arremolinaba en su pronunciado pecho masculino cubierto de vello.
Mis piernas no perdían el tiempo tampoco, rosaba mis muslos con sus caderas, mis pies sobaban sus muslos velludos y gruesos. Jalaba aire de donde podía para saciar a ese hombre que me hacía sentir en el cielo con sus movimientos de cadera, tan certeros como el mejor de los arqueros, incrustaba su flecha en mi centro obteniendo como “preciado premio” mis caricias anales.
No sé cómo lo hacía, pero lograba retraer tanto su miembro que solo dejaba el grande dentro y con un solo empuje lo volvía colocar en el fondo de mi ser, efervesciendo mi cuerpo por tenerlo, no quería dejarlo salir nunca, una flama quemaba mi razón, de momentos se ponía frenético elevaba su torso un poco y arremetía contra mi esfínter con fiereza y rapidez digna de un animal en celo, después se calmaba y se movía lento dentro de mí, rotaba su cadera recorriendo con su pene toda la circunferencia de mi recto.
- ¿Te gusta el pene de papa?
- Si eres el rey del sexo
- ¡Eso es! Tu eres mi príncipe, me encanta que te guste mi verga ¡Ah!
- Si, me encanta
- Y yo ¿Te gusto como hombre?
- Si, me eres lo máximo
En eso estábamos cuando su pene salió de mí, contrario a mi tío que refunfuñaba cuando se salía su miembro, el solo se limitó a levantar un poco su cuerpo y sin usar las manos me lo mando a guardar de un solo estoque.
- ¡Ahg!
- ¿Te dolió bebe?
- ¡No! Para nada me encanto
- ¿En verdad?
- ¡Si! Y lo hiciste sin usar las manos
- ¿Quieres que lo haga de nuevo?
- Si, me encanto ¡hazlo!
Me miro a los ojos extrayendo su órgano de mí unos milímetros, seguido de un empuje contundente, arqué la espalda de placer, seguido de otra dosis igual y otra y otra hasta que perdí la cuenta.
Eso lo prendió más, el que pudiera dar de vergazos a mi pequeño cuerpo lo excitaba al grado de tomarme entre sus brazos apretándome contra su cuerpo, penetrándome copiosamente, con frenesí, solo atine a rodear su espalda ancha y dejarlo hacer su labor mientras me sentía amado, protegido y deseado como nunca antes lo había sentido.
No resistimos más la penetración era fúrica, sus huevos brincaban sobre mi coxis, era una sensación de pertenecía y placer la que me invadía, ahora sabía lo que tantas veces mi cuerpo me hacía buscaba sin saberlo.
Su cuerpo se tensó sobre el mío, hundiendo su sexo hasta el fondo de mi ser, mientras plantaba su semilla en mi infértil tierra, las contracciones de su cuerpo eras intensas, su respiración agitada. Mantenía su cuerpo traspirado sobre mí, mientras recuperaba la noción, creí que se saldría de mí.
Pero que equivocado estaba, reinicio su penetración de manera lenta, haciendo recorrer su glande en todo mi recto húmedo y desbordante de semen paterno, poso sus labios en mí en señal de gratitud, sin dejar de acariciar mi gruta de placer, no pude más con eso terminé de forma fulminante sacando todo el deseo acumulado en un rio de esperma, exprimiendo el miembro viril alojado en mi para que no quedara una gota de esperma en él, humedecí nuestros vientres y como la vez anterior mi cuerpo serpenteaba abajo del de mi padre solo que esta vez boca arriba y con mis brazos abrazando su cálido torso.
Se quedo dentro de mí un instante más en lo que mi cuerpo recobraba la compostura, volteo la vista el viejo reloj despertador que algún día fue de mi abuelo.
- ¡Es tardísimo bebe!
Era verdad el reloj marcaba 7:30 desconozco cuanto tiempo estuvo dentro de mí, el tiempo había volado entre sus brazos, su cuerpo abandono el mío, despidiéndose con un breve beso, partiendo rumbo a su recamara recolectando las prendas que había dejado en el camino.
Su pene iba todavía húmedo y erecto balanceándose de un lado al otro, siguiendo el ritmo de sus pasos, no podía dejar de admirar su cuerpo y ese enorme pene que había sido una delicia para mí.
Recuerden visitar mi blog. https://kenwoodf.blogspot.com/
hola mi estimado gracias x la mención me siento honrado jujuju me encanto tu nuevo relato me la jale pensando en tu papi q me la metía a mi que rico haber vivido eso, por favor cuenta mas me encantan las relaciones padre e hijo, te mando un abrazo 😉
´Hola amigo gracias por mencionarme y tu relato estubo cool me gusto mucho y me la jale riquisimo jejeje sigue contando amigo saludos y gracias…. 🙂 😉 🙂 😉
Me encantan tus relatos. Me gustan mucho los relatos de incesto y con menores, espero que escribas muchos más. Gracias por compartirnoslo
Hola amigo, este relato me súper encanto demasiado fue tanto la excitación q me vine sin tocarme 💧💧💧😳😆😳😆😳💧💧💧
Eres muy bueno amigo espero q sigas tus relatos q cada vez quedo con más ganas !
Muy pero,muy bueno excelente relato me pajie, como nunca que envidia cuanto diera por estar en una relación así